jueves, 7 de junio de 2018

Monumentos por países - Italia


El Hércules Farnesio (Ercole Farnese) es una escultura en mármolpresumiblemente del siglo III d. C., obra del escultor ateniense Glykon. Se trata de la más famosa copia de un perdido original en bronceatribuido a Lisipo, escultor del siglo IV a. C. Se encontró en 1546 en las Termas de Caracalla, en Roma y en seguida pasó a formar parte de la colección de escultura clásica del cardenal Alejandro Farnesio, hijo del papa Pablo III. Durante generaciones decoró el Palacio Farnesio, hasta que en 1787 fue trasladada a Nápoles, junto con toda la colección Farnesio, que se puede contemplar en el Museo Arqueológico Nacional.
La figura de Heracles, el héroe griego, personificaba el triunfo del valor y el coraje del hombre, sobre la serie de pruebas que le habían impuesto los dioses celosos. A él, hijo de Zeus, le habían concedido el don de la inmortalidad. En el periodo clásico, se había acentuado su papel como salvador de la humanidad, pero también poseía defectos mortales como la lujuria y la avidez.
La interpretación que hizo Lisipo del héroe quería reflejar estos aspectos de su naturaleza mortal y le otorgó un retrato que constituyó un modelo durante el resto de la antigüedad y fijó la imagen de Hércules en el imaginario europeo. De hecho, además de la copia de mármol colosal exhibida en Nápoles, se conocen dos estatuas más, una de bronce, copia helenística o romana, encontrada en Foligno y que se conserva en París en el Museo del Louvre, y una de mármol, probablemente griega o del periodo romano, que se puede contemplar en el museo de la antigua Ágora de Atenas.
La estatua representa al héroe fatigado al término de sus trabajos, que descansa apoyándose en su bastón. Sobre el bastón está la piel del León de Nemea, muerto por Heracles en uno de sus trabajos. Con la mano derecha, detrás de la espalda, el héroe aguanta las manzanas de oro del jardín de las Hespérides, que le aseguran la vida eterna. Pero en la figura se representa el cansancio del hombre. La masiva musculatura da la impresión de una potencia exhausta.
El Hércules Farnesio, de 317 cm de altura, fue muy célebre entre los romanos y se han encontrado copias de palacios y gimnasios romanos. Otra copia realizada en la Roma Clásica, más basta se encontraba, desde el siglo XVI al XVIII, también en el patio del Palacio Farnese (llamado el Hércules latino). Esta copia, fue hecha para formar pareja con el Hércules Farnese, y decorar las Termas de Caracalla. En el siglo XVIII, pasó a pertenece a los Borbones napolitanos y desde su origen forma parte de la decoración de la escalera principal del palacio real de Capodimonte cerca de Nápoles. Otra con la inscripción simulada “Lykippos” estuvo en el patio del Palacio Pitti de Florencia hasta el siglo XVI.
La estatua del Hércules Farnesio fue reconstruida y restaurada en diversas etapas. Según una carta de Guglielmo della Porta, discípulo de Miguel Ángel, que fue quien hizo las gestiones para el cardenal Farnesio, la cabeza se encontró separada del cuerpo, en un pozo del Trastevere. La mano y el antebrazo izquierdo, que faltaban, fueron sustituidos por una reconstrucción en yeso. Las piernas, se dieron por perdidas y se le encargó al mismo Della Porta que hiciese unas nuevas. Su obra fue tan perfeccionista que, cuando más adelante se encontraron las piernas originales en unas excavaciones en las Termas de Caracalla, las piernas sustitutorias se le dejaron a la estatua por consejo de Buonarroti, para demostrar que los escultores modernos no tenían nada que envidiar a los clásicos. Las piernas originales, que se encontraban en la Colección Borghese, no se restituyeron a la estatua hasta 1787Goethe, en su viaje a Italia, explica la impresión que le causó ver la escultura con cada uno de los juegos de piernas diferentes, y se maravilló de la clara superioridad de las originales.
Hércules Farnesio, grabado a buril de Jacob Bos para el Speculum Romanae Magnificentiae de Antoine Lafréry. Inscripción: «Omnium elegantissimum Herculis signum Gliconis Atheniensis peritissimi artificis manu fabrefactum, quod Paulo III Pont. Max. in thermarum Antoniniarum ruderibus inventum, et in domus Farnesianae ad campum Florae interiori porticu locatum». En la piedra, en caracteres griegos, la firma: GLYCON ATHENAIOS EPOI. British Museum.
La fama del Hércules del patio del Palacio Farnese se extendió gracias a una serie de reproducciones, como el grabado de Jacob Bos incluido en el Speculum Romanae Magnificentiae ('Espejo de la Magnificencia Romana', 1562), o el realizado por Hendrick Goltzius (1590-1591) y un boceto de Rubens que lo dieron a conocer al público occidental. Incluso estuvo a punto de terminar en el Louvre durante la época napoleónica, a requerimiento del emperador.
Tras el hallazgo de la estatua en Roma, en 1574 Diego de Pesquerarealizó en Sevilla la primera gran copia del Hércules Farnese. Destinada a coronar una de las dos columnas que formaban el monumento, primer civil erigido en la ciudad, la cual entonces era la capital del mundo. El monumento era la portada del también singular jardín público de la Alameda de Hércules (1574), el más antiguo jardín público o parque conservado en Europa.1​ El Farnese fue tan célebre, que los siglos XVII y XVIII se hicieron copias en toda Europa. Otra versión colosal de 8,5 m está en el parque de Wilhelmshöse en Kassel; otra de plomo está en el castillo de Blair en Escocia, etc.




















