monasterios de la provincia de Burgos
El monasterio de San Pedro de Arlanza, situado en Hortigüela (Burgos, Castilla y León, España) a orillas del ríoque le da nombre, fue uno de los centros monásticos más importantes del condado de Castilla. Aunque los restos más antiguos existentes hoy en el conjunto monacal, correspondientes a la iglesia, datan de 1080, la congregación fue fundada por el conde Fernán González en 912 como un eremitorio, de ruinas aún visibles, en la parte alta de las paredes que flanquean el valle. Este monasterio recibió el apelativo de «cuna de Castilla» y estuvo en funcionamiento hasta la desamortización de Mendizábal en el 1835.
Historia
El eremitorio primigenio fue fundado en torno a 912, año en el que están fechados dos documentos fundacionales conservados en el cartulario del monasterio, uno otorgado por el conde Fernán González y su esposa Sancha y otro por el conde Gonzalo Téllez su mujer Flamula y la madre y hermano de Fernán González, Muniadona y Ramiro González. Los dos documentos presentan serias dudas sobre su autenticidad, sobre todo el de Fernán González cuyos anacronismos son evidentes y que sería elaborado para vincular su figura aún más al monasterio. Es probable que el documento de Gonzalo Téllez tenga un contenido auténtico, ya que encaja perfectamente con los años de actuación de este conde.1 a
Es probable que los restos de Fernán González reposaran aquí, junto a su esposa Sancha, tras su traslado desde su probable ubicación original en la cercana ermita de Santa María de Lara. Tras el traslado permanecieron en el monasterio hasta la desamortización eclesiástica de Mendizábal y el consiguiente abandono de las dependencias monacales, lo que hiciera necesario en 1841 trasladar los sarcófagos a la colegiata de la vecina población de Covarrubias.
El conjunto presenta hoy una superimposición de diferentes estilos, fruto de las numerosas actuaciones a lo largo del tiempo. Así, mientras la iglesia, comenzada en el año 1080 y hoy en ruinas, tenía tres naves y tres ábsides a la cabecera, por lo menos en el primer planteamiento románico, durante la etapa del gótico hubo modificaciones que cambiaron el aspecto general del templo, si bien se conservaron algunos capiteles del siglo XI. Entre los restos de la monumental iglesia destacan los tres ábsides semicirculares, con amplios presbiterios. También se conserva la torre, levantada a finales del siglo XII, así como parte del claustro, la sala capitular y el óculo de doble abocinamiento en la parte superior del hastial del imafronte. Existe asimismo, la portada de la iglesia que fue trasladada al Museo Arqueológico Nacional en 1895. No es ésta la única pieza patrimonial de que ha sido despojado el monasterio: además, como se ha dicho, del sepulcro de los condes de Castilla Fernán González y Sancha, de otro sepulcro románico de gran belleza que la tradición dice haber pertenecido a Mudarra y que puede verse en la catedral de Burgos, de valiosos frescos que se exhiben en el Museo Metropolitano de Nueva York y en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, y de otras obras de arte de prolija relación.
Actualidad
Hoy en día los restos del monasterio son visitables con guía. Algunas de las dependencias (celdas) de los monjes han sido restauradas en el marco de un proyecto para recuperar parte del monasterio para uso turístico.
Por su relación con el fundador de Castilla y su gran importancia hasta la desamortización, corre una leyenda que liga el esplendor de Castilla con el del monasterio, de forma que la recuperación de uno sería la recuperación del otro.
El monasterio de San Pedro de Cardeña es una abadía trapense situada en Castrillo del Val, a 10 km del centro de Burgos (España). Actualmente, está considerado como BIC (Bien de Interés Cultural) (fue declaradoMonumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 19311).
Historia
El monasterio se habrá fundado antes de 902 cuando el conde deLantarón y de Cerezo, Gonzalo Téllez y su esposa Flámula realizaron la primera donación documentada al cenobio el 24 de septiembre de ese año de una serna en Pedernales y unas eras de sal.2
Santos mártires
En los siglos IX o X sus monjes fueron martirizados por losmusulmanes, canonizados en 1603 y conocidos como los «Mártires de Cardeña». El monasterio goza de gran popularidad con gran afluencia de devotos, entre los que se encuentran el rey Felipe III de España y su esposa la reina Doña Margarita de Austria. Una de sus preciadas reliquias, la cabeza de su abad San Esteban, fue trasladada al Monasterio de Celanova; también se encuentran dos urnas en el Monasterio de la Huelgas y otra en la Catedral de Burgos.
