La ensalada griega (en griego: χωριάτικη σαλάτα) es una ensaladaelaborada en Grecia con los ingredientes característicos de este país. La ensalada original está elaborada de tomate, pepino, pimiento y cebolla roja, todo ello con sal, pimienta negra, y oréganoy aliñada con aceite de oliva. A todo ello se le añaden trozos de queso feta, alcaparras y aceitunas kalamata. La lechuga a pesar de lo que piensa la mayoría de la gente es muy rara en la ensalada griega. Existe una variante de ensalada que se denomina μαρούλι, "lechuga" en lugar de ensalada y es muy distinta, consiste en lechuga, cebolla de primavera, y eneldo fresco, todo ello aliñado con aceite de oliva y vinagre o zumo de limón.
Otros usos[editar]
El término "ensalada griega" se emplea en Estados Unidos, Australia, Sudáfrica y Reino Unido para referirse a la ensalada de lechuga que posee los ingredientes griegos, aliñada con una vinagreta. Lechuga, tomates, feta y olivas son los ingredientes más usados en las ensaladas americanas denominadas "griegas", pero también son comunes los pepinos, peperoncini, pimientos, cebollas, rábanos y anchoas.
El faláfel o falafel (árabe: فلافل falāfil; hebreo: פלאפל faláfel) es una croqueta de garbanzos o haba y se originó en algún lugar del subcontinente indio.[cita requerida] Actualmente se come en India, Pakistány Oriente Medio, y en los últimos años se ha dado a conocer en occidente gracias a los restaurantes especializados en comida oriental y vegetariana. Tradicionalmente se sirve con salsa de yogur o de tahina, bien en sándwich de pan de pita, bien como entrada.
Orígenes[editar]
A pesar de que su origen es incierto, se cree que es original de la India, donde se cocinó en un pan con especias amargas. La palabra "falafel" viene de la palabra árabe فلفل (filfil), que significa pimiento, y probablemente del sánscrito pippalī.[cita requerida] El faláfel (al menos al estilo de Oriente Medio) está hecho con habas, garbanzos o una combinación de ambos. La variante egipcia, llamada ta`miyya (طعمية), emplea exclusivamente habas, mientras que otras variantes emplean exclusivamente garbanzos. Lo que hace diferente al faláfel de otras albóndigas, es que las habas o garbanzos no se cuecen: simplemente se ponen en agua hasta que se ablandan y luego se trituran (se les puede quitar la piel antes) mezclados con ajo y una buena cantidad de cilantro, principalmente, para formar una pasta. Con esa pasta se hacen unas bolas achatadas (con esta forma posteriormente se pueden meter en pan de pita) que se fríen en abundante aceite. En ocasiones puede utilizarse también harina de garbanzo, harina de trigo o pan rallado,1 para dar más consistencia a la mezcla.
Variantes[editar]
Actualmente, las tendencias culinarias han provocado el triunfo del faláfel de garbanzo sobre el faláfel de haba. En en su libro Faláfel y Yo, L. Kensington explica que sólo utiliza garbanzos, no habas. Los faláfel de garbanzo se sirven en todo el Oriente Medio (donde se ha hecho tan popular que los McDonald los han servido como "McFalafel" en algunos países)2 y se han popularizado gracias a expatriados de esos países. Los expatriadosisraelíes han jugado un papel crucial en la popularización del falafel de garbanzo especialmente en el área metropolitana de Nueva York o en el barrio argentino de Balvanera, ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras que en Europa se ha popularizado gracias a las colonias de inmigrantes libaneses, turcos y kurdos, principalmente.[cita requerida]
Presentación[editar]
Es costumbre servirlo como entrante, formando parte de una comida de entrantes típica de la cultura árabe llamada meze,3 con el complemento de una salsa de yogur, muy común también en otros países mediterráneos como acompañamiento de muchos platos, compuesta de yogur, aceite de oliva, ajo muy picado, zumo de limón y, menta fresca picada y sal.
Otra opción es acompañarlo de hummus o de salsa tahini, y meterlo en pan de pita caliente para degustarlo a modo de “bocadillo” / "sandwich".4
Hoy en día los faláfel se pueden comprar en la sección de refrigerados en muchos supermercados y otros establecimientos comerciales de Europa, incluyendo las tiendas halal.
La gemistá (en griego γεμιστά) es un plato de la cocina griegaconsistente en tomates y pimientos rellenos de arroz y especias, y cocidos en el horno. A veces también se hace con berenjena o calabacín. Suele servirse con una guarnición de patatas fritas. Solía hacerse en verano, cuando se disponía de verduras frescas, y puede comerse caliente o bien frío como un meze o aperitivo. Hay también variantes con carne picada, queso o tocino, y otras recetas incluyen piñones y pasas en el relleno. En Creta era costumbre comerlo relleno de bulgur (en griego πλιγούρι, pliguri), un tipo de pasta de trigo parecido al cuscús. Esta clase de rellenos también son comunes en otros países de Oriente Medio como Turquía, Líbano, etcétera, donde se los denomina con el término genérico dolma.
Ingredientes:
- 8 tomates medianos
- 250 g de arroz redondo
- 4 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
- 2 o 4 ajos medianos cortados en finas rodajas
- Eneldo, media cucharadita
- Nuez moscada
- Albahaca
- 100 g de queso feta.
- Sal y pimienta
Elaboración:
Cortamos la parte superior de los tomates y los guardamos para que nos sirvan a modo de “tapadera”. Vaciamos el contenido de los tomates con una cuchara cuidando de no agujerear la piel. Reservamos la pulpa y la batimos para darle una consistencia líquida. En una sartén calentamos el aceite doramos el ajito. A continuación añadimos el arroz, el eneldo, la nuez moscada y la albahaca. lo rehogamos durante 2 minutos y añadimos el tomate antes batido y lo ponemos a fuego fuerte hasta que hierva.
Seguidamente bajamos el fuego y añadimos el queso feta en pequeños trozos, y removemos. Salpimentar teniendo cuidado porque el queso feta contiene algo de sal. Removemos la mezcla de vez en cuando para que el arroz no se pegue. Al cabo de unos 8 minutos el arroz habrá absorbido todo el jugo de tomate pero aún no estará completamente cocido, así que retiramos la sartén del fuego rellenamos los tomates colocados en una bandeja adecuada para horno, teniendo cuidado de dejar siempre un hueco más o menos una tercera parte del tomate ya que el arroz se tiene que expandir aún un poco más. Colocamos la tapa superior a cada tomate y le echamos un chorro de aceite de oliva por encima a los tomates.
Metemos la bandeja en el horno precalentado a 170º y se los dejamos asar durante unos 20/25 minutos. Cuando la piel del tomate se empieza a arrugar, se apaga el horno. Dejar reposar unos 5 minutos.
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