El Omm de Preja (hombre de piedra en dialecto milanés), también conocido como Scior Carera, es el nombre popular atribuido a una antigua escultura romana que se encuentra en Milán, bajo los pórticos del Corso Vittorio Emanuele.
Se trata de un relieve en mármol, realizado en el siglo III. Representa una figura masculina vestida con una toga, a la que le faltan los brazos, y con la pierna derecha ligeramente adelantada. La cabeza fue probablemente añadida en época medieval, cuando la escultura fue reutilizada. Ha tenido diversas colocaciones hasta la actual.
Bajo el relieve hay una inscripción en latín Carere debet omni vitio qui in alterum dicere paratus est (traducción: "Debe estar libre de toda culpa quien esté decidido a denunciar a otro"). Ha sido utilizada como depositaria de panfletos satíricos contra los gobernantes, en especial en la época de la dominación austriaca de la ciudad, en analogía al papel desempeñado por las esculturas parlantes de Roma.










Sarcófago Ludovisi o Grande Ludovisi son denominaciones museísticas e historiográficas del sarcófago romano1​ del siglo III, tallado en mármol proconnesio, que representa una batalla entre bárbaros y romanos. Fue descubierto en 1621 al exterior de la puerta de San Lorenzo de Roma, la antigua Porta Tiburtina,2​ y adquirido por el cardenal Ludovico Ludovisi, sobrino del papa Gregorio XV. En 1901 se incorporó al Museo Nacional de las Termas y actualmente forma parte de la Collezione Boncompagni Ludovisi conservada en el Palazzo Altempsde Roma;3​ mientras que la tapa del sarcófago se conserva en el Museo Central Romano-Germánico de Maguncia.
Pertenece a la categoría de sarcófagos romanos "de batalla", más concretamente al grupo de "combates masivos", donde se representa una masa de combatientes en una única escena dinámica, caracterizada por la confusión y el horror vacui. Fueron habituales en la época de Marco Aurelio.
A diferencia de otros sarcófagos, el Grande Ludovisi se distingue por la posible identificación con un personaje histórico real de la figura central (un joven a caballo, con la cabeza descubierta y los mechones de pelo en virgule, que emerge de un caos de enemigos vencidos). El estilo es el característico del renacimiento de Galieno (siglo III), pero no parece ser el propio emperador Galieno, sino alguno de los hijos de Decio, ambos también emperadores: Hostiliano (que en una moneda aparece, como en este sarcófago, con el símbolo mitraísta denominado sphragis) o su hermano Herenio Etrusco.
En la escena se diferencia a los combatientes por sus características: los romanos, afeitados o con barbas cuidadas y cabellos cortos, llevan casco, coraza o túnica de malla, espada corta y manto militar; sus rostros se muestran enérgicos e impasibles. Los bárbaros, barbudos y con cabellos largos, visten pantalones, algunos túnicas y otros llevan el torso desnudo; muestran todo tipo de muecas de dolor, sufrimiento y angustia, su derrota parece inminente. La composición sugiere que los romanos, que parecen surgir del fondo del relieve, están culminando un movimiento envolvente sobre los bárbaros, en el que se cierran los flancos tras haber atacado el centro de sus líneas.

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