Monumentos y esculturas de Santiago de Chile
El Monumento a los Héroes de Iquique se ubica en la plaza Capitán Prat, en la intersección de las calles 21 de Mayo e Ismael Valdés Vergara, en el centro de la ciudad de Santiago, Chile. Inaugurado el 28 de mayo de 1962,1 2 fue el primer monumento erigido en la capital del país en honor a los héroes del combate naval de Iquique.2
El monumento está compuesto por una pirámide de 25 metros de altura que imita un faro. En su base occidental se alza el conjunto escultórico principal, obra de José Carocca Laflor, que muestra a Arturo Prat mirando hacia el mar y alzando su mano izquierda hacia el horizonte. Junto a él se ubican dos marineros, y, atrás del héroe, una alegoría a la República. Debajo del conjunto principal, escrita en un costado de un bloque de piedra, se lee la carta de Miguel Grau Seminario dirigida a la viuda de Prat, Carmela Carvajal, luego de la contienda.
La Pirámide del Camino de San Pablo es un monumento construido en Santiago de Chile para conmemorar la construcción del Camino de San Pablo para facilitar el tránsito entre Santiago y Valparaíso. Se encuentra actualmente ubicado en la calle San Pablo con Almirante Barroso.
En Santiago de Chile durante el siglo XVIII existían dos caminos hacia Valparaíso, siendo el primero de estos el llamado Camino de Chile y el otro el Camino de las Carretas, el cual fue construido durante el siglo XVII. El tránsito por cualquiera de estas dos vías era difícil y agotador, lo cual dejaba en claro la necesidad de la construcción de una nueva vía más moderna y directa para facilitar el tránsito entre ambas ciudades. El Camino de San Pablo fue la solución que proveyó el gobierno del Marqués don Ambrosio O’Higgins, trazándolo sobre el antiguo Sendero de las Cuestas, el cual era utilizado por viajeros y arrieros de mulas o caballos, siendo la construcción del camino encargada al ingeniero José Hidalgo.
Con la construcción de diques para encauzar las aguas del Mapocho, se redujeron por mucho la coberturas de sus aguas, lo cual dejó al descubierto un sendero pedregoso en la orilla sobre la cual "nació una calle más estable y urbanizable".3 En el año 1788 don Ambrosio O’Higgins asumiría la gobernación de Chile, durante la cual inició una serie de gestiones para poder reunir los fondos necesarios para la construcción de un nuevo dique, mientras que al mismo tiempo inició la edificación de una nueva ruta hacia Valparaíso a partir del año 1791, ruta que conectaba con la calle de San Pablo y en la construcción de esta participaron los ingenieros Pedro Rico,Joaquín Toesca y Agustín Cavallero. La construcción del camino tuvo al principio una oposición por parte de la ciudadanía debido al decreto del cobro de peajes para la financiación de la apertura y la manutención del camino.
Fue así como la calle de San Pablo cobró importancia para la ciudad de Santiago y ya hacia el año 1792, la obra ya estaba casi completada y en proceso de empedramiento, estando el camino ya en funcionamiento hacia el año 1794, estando habilitado para el tránsito de carruajes en el año 1797. Una vez completado el camino se erigió un monumento para homenajear la obra, instalándose una "pirámide" de ladrillos y cal ubicada en la "encrucijada de San Pablo con la Cañada de Saravia o de Negrete, actual avenida Brasil".3 Duró cerca de 70 años la carretera como principal ruta entre Santiago y Valparaíso, permaneciendo el monumento como un símbolo de tiempos remotos para despedir a los viajeros en sus viajes de ida y vuelta.
Durante la Guerra de la Independencia de Chile, en el año 1817, el gobernador Casimiro Marcó del Pont utilizo el camino de San Pablo como vía de escape, mientras las fuerzas independentistas y realistas luchaban de forma encarnizada. Así mismo el Director Supremo don Bernardo O'Higgins colocó sobre el obelisco un aviso público para el pueblo chileno y el clero que había empeñado sus joyas y otros objetos preciosos a favor de las arcas de la república. El camino de San Pablo tuvo un rol importante durante el período emancipador y los primeros años de la república al proveer de un pasaje seguro y menos riesgoso que los otros disponibles, en los cuales terminaban las carretas dañadas e incluso causaban la muerte a los animales que realizaban la travesía.
