miércoles, 6 de enero de 2016

CIENCIAS DE LA TIERRA

Climas de la Península Ibérica

El clima de la Península Ibérica
España es un país con mucha variedad de climas. Cualquiera puede comprobar que en pocas horas se puede pasar de los paisajes verdes y brumosos del País Vasco a los áridos de Teruel o del cabo de La Nao. 
El relieve abrupto y variado con cadenas montañosas (Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sierra Nevada, Cordillera Ibérica o Sistema Central), amplias mesetas y estrechas franjas litorales, origina una complicada distribución de nubes, insolación, lluvia y vientos. 
Junto a esto la ubicación de la Península entre las zonas tropicales y las templadas hace que sea una zona en la que se mezclan las influencias de la corriente en chorro polar, con sus frentes y borrascas asociados, y las altas presiones tropicales del anticiclón de las Azores. Esto añade una gran variabilidad en las temperaturas y precipitaciones.
En verano los anticiclones característicos de las zonas tropicales, como el de las Azores, se desplazan hacia el norte hasta rozar la codillera Cantábrica y los Pirineos. Por eso esta época del año se caracteriza por una prolongada sequía veraniega y frecuentes olas de calor provocadas por la llegada de masas de aire cálido desde el norte de Africa. Los frentes y borrascas característicos de la zona templada sólo afectan a la franja cantábrica en donde llueve con frecuencia, aunque en menor cantidad que en otras épocas. En el resto de la península se suelen producir tormentas que se forman cuando el aire de la superficie, recalentado fuertemente por la insolación del día, asciende y se enfría.
En invierno los frentes y borrascas característicos de la zona templada se desplazan hacia el sur llegando a afectar a toda la península. Lo característico de esta época del año es que el paso de borrascas acompañadas de lluvias y nieves se alterne con otros periodos secos y fríos cuando entra en la península aire frío procedente de las zonas polares del norte de Europa y Siberia.
Primavera y otoño son dos estaciones de transición en las que se dan indistintamente situaciones típicas de invierno o verano. No son infrecuentes las heladas tardías en abril o mayo, ni los días veraniegos en octubre o noviembre.
 Los climas de España son, dada su heterogeneidad, difíciles de clasificar, pero hay amplio acuerdo en diferenciar los siguientes grupos principales: 
  • Clima oceánico, también llamado templado húmedo. Se da en el borde norte, desde Galicia hasta el Pirineo occidental, que permanece todo el año bajo la influencia de la circulación templada. La pluviosidad es alta, distribuida a lo largo de todo el año. Las diferencias de temperatura a lo largo del año son pequeñas con veranos frescos e inviernos templados. El paisaje y la vegetación son muy parecidos a los de Europa occidental.
  • Clima mediterráneo en sentido estricto.- Se localiza en la franja costera del Mediterráneo. Este clima se caracteriza por veranos secos y áridos y pocas lluvias e inviernos suaves. Las precipitaciones tienen lugar sobre todo en primavera y otoño, en situaciones de Gota Fría que ocasionan lluvias torrenciales muy localizadas. Se alternan años de sequía con años lluviosos.
  • Clima mediterráneo interior o continental.- Se extiende por el centro y este de las mesetas, por el valle del Ebro y por el interior de Andalucía. Con inviernos muy fríos y veranos cálidos, porque no le llega la influencia marina. En verano se forman tormentas
  • Clima mediterráneo oceánico, o continental suavizado.- En la zona oriental del interior de la Península. Los veranos son secos, como en el caso anterior, pero las lluvias son más abundantes y se producen fundamentalmente en invierno, con la llegada de frentes procedentes del Atlántico (influencia de la zona templada). Las temperaturas invernales son suaves. 
Figura 3-5 > Climas de la Península Ibérica
Figura 3-5 > Climas de la Península Ibérica
Además de estas regiones climáticas principales, existen otras de menor extensión pero de notable interés: 
  • Clima árido.- Se sitúa en el sur de la franja mediterránea. Llueve muy poco como resultado de una mayor frecuencia de situaciones anticiclónicas que en el resto del mediterráneo y de sus situación geográfica en el extremo oriental de las cordilleras Béticas que frenan la influencia que podría llegar del Atlántico.
  • Clima oceánico subtropical.- En una estrecha franja costera desde Granada hasta Huelva. Con precipitaciones relativamente abundantes en invierno y temperaturas cálidas.