Cada año, el 6 de agosto, aniversario del martirio, la tierra del claustro donde fueron sepultados los mártires, se teñía de un color rojizo que parecía sangre. El milagroso prodigio, ampliamente testificado, se repite hasta finales del siglo XIV. El año 1674 ya una vez levantado el nuevo claustro de estilo herreriano se reprodujo el hecho, personándose el arzobispo Enrique de Peralta, que vivamente impresionado encargó un estudio, interviniendo médicos y teólogos. Recogió el líquido, coaguló al ser puesto en agua hirviendo.[cita requerida]
Durante la Guerra Civil Española se convirtió en un campo de concentración para prisioneros de guerra del bando franquista. El 1 de febrero de 1967 un violento incendio destruyó las tres cuartas partes del monasterio, habitado desde 1942 por la abadía trapense de Nuestra Señora de los Mártires.3
Scriptorium
La prosperidad del monasterio en la época altomedieval se refleja en la calidad de suscriptorium, en el que el monje Endura realizó obras extraordinarias.
El Beato de San Pedro de Cardeña fue realizado entre los años 1175 y 1180, cuenta con 290 páginas y 51 miniaturas. 127 folios se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, dos en la Biblioteca Francisco de Zabálburu, también en Madrid (donde también se halla el Cartulario de San Pedro de Cardeña), uno en el Museo Diocesano de Gerona y otros quince en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.4
Edificio
Su edificación ha sufrido numerosas restauraciones, conviviendo así varios estilos. Son de destacar los siguientes elementos:
Torre cidiana
Robusto campanario donde se alternan las diversas evoluciones del estilo románico.
Claustro de los Mártires
Desde la sala capitular, que data del siglo XIII, se divisa a través de grandes cristaleras el claustro románico, que data del siglo XII. Compuesto por arquería de medio punto sobre columnas únicas que descansan sobre fustes robustos y coronadas de capiteles que imitan el estilo corintio. Los arcos recuerdan en su decoración a los de la mezquita de Córdoba por su policromía, alternando los colores blanco y rojo. En la pared izquierda se encuentran unas antiquísimas piedras cuya inscripción recuerda el trágico suceso.
Iglesia
Para construir esta iglesia de tres naves se destruyó la románica, aunque afortunadamente se salvó la torre, legítimo recuerdo cidiano. Reedificada en el siglo XVI, consta de tres naves, con una capilla aneja, denominada capilla de El Cid, ya que allí fue enterrado, y permaneció antes de su traslado a la catedral de Burgos. La fachada de la iglesia es de estilo barroco.
Panteón real
En el lateral derecho de la iglesia gótica, se abre una capilla barroca que data de 1753 a la que fueron trasladados los restos del Cid Campeador y su esposa Jimena. En las paredes de esta estancia llamada «Capilla de los Héroes», hay 29 nichos con inscripciones de nombres de reyes y familiares del Cid. Conocido popularmente como «El Escorial burgalés»5 fue reedificado por el conde de Castilla García Fernández el de las Manos Blancas, que allí recibió sepultura. Según la tradición, continúan allí los restos de los Jueces de Castilla (aunque históricamente no existieron); los hijos de Jimena Díaz y El Cid María Rodríguez, Cristina y Diego, muerto a temprana edad en Consuegra (Toledo); Ramiro Sánchez de Pamplona, señor de Monzón (marido de Cristina Rodríguez, hija de El Cid) o Ramiro de León, hijo de Alfonso I el Magnode Asturias.
