lunes, 9 de marzo de 2015

FÍSICA NUCLEAR

FUSIÓN NUCLEAR :
confinamiento magnético consiste en contener material en estado de plasma dentro de una botella magnética, que es un campo magnético al que le hemos dado una forma determinada para que las partículas positivas o negativas que componen nuestro plasma se queden dentro de dicha botella.
Esto se consigue gracias a la fuerza de Lorentz, que nos dice que una partícula cargada que se mueve dentro de un campo magnético experimenta una fuerza perpendicular al vector del campo magnético y al vector desplazamiento, con lo que conseguimos que la partícula no abandone el campo.
El estado de plasma es un estado de agregación de la materia en el que la agitación térmica es capaz de vencer la atracción eléctrica que sufren los electrones por los núcleos atómicos.
El confinamiento magnético es útil porque nos permite calentar materia a temperaturas donde ningún recipiente material se mantendría en estado sólido.
Este fenómeno también se encuentra en la naturaleza en los llamados cinturones de Van Allen que nos protegen del viento solar.
El confinamiento magnético aprovecha que en el estado de plasma, todos los átomos se encuentran ionizados. En presencia de un campo magnético, los iones y electrones realizan trayectorias helicoidales a su alrededor. Consiguiendo un campo magnético circular, se pueden confinar a los iones y electrones en él. En un reactor de fusión de confinamiento magnético, el plasma toma forma toroidal (similar a la forma de la cámara neumática de la rueda de un auto), y varios electroimanes colocados alrededor del plasma generan el campo magnético necesario para el confinamiento. En la Figura 4 presentamos un esquema conceptual de este tipo de reactores.
Figura 4: esquema conceptual de un reactor de fusión con confinamiento magnético. El plasma (en amarillo) está compuesto por átomos ionizados de Deuterio y Tritio. Los electroimanes (en verde y azul) generan campo magnético (flechas negras) en distintas direcciones, necesarias para la estabilidad del plasma. La energía es recogida en el recipiente del reactor, entre los electroimanes y el plasma (no ilustrado por claridad).
Esta tecnología es la que está siendo desarrollada con más ahínco en el mundo. Hay muchos experimentos de confinamiento magnético construidos en numerosos países. El mayor experimento en construcción es ITER, en Cadarache, Francia, un proyecto en el que participan China, Corea del Sur, Estados Unidos, India, Japón, Rusia y la Unión Europea, y se espera tenerlo en funcionamiento para 2020.

Confinamiento magnético

El plasma del TJ-II
El plasma del TJ-II (rosa) y una línea del campo magnético confinante (cinta roja), girando alrededor de la bobina del campo helicoidal (amarillo).
Las investigaciones del Laboratorio Nacional de Fusión se centran principalmente en el confinamiento magnético, que es una de las técnicas principales en las que puede basarse un futuro reactor de fusión. El confinamiento magnético se obtiene generando un campo magnético toroidal (en forma de donut) muy intenso mediante bobinas de campo externas que llevan una corriente fuerte.
En este campo magnético, se inyecta gas de Hidrógeno o Deuterio, que se calienta mediante radiación de microondas. Pronto la temperatura del gas se eleva lo suficiente para que se ionice, es decir, para que los núcleos atómicos pierden sus electrones asociados.
El gas ionizado resultante se denomina plasma. Las partículas ionizadas estarán fuertemente afectadas por el campo magnético y tenderán a seguir las líneas de campo. Ya que las líneas de campo están diseñadas para doblar sobre sí mismos dentro de la vasija en forma de donut, las partículas no pueden escapar y son confinadas. Se puede aplicar calentamiento adicional en forma de haces de partículas neutras, para aumentar la densidad y temperatura todavía más.
Existen varios diseños alternativos para la estructura del campo magnético. El tipo más popular se llama tokamak, y en esta configuración una parte del campo magnético confinante está generado por corriente eléctricas que fluyen en el plasma mismo. El tokamak más grande del mundo actualmente operativo es el JET (en Inglaterra), y también el proyecto internacional ITER se basa en este diseño. Otro diseño popular es el stellarator, que es una configuración en el que la mayor parte del campo magnético confinante puede ser generado por las bobinas de campo externos, así proporcionando un mayor control sobre el plasma. El proyecto TJ-II pertenece a esta categoría, así como el proyecto grande de W7-X, ahora en fase de construcción en Alemania.

