El Ángel Exterminador es el nombre de una sociedad secreta española, absolutista y clerical, del siglo XIX, cuya existencia se tiene aún por no confirmada o hipotética.
El cometido de esta sociedad sería, ante todo, por medios ilegales y violentos, incluido el asesinato, devolver la Inquisición a España, destruir los restos del Liberalismo, derrocar a Fernando VII, tenido por demasiado progresista y afrancesado, proclamar como rey de España a su hermano Carlos María Isidro, más católico, y aliar para siempre altar y trono.
Historia[editar]
Su labor habría empezado según algunos (el general Juan van Halen en concreto) ya en el Sexenio absolutista, en 1817, y, según otros, durante la Década Ominosa (1823-1833). El hispanista Gerald Brenan (1894-1987), en su ensayo El laberinto español, propone como fecha de fundación 1821, aún durante el Trienio Liberal; el historiador Estanislao de Kotska Vayo (1804-1864) apuesta por el año 1823. El año más citado como fecha de su fundación es 1827, aunque por razones tan arbitrarias como las de los anteriores.
Después de la muerte de Fernando VII en 1833, la sociedad habría pretendido hacer resurgir la Inquisición tras su abolición definitiva en 1834 por Francisco Martínez de la Rosa. Se suele considerar como casos en que actuó el Ángel Exterminador la Rebelión de los Malcontents o Agraviados en Cataluña y el juicio y ejecución del maestro librepensador Cayetano Ripoll en 1827.
La sociedad habría estado compuesta por el bando más irreductible del absolutismo, los apostólicos, y sobre todo por obispos, entre los cuales el presidente sería el de Osma, que por entonces era Juan de Cavia González(tuvo la diócesis de 1815 a 1831 y luego quedó vacante hasta 1848). Formarían parte de ella importantes personajes de la época, como el Conde de España o Francisco Tadeo Calomarde, quienes, tras ser aparentemente leales a Fernando VII, pronto se pasaron al Carlismo.
Dudas sobre su existencia[editar]
Pero el obispo de Osma era enemigo de las sociedades secretas: en una pastoral de 1827 alecciona a sus feligreses sobre los peligros de las sociedades secretas y avisa de que muchos papas ya habían advertido sobre ellas. Por otra parte, las sociedades secretas absolutistas no eran necesarias: el papel de la Inquisición se hallaba bien traspasado a organismos nuevos como las Juntas de Fe y la Junta Secreta de Estado presidida precisamente por el obispo de Osma.1 Más sentido tendría hablar de un grupo conspirativo y de presión de descontentos creado para oponerse a la llamada Camarilla de Fernando VII.
Por otra parte, un estudioso de las sociedades secretas como Vicente de la Fuente (1817-1889) en su Historia de las sociedades secretas antiguas y modernas en España, especialmente de la Franc-Masonería (1874) niega que la sociedad haya existido y aduce que nadie se ha puesto de acuerdo en la fecha de fundación de la misma, que no hay fuentes primarias y testimonios documentales y que la hipótesis más probable es que fuese un bulo y patraña inventado por la Masonería para desacreditar a sus enemigos absolutistas y católicos y justificar su misma existencia como sociedad secreta;2 el mismo Benito Pérez Galdós (1843-1920) dice en uno de sus Episodios nacionales que "ningún historiador ha probado la existencia de El Ángel Exterminador".3
Sin embargo, no sólo liberales exaltados o progresistas, sino monárquicos y liberales conservadores como Juan Rico y Amat han defendido la existencia real de esta sociedad, que creen formada en 1823.
Eli Banana Ribbon Society es la sociedad secreta más antigua de la Universidad de Virginia.
Fundada en 1878 con la finalidad de promover las fraternidades para comprometerse más directamente en la vida universitaria, el objetivo de la sociedad era persuadir a sus miembros a liderar en la comunidad universitaria y “crear una asociación de espíritu agradable entre los estudiantes”.
Aunque al principio tuvo éxito dominando diversas organizaciones estudiantiles, incluiendo la Jefferson Society, la Football Board y la social scene, la organización adquirió una tónica más relajada en los subsiguientes años y fue más famosa por sus desfiles “bacanales” de Pascua con las que se marcaban las elecciones de los nuevos miembros. El final del primer período de la sociedad quedó marcada por la censura que llevó a cabo el profesorado en 1894, cuando estos exigieron que los miembros rompieran sus vínculos con la organización por escrito y prometieran no volver a vincularse o, de lo contrario, perderían el derecho a sus diplomas. Aunque el grupo fue reconstituido más tarde haciendo un llamamiento directo al rectorado (Board of Visitors) éste nunca reclamó la vinculación que tenía con la vida de los universitarios; tal y como quiso, otras varias asociaciones estudiantiles, incluyendo T.I.L.K.A. y la Sociedad Zeta, más tarde denominada Z Society, tomó un rol más destacado en la vida de la Universidad.