Lugar cidiano
Según el Cantar de mio Cid y las tradiciones posteriores, antes de marchar al destierro, Rodrigo Díaz de Vivar dejó en San Pedro de Cardeña, al amparo del abad Sancho (que la crítica ha identificado con Sisebuto de Cardeña atribuyendo una confusión al autor del Cantar),6 a su esposa Doña Jimena y a sus hijas, aunque este hecho no está atestiguado por pruebas históricas. En el primer destierro de 1081, las propiedades de Rodrigo Díaz no le fueron enajenadas, y la familia del Cid pudo seguir residiendo en sus casas. En el segundo, de 1089, la familia fue presa por mandato de Alfonso VI en un castillo, quizá Gormaz, para reunirse con el Campeador poco después.7
El enterramiento del Cid en San Pedro de Cardeña no fue debido a la voluntad personal de Rodrigo Díaz. A su muerte en 1099 fue inhumado en la catedral de Valencia, por lo que solo en 1102, tras tener que abandonar Jimena Díaz la plaza levantina, fueron trasladados sus restos al cenobio cardeniense. Allí permaneció durante algunos años su cuerpo embalsamado y sentado en un escaño del presbiterio. Desde ese momento se generaron en el una serie de narraciones de carácter hagiográfico que hacia 1280 constituyeron un corpus conocido como Leyenda de Cardeña cuyo propósito fue vincular al Cid con el monasterio de Cardeña, con el que en vida había tenido escasa relación. Estos materiales legendarios se incorporaron a la Versión sanchina de la Estoria de España o Crónica de veinte reyes, que puede datarse entre 1282 y 1284. En el siglo XIV el monasterio caradignense estimuló el culto a las reliquias cidianas, en cuyo contexto se redactó el Epitafio épico del Cid y, posiblemente, se encargara o elaborara, a partir de un ejemplar tomado en préstamo, el códice con la copia de 1325–1330 en el que se conserva el Cantar de mio Cid.8 9 En el claustro nuevo una lápida recuerda el lugar que ocupaba su sepulcro.
Tradición de la tumba de Babieca
En la explanada situada frente a la fachada principal, en la que aparece una imagen ecuestre del Cid Campeador, hay una estatua delSagrado Corazón, y a la izquierda un monolito con leyenda alusiva al caballo Babieca. Coincide con el lugar donde una creencia tradicional considera que fue sepultado el animal. Los relatos del siglo XIII que recogen las tradiciones elaboradas en el monasterio conocidas como Leyenda de Cardeña narraban que:
El criado del Cid, Gil Díaz (supuestamente un faqih valenciano que se había convertido al cristianismo) cuida de su caballo durante dos años. Durante ese tiempo lo utiliza como semental para que pueda crear una progenie notable; sus descendientes «posiblemente aún están con nosotros en la actualidad». Al cabo de los dos años muere Babieca; Gil Díaz lo entierra «frente a la puerta del monasterio» y planta dos olmos para señalar el lugar; «esos olmos aún siguen en su sitio en la actualidad». Con el tiempo también muere Gil Díaz y de acuerdo con su voluntad, le entierran junto a Babieca.Richard Fletcher, El Cid, 2007
Mientras, según narra la Estoria de Cardeña, el Cid permanece muerto y expuesto al público sentado en un taburete de marfil. A su mujer, Jimena (aunque históricamente murió después del 29 de agosto de 1113, probablemente en 1116)10 la tienen enterrada a los pies del héroe. Siete años tras su muerte, un judío logra entrar solo en el monasterio de Cardeña y se dispone a tirar de la barba al Cid Campeador cuando advierte, aterrorizado, que la mano diestra del Cid se desliza hacia su espada y la comienza a extraer de la vaina, haciendo huir al judío que, tras este suceso, se convertiría al cristianismo. Diez años más tarde al Cid se le cae parte de la nariz. El abad cardeñense decide no tenerlo a la vista más tiempo «puesto que está feo» y lo entierran junto a su mujer. Todos estos relatos indican que a fines del siglo XIII se había creado en Cardeña un culto relacionado con reliquias cidianas que se mostraban al peregrino: los olmos bajo los que estaba enterrado Babieca y su criado, el taburete de marfil donde quedó a la vista su cadáver, un ajedrez que le perteneció... Estas narraciones y reliquias asociadas constituían la hagiografía del Cid, tratado como si fuera un santo. Se contaban sus milagros (vencer una batalla después de muerto, y defenderse, ya cadáver, del ataque del judío) y se promovía su devoción.
Incluso, aunque pueda resultar sorprendente, en 1948 el duque de Alba financió una excavación en el lugar donde estuvieron los olmos y actualmente hay una lápida conmemorativa del lugar donde fue enterrado Babieca, con el fin de encontrar sus restos, pero no encontró nada.11
Jurisdicción de Abadengo
Sobre la villa de Resmondo, en el partido de Villadiego, y los lugares de Carcedo, Cardeñajimeno, Cardeñuela Riopico, Castrillo del Val, Orbaneja Ríopico y Villafría, en el partido de Burgos, durante el periodo comprendido entre 1785 y 1833, en el Censo de Floridablanca de 1787.
