Celomados. Artropodos. Insectos.-
Artrópodos traqueales, con un par de antenas y tres pares de patas.
1. Morfología externa. El cuerpo de todos los insectos (fig. 142) está diferenciado en tres regiones: cabeza, tórax y abdomen.
La CABEZA es semejante a la de los ciempiés. Sus apéndices (fig. 143) son un par de antenas, un par de mandíbulas sin palpos, un par de maxilas con palpos (palpos maxilares) y un labio inferior, producto de la soldadura de un segundo par de maxilas, cuyos palpos forman los palpos labiales. Además, la boca está limitada, por delante, por una piececita llamada labio superior o labro.
Figura 142. El insecto típico (Leucotermes lucifugus, macho).
Figura 143. Piezas de la boca de la cucaracha Periplaneta orientalis. la, Labro. md mandibulas. mx1, primera maxila con sus palpos (pm). mx2, labio inferior (segundo par de maxilas) con sus palpos (pl). Según Hertwig.
En la cabeza reside un par de ojos compuestos, y a veces, ojos frontales sencillos (fig. 137). Las piezas bucales de los insectos solamente tienen el aspecto descrito en los insectos masticadores (grillos, escarabajos, etc.). En los chupadores (mosquitos, mariposas, etc.) se modifican mucho, originando varios tipos de boca chupadora (fig. 144).
Figura 144. Cortes transversales esquematicos de diferentes bocas chupadoras. A, de mariposa. B, de chinche. C, de tabano. D, de mosca. h, hipolaringe. k, maxila. m, mandibula. o, labro. u, labio inferior. su, tubo chupador. s, canal salibar (de Boas).
El TORAX se compone de tres segmentos: protórax, mesotórax y metatórax. Cada uno lleva un par de patas formada por los siguientes artejos (fig. 145): cadera, c; trocanter, tr; fémur, f; tibia, t, y tarso, ta. Los dos primeros son muy cortos; el tercero y el cuarto, largos; el tarso, que hace de pie, está dividido en 2-5 artejos pequeños y termina en un par de uñas.
Figura 145. Pata de insecto. c, cadera. tr, trocante. f, femur. t, tibia. ta, tarso formado de cinco artejos
Un carácter importantísimo de los insectos es el de tener alas. Consisten éstas en expansiones laminosas del tegumento envueltas por arriba y por abajo de quitina y sostenidas por refuerzos quitinosos que constituyen las nerviaciones.
Las alas están en el tórax, habiendo, en general, un primar par mesotarácico y un segundo par metatorácico. En las moscas y mosquitos se atrofia este último par, por lo cual esos animales solo poseen dos alas (dípteros). En ciertos insectos las cuatro alas son membranosas (libélulas, mariposas). En otros (saltamontes, mariquitas) las del primer par pierden su función voladora y, haciéndose más o menos fuertes por espesamiento de la quitina, constituyen un estuche protector del segundo par. En estos casos el par de alas membranosas se desarrolla mucho y se recoge, plegado, debajo del primero.
Son muy poco los insectos que carecen de alas. Aun en éstos, hay que distinguir dos categorías de muy diferente significación: insectos apterigógenos, que jamás han tenido alas, e insectos ápteros, cuyos antepasados las han tenido y sus próximos parientes las tienen, pero que a ellos se les han atrofiado por adaptación a géneros de vida especiales: parasitismo, vida subterránea o cavernícola o en islas sometidas a furiosos vendavales (fig. 146).
Figura 146. Mosca áptera (Calycopterysx moseleyi) de las islas Kerguelen. Según Enderlein.
También hay especies de insectos en las cuales existen formas aladas y formas ápteras (fig. 153).
Este fenómeno suele ser una consecuencia del dimorfismo o polimorfismo sexual, que precisamente en los insectos está extraordinariamente acusado.
El ABDOMEN se diferencia del tórax por carecer de apéndices. En ciertos insectos, sin embargo, se distingue en el último segmento un par de apéndices con misión reproductora (fig. 147) o destinado al salto.
Figura 147. Locusta caudata hembra, según Brunner en R. Hertwig, mostrando el ovopositor (l). Solo se han dibujado las patas del lado izquierdo.
En algunos insectos primitivos se observa en los anillos del abdomen un par de cortísimas patas rudimentarias sin misión alguna (fig. 132). Se interpreta este hecho como una demostración de que los insectos son miriápodos adaptados a caminar exclusivamente sobre los tres primeros pares de patas. Las restantes se atrofiarían por falta de uso y acabarían por desaparecer del todo.
