El castillo de Fuentidueña se halla en el municipio del mismo nombre, en la provincia de Segovia, comunidad autónoma de Castilla y León, España. Apenas se conservan unas ruinas del mismo, que junto a un entorno de protección recibieron la catalogación de Bien de Interés Cultural el 3 de julio de 1995.
Descripción
El castillo de Fuentidueña constituye un conjunto disperso de restos de edificaciones, torres y muros, situados en la parte alta de un amplio recinto amurallado, del que forma parte, quedando perfectamente integrado, con una función de alcázar, como último reducto, en caso de que fuera tomada la población.
De planta pentagonal irregular, ocupa una superficie aproximada de 5.000 m², en un terreno con muchos desniveles, con amplio foso y barbacana.
De dudosa cronología, las actuales ruinas, formadas por mampostería, rellenas de cal y canto, parecen proceder de alguna reforma de los siglos XII al XIII.
Castilnovo (castillo Nuevo o castillo de Galofre) se encuentra situado en el Condado de Castilnovo que le debe el nombre, en la provincia de Segovia (España). Perteneció, entre otros, a Don Álvaro de Luna, a la familia Zúñiga (antes Estúñiga), y a los Duques de Frías.
El castillo fue declarado monumento de interés cultural en junio de 1931. Está bien conservado y con una frondosa arboleda. Su origen es árabe, siendo edificado entre los siglos XII y XV. Es de estilo mudéjar toledano, obra de alarifes árabes.
Situación
Descripción
Su estado actual poco recuerda a la época califal, debido a las múltiples modificaciones a lo largo de la historia, responsables de la amalgama de estilos arquitectónicos que sobre la fortificación se superponen. Es una mezcla entre fortaleza y palacio, de planta cuadrada, en la cual destacan sus imponentes torres, tres prismáticas y otras tres cilíndricas, que pierden reciedumbre al estar adornadas de numerosos balcones y ventanales, algunos encuadrados con alfiz, ajimezados, con arcos de herradura,conopiales y apuntados. En él se puede ver una bella mistura de piedra de sillería, con ladrillos mudéjares y calicanto, todo ello rodeado de una densa vegetación que cubre una buena parte del edificio. Dentro del castillo existe un patio de armas y varias salas museo, así como una biblioteca.
Historia
El origen del castillo está todavía en la penumbra. Algunos investigadores lo atribuyen a Abderraman I, quien lo fundaría en el siglo VIII. Otros investigadores se inclinan por atribuírselo a Almanzor en el siglo X. Lamentablemente no quedan restos de esa época tan remota. En los siglos XII y XIII datamos los arcos apuntados del lado Oeste del Patio de Armas. Posteriormente, se fueron adosando las seis torres: Solana, Puerta y Vieja, y más tarde las del Moro, Caracol y Álvaro de Luna.1 Las últimas reformas se remontan a los siglos XIX y XX.
Alojó a los reyes de Aragón, Fernando I y Leonor. Posteriormente Juan II hizo entrega del mismo a su valido, Álvaro de Luna. A la muerte de éste, Enrique IV entregó Castilnovo a Juan Pacheco.
Es adquirido posteriormente, junto con una gran extensión de terreno a su alrededor, por Fernando el Católico, creando así el Condado de Castilnovo para ser cedido como dote a su nieta Juliana Ángela de Velasco y Aragón, primera condesa de Castilnovo, en 1557.
En el siglo XVI alojó a los hijos del rey de Francia, Francisco I, como rehenes, tras la Batalla de Pavía.
En 1859 el príncipe alemán de Hohenzollern, su propietario, se lo vendió a José Galofre, secretario y pintor de Cámara de la reina Isabel II. Fue restaurado en el siglo XIX.
El castillo ha pertenecido después a los marqueses de Quintanar, quienes lo vendieron a una asociación hispano-mexicana, llamada Castilnovo S.A., convirtiendo éste en una gran mansión.
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