  • Climas subtropicales de Canarias.- Con temperaturas muy suaves y uniformes a lo largo del año y con precipitaciones similares a las del clima mediterráneo, aunque más escasas, en general. Lo más característico de este clima es la gran influencia de las montañas. Las masas de aire procedentes del mar vienen cargadas de vapor de agua que se condensa al chocar con las laderas de la montaña, formando mares de nubes que humedecen los lugares en los que se sitúan, aunque no llueva. 

LOS CLIMAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA
La extensión de España, su situación entre la zona de latitudes templadas y cálidas y entre dos mares de características tan distintas, así como la disposición del relieve hacen que en la Península exista una gran variedad climática.
España desde el punto de vista climático es un país de contrastes, con una gran diferencia entre las zonas bajo influencia atlántica y las que quedan bajo la influencia mediterránea. Esta última domina sobre el territorio peninsular ya que la sequía en verano es característica principal de nuestro clima.
PRINCIPALES CLIMAS PENINSULARES
CLIMA OCEÁNICO
Oceánico puro
Oceánico de transición
CLIMA MEDITERRÁNEO
Mediterráneo marítimo
Mediterráneo continentalizado
Continentalizado suavizado
Continentalizado acusado
Mediteráneo seco, estepario o subdesértico
CLIMA DE MONTAÑA

CLIMA DE CANARIAS

MAPA DE LOS CLIMAS DE ESPAÑA

CLIMA OCEÁNICO

- Se localiza en la cornisa Cantábrica.
- Veranos frescos e inviernos suaves.
- Amplitud térmica en torno a los 10º (más baja de toda la península).
- Influencia del Océano Atlántico.
- Temperaturas medias entre 11º y 15 ºC.
- Precipitaciones abundantes, por encima de los 800 mm, dando lugar a la España húmeda.
- Precipitaciones de tipo frontal, traídas por el Frente Polar.
- No existe estación seca, pero el máximo de PP se da en invierno y el mínimo en verano.
Variedades del clima oceánico
Oceánico puro. En la zona litoral.
Oceánico de transición. El alejamiento del mar y la influencia del relieve hacen disminuir las PP y aumentar la Amplitud térmica, existiendo un invierno frío. Se da en el interior de Galicia, Cantabria, País Vasco y Navarra.

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CLIMA MEDITERRÁNEO

- Se localiza en la Península, al sur del clima oceánico, en las Islas Baleares, Ceuta y Melilla.
- Precipitaciones escasas e irregulares inferiores a 800 mm. Máximos en primavera y otoño y sequía en verano.
- Temperaturas que varían de la costa al interior.
Variedades del Clima Mediterráneo
A. Clima Mediterráneo marítimo
Se localiza por toda la costa mediterránea, desde Gerona hasta Huelva.
Inviernos suaves y veranos templados.
Amplitud térmica. Oscila en torno a los 15ºC, menor que en el interior peninsular pero mayor que en el clima oceánico, por ser el mar Mediterráneo más cálido.
Temperaturas aumentan de norte a sur, debido a la latitud.
Precipitaciones escasas, muy irregulares y existe una fuerte sequía en verano por la acción del A de las Azores.
Según el régimen pluviométrico encontramos dos tipos de clima mediterráneo marítimo en:
· Zonas en las que llueve más en los equinoccios (zona oriental). Sobre todo en otoño. Además estas lluvias se pueden intensificar si se produce el fenómeno de Gota fría. Podemos distinguir entre lazona catalana y la valenciana, con mayores precipitaciones cuanto más al norte.
· Zonas que, además, tienen un pico de lluvias en el invierno (zona meridional por estar abierta a la acción del Frente Polar) En esta fachada meridional que abarcaría desde Murcia hasta Huelva debemos plantear la excepción de Murcia y Almería que son incluidas en el clima mediterráneo subdesértico, seco o estepario.
B. Clima Mediterráneo continentalizado
Afecta a dos tercios del territorio español, lo que explica gran diversidad.
Invierno fríos, con abundantes heladas y veranos muy cálidos.
Amplitud térmica en torno a los 20º C.
Régimen pluviométrico con dos máximos en los equinoccios y dos mínimos en verano (por el A. de las Azores) y en invierno (por el anticiclón térmico).
Dos subtipos
B.1. Clima mediterráneo continentalizado suavizado (de 16 a 18º C de Amplitud térmica), que se extiende por el oeste de la Península desde el sur de la Cornisa cantábrica hasta la cuenca del Guadalquivir (oeste de C. León, Extremadura y Andalucía occidental). La disposición del relieve no acentúa el aislamiento a la influencia al mar, por lo que en el norte los veranos no son muy cálidos y en el sur los invierno no son muy fríos.
Las precipitaciones están por encima de los 500 mm y el máximo lo tienen en primavera y en otoño siendo también importantes las precipitaciones de invierno.
B.2. Clima mediterráneo continentalizado acusado (más de 18º C de amplitud térmica), que se extiende por el centro y centro-este peninsular, desde Castilla León, sector oriental, y el Valle del Ebro hasta Andalucía oriental, pasando por Madrid y Castilla la Mancha. La amplitud térmica es mayor por la lejanía del mar y/o por la intensificación de esta lejanía por la disposición del relieve, haciendo que tanto los inviernos como los veranos sean más radicales.
Las precipitaciones son menores, acentuándose el mínimo de invierno por la influencia del anticiclón térmico, los máximos son en primavera y otoño.
C. Clima mediterráneo seco, subdesértico o estepario
Se localiza en el SE peninsular y la zona media del valle del Ebro.
Precipitaciones anuales inferiores a 300 mm.
En el Sureste la aridez responde a que se sitúa al abrigo de las Cordilleras Béticas y no le influyen las borrascas atlánticas y a que llegan con frecuencia las masas de aire secas de África.
En el cabo de Gata se llega al clima desértico con PP inferiores a 150 mm.
En la zona media del valle del Ebro la aridez se debe al aislamiento de las borrascas atlánticas por el S. Ibérico y a la nula influencia del Mediterráneo por la acción de la Cordillera Costero-Catalana.
Las temperaturas permiten distinguir entre la zona (estepa) cálida en la sureste costero con medias anuales en torno a los 17º C e inviernos suaves (no inferiores a a10º C) y la zona fría del interior (Albacete y zona media del valle del Ebro) con temperaturas medias anuales inferiores a 17º C e invierno fríos o moderados (desde –3º C a 10º C).