Ha permanecido activa desde su reconstitución en 1897 y ha establecido la fundación homónima, la cual ha realizado donaciones para varias restauraciones y proyectos de nuevos edificios alrededor de la Universidad desde sus inicios en 2003.
William “Reddy” Echols, profesor de matemáticas de la universidad, y Armistead C. Gordon, Rector de la universidad y miembro del rectorado son algunos de los miembros distinguidos de esta sociedad.
Filikí Etería (en griego, Φιλική Εταιρεία, Sociedad Amistosa, Sociedad de Amigos o Sociedad de Compañeros), fue una sociedad secreta creada en 1814 en Odesa por griegos masones cuyo objetivo era la independencia de Grecia, que se encontraba bajo control otomano. Fue, por tanto, una manifestación del sentimiento nacional griego que se transformó en insurrección. Tuvo unos comienzos difíciles, tanto desde el punto de vista del reclutamiento como del financiero. Como no consiguió convencer a Ioannis Kapodistrias de que la dirigiese, Aléxandros Ipsilantis aceptó en abril de 1820.
La Sociedad jugó un papel importante en la preparación y el desarrollo de la guerra de independencia de Grecia. Fue por iniciativa de la Filikí Etería que la sublevación se produjese simultáneamente en las provincias del Danubio y en el Peloponeso. El 1 de enero de 1822 la Asamblea nacional proclamó la independencia de Grecia. Quince días después, la bandera de la Etería fue reemplazada por la bandera azul y blanca. Con este gesto se disolvió la sociedad.
La Garduña supuestamente fue una sociedad secreta criminal que habría operado en España y sus colonias desde mediados del siglo XV hasta el siglo XIX. Sin embargo, las fuentes que hablan de ella son muy discutidas y la misma existencia de la sociedad es cuestionada por varios historiadores modernos.
Origen[editar]
Toma su nombre del animal depredador nocturno de excelente vista, oído y olfato, la garduña (martes foina). Habría nacido en el contexto de las germanías o fraternidades criminales, desarrollando un poder, extensión y complejidad organizativa comparables a los de las grandes mafias modernas. Se ha sugerido incluso que la Garduña fue el origen de muchas sociedades criminales posteriores, como la Camorra napolitana, basándose en el hecho de que nació en una época en que Nápoles y sus territorios pertenecían a la Corona Española.1
La Garduña es descrita como una sociedad impregnada de secretismo y esoterismo, con juramentos, ritos de inicio.
La Garduña se habría fundado en Toledo hacia 1412, a partir de diversas bandas incontroladas que extorsionaban, asaltaban y robaban las casas de musulmanes y los judíos, excusándose en colaborar con la Inquisición. Según la leyenda, a un ermitaño llamado Apolinario (posteriormente fue canonizado) se le apareció la Virgen, explicándole que los musulmanes se habían asentado en España como castigo divino a dejar de atender las obligaciones cristianas. Así la Virgen le pidió al ermitaño que reuniera en su nombre a personas que se dejasen guiar por la Biblia con el objetivo de atacar a los paganos árabes y restituir el Cristianismo.2 Después se habría desarrollado mucho en Sevilla, hacia donde iban a parar las perlas, gemas, esmeraldas, oro y plata de la recién conquistada América, con el consiguiente auge de la industria de lujo, la banca y la criminalidad asociada a la riqueza. El personaje de Monipodio en la novela ejemplar de Cervantes Rinconete y Cortadillo estaría, pues, inspirado en un personaje real, al cual tuvo la oportunidad de conocer; no en vano Cervantes estuvo en la cárcel dos veces.
Estructura[editar]
La Garduña copió su estructura de la de una cofradía religiosa, por lo cual se consideraba una hermandad, en cierta manera simétricamente opuesta a la Santa Hermandad. La cúpula estaba formada por un directorio secreto de altos protectores, a los cuales sólo tendría acceso el Hermano Mayor o Gran Maestre, un personaje de alta condición social que maneja los hilos y tiene a sus órdenes diversos capataces (uno por cada ciudad). Cada capataz dirige a dos tipos distintos de malhechores: los punteadores (principalmente asesinos o matones) y los floreadores (principalmente ladrones). Por debajo de cada uno de estos punteadores o floreadores están los postulantes, que los ayudan, recaudan las contribuciones y esperan alcanzar la posición de punteador o floreador. Y, por último, están los fuelles o aprendices, de los cuales hay diversos tipos: soplones, chivatos, coberteras y sirenas. Los soplones suelen ser mendigos o ancianos que, a manera de ojeadores, pueden vigilar o entrar en las casas prevalecidos de su venerable condición y así saber si merece robarse o qué y en qué condiciones. Los chivatos suelen ser personas inflitradas. Los coberteras son peristas que venden mercancía robada, y las sirenas son las prostitutas, que también suelen ser fuentes de información para los delincuentes. Los miembros de la sociedad secreta se reconocían por tener tres puntos tatuados en la palma de la mano.