Desamortización
Como consecuencia de la Desamortización desaparece el culto. En 1936, durante la Guerra Civil española, se convirtió en campo de concentración.
Abadía cisterciense
El 1 de mayo de 1942, siendo arzobispo de Burgos Manuel de Castro Alonso, se restauraba la vida monástica por monjes trapenses llegados del monasterio palentino deSan Isidro de Dueñas. En 1945 se eleva al rango de priorato; en 1948 logra el título de abadía siendo su primer abad Jesús Álvarez Álvarez. El 1 de abril de 2008 fue elegido abad por un sexenio Jesús Marrodán Ezquerro († 18. Marzo 201112 ), siendo bendecido el 18 de mayo de 2008 por Francisco Gil Hellín, arzobispo de Burgos.
Productos
Vinos y licores
En el monasterio se conserva la bodega románica más antigua de España en uso comercial, donde se elabora el tinto Valdevegón con uva de La Rioja.13 También elaboran un licor llamado Tizona del Cid, que se elabora a partir de hasta 30 hierbas que maceran en barricas de roble durante al menos quince días. Existen dos variedades, la verde de 38% y la amarilla de 40% volumen.14
Cerveza trapista
En 2016 se convierte en el primer monasterio español en producir cerveza trapista, si bien no cuenta con el sello otorgado por la Asociación Internacional Trapensedebido a que no cumple con los requisitos (estar elaborada por monjes dentro de los muros del monasterio).15 La idea de crear la cerveza Cardeña, una triple rubia de 7%,16 parte del padre José Luis y el creador de la bebida, Bob Maltman, además del experto cervecero belga Erick Coene. Como en cualquier otro monasterio trapense, lo obtenido con la venta de la cerveza se destinará a sustentar el monasterio y a obras de caridad.
El Monasterio Santa María de Rioseco se encuentra a orillas del Ebro, en el escondido Valle de Manzanedo, en las Merindades de Burgos, a las puertas del parque natural del alto Ebro y Rudrón, a 10Km de Villarcayo, 72Km de Burgos, 94Km de Bilbao y 105Km de Santander.
Historia
Orígenes
El monasterio Santa María de Rioseco estuvo habitado durante siglos por “monjes blancos” de la orden del Císter, llamados así por su indumentaria, por contraposición a los monjes cluniacenses, conocidos como “monjes negros”.
Pero no siempre estuvo ubicado donde hoy lo contemplamos. Su primer establecimiento fue en Quintanajuar, entre Cernégula y Masa. En 1135, el rey Alfonso VII “el emperador” entregó el monasterio de Quintanajuar al monje Cristóbal, sobre el que los estudiosos no se ponen de acuerdo en si;era ya un “monje blanco”.
El rey Alfonso VIII deseaba pacificar la frontera de Castilla con Navarra, por eso les ofrece donaciones a los monjes de Quintanajuar si se trasladan a San Cipriano Montes de Oca en , lugar en el que se instalan en 1184. Pero en Montes de Oca no les gusta vivir, motivo por el que en los años siguientes fueron adquiriendo -bien mediante donaciones o mediante compras- terrenos en el Valle de Manzanedo. Por ello en 1204, los monjes se mudan a Rioseco, sin comunicárselo al Capítulo General de y con el desagrado del rey. Por esta decisión el abad fue destituido.
Pero no se ubicaron en su actual localización, puesto que ese terreno era de los Velasco, señores de Medina de Pomar, sino junto a un arroyo que nace en Fuente Humorera y vierte sus aguas en el Ebro.
Con la compra del terreno a los Velasco, la disculpa de una inundación que “destruyó” el monasterio primitivo y el beneplácito, esta vez, del Capítulo General, se trasladaron en 1236 definitivamente al que sería su último y definitivo emplazamiento.
EL COTO REDONDO DE RIOSECO
Los monasterios cistercienses supusieron un incipiente renacimiento cultural por su proyección espiritual, inseparable de su proyecto de transformación político-social.
La comunidad cisterciense estaba perfectamente estratificada; convivían los monjes “oradores” o letrados y los legos o “conversos” que se ocupaban del trabajo en las granjas.
En sus mejores momentos Rioseco debió contar aproximadamente con una comunidad de 100 personas, de las que 25 serían monjes y el resto conversos, novicios y criados.