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CLIMA DE MONTAÑA

No existe una verdadera tipología de climas de montaña, sino que los distintos climas cuando superan los 1.500 m de altura tienen unas precipitaciones mayores (y generalmente en forma de nieve) debido al efecto Föehn y unas temperaturas menores por causa del gradiente térmico (0,6º cada 100 metros).
Las temperaturas se caracterizan por una media anual baja (<10 0="" 22="" a="" alg="" c="" con="" e="" en="" fr="" frescos="" inviernos="" media="" mes="" n="" ning="" os="" p="" superior="" t="" torno="" veranos="">
Las montañas del norte peninsular no tienen ningún mes seco y presentan veranos frescos.
Las montañas del centro y del sur sufren una notable reducción pluviométrica en verano y tiene temperaturas estivales altas.

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CLIMA DE LAS ISLAS CANARIAS

 Las Islas Canarias constituyen un dominio climático original debido a la influencia de varios factores:
  • En primer lugar, su situación en el extremo sur de la zona templada y la zona norte del dominio intertropical hace que intervengan varios factores. Dominan las altas presiones tropicales (el anticiclón de las Azores) y sólo en muy contadas ocasiones afecta alguna ondulación de la corriente en chorro en invierno (la llamada gota fría canaria). Los vientos dominantes no son los del oeste, sino que en altura dominan los vientos del noreste o alisios, que traen temperaturas muy suaves.
  • En segundo lugar, la corriente marina fría de Canarias, entre las islas y el continente africano, enfría las aguas superficiales más de lo que le corresponde por su latitud.
  • El relieve, en tercer lugar, hace disminuir la temperatura y provoca, en las vertientes expuestas al alisio, cuantiosas precipitaciones y, sobre todo, el tradicional “mar de nubes” o lluvia “invisible” (nieblas, escarcha, rocío...) Ello hace que la diversidad de los climas que coexisten en Canarias sea muy grande, con la existencia de muchos microclimas.
Características generales del clima canario
  • Precipitaciones muy escasas en las zonas bajas, debido al predominio del anticiclón de las Azores (menos 300 mm), sin embargo, en las zonas altas, las precipitaciones pueden llegar a los 1000mm en las vertientes de barlovento expuestas al alisio húmedo y constante.
  • Las temperaturas son altas y constantes todo el año con la amplitud térmica más baja de España debido a la insularidad. En las zonas elevadas disminuyen las temperaturas.