Influencia[editar]
La Garduña operaría con casi total impunidad: entre sus afiliados y colaboradores habría contado con gobernadores, jueces, alcaldes y hasta directores de prisión. Se habría disimulado como una orden religiosa, arrogándose el derecho divino a robar y asesinar. Como sociedad esotérica no tendría al parecer documentos escritos ni estatutos, comunicándose las normas a través de la iniciación y las posteriores elevaciones de grado, y la traición a dichas normas no escritas se pagaría con la vida. Se afirma que algunos miembros de la hermandad fueron ajusticiados por actuar sin la previa autorización de sus maestros.
Existe la leyenda, divulgada por algunos cantos de mala vida y ritos de la mafia calabresa, de que las distintas mafias italianas fueron creadas por tres caballeros españoles —Osso, Mastrosso y Carcagnosso— de la Garduña que, en el siglo XV, huyeron de Toledo tras vengar con sangre el honor ultrajado de una hermana. Los tres caballeros se refugiaron en la isla mediterránea de Favignana, cerca de Sicilia, y allí permanecieron 29 años, 11 meses y 29 días, tiempo en que calcaron las reglas sociales y el código de la Garduña en el que rige la Mafia. Posteriormente, al separarse, cada uno llevó estas normas a tres lugares distintos: Osso las difundió en Sicilia(creando La Cosa Nostra), Mastrosso las dio a conocer en Calabria (territorio de la 'Ndrangheta) y Carcagnossolas divulgó por Campania (dando origen a la Camorra).
Reglas. El Libro mayor[editar]
- Buen ojo, buen oído, buenas piernas y poca lengua.
- Recibir bajo protección a mujeres que sufran persecución por la Justicia.
- Los chivatos no podrán, en su primer año de noviciado, montar "negocios" por sí solos.
- Los punteadores se encargarán de los negocios de más cuantía.
- Los floreadores vivirán a costa de sus uñas con un tercio de sus negocios y dejarán algo para las ánimas del Purgatorio.
- Los encubridores recibirán el diez por ciento de todas las sumas.
- Las sirenas se quedarán los regalos de los nobles.
- La regla máxima será: "antes mártires que confesores".
Juicio y desaparición[editar]
Si bien la sociedad carecería de documentos escritos, la vanidad de sus últimos Hermanos Mayores les habría llevado a escribir el llamado Libro Mayor narrando sus actividades en tono heroico. El libro habría sido descubierto en 1821 en la casa del Hermano Mayor, Francisco Cortina, al ser éste arrestado bajo acusación de asesinato por el oficial de cazadores Manuel de Cuendías.3 Sin embargo, un incendio en la Audiencia de Sevilla en 1918 acabó con este libro y todas las pruebas que allí se almacenaban.
Como consecuencia de este hallazgo habrían sido juzgados y ejecutados en la plaza Mayor de Sevilla, el 25 de noviembre de 1822 el Hermano Mayor, sus lugartenientes y otros garduñistas reconocidos.
La suerte posterior de esta presunta sociedad secreta sería un misterio, insinuándose un reciclaje o al menos una influencia en grupos como la Camorra, la Cosa nostra o la piratería caribeña.
Discusión actual[editar]
Actualmente existe un debate abierto sobre si la Garduña fue una sociedad real o una mera fantasía. La gran duración, influencia e impunidad que se le achaca hace difícil creer que realmente pudiera pasar por la historia sin dejar más restos y menciones. Otras organizaciones de similar duración, como la masonería, las triadas chinas o la Camorra italiana las tienen en abundancia.
Aunque algunas novelas del Siglo de Oro, en especial novelas picarescas (como Rinconete y Cortadillo de Cervantes o El Buscón de Quevedo) hacen referencia a sociedades de malhechores, éstas no parecen ser grupos de ámbito nacional, sino que su influencia se halla limitada a una única ciudad.
Por otra parte, y aunque algunas fuentes remiten al archivo de Toledo o a los juicios de Sevilla, nunca se menciona en ellas referencias a documentos determinados y rastreables dentro de dichos archivos.
León Arsenal e Hipólito Sanchiz, en su libro Una historia de las sociedades secretas españolas,4 afirman que todas las fuentes sobre la existencia e historia de la Garduña tienen su base en Misterios de la inquisición española y otras sociedades secretas de España, libro firmado por Víctor de Fereal5 (que podría ser un pseudónimo de la francesa madame de Suberwick). Este libro lleva notas de Manuel de Cuendías (que sería el mismo oficial responsable del arresto del último Hermano Mayor). Dicho texto estaría escrito de forma novelada y no sería una fuente fiable sino un texto de propaganda anticlerical. Ambos autores también produjeron textos románticos sobre España en el estilo de la Carmen de Prosper Mérimée y diversos panfletos anticlericales. Madame de Suberwick sería asimismo un pseudónimo de una escritora francesa desconocida, mientras que Manuel de Cuendías parece haber sido un liberal exaltado que también produjo en 1858 un proyecto de constitución progresista para España.
La falta de otras referencias y la escasa fiabilidad que adjudican a la fundamental llevan a Arsenal y Sanchiz a dudar de la existencia de La Garduña.
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