lunes, 19 de noviembre de 2018

ÓPTICA

FENÓMENOS ÓPTICOS

Arco iris de niebla de 360 grados.
Un arco iris de niebla, gloria solar y espectro de Brocken observados en San Francisco.
Un arco iris de niebla y gloria solar en San Francisco.
Arco de niebla, Embalse de Serones, Ávila, Spain. Observatorio de La Cañada
Un arcoíris de niebla es parecido a un arcoíris, pero debido al tamaño diminuto de las gotitas de agua que causan la niebla, menores que 0,05 mm, los arcos iris de niebla tienen colores muy débiles, un borde exterior rojo y un interior azulado. En algunos casos cuando las gotitas son muy pequeñas parece blanco. Un arco iris de niebla se puede ver en nubes, típicamente desde un avión mirando hacia abajo y entonces se llama "arco iris de nube".
Cuando las gotitas que lo forman tienen todas casi el mismo tamaño el arco iris de niebla puede tener múltiples anillos internos, supernumerarios, que están muy fuertemente coloreados más que el arco iris principal.
La falta de colores del arco iris de niebla es el resultado de las más pequeñas gotas de agua, tan pequeñas que la longitud de onda de la luz se hace importante. La difracción emborrona los colores que se crearían con gotas de agua de arco iris más grandes.






































Un arco iris de niebla se puede ver en la misma dirección que un arco iris, así el sol estaría detrás de la cabeza del observador y la dirección de la vista estaría hacia un banco de niebla (que puede no distinguirse en direcciones lejanas del arco iris en sí). Su radio exterior es ligeramente menor que el de un arco iris.
Cuando un arcoíris aparece de noche se le llama arcoíris de niebla lunar.




Fotografía de arcoíris lunar.
Un arcoíris lunar o arco iris lunar (también conocido como arcoíris blanco o sencillamente arco lunar1​) es un arcoíris que ocurre por la refracción de la luz, en este caso lunar, sobre una lluvia o neblina nocturna. Los arcos iris lunares son relativamente tenues, debido a la escasa cantidad de luz que llega desde la Luna. Como los arcos iris, los arcos lunares se encuentran siempre en el lado opuesto del cielo desde el que llega la luz de la luna.






Las mejores condiciones para que se produzca un arcoíris lunar son:
  • Cielo despejado.
  • Luna llena (cuando la luz de la luna es más brillante).
  • Justo después del crepúsculo vespertino o antes del crepúsculo matutino (cuando la luna todavía está baja).
  • Abundante humedad (por lo que es más fácil verlos en cataratas).
Es difícil distinguir los colores en un arcoíris lunar porque la luz es generalmente demasiado débil para excitar los conos receptores de colores del ojo. Sin embargo, las cámaras fotográficas sí son capaces de captar los distintos colores.

 Criação Divina.jpg














Apariencia simulada del cepillo de Haidinger para la luz polarizada verticalmente. El tamaño y la intensidad están exagerados para mayor claridad. La presentación rotacional real variará con la polarización de la fuente de luz. El cepillo de Haidinger es un fenómeno entóptico que fue descrito por primera vez en 1844 por el austríaco Wilhelm Karl von Haidinger.
Algunas personas son capaces de percibir la polarización de la luz. Esto es percibido como una barra amarillenta horizontal o bastoncillo, de ahí el nombre de cepillo, con límites poco claros visible en el centro del campo visual. Este "cepillo" se ve contrastado sobre el cielo azul cuando se llevan gafas de sol polarizadas y se aleja la mirada del sol. Esta mancha tiene un ángulo de 3 a 5 grados dentro del campo visual, más o menos, el mismo tamaño que un pulgar visto a la distancia de un brazo extendido. La dirección de polarización de la luz es perpendicular a la línea amarilla (p. ej. vertical si la barra es horizontal). El cepillo de Haidinger puede llegar a tener un área blanca en pantallas de cristal líquido, en ese caso suele ser diagonal.
Muchos artrópodos como mantis religiosas, moluscos, insectos y peces son capaces de sentir la luz polarizada.









Venus transita la cara del Sol en 2004. Aquí es visible el efecto de la gota negra.
El efecto de la gota negra es un fenómeno óptico visible durante un tránsito de Venus y, en menor medida, un tránsito de Mercurio.
Justo después del segundo contacto, y de nuevo justo antes del tercer contacto durante el tránsito, una "lágrima" pequeña negra aparece al conectar el disco de Venus en el limbo del Sol, por lo que no es posible determinar con precisión el momento exacto de contacto de ambos contactos. Esto llevó al fracaso de los intentos durante los tránsitos de Venus del siglo XVIII de establecer un valor preciso de la unidad astronómica.
Por mucho tiempo se pensó que el efecto de la gota negra se debía a la densa atmósfera de Venus, y de hecho se consideró que era la primera evidencia real de que Venus tenía una atmósfera. Sin embargo, ahora se piensa que es un efecto óptico causado por la mancha de la imagen de Venus por la turbulencia en la atmósfera de la Tierra o imperfecciones en el aparato de visualización.12​ Con mediciones precisas, sin embargo, se observó una caída del efecto desde fuera de la atmósfera de la Tierra durante los tránsitos de 1999 y 2003 de Mercurio, aunque este planeta no tiene atmósfera significativa.3
En el tránsito de Venus del 8 de junio de 2004, muchos observadores dijeron que no vieron el efecto de la gota negra, o al menos que fue mucho menos pronunciado de lo que había sido reportado en los tránsitos de los siglos anteriores.4​ Esto pudo deberse a utilizar telescopios más grandes, mejor óptica y el oscurecimiento del limbo.

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