brochal a un elemento estructural lineal que en un forjado salva una distancia entre vigas u otros brochales con el objetivo de crear un hueco en el forjado, de manera que éste puede forjarse apoyándose en el brochal, que desvía lar cargas a las vigas. Su uso es particularmente corriente para formar los huecos por los que las escaleras atraviesan los pisos. Los brochales, al igual que el resto de los elementos del forjado, pueden ser de diversos materiales, siempre que tengan un buen comportamiento a flexión y, en menor grado a cortante. Normalmente son de hormigón armado, madera o acero.
Parece ser que el nombre proviene de los maderos que por cada extremo iban ensamblandos en un cabio y con el cual se ensamblan los maderos de suelo que de intento se echan más cortos que los demás a fin de que, no llegando por una parte hasta el muro, quede hueco correspondiente para una caja de chimenea. Es por lo mismo el brochal un madero puesto atravesado delante de un hueco de chimenea. También, de todo madero arrimado a un muro, apeado de canecillos, el cual recibe los maderos del suelo.
La bóveda de crucería, también llamada bóveda nervada, es un tipo de bóveda característica de la arquitectura gótica que recibe este nombre porque está conformada por el cruce, o intersección, de dos bóvedas de cañón apuntado. A diferencia de la bóveda de arista, la de crucería se caracteriza por estar reforzada por dos o más nervios diagonales que se cruzan en la clave, generalmente. La bóveda de crucería se considera uno de los tres elementos distintivos de la arquitectura gótica, junto con el arco apuntado y el arbotante.
La bóveda de crucería consta de dos elementos: los arcos que constituyen su armazón, o esqueleto, y los paños o plementos que cubren los espacios intermedios entre los arcos. Primero se levantan los arcos, creando una estructura esbelta, resistente y ligera, y posteriormente se rellenan los paños intermedios conformando las bóvedas, quedando enmarcadas transversalmente por los arcos perpiaños, también llamados arcos fajones, y longitudinalmente por los arcos formeros, paralelos al eje de la nave que delimitan los tramos de la bóveda.
Historia
Existen diferentes teorías acerca del origen de la bóveda de crucería. Se ha buscado sus antecedentes en las cúpulas de arcos entrecruzados de algunos edificios del arte islámico, así como en las bóvedas de ciertas iglesias de Georgia y Armenia.
Parece, sin embargo, que la bóveda de crucería gótica evolucionó a partir de la bóveda de arista ya utilizada en el románico. Los antecedentes más directos de las bóvedas de crucería del gótico se encuentran en construcciones tardorrománicas de dos regiones alejadas entre sí: Lombardía, por una parte, y Normandía-Inglaterra por otra.
En Lombardía, se utilizó en al menos cinco templos: San Ambrosio de Milán, San Nazaro de Milán, San Miguel de Pavía, San Sabino de Piacenza y Rivolta d'Adda. Las fechas no son precisas, pero se cree que todas estas obras se realizaron entre 1100 y 1130.
En Inglaterra, uno de los primeros ejemplos de su uso se encuentra en la Catedral de Durham aunque estas bóvedas de crucería no tienen arcos formeros, y los perpiaños son arcos de medio punto. En Normandía su empleo se generalizó en la primera mitad del siglo XII, aunque los sistemas de soporte seguían siendo los propios del románico.
La difusión de este tipo de bóveda se produjo sobre todo a partir de mediados del siglo XII.
Aunque hay distintos tipos de bóvedas de crucería, la más utilizada en el periodo clásico del gótico fue la cuatripartita, en edificios tan singulares como las Catedrales de Chartres, Reims o Amiens.
Sistema constructivo
La necesidad de crear amplios espacios cubiertos motivó hallar un sistema constructivo que, manteniendo, e incluso reduciendo el grosor de muros y contrafuertes, consiguiera ampliar este volumen interior: es la arquitectura gótica, que permitió aligerar el peso de las cubiertas mediante el equilibrio de las fuerzas verticales y horizontales para que se contrarresten entre si. El peso de la bóveda se transmitirá a los cimientos a través de los pilares, interviniendo apenas los muros que solo servirán de cerramiento del espacio arquitectónico.