2. Anatomía interna (fig. 148). El tubo digestivo está en los insectos muy diferenciado. En la boca vierten su secreción las glándulas salivares (sp); en el intestino medio ciertas glándulas digestivas, y en el intestino terminal unos tubos especiales llamados tubos de Malpighi (u), que son los órganos excretores o riñones de los insectos. El aparato respiratorio es traqueal, abriéndose los estigmas de los últimos anillos del tórax y primeros del abdomen (fig. 68). El aparato circulatorio se reduce al vaso dorsal (fig. 148 h), que hace de corazón. En cuanto al sistema nervioso y a los órganos de los sentidos nada hay que añadir a lo dicho anteriormente.
Figura 148. Anatomia de un insecto. m, boca. s, esófago. k, buche. t, molleja. ch, intestino medio. e, intestino terminal. a, ano. u, tubos de malpighi. o, o´, ap. genital. c, cerebro. n, ganglios infraintestinales. h, corazón. 1, 2, 3 patas. esquema de Boas.
3. Reproducción. – Gran número de insectos tienen un acusado dimorfismo sexual que hace que en ocasiones se hayan descrito el macho y la hembra de una misma especie como especies y aun géneros diferentes (fig. 163). Con frecuencia ese dimorfismo sexual llega a la exageración. En la figura 26 están representados el macho (2) y la hembra (3) de la mariposa Psyche helix, uno de tantos insectos cuya hembra es áptera, mientras el macho tiene las alas bien constituidas. En algunos insectos las diferencias sexuales se complican por la existencia de individuos estériles. Estos casos de polimorfismo sexual se presentan en las hormigas, abejas y otros insectos sociales y están ligados a la división del trabajo dentro de la sociedad: la reproducción está a cargo de un corto número de individuos fértiles, mientras que de los cuidados de la prole, de la defensa del conjunto, etc., se cuidan los individuos estériles (ver figs. 153 y 167).
Figura 149. Ciclo evolutivo del Papilio machaon. 1, hembra poniendo huevos. 2 y 3, orugas. 4, crisalida sujeta por un cordón de seda. 5, macho volando. De Stehli.
El desarrollo del huevo se realiza, con contadas excepciones, fuera del cuerpo de la madre; es decir, los insectos son ovíparos.
La madre, sin embargo, se preocupa de que sus hijos encuentren al nacer el alimento que para su desarrollo necesitan. De ordinario esto se verifica, sencillamente, haciendo la puesta en lugares adecuados (sobre plantas o sobre animales o sobre sustancias orgánicas); en ocasiones la madre almacena un alimento especial (estiércol, etc.) o lo fabrica ella misma (miel). En algunos casos, finalmente, proporciona a sus hijos diariamente alimento fresco. Merece mención el hecho de que muchos insectos (como las cucarachas) ponen los huevos en ootecas, esto es, encerrados en un estuche especial.
Como el insecto sale del huevo en un estado muy atrasao de desarrollo, los insectos verifican metamorfosis. En los casos de mayor complicación se distinguen tres fases distintas en la vida de un insecto: larva, ninfa e imago o insecto perfecto. Se dice entonces que tienen metamorfosis complicadas. Las larvas de estos insectos (fig. 149, 3) no se parecen en nada a los adultos: carecen de alas, los ojos son sencillos, las patas muy cortas, la boca siempre masticadoras, la cutícula en general blanda. La mayoría de ellas recuerdan más a los gusanos que a los insectos (gusano de seda). Los tipos más importantes de larvas son el erociforme u orugas (fig. 149, 3), caracterizado por tener, además de las patas torácicas, unas falsas patas abdominales; el melontoide (fig. 26), que carece de estas últimas; el ápodo (fig. 172), que carece en absoluto de apéndices, y el campodeiforme, que recuerda la forma de un insecto primitivo (fig. 133,b). Durante su vida, la larva come vorazmente, aumentando mucho de volumen. Cuando ha adquirido el tamaño definitivo, experimenta una muda y aparece en estado de ninfa. Las ninfas (fig. 149, 4) se parecen mucho a los imagos; poseen alas, bien que arrugadas dentro de dos estuches quitinosos, tienen ojos compuestos, y patas y boca semejantes a las del imago. No pueden sin embargo, hacer uso de esos órganos porque las ninfas se hallan en un estado de perfecto reposo externo: ni comen ni se mueven. A veces incluso están encerradas en una gruesa envoltura quitinosa como una momia; en ocasiones se protegen por una hoja arrollada previamente por la larva, o por un capullo fabricado con seda segregada ex profeso (crisálidas) (fig. 181, 5-7). Cuando la ninfosis ha dado fin, la envuelta quitinosa de la ninfa se abre, y el imago sale al exterior.
