jueves, 20 de marzo de 2014

MINERALES Y ROCAS




INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LOS MINRALES Y ROCAS .-

GEMOLOGÍA .-

¿ QUE ES UNA GEMA?

    En el amplio grupo de las "gemas" o "materiales gemológicos" se incluyen todas las materias naturales o artificiales, de origen mineral principalmente, pero también animal, vegetal, meteorítico, etc. que se utilizan para ornamentación y adorno personal.
    Parece existir una tendencia, que se manifiesta en todas las culturas, incluso en las más primitivas, a que los hombres y mujeres utilicen los objetos más llamativos, y también los más escasos, que la naturaleza pone a su alcance como adorno personal.
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Anillo con aguamarina (Pereña, Salamanca)
(Foto: J. García Guinea)
    Esta característica se ha vinculado con la vanidad personal, con el testimonio de poder o singularidad del que porta el objeto valioso, y también con supuestos poderes mágicos o sobrenaturales. Se sabe que el hombre primitivo usaba, reconocía y era capaz de tallar hasta 15 tipos distintos de "gemas", entre las que se hallan el hueso, diversas conchas, elámbar, el azabache y algunos vidrios naturales. La existencia de algunos de estos materiales en puntos muy alejados de su lugar de origen permite afirmar una movilidad y unos canales comerciales en el Neolítico que no podrían sospecharse si no existieran estos vestigios.
    Por ejemplo, la existencia de ámbar del Mar Báltico en las culturas neolíticas mediterráneas, o la presencia de lapislázulide Afganistán en las culturas del valle del Nilo, que se suponían relativamente cerradas a influencias externas.
    Las características que confieren a las gemas su atracción son, fundamentalmente, tres:
La belleza, concepto sin duda subjetivo y sometido a los caprichos de la moda, pero con componentes objetivas, tales como el color, brillo, transparencia, dispersión y otras propiedades ópticas.
Su durabilidad, o capacidad de resistir sin daños mayores los golpes y roces con otros materiales. En tal sentido, es sabido que la admiración que los antiguos sentían por el diamante se debía, no a su brillo, que sólo pudo descubrirse al lograr su talla, sino a su dureza.
Se valora en una gema su escasez o rareza, que le confiere el sentimiento de poder e individualidad.

    Estas tres propiedades han dado lugar a que las gemas se hayan usado, desde la más remota antigüedad, como objetos de trueque, de comercio y de inversión, estableciéndose, en muchos casos, rutas comerciales estables, como sucedió también con la seda, las especias o la sal. En épocas más recientes han dado lugar a numerosos estudios científicos en los campos de la Mineralogía, de la Geología y de la Física y Química del estado sólido, pues al tratarse, en muchos casos, de monocristales muy puros, permiten observar fenómenos que en otros materiales pasan desapercibidos.
    Por esta misma razón las gemas, tanto naturales como sintéticas, se han empleado y se emplean en las industrias avanzadas, más allá de su valor ornamental. Así, el diamante se usa como abrasivo de muy alta calidad, en herramientas de corte muy delicadas, en recubrimientos especiales y en ventanas que tengan que soportar condiciones muy extremas de presión y temperatura. El corindón, por su alta dureza, se usa en piezas de mecanismos que tengan que sufrir elevado rozamiento (relojes), en fabricación de láser y otros empleos. Del cuarzo se aprovechan las propiedades piezoeléctricas y piroeléctricas, etc.
    Cabe preguntarse si las gemas deben incluirse entre los minerales industriales o constituyen un grupo aparte. Si se consideran como minerales industriales aquéllos no metálicos que se utilizan en su estado natural o con pocas transformaciones, las gemas son, sin duda, minerales industriales. Otras consideraciones, tales como el precio por unidad de volumen, que en las gemas es muy alto y en los demás minerales industriales mucho más bajo, parecen alejar a los materiales gemológicos de otras sustancias naturales empleadas en la industria.
    En todo caso, como no se trata de minerales metálicos ni de productos energéticos, su inclusión más adecuada parece estar en los minerales y rocas industriales. La multiplicidad de aplicaciones de muchas especies de valor gemológico contribuye a ratificar la decisión de que se incluyan en este apartado.

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