Previa a la Guerra del Pacífico, la placa conmemorativa ya era escasamente visible, siendo esta recuperada más tarde por Benjamín Vicuña Mackenna al mejorar la inscripción y realizar manutención al monumento durante su tiempo en la intendencia de Santiago, aunque a pesar de esto el monumento no se encontraba en su mejor momento ya que la obra "se encontraba algo descuidada".3 Al irse urbanizando el sector en el cual se encontraba la pirámide, el cual corresponde a la actual Plaza Brasil, este comenzó a estorbar y a bloquear una parte de la calle, pasando las lineas del tranvía a solo "centímetros del mismo monumento colonial".3 Debido a lo anteriormente señalado y al paso del tiempo, el monumento fue incapaz de resistir a los cambios urbanos que se producían en la urbe y finalmente este término derrumbado y consecutivamente demolido. Posteriormente se estableció un nuevo monumento semejante al anterior, el cual conservaba la antigua placa recuperada por Vicuña Mackenna, en la intersección de las calles Brasil con Rosa, aunque este fue finalmente trasladado debido a la realización de recientes trabajos de remodelación.
El memorial Un lugar para la memoria o también conocido como Las Sillas está ubicado en Quilicura, Santiago de Chile. Fue erigido en recuerdo de tres profesionales pertenecientes al partido comunista de Chile, Santiago Nattino, José Manuel Parada y Manuel Guerrero, quienes fueron asesinados en 1985, por agentes del régimen militar chileno encabezado por Augusto Pinochet.
El crimen
El llamado "Caso Degollados" aconteció a finales de marzo de 1985, cuando agentes de la Dirección de Comunicaciones de Carabineros (DICOMCAR), secuestraron a Santiago Esteban Nattino Allende, pintor y partidario de la Asociación Gremial de Educadores de Chile (AGECH), Manuel Leonidas Guerrero Ceballos, profesor y dirigente de la AGECH, y José Manuel Parada Maluenda, sociólogo y funcionario de la Vicaría de la Solidaridad.
Nattino fue abordado el 28 de marzo, mientras que Guerrero y Parada fueron secuestrados al día siguiente desde las puertas del Colegio Latinoamericano,1 en la avenida Los Leones. Tras permanecer todo el día desaparecidos, sus cuerpos aparecieron degollados al día siguiente, (el sábado) 30 de marzo de 1985 en el mismo lugar donde hoy se levanta el memorial, en el Km 18 de Avenida Américo Vespucio Norte, frente al aeropuerto de Pudahuel
El monumento
El diseño del memorial fue el ganador de concurso público convocado por el programa de Derechos humanos del Ministerio del Interior y el Ministerio de Obras Públicas (MOP), donde participaron 29 propouestas. Consiste en tres sillas de acero en tamaño gigante (10 metros de altura). Diseño de los arquitectos Rodrigo Mora Vega, Ángel Muñoz y el artista Jorge Lankin Vega. Puesto que se encuentra al costado del aeropuerto es posible de ser visualizado desde el cielo. Bajo las sillas existe una vereda de hormigón con placas grabadas alusivas al tema. Conduce hacia un sector arbolado o "Plaza del Encuentro" ubicada en el lugar donde fueron encontrado los cuerpos.2
Las sillas tienen el mismo diseño de las sillas escolares no solo para representar el espíritu de los tres asesinados, y rememora por un lado el aporte a la educación de los asesinados, como al hecho de su secuestro en sí, recordando que fue en un establecimiento educacional donde fueron aprendidos. La ubicación del memorial junto una principal avenida como lo es la autopista Vespucio Norte, ubicado en una zona retirada facilita la posibilidad de visitarlo, pero sus accesos son pequeños (existe una pequeña salida y descanso de vehículos en el sector), estando a continuación del edificio de Lan Chile.
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