Las metamorfosis sencillas se caracterizan por falta de ninfosis, es decir, del período de reposo que separa el estado de larva áptera del de insecto alado. Las larvas de estos animales suelen, además, diferenciarse poco del adulto (fig. 150). Los insectos apterigógenos carecen de metamorfosis.
Figura 150. Metamorfosis sencilla de una chinche de campo (Anasa armigero). Según Chittenden.
4. Clasificación. – Los insectos forman el grupo más numeroso del reino animal, tanto en individuos como en especies. El número de éstas es verdaderamente fabuloso; desde luego mayor que el de los restantes animales reunidos. Se han descrito hasta la fecha unas quinientas mil especies y todos los años se descubren varios miles más. La ciencia que los estudia, llamada Entomología, es una de las ramas más cultivadas de la Historia Natural y ha adquirido en los tiempos modernos gran desarrollo teórico y práctico.
La clasificación de los insectos en Órdenes se basa en tres caracteres principales: en el número y naturaleza de las alas, en la conformación de la boca (masticadora o chupadora) y en la índole de las metamorfosis.
Orden 1º. Apterigógenos. – Insectos de constitución muy sencilla, masticadores y provistos de alas y metamorfosis (fig. 151). Son muy poco numerosos. El más conocido es el Lepisma saccharina, frecuente en las casas y libros viejos (fig. 151). Algunos poseen patas rudimentarias en los anillos del abdomen (fig. 132), lo que les hace intermedio entre los insectos alados y los miriápodos.
Figura 151. Lepisma scharina
Figura 152. Libélula (Gomphus vulgatissimus.)
Orden 2º. Arquípteros. Insectos masticadores, de metamorfosis sencillas y dos pares de alas membranosas. Los más interesantes son las libélulas (fig. 152), cuyas larvas son acuáticas, y los termites u hormigas blancas, terrestres siempre. Los termites (fig. 153) son insectos sociales, es decir, viven en sociedades. Cada una está formada por un corto número de machos y hembras fecundos y alados, llamados reyes y reinas (C), y un número exorbitante de macho y hembras estériles, desprovistos de alas y, frecuentemente, ciegos (no salen nunca a la luz). Unos, de gran cabeza y robustas mandíbulas (B), están destinados a la defensa de la sociedad y se llaman soldados. Otros (A) son obreros. En la termitera se encuentran numerosas cámaras y pasadizos. Una de aquellas (cámara real) es de gran tamaño y en ella reside la pareja, o parejas, reales, que entonces han perdido ya las alas (D). La reina fecundada (E) ofrece un enorme abdomen distendido por la inmensidad de huevos que contiene. Las obreras recogen los huevos que la reina va poniendo sin cesar, y cuidan de ellos y de las larvas. Los termites son animales de vida oscurícola que se alimentan de hojas y de madera. Abundan en los trópicos, donde producen grandes daños. En nuestros bosques vive el Termes (Leucotermes) lucifugus (fig. 153 y 142).
Figura 153. Termes lucifugus. A, obrero. B, soldado. C, macho o hembra fecundos. D, hembra poco despues de la fecundación: las alas le han caido. E, hembra fecundacon el abdomen distendido por estar relleno de huevos. Según Léspes.
Orden 3º. Ortópteros. Insectos masticadores, de metamorfosis sencillas y dos pares de alas; las segundas (fig. 154) son membranosas y se pliegan como un abanico debajo de las del primer par, las cuales están endurecidas por una capa de quitina que no llega a enmascarar las nerviaciones (alas elitroideas).
Figura 154. El saltamontes Pachytylus migratorius. Según Brehm. A la izquierda la larva.
Los más conocidos son:
1º. Los grillos (Grillus campestris), de patas posteriores saltadoras y cuyos machos cantan frotando unas con otra las alas del primer par.