En el recinto monástico estaban las dependencias de los monjes y separadas de estas la hospedería -donde se alojaban los viajeros- y el hospital, donde se cuidaba de los enfermos pobres. Asimismo los monjes se ocupaban de los indigentes que acudían al monasterio en busca de limosna, comida o ropa.
Fuera del convento se encontraban las familias que trabajaban en las granjas, ventas, molinos, y batanes.
Las granjas, molinos, batanes y ventas que formaban el coto redondo del monasterio de Rioseco eran: las ventas de los Hocinos y Manzanedillo, los molinos de Congosto, Bailera, Tollo y Cueva de Manzanedo, parte del pueblo de Remolino y las granjas de , San Cristóbal, Retuerto, Robledo, Fuente Humorera y Casabal.
Es importante recordar que los monjes de Rioseco crearon una explotación agrícola modélica, imponiendo en el Valle de Manzanedo los cultivos de trigo, viñedos y lino. También introdujeron los frutales en el Valle.
Destacó su plan ganadero, de ahí la importancia para los monjes de prados y bosques. Su cabaña ganadera llegó a contar con 2.000 cabezas de ovejas y en el Catastro del Marqués de se recoge que en su coto redondo había 200 carneros, 16 vacas, 70 cabras, 31 chivos y 12 cerdos. La importancia de su plan hidráulico justifica la elección de situar el monasterio junto al río Ebro.
LOS SIGLOS XIX Y XX. ABANDONO Y EXPOLIO
El siglo XIX comenzó mal para el monasterio. Con la guerra de los soldados franceses embargaron gran parte de los granos que almacenaban en monjes fueron obligados a exclaustrarse desde 1809 hasta junio de 1814, fecha en la que, con la vuelta del absolutista Fernando VII a España pudieron regresar a Rioseco. Durante el Trienio Liberal (1820-1823) fueron de nuevo exclaustrados y salieron a pública subasta algunas de las propiedades del monasterio. Tuvieron especial aceptación y buena venta los molinos. De nuevo una orden de Fernando VII tras el fin de la revuelta liberal les devolverá al monasterio.
En 1835 la ley desamortizadora de Mendizábal -que permitía la venta de los bienes monásticos- puso fin al monasterio, siendo su último abad, Julián Barbillo.
El 6 de noviembre de 1835 se procedió a la venta del monasterio. Años después, Francisco Arquiaga, comisario provincial de la subasta se quedó con él por el precio de salida, al no haber interés entre el público en adquirir este inmueble, pues, debido a las vicisitudes de los últimos años, se encontraba ya en ruinas.
Arquiaga, desde el primer momento cedió la iglesia al arzobispado de Burgos, convirtiéndose desde entonces en parroquia de las granjas del monasterio.
A partir de la desamortización, la desidia, el olvido y el expolio convirtieron poco a poco al que fue un hermoso monasterio en unas peligrosas ruinas, motivo por el que en la década de los cincuenta los nietos de su comprador donaron las ruinas del cenobio al arzobispado de Burgos, su actual propietario.
En la década de los sesenta la iglesia seguía en uso, prueba de ello es que en 1964 se celebró allí la última boda, la de Adelaida da Silva Rodríguez y Eduardo Peña Cuesta. Pero en la década de los setenta, poco a poco la iglesia inició su camino hacia la ruina y el olvido.
Descripción. Etapas constructivas.
Resulta difícil y complicado realizar una precisa reconstrucción de las etapas constructivas del monasterio de Rioseco, porque ha sufrido constantes remodelaciones, y, sobre todo, por el estado de degradación y ruina en el que se encuentra sumido.
No obstante existen tres períodos muy diferenciados:
1.- Período de creación, o cisterciense, que podemos situar entre los siglos XIII-XIV. A él corresponde la iglesia del monasterio. Sabemos que en este primer momento constructivo existió un claustro y una sala capitular diferentes a las que conocemos hoy en día.
La arquitectura cisterciense se caracterizaba por la sobriedad ornamental, evidente en los canecillos del lado norte de la iglesia, que se decoran con motivos geométricos y en los capiteles de las columnas con sencillos motivos vegetales. La iglesia se llenaba de luz blanca a través de los apuntados ventanales de la cabecera y de las ventanas que se abrían en el lado sur de la iglesia, que en este primer momento constructivo se abrían sobre el claustro de una única altura.