 energía de fusión es la energía liberada al realizarse una reacción de fusión nuclear. En este tipo de reacción, dos núcleos atómicos ligeros se fusionan para formar un núcleo más pesado, liberándose gran cantidad de energía en el proceso, que puede ser empleada en la bomba de hidrógeno y en un futuro en la producción de energía eléctrica en un hipotético reactor. La mayoría de estudios existentes para el diseño de una central nuclear de fusión usan las reacciones de fusión para generar calor, que hará funcionar una turbina de vapor que a su vez activarán los generadores para producir electricidad, de forma similar a como ocurre actualmente en la centrales térmicas que usan combustíbles fósiles o en las centrales nucleares de fisión, pero con la gran ventaja de que el impacto ambiental será considerablemente menor ya que por ejemplo, medio kilo de hidrógeno (muy abundante en la naturaleza, ya que forma parte del agua) produciría unos 35 millones de kilovatios hora.- ..................:http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=8f91f36246de142619df355ae33dff3e963214da&writer=rdf2latex&return_to=Energ%C3%ADa+de+fusi%C3%B3n
En plena campiña inglesa, al sur de Oxford, una antigua base área militar de 800.000 metros cuadrados alberga uno de losproyectos científicos más ambiciosos y de mayor colaboración internacional de la historia. Flanqueado por imponentes muros y estrictas medidas de seguridad, el centro británico para la fusión de Culham encierra la gran promesa de futuro para la humanidad de desarrollar una fuente de energía inagotable, segura y limpia a partir de hidrógeno.
El planteamiento suena demasiado idílico, pero su desarrollo no está exento de un complejo, extenuante y costoso proceso de investigación. El objetivo de este centro, en el que trabajan más de 350 europeos, radica en demostrar la viabilidad de la fusión nuclear, un tipo de energía similar al que se produce en las estrellas, como el sol, que a partir de un gramo de materia es capaz de producir lo que ahora suponen ocho toneladas de petróleo.
La esperanza de «crear un sol en la Tierra» reside en el JET (Joint European Torus), el reactor más grande del mundo para la fusión por confinamiento magnético, un proyecto de 40 millones de libras anuales, financiado por la Comisión Europea.

«Hace levitar la materia»

«Este horno circular, de 18 metros de altura, construido a base de pequeños azulejos de berilio y tungsteno, es el auténtico motor de las investigaciones del centro de Culham. En su interior, la temperatura alcanza los 200 millones de grados centígrados, una cifra inmanejable que los físicos tratan de contener con campos magnéticos que hacen levitar la materia que está muy caliente y aislarla del exterior», explica el director de JET, Francesco Romanelli, con un acento italiano inconfundible, durante una visita guiada con motivo del 30 aniversario de su puesta en funcionamiento.
La energía se genera a través de la colisión de potentísimos átomos, el proceso inverso a la fisión donde las partículas se separan. Pero quizá lo más significativo es que esos átomos se extraen del agua ordinaria y el litio, un metal común que se encuentra fácilmente. Por lo tanto, sería capaz de proveer energía al mundo no sólo durante miles, sino millones de años.
A pesar de que su viabilidad científica ha quedado avalada, desde que se inauguró JET en 1983, el proyecto ha atravesado numerosos altibajos debido a la escalada de su coste y la falta de compromiso de algunos gobiernos. «El desarrollo de las investigaciones ha estado desde siempre supeditado al precio del petróleo y la demanda de energía en cada momento. Además de conocimiento, hace falta dinero. Si no inviertes dinero no puedes progresar», expone Romanelli.
Esta máquina, que estuvo parada recientemente durante 22 meses para ejecutar labores de mejora y mantenimiento, es además la única capaz de manejar la mezcla de combustible de deuterio y tritio que emplearán las centrales de energía de fusión comerciales y que previamente se pondrán a prueba en ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor). «Actualmente se está construyendo en Cadarache (Francia) un reactor nuclear experimental quemultiplicará por diez la energía que se le suministra y que previsiblemente estará listo para 2020», explica Ana Manzanares, doctora en Física e investigadora española del centro de Culham.
El ITER no permitirá encender ni una bombilla y no será rentable como negocio, pero arrojará la información necesaria para construir el primer reactor comercial, DEMO, que está previsto para 2035. Los científicos esperan que quince años más tarde, en 2050, las personas aprieten el interruptor en casa y la luz provenga de las primeras centrales eléctricas de fusión nuclear que alimenten la red nacional.

La «energía perfecta»

La energía de fusión, además de presentarse como una fuente prácticamente inagotable en el tiempo, no genera residuos y es segura. En palabras del entusiasta científico Steve Cowley, director del programa de fusión británico, se trata de «una energía perfecta». «A diferencia de los combustibles fósiles, no contamina, no provoca problemas medioambientales y, al contrario que la fisión, tampoco es radiactiva, ni genera residuos de larga duración», comenta a ABC. Al no utilizar uranio, un accidente de las dimensiones de Fukushima sería impensable. «Si todo falla, esa altísima temperatura de 200 millones de grados, se enfría y la reacción se apaga. Es imposible que salga de control. Solo trabajamos con un gramo de materia», continúa.
Si los experimentos en Francia demuestran que es posible la construcción de reactores de fusión comercialmente viables, entonces podría convertirse en el experimento que inyectó energía al mundo, en un momento en el que la demanda energética se ha triplicado y se espera que aumente un 60% más antes de 2030.

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