2º. Los saltamontes o langostas, también saltadores (figs. 147 y 154), de los cuales unos cantan como los grillos mientras otros estridulan frotando las patas posteriores contra las alas elitroideas. Cuando abundan constituyen temidas plagas para el campo.
3º. El grillo-topo o alacrán cebollero (fig. 55), de patas anteriores cavadoras en razón a su vida subterránea.
4º. Las cucarachas, de patas corredoras y vida oscurícola, cuyas hembras son con frecuencia ápteras.
5º. El campanero o santateresa (Mantis religiosa), de patas anteriores cogedoras.
6º. La tijereta (Forticula auricularia) (fig. 155), cuyo abdomen termina en una robusta pinza.
1º. Los grillos (Grillus campestris), de patas posteriores saltadoras y cuyos machos cantan frotando unas con otra las alas del primer par.
2º. Los saltamontes o langostas, también saltadores (figs. 147 y 154), de los cuales unos cantan como los grillos mientras otros estridulan frotando las patas posteriores contra las alas elitroideas. Cuando abundan constituyen temidas plagas para el campo.
3º. El grillo-topo o alacrán cebollero (fig. 55), de patas anteriores cavadoras en razón a su vida subterránea.
4º. Las cucarachas, de patas corredoras y vida oscurícola, cuyas hembras son con frecuencia ápteras.
5º. El campanero o santateresa (Mantis religiosa), de patas anteriores cogedoras.
6º. La tijereta (Forticula auricularia) (fig. 155), cuyo abdomen termina en una robusta pinza.
Figura 155. Tijereta. Forficula auriculata.
Orden 4º. Hemípteros.- Insectos chupadores mediante un pico articulado, con metamorfosis sencillas y alas de aspecto variable. Lo característico es el pico articulado (fig. 156; B, R), constituido por el labio inferior (R), que se prolonga y abarquilla formando un tubo articulado hendido por delante, en cuyo interior quedan encerradas, y convertidas en sendos estiletes, las dos mandíbulas y las dos maxilas (B). (Véase también la fig. 144, B). Se distinguen tres subórdenes.
Figura 156. Chinche común y su cabeza vista por abajo. A, ojo. R, pico articulado. B, mandibulas y maxilas sacadas fuera de su alojamiento. de Schmeil.
Suborden 1º. Chinches. – Dos pares de alas diferentes (fig. 157), las del primero transformadas en hemélitro, esto es, coriáceas en su mitad basilar; las del segundo, membranosas. Cabeza pequeña con el pico situado en su extremo. El cuerpo, generalmente deprimido, lleva un par de glándulas repugnatorias. Se alimentan de jugos animales o vegetales. Unos hacen vida aérea, como las chinches de campo (figs. 150 y 157) y las de las camas (Cimex lectularis) (fig. 156), estas últimas ápteras y parásitas temporales del hombre. Otros viven en el agua, como los zapateros (Hydrometra stagnalis), que patinan en los estanques, y los garapitos o Notonectas (fig. 158), notables por nadar de espaldas.
Figura 157. Chinche de campo (Pentatoma rufices). a, con las alas abiertas. b, con las alas plegadas. Según Hayek.
Figura 158. Garapito (Notonecta glauca). (Obsérvese la forma de remo de las patas posteriores).
Suborden 2º. Cigarras y pulgones. – Los dos pares de alas, membranosos. Se alimentan de jugos vegetales. A este grupo pertenecen: las cigarras (fig. 159), cuyo macho produce un característico canto, y los pulgones, animales de pequeño tamaño, cuerpo blanco y delicadísimas patas, con frecuencia ápteros, y que tienen una curiosa reproducción heterogónica. Entre ellos se encuentra la filoxera, oriunda de América, que vive parásita sobre la vid.
Figura 159. Cigarra (Cicada orni). Según Schmarada.
Figura 160. Philloxera vastatix. B, hembra áptera partenogénetica. C, sus huevos. D, hembra alada partenogénetica, salida de ellos. E1, huevo hembra. E2, huevo macho. F1, hembra fecunda y áptera. F2, Macho. A, huevo fecundado. De Weismann.