2.- Etapa renacentista, que fechamos en el siglo XVI. Durante este período de florecimiento económico para el monasterio se emprende un importante número de obras, entre las que citaremos el comienzo de y alguna otra dependencia, así como la contratación de la obra del claustro y sus trazas con Juan de Naveda.
3.- Etapa barroca, que comienza al iniciarse el siglo XVII, prolongándose hasta la centuria siguiente. Es el momento en el que se construye el actual claustro -en una de cuyas piedras aparece grabada la fecha del año 1637- . Barrocos serán algunos otros elementos que vemos distribuidos a lo largo de todo el monasterio y la inmensa mayoría de dependencias del monasterio a las que se accede desde el final de la panda de , actualmente la zona más arruinada del conjunto monacal. A partir de esta fecha, se acometen importantes obras en el interior de la iglesia, donde además de puertas y decoraciones en molduras y cornisas merecen ser destacados los dos arcos en esviaje que comunican las capillas laterales de la cabecera con la principal. En el claustro se realiza la dependencia cubierta con bóveda de terceletes que identificamos como Cilla.
Reconstrucción ideal del monasterio de Rioseco
1.- Iglesia 2.- Sala Capitular 3.- Claustro de los monjes
4.- Cilla 5.- Claustro de 6
.- Entrada principal al monasterio
1.- IGLESIA
Su planta es de una sola nave, formada por cuatro tramos de diferentes dimensiones, siendo el que se sitúa junto al crucero más ancho que los otros.
La cabecera es tripartita y recta. A los pies se dispone el Coro de los Conversos, que curiosamente se sitúa en alto.
El interior se cubre con bóvedas cuatripartitas y la cabecera con una bóveda de ocho nervios, confluyentes en la clave.
La cabecera se ilumina con tres vulgares ventanales que permitían iluminar el interior a través del retablo principal.
La primitiva cabecera gótica poseía tres ventanales apuntados, que fueron cegados posteriormente, aunque apreciamos su tracería.
En el muro norte de la iglesia se disponía el púlpito, el acceso a la escalera de caracol que conducía al primitivo campanario y la escalera que conducía al órgano que se disponía en un enorme vano, actualmente vacío.
2.- SALA CAPITULAR
La sala capitular es una de las estancias más importantes de un monasterio, se sitúa por lo general en la panda o ala este del claustro y es el lugar en el que a diario se reunían los monjes con el abad para leer cada mañana algún capítulo de la regla de la orden. Sobre ella se disponía el dormitorio de los monjes. Era la primera estancia en construirse y se comenzaba poco después de levantarse la cabecera de la iglesia.
La primitiva Sala Capitular de Rioseco era de menor altura que la actual y algo más alargada, tal y como apreciamos a través de las ventanas cegadas que daban al claustro en la primera construcción. La actual se cubre con una bóveda de terceletes, semejante a la de obra se remataba en 1663 por los canteros Andrés Prieto, Cagigal, Lastras y sobre todo Pedro Sáinz.
3.- CLAUSTRO DE LOS MONJES
El monasterio de Rioseco tuvo un primer claustro de una única altura, como lo atestiguan las ventanas cegadas en el lado sur de la iglesia.
El siglo XVI fue bueno para las arcas del Monasterio y es entonces cuando decidieron realizar un claustro más en consonancia con el gusto de la época.
El claustro actual es un magnífico ejemplo de arquitectura clasicista. Fue contratado en 1595 con el cántabro Juan de Naveda. En del Mandatum, al Norte, se adosa la iglesia. Al Este está de , al Sur del Refectorio del que no queda nada y al oeste de arquerías de estas dos últimas Pandas son las que han sufrido un deterioro mayor. En todas ellas se abrían clasicistas puertas de acceso a las dependencias, muchas de las cuales resultan difíciles de distinguir actualmente por haber sido cegadas. En de se abre el acceso a la antigua escalera principal, una bella escalera de caracol sin alma, semejante a la del Monasterio San Pedro de Cardeña de Burgos.
4.- LA CILLA
La cilla es el Granero o Bodega de los monasterios. En los monasterios cistercienses solía estar situada en el lado oeste (como ocurre en Rioseco). Solía ser de planta rectangular y abovedada.
Esta estancia, construida directamente sobre la roca, se cubre con una bóveda de terceletes muy similar a la de , si bien en esta ocasión se realiza a base de piedra de toba, que permite aligerar las cargas.
En el intradós del arco que precede a la bóveda encontramos una fecha -1663-, que habla de su terminación definitiva o bien de una remodelación en la segunda mitad del siglo XVII.