El uso del arco ojival reduce los empujes laterales, pues es más vertical que el de medio punto. Este arco genera un nuevo tipo de bóveda, la de ojiva o crucería, que ya se había utilizado en la arquitectura normanda, configurada mediante el cruce de dos arcos formeros, llamados nervios, que transmiten el peso de la bóveda y sus plementos a cuatro pilares; Así, entre pilares, el muro apenas soporta peso y puede ser sustituido por luminosos ventanales vidriados.
El edificio gótico se asemeja a un "esqueleto" recubierto de una piel "inmaterial", las vidrieras, que permiten inundar el interior de luz. Los planteamientos de la arquitectura románica, con sus gruesos y pesados muros, habían quedado obsoletos.
Con respecto a la bóveda de cañón, predominante en la arquitectura románica, la principal ventaja de la de crucería es que transmite el peso solo a los pilares. Estos se refuerzan con contrafuertes (ya utilizados en el románico), o con arbotantes, otro elemento característico del gótico. Los muros ya no necesitan ser tan gruesos como en el románico, y pueden ser fácilmente perforados con grandes vanos. De este modo se podía construir grandes edificios con economía de materiales, a la vez que se alcanzaban grandes luces y alturas.
Variantes
Bóveda cuatripartita o de crucería simple
La bóveda cuatripartita, o bóveda de crucería simple, es el diseño más sencillo de bóveda de crucería. Está formada por el cruce de dos arcos diagonales o cruceros, que dividen la plementería en cuatro segmentos: de ahí el nombre de cuatripartita. Existen diferentes tipos de bóveda de crucería simple. Una de las más utilizadas es la propuesta por Vicente Lampérez,1 quien distingue entre las escuelas francesa, aquitana, normanda y angevina, según la disposición de los arcos y de los plementos. La bóveda cuatripartita es la más común en la arquitectura gótica clásica, y resulta la más adecuada para cubrir tramos cuadrados o rectangulares.
Bóveda sexpartita
La denominada bóveda sexpartita es similar al modelo anterior pero incrementándole un tercer nervio transversal, con lo que la plementería queda dividida en seis partes.
Los principales ejemplos se encuentran en la Abbaye-aux-Hommes y la Abbaye-aux-Dames de Caen, y en las catedrales de París, Bourges, Laon, Noyon, Senlis y Sens.
Bóveda de ligadura o reticulada
En la bóveda de ligadura o bóveda reticulada o reticular (en inglés llamada lierne vault, "bóveda de ligaduras"), los nervios forman una especie de retícula, y la bóveda carece de arcos perpiaños, por lo que no está marcada la división en tramos. Un ejemplo se puede encontrar en el Monasterio de Maulbronn (Alemania).
Bóveda estrellada
En la última fase del gótico, denominada gótico tardío, los arcos de la bóveda se multiplican hasta constituir una trama espacial, que sirve para cubrir espacios más amplios, con un mayor número de nervios de refuerzos que se entrelazan entre sí para una mejor transmisión de las cargas, que dan lugar a las denominadas bóvedas estrelladas, en las que aparecen nervaduras de trazado curvo en forma de lazos y ondas, que cumplen una doble misión por una parte la expresiva y artística y por otra parte constructiva, constituyendo a la vez una manifestación manieriesta de la evolución de estilo y un soporte constructivo eficaz. La más antigua bóveda estrellada es la del crucero de la Catedral de Amiens. En España se utilizó, por ejemplo, en la Catedral de Toledo o en la Catedral de Sevilla.
Bóveda de abanico
La bóveda de abanico, también llamada bóveda palmeada, que tiene los nervios en forma de abanico o palma, se utilizó en el gótico tardío, especialmente en Inglaterra (Gótico perpendicular, en el siglo XV).
- Abadía de Bath
- Catedral de Winchester
- La capilla del King’s College de Cambridge
- Catedral de Gloucester
- Catedral de Peterborough
- Henry VII Lady Chapel en la Abadía de Westminster
No hay comentarios:
Publicar un comentario