He aquí el complicado ciclo vital de la filoxera (fig. 160). En primavera y verano se suceden sobre las hojas de vides varias generaciones de hembras ápteras y partenogenéticas (B) que ponen de 200 a 500 huevecillos (C) cada una. Algunas de ellas emigran a las raíces, donde, multiplicándose partenogenéticamente, dan tal número de individuos que con frecuencia la cepa muere enteramente agotada. Hacia el otoño estas hembras originan una generación de hembras aladas (D), pero también partenogenéticas, las cuales poseen sobre las hojas de otras cepas dos clases de huevos, unos grandes (E1), de los que nacerán hembras (F1), y otros pequeños (E2), de los que saldrán machos (F2). Los individuos de esta generación sexuada son muy pequeños y degradados, pues, además de ser ápteros, tienen atrofiados el tipo y el tubo digestivo (no se alimentan). Cada hembra deposita en las resquebrajaduras de la corteza de los sarmientos, es único huevo fecundado y durable (A), que pasa el invierno en estado de vida latente y germina en primavera, dando una hembra partenogenética y áptera (B), que es el comienzo de un nuevo ciclo.
Los pulgones comunes, como los del rosal, se caracterizan por llevar en el dorso del abdomen un par de tubos glandulares que segregan, cuando se les molesta, un líquido pegajoso. Su reproducción es parecida a la de la filoxera, pero la generación sexual es alada, al menos el macho.
Suborden 3º. Piojos. – Por algunos autores se consideran como hemípteros lo piojos (fig. 161). Son ápteros; carecen de metamorfosis; los ojos son sencillos, y la boca, chupadora, pero según un tipo especial. Las patas, cortas, fuertes, terminan en un gancho con el que se agarran fuertemente a los pelos de los mamíferos sobre que viven. Los huevos (liendres) los depositan sobre los pelos. En el hombre vive, entre otros, el piojo común (Pediculus sapitis).
Figura 161. El piojo común agarrado a los pelos. A la izquierda un huevo. De Schmeil.
Figura 162. Disección de un escarabajo. K, cabeza. B1, prototórax. B2, mesotórax y metatórax con las alas. Según Schmeil.
Orden 5º. Coleópteros. – Insectos masticadores, de metamorfosis complicadas y con alas anteriores transformadas en élitros, es decir, endurecidas por una capa de quitina tan espesa que oculta las nerviaciones y las convierte en un estuche bajo el cual se ocultan, plegándose transversalmente, las largas alas membranosas del segundo par (fig. 162).
Los coleópteros son los verdaderos escarabajos. El número de especies es prodigioso. He aquí los más importantes:
1º. Los escarabajos propiamente dichos, entre los cuales se encuentran el escarabajo sagrado o pelotero, adorado por los egipcios, que es negro y deposita sus huevecillos en bolas de estiércol destinado a servir de alimento a las larvas; el escarabajo dorado, y el ciervo volante, de enormes mandíbulas en el macho (Fig. 44).
2º. Los enterradores, notables por enterrar los cadáveres que encuentran en el campo, después de depositar en ellos sus huevos.
3º. Los gorgojos, de cabeza prolongada en una especie de pico que lleva la boca en el extremo y las antenas a los lados (Fig. 164). Muchos de ellos atacan a los frutos y semillas comestibles, como el gorgojo del trigo, el del guisante y el de la avellana.
4º. Las mariquitas (Coccinella septenpunctata), de cuerpo hemisférico y pequeño tamaño. Se nutren de pulgones.
5º. Las luciérnagas, fosforescentes y de cuerpo blanducho. Se alimentan de caracoles. Las hembras son ápteras (gusanos de luz) (Fig. 163).
Figura 163. Luciernagas. 1, macho. 2, hembra del Lampyris noctiluca. 3, macho de L. splendidula mostrando el órgano fosforescente (L). De Grobben.
6º. El escarabajo de agua (Hidrophilus piceus), de color píceo, gran tamaño y patas nadadoras (figura 163). Es herbívoro
Figura 164. El gorgojo de la avellana (balaninus nucun). 1, macho. 2, hembra sobre una avellana verde. 3, avellana con la larva. 4, avellana caida con la larva fuera. 5, ninfa enterrada. Según Stelhi.
Orden 6º. Neurópteros.- Insectos masticadores, de metamorfosis complicadas y cuatro alas membranosas muy ricas en nerviaciones. La forma más notable es la hormiga-león, cuyo imago (Fig. 165, A) parece una libélula, mientras la larva (B) tiene un cuerpo rechoncho, posee enormes mandíbulas y vive en el fondo de los agujeros cónicos, que excava en la arena, al acecho de los pequeños insectos de que se nutre.
