La difracción puede ser entendida a nivel fenomenológico usando el
principio de Huygens, según el cual un
frente de onda se puede visualizar como una sucesión de emisores puntuales, que reemiten la onda al
oscilar, en respuesta a ella y contribuyen así a su propagación. Aunque cada oscilador individual genera una onda esférica, la
interferencia de todas ellas da lugar a una onda plana que viaja en la misma dirección que la onda inicial. Cuando el frente de onda encuentra un obstáculo los emisores correspondientes al extremo del frente de onda obstruido no tienen otros emisores que interfieran con las ondas que ellos generan, y estas se aproximan a ondas esféricas o cilíndricas. Como consecuencia, al adoptar el frente de onda una forma redondeada en donde fue recortado, la dirección de propagación de la onda cambia, girando hacia el obstáculo. Se suele decir que la onda "dobla" las esquinas.
Los efectos de la difracción pueden predecirse matemáticamente usando dos aproximaciones distintas. La
difracción de Fraunhofer permite estimar el comportamiento del fenómeno producido por un obstáculo situado a una distancia lo suficientemente alejada de la zona de estudio. Es un método matemáticamente sencillo, pero limitado por dicha condición. Por otro lado, la aproximación conocida como
difracción de Fresnel toma en cuenta el carácter vectorial de las elongaciones de las ondas, permitiendo realizar predicciones en las cercanías del obstáculo que produce la difracción. Es matemáticamente más complicada que el método de Fraunhofer, por lo que su aplicación se limita solo a las regiones donde la difracción de Fraunhofer no es aplicable.
Resulta interesante pensar a la difracción como una consecuencia de la
ecuación de onda. Mientras que una onda plana infinita es solución de la ecuación de onda, una onda plana recortada no lo es. Para que la misma sea una solución de dicha ecuación debe introducirse la difracción. Es el caso de un rayo láser que es una onda plana pero obstruida por las dimensiones finitas del dispositivo de generación. La consecuencia inmediata es que la ecuación de onda exige que dicha condición no persista y se introduce inmediatamente una componente de difracción. Por eso el haz diverge a medida que avanza, incrementándose su sección.
Difracción e interferencia[editar]
La difracción y la
interferencia son fenómenos inseparables, al punto que no es siempre sencillo distinguirlos. Esto es debido a que la difracción es una forma particular de interferencia. Citando a
Richard Feynman1, con una traducción libre:
«Nadie ha sido capaz de definir la diferencia entre interferencia y difracción de forma satisfactoria. Es solo una cuestión de uso, sin diferencias físicas importantes».
Como consecuencia, cuando en la física, se necesita estudiar formas de interferencia específicas, es necesario poder distinguir los efectos provenientes de las mismas a los efectos provenientes de la difracción.
La interferencia se produce cuando la longitud de onda λ es mayor que las dimensiones del objeto, por tanto, los efectos de la difracción disminuyen hasta hacerse indetectables a medida que el tamaño del objeto aumenta comparado con la longitud de onda.
Aplicaciones[editar]
Para microscopistas y fotógrafos la difracción, por lo general, una limitante para obtener imágenes nítidas. Sin embargo, el efecto se puede aprovechar para varias técnicas.
Mencionamos tres aplicaciones de la difracción: 1) experimentos para demostrar la dualidad onda-partícula, 2) análisis de patrones de difracción para conocer la estructura de materiales cristalinos y 3) el uso de redes de difracción para construir espectrómetros, instrumentos que permiten identificar sustancias en materiales.
Debido a la dualidad onda-corpúsculo característica de la mecánica cuántica es posible observar la difracción de partículas como
neutrones o
electrones. En los inicios de la mecánica cuántica este fue uno de los argumentos más claros a favor de la descripción ondulatoria que realiza la
mecánica cuántica de las partículas subatómicas.
Instrumento didáctico para estudiar la difracción de electrones de baja energía
En lo respecta al espectro electromagnético, los
rayos X presentan longitudes de onda similares a las distancias interatómicas en la materia. Por ello, es posible utilizar la
difracción de rayos X como un método para explorar la naturaleza de los cristales y otros materiales con estructura periódica.
Por ejemplo, la difracción de rayos X producida por una estructura cristalina (como de la sal de mesa:
NaCl) verifica la
ley de Bragg. Analizando la geometría del patrón de difracción se puede inferir la estructura con la que se ordenan las moléculas en la muestra estudiada. Así, esta técnica se utilizó para discernir la estructura del
ADN, y fue una de las pruebas fácticas
2 de su configuración de doble hélice presentadas por
James Watson y
Francis Crick3 en
1953.
Un patrón de difracción de ADN
En lo que respecta al espectro electromagnético cercano a la región visible, el fenómeno de difracción se aprovecha para estudiar e identificar sustancias por medio de alguna técnica espectroscópica
4. Por ejemplo, los espectrómetros de absorción óptica suelen mostrar la siguiente instrumentación: una lámpara ilumina una muestra (que puede ser un colorante disuelto en un líquido trasparente); la luz emitida de la muestra cuenta con información sobre la composición y estructura del colorante, y es por medio de una
rejilla de difracción que esta luz se descompone (como lo hace un prisma con un rayo de luz, pero de modo más eficiente), dirigiendo la luz hacia un sensor, el cual cuenta con una interface conectada a una computadora. La rejilla de difracción es un componente esencial para construir instrumentos de alta exactitud como lo
espectrómetros.
Láser difractado por medio de una abertura circular
Láser difractado por una rendija hexagonal.
Láser difractado por una sola rendija. Muestra el orden cero y uno.
Láser difractado por una rendija doble.
Láser difractado por una rejilla de 100 rendijas.
Láser difractado por una hebra de
PELO.
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