Por los restos de cornisa antes de la bóveda, se aprecia que al menos poseía dos tramos abovedados.
En 2013 se ha abierto de la puerta, hasta ahora cegada, que comunicaba el Claustro con , lo que nos permite tener una visión mucho más atractiva de esta dependencia del Claustro.
5.- EL CLAUSTRO DE LA HOSPEDERÍA
No queda nada de este claustro, que suele ser común en casi todos los monasterios de cierta importancia, puesto que cuando se construía un monasterio también debía estar prevista entre sus estancias la existencia de una hospedería. Por la irregularidad del terreno sobre el que se asienta el monasterio, el claustro de era de tres alturas y poseía una monumental escalera que le unía con el Claustro de los monjes y de la que tampoco queda nada, salvo las siluetas de los pasamanos y la insinuación de estar cubierta con una bóveda de terceletes.
6.- ENTRADA PRINCIPAL AL MONASTERIO
La entrada principal del monasterio se abría junto a del Abad, donde hoy solo encontramos un amasijo de ruinas. Afortunadamente existe una fotografía en el Archivo de de Burgos que nos muestra la clasicista puerta con arco de medio punto y columnas que sustentan un frontón triangular. Las columnas, de orden jónico, se relacionan íntimamente con las columnas, también jónicas, de la galería del patio al que se accedía por esta entrada principal, actualmente oculta bajo los restos de una persistente hiedra.
Conservación
Dado su estado de abandono, figura en la Lista roja de patrimonio en peligro, que la asociación Hispania Nostra empezó a elaborar en el año 2006.
Actualmente el colectivo de voluntarios "Salvemos Rioseco" intentan consolidar y recuperar este monasterio cisterciense. Este colectivo está formado por hombres y mujeres de las parroquias y de los pueblos del Valle del Manzanedo y de otros pueblos de las Merindades. Especialmente de profesores del claustro del IES Merindades de Castilla, alumnos del instituto, el Ayto. del Valle de Manzanedo, Mazorca de Villarcayo, vecinos de Medina, jóvenes de Burgos y amigos de un montón de rincones y ciudades como Bilbao, Madrid, Valladolid… que, a pesar de la lejanía ayudan a conseguir este objetivo.
Este colectivo ha publicado el libro Santa María de Rioseco. El monasterio evocado, de la historiadora Esther López Sobrado. Los beneficios obtenidos con la venta se dedican a la restauración del monasterio. Profesores y alumnos del Instituto de Enseñanza Media Merindades de Castilla de Villarcayo han desarrollado el proyecto «Salvemos Rioseco», premiado por Educación, y como parte del mismo durante los fines de semana de julio, agosto y septiembre hay visitas guiadas efectuadas por estos alumnos, profesores y padres en las que se puede apreciar la mejoría de este monasterio, aún en peligro de desaparecer.
Para visitarlo. Visitas / Horarios
Durante los meses estivales se organizan visitas guiadas gratuitas al Monasterio Santa María de Rioseco para ponerlo en valor y conocer el trabajo del voluntariado.
Los horarios de visita son:
Semana Santa;2016 — Del 19 al 28 de marzo de 11h a 14h y de 16h a 19h
Verano de 12h a 14h y de 17h a 20h
En julio— del 1 al 17 fines de semana. Del 18 al 31 todos los días
En agosto— Todos los días
En septiembre— del 1 al 18 todos los días, después solo los fines de semana.
Hasta el 12 de octubre— Fines de semana
El resto del año también realizan visitas guiadas pero solo para grupos de más de 10 personas.
- Semana del voluntariado
Durante la primera semana completa de agosto se celebra la semana del voluntariado, es un campo de trabajo en el que todo el que quiera ayudar en la recuperación del monasterio puede colaborar en ello.Semana del Voluntariado
- Fiesta del voluntariado
El domingo de la semana del voluntariado se celebra la “Fiesta del voluntariado”. Es un día en homenaje a todas esas personas que de una manera u otra colaboran de forma altruista en la conservación del monasterio.
El retablo mayor de la iglesia del monasterio es el que hoy preside la capilla mayor del Seminario Diocesano de Burgos, es un retablo barroco de gran estilo, colorido y recargado como venía siendo propio del Barroco. Está presidido en el centro por una bella imagen de la Virgen María, de amplias dimensiones, todo ello rodeado de querubines.
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