Figura 165. Hormiga león. A, imago. B, larva.
Orden 7º. Himenópteros.- Insectos masticadores de metamorfosis complicadas y dos pares de alas membranosas, de nerviación pobre, engarzadas de tal manera que actúan como un solo par (Fig. 166).
Figura 166. Abeja común o melífera (Apis mellifica). a, reina. b, obrera. s, zángano. Según Claus.
Las hembras llevan en el abdomen un prolongamiento tubuloso que funciona en unas como taladro para depositar los huevos en el interior de las plantas o de animales (ovopositor), y en otras de aguijón, estando en relación con una glándula venenosa. El primer anillo abdominal está soldado íntimamente al tórax. En la mayoría, además, está separado del resto del abdomen por un profundo estrangulamiento (cintura de avispa) (FIG. 167, B). Se dice entonces que el abdomen es pedunculado; en el caso anterior se denomina sentado. Muchos himenópteros forman sociedades parecidas alas ya citadas de los termes. Las sociedades de la abeja común (Apis mellifica, Fig. 166) se componen de una hembra fértil (reina), un buen número de machos (zánganos) y una infinidad de hembras estériles (obreras). Todos los individuos son alados y de forma diferente. El nido (colmena) se compone de un gran número de panales verticales de cera, con las dos caras llenas de celdas prismáticohexagonales. Unas de estas cámaras son almacenes de miel; otras sirven para la cría de larvas obreras; en otras, de mayor tamaño, se desarrollan las larvas de macho, y finalmente, en unas cámaras especiales se crían las larvas de reina. Las nuevas sociedades se originan mediante una reina y un enjambre de obreras que abandonan la colmena madre. La cera es un producto segregado por glándulas cutáneas. La miel la fabrican en el buche con granos de polen, néctar de las flores y saliva, regurgitándola después en las celdas.
Las sociedades de la avispa común (Vespa germanica) son semejantes a las de la abeja, pero están formadas de corto número de individuos. Sus panales están construidos con una masa de madera finamente masticada que adquiere, por desecación en el aire, un aspecto papiráceo.
Las sociedades de hormigas recuerdan grandemente las de los termes. Están formadas de machos y hembras fecundadas y aladas (Fig. 167, A, B) y hembras estériles y ápteras que nacen de obreras (D, E, F). En algunas especies hay soldados, es decir obreras de gran tamaño, gruesa cabeza y robustas mandíbulas (C). A los individuos fecundos se les caen las alas después de la reproducción.
Figura 167. Polimorfismo de la hormiga Atta cephalotes. A, macho alado. B, hembra alada y fecunda. C, soldado. D, E, F, obreras (hembras ápteras y estériles). De Goldlewski, según Sharp.
Las hembras fértiles de las abejas, avispas y hormigas tienen una curiosa partenogénesis facultativa: ponen huevos fecundados, que originan siempre hembras, y huevos vírgenes, de los que nacerán siempre machos. La reina de las abejas puede poner a voluntad huevos de una u otra clase, determinando así voluntariamente el sexo de la larva; los huevos vírgenes los coloca precisamente en las celdillas para zánganos. El que una hembra sea fecunda o estéril depende tan sólo de la nutrición.
Se dividen en los subórdenes atendiendo a que las hembras tengan aguijón o taladro.
Suborden 1º. Portaaguijones.- Comprende las familias ÁPIDOS (abejas), VÉSPIDOS (avispadas) y FORMÍCIDOS (hormigas). En las dos primeras hay especies solitarias. En la última sólo sociales. La cabeza de las abejas (figura 168) posee además de los grandes ojos compuestos (Au), tres ocelos (au). El labio inferior se prolonga formando una lengüeta lamedora; las maxilas constituyen un tubo chupador; las mandíbulas son masticadoras.
Figura 168. Cabeza de abeja. Au, ojoscompuestos. au, ocelos. at, antenas. la, labro. md, mandibulas. mx1, maxilas con sus palpos (pm). mx2, labio inferior prolongado en lengueta (li). pl, palpos labiales. Según Weismann.
Suborden 2º. Portataladros. Su familia más interesante es la de los CINÍPEDOS, pequeñísimas avispas (Fig. 27) que ponen los huevecillos en órganos vegetales determinando la formación de tumefacciones de formas características denominadas agallas (cecidias), en cuyo interior se desarrollan las larvas (figura 169). Algunas son curiosas por su reproducción sexual, (fig. 27)
Figura 169. ---
Orden 8º. Dípteros.- Insectos chupadores mediante una trompa o probóscide; de metamorfosis complicadas, y con un solo par de alas membranosas (Fig. 171.)
La probóscide corte transversal en la figura 144, C y D esta formada por el labio inferior (u) alargado y abarquillado, pero no articulado, en cuyo interior hay, por lo menos, dos estiletes: uno anterior (o), formado por el labro, y otro posterior (h), formado por un prolongamiento del labio inferior, llamado hipofaringe. Entre ambos delimitan el tubo absorbente. (Véase también la fig. 170).
Las alas desarrolladas en los dípteros (Fig. 171) son las del primer par. Las del segundo se hallan transformadas en dos pequeños prolongamientos mazudos, llamados balancines. Las larvas son ápodas y viven en el agua (Fig. 172, A), en sustancias en putrefacción o como parásitas en plantas o animales (Fig. 175). Se dividen en dos subórdenes:
Suborden 1º. Mosquitos.- Antenas, cuerpo y patas largas; alas estrechas (Fig. 171). Los más importantes son el mosquito común (Culex pipiens) y el trasmisor del paludismo (Anopheles claviger) (Fig. 172). Las larvas se desarrollan en el agua estancada. Las hembras (D) son las que pican para chupar sangre. (Véase también la figura 91).
Figura 170. Cabeza de mosquito común (culex pipiens) hembra. 1, ojo. 2-3, antenas. 4-5, palpos maxilares. 6, labro. 7-8, mandíbulas. 9-10, maxilas. 11, hipofaringe. 12, labio inferior con el canal (13), en el que están encerradas las piezas anteriores (comparese con figura 144 C). De Röseler y Lamprecht.
Figura 171. Tipula. Obsérvese el único par de alas y destrás los balancines.
Figura 172. Anopheles. A y B, larva y ninfa colgandose de la superficie del agua. C, macho. D, hembra. Según Howard en Boas.
Figura 173. La mosca verde (Lucilia coesar).
Suborden 2 º. Moscas.- Antenas muy cortas, como pestañas, cuerpo rechoncho y patas cortas (Fig. 173). Su régimen de vida, así como el de sus larvas, es muy variado. He aquí las más interesantes agrupadas en familias.
1.º MÚSCIDOS. Entre ellos están la mosca común (Musca domestica), cuyas larvas se desarrollan en el estiércol: la azul (musca vomitoria) y la verde ( Lucilia coesar) (Fig. 173), que depositan los huevos en la carne; la tsé-tsé (Glossina palpalis), que transmite la enfermedad del sueño; la del olivo (Dacus oleae), cuyas larvas se desarrollan en las aceitunas, inutilizándolas; la del vinagre (Drosophilamelanogaster) (Fig. 174), tan notable bajo el punto de vista biológico, y la Piophila casei, cuyas larvas saltadoras son los llamados gusanos del queso.
2.º TABÁNIDOS. Moscas de trompa rígida, cuyos machos se alimentan de néctar, mientras las hembras (tábanos) acometen al ganado y aun al hombre para chupar sangre. Su picadura es muy dolorosa.
3.º ESTRIDOS. Moscas de boca rudimentaria (no comen), cuyas larvas, ápodas, viven parásitas en diferentes mamíferos: las de Gastrophilus (Fig. 175) en el estómago del caballo, nutriéndose de sangre. Las hembras ponen los huevos sobre el mamífero. Este se infecciona al lamerse.
Figura 174. La mosca del vinagre (Drosophila melanogaster).
Figura 175. Gastrophilus equi, según bauer. a, larva parasita del estomago de los caballos; b, macho.
4. º PUPÍPAROS. Moscas de cuerpo deprimido y ancho, que viven, a la manera de los piojos, principalmente sobre aves y mamíferos. Sobre el ganado caballar y vacuno vive la pegajosa mosca borriquera (Hippobosca equina). Algunas son ápteras, como la diminuta y ciega Bracula coeca (Fig. 176), parásita de la abeja melífera. Los pupíparos se caracterizan porque las larvas se desarrollan hasta el momento de la ninfosis en el cuerpo de la madre.
Figura 176. La Baula coeca, mosca áptera y ciega que vive parásita sobre las abejas, según Hendel. Muy aumentada.
Orden 9. º Afanípteros.- Son las pulgas. Insectos ápteros (Fig. 177), de metamorfosis complicadas, ojos sencillos y boca chupadora, según un tipo especial. El cuerpo es comprimido y las patas saltadoras. Las larvas, ápodas y ciegas (2), se desarrollan en las barreduras, grietas del entarimado, etc.
En el hombre vive el Pulex irritans; en el perro, etc., otras especies; siendo temible la de la rata por poder transmitir la peste bubónica. Merece mención la nigua o pulga de la arena, de América y África, cuyas hembras se introducen entre las uñas de los pies o bajo la piel.
Figura 177. Pulga con su larva (2) y su ninfa (3). según Taschenberg.
Orden 10. º Lepidópteros.- Insectos chupadores mediante una espiritrompa, de metamorfosis complicadas y cuatro alas membranosas cubiertas de pelos aplastados (escamas) (Fig. 180). Comprende este orden las mariposas y las polillas.
La espiritrompa (Figs. 178 y 144, A) está formada por las dos maxilas (k) prolongadas y asurcadas en su parte interna, determinado de esta suerte un tubo chupador (su). Durante el reposo la trompa queda arrollada en espiral (Fig. 178) entre dos masas pelosas formadas por los palpos labiales (5,6). Las demás piezas bucales son rudimentarias. Las patas de las mariposas son muy delicadas. Las larvas (Fig. 149) son orugas generalmente fitófagas y poseen un par de glándulas bucales que segregan seda. Con seda se fabrican para la ninfosis un capullo o un cinturón (figura 149), o bien cosen hojas para hacer un tubo protector. El dimorfismo sexual suele ser muy pronunciado (Fig. 26).
Suborden 1. º Macrolepidópteros.- Mariposas de tamaño grande o mediano. Las larvas viven al descubierto sobre plantas y se alimentan de hojas (Fig. 149). Unas son diurnas, de alas anchas y vistosas, verticales en el reposo, que se reconocen fácilmente por sus antenas mazudas, como los preciosos equites (Papilio machaon) (Fig. 149), y las mariposas blancas, como la tan perjudicial de la col (Pieris brassicae). Otras son generalmente crepusculares, de alas anteriores estrechas y largas, colores poco vivos y antenas prismáticas, terminadas en gancho (Fig. 179). Se serian aquí la popular mariposa calavera y la notable esfinge ocelada (Fig. 179)
Figura 178. Cabeza de mariposa. 1, límite entre cabeza y tórax. 2-3, tarso del primer par de patas. 4, primer par de alas. 5-6, palpos labiales. Espiritrompa medio desenrrollada. De Röseler y Lamprecht.
Figura 179. La esfinge ocelada (Smerinthus ocellatus) (esfingido).
Figura 180. El gran pavón (Saturnia pyri) (bombícido).
Otras, finalmente, son nocturnas, de cuerpo muy pesado, alas anchas y descoloridas, antenas plumosas y espiritrompa rudimentaria (Fig. 180). Con frecuencia las hembras, excesivamente gruesas, no vuelan y aun tienen alas rudimentarias o atrofiadas (fig. 26). Merecen mención: el gran pavón, que vive en los perales, almendros, etc., y es la mayor mariposa europea (Fig. 180); la utilísima mariposa de la seda (Bombyx mori), oriunda de la China, cuyas larvas (gusanos de seda) viven sobre la morera, y la nefasta procesionaria del pino, cuyas orugas destrozan los pinares.
Suborden 2. º Microlepidópteros.- Polillas y mariposas de pequeño tamaño. Las larvas viven ocultas. Las de Tinea pelionella y Tinea tapezella se encuentran en los tapices, pieles y vestidos, nutriéndose de las fibras textiles. Los gusanos que se encuentran en las manzanas son las larvas de la Carpocapsa pomonana (Fig. 181)
Figura 181. Ciclo biológico de la mariposita Carpocapsa pomonana, mostrando la metamorfosis complicada. 1, imago. 2, idem sobre un manzano en flor. 3, manzana picada con la oruga saliendo. 4, manzana picada. 5, oruga convirtiéndose en crisálida dentro de un capullo. 6, trampa para obtener crisálidas (en a, una en su capullo). 7, crisalidas obtenidas en la trampa. De Stehli
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