La península Ibérica presenta una gran variedad de climas debidos a su situación geográfica y a su orografía. Se encuentra situada en el límite sur de influencia del frente polar que, con sus borrascas asociadas, es responsable del clima húmedo continental de la zona occidental de Europa. Por otro lado, también se encuentra en el límite norte de acción de las zonas de altas presiones tropicales que, debido a que portan aire cálido y seco, generan las grandes extensiones desérticas del Sahara.
De manera general, el norte peninsular estará más influenciado por el sistema ciclónico de borrascas, mientras que el sur estará dominado por un clima más tropical. Debido a la dinámica de la atmósfera, es frecuente que durante el invierno las frentes húmedos provenientes del Atlántico barran la península, provocando lluvias intensas. Con la llegada del verano, la influencia de las altas presiones tropicales, el anticiclón de las Azores, se intensifica determinando un tiempo caluroso y seco del que escapa sólo la Cornisa Cantábrica, que sigue siendo influenciada por los frentes atlánticos, aunque en menor medida. Se puede decir que el clima de la península sólo presenta dos estaciones principales, verano e invierno, ya que tanto la primavera como el otoño son estaciones de transición en las que, de manera habitual, se alternan situaciones intermedias de verano o invierno.
Sin embargo, esta situación ideal se ve alterada con frecuencia debido a la naturaleza dinámica de la atmósfera. De esta forma, las ondulaciones del frente polar pueden ser más acusadas, provocando la alteración del patrón general y extendiendo las condiciones de humedad continental por la península. De la misma forma, estas ondulaciones pueden ser más débiles, de manera que los anticiclones tomen mayor relevancia y extiendan un clima más cálido y seco.
El relieve peninsular también va a condicionar los tipos de climas presentes. La península presenta un relieve abrupto, con numerosos sistemas montañosos que se concentran principalmente por la periferia, cerrándola ante la influencia marina salvo por la zona occidental. Cuando los frentes de lluvias del Atlántico penetran en la península, la recorren descargando el agua hasta topar con alguno de los sistemas montañosos, no pudiendo superarlos y creando zonas de sombra pluviométrica, donde la precipitación es menor que en zonas cercanas. Esta situación es la responsable de la aparición de zonas áridas en la zona sudoriental de la península, así como en otras regiones del interior. En otros casos, la orografía de la zona tiene el efecto contrario, cuando en la zona a favor del viento las montañas recogen toda la lluvia que portan los frentes, aumentando la precipitación en zonas determinadas. Este es el caso de algunas localidades del extremo occidental de los Sistemas Béticos o del Sistema Central.
En una primera aproximación, utilizando la clasificación de los climas del mundo basada en el movimiento de las masas de aire, la península Ibérica se divide en tres grandes zonas. La primera abarca casi la totalidad del territorio, con un clima mediterráneo semiárido 7s, es decir, estepario, con una zona sudoriental semidesértica 7sd, de transición entre la estepa y el desierto. La segunda zona ocupa una estrecha franja costera que comienza entre las desembocaduras de los ríos Tajo y Duero, sube hacia el norte y recorre toda la Cornisa Cantábrica. Su clima sería del tipo marítimo de la costa oeste, con regiones con el subtipo subhúmedo 8sh y otras de subtipo húmedo 8h. La tercera es una región de menor extensión que la anterior, que empieza en el extremo occidental de la Cordillera Cantábrica y termina en el extremo oriental de los Pirineos. Sería un clima de áreas situadas a grandes altitudes.
Usando la clasificación de Köppen, todo el Levante y la mitad sur de la península corresponde a un clima templado con veranos secos y calurosos Csa. Buena parte del cuadrante noroccidental también corresponde a un clima templado de verano seco, pero en este caso el verano sería menos caluroso que el anterior Csb. La Cornisa Cantábrica, junto con otras zonas castellano-leonesas y aragonesas presentarían un clima templado y húmedo con veranos suaves. Dentro de este marco principal se destacarían dos zonas. Los Pirineos, con un clima propio de altas altitudes H, así como tres núcleos de clima estepario seco y frío BSk, correspondientes a las zonas de Murcia y Almería, los Monegros y parte del valle del Ebro, y zonas al norte de la comunidad de Castilla y León, situadas en regiones de sombra pluviométrica al sur de los Montes de León y la Cordillera Cantábrica.
Sin embargo, estas dos aproximaciones resultan insuficientes para describir, aunque sólo sea de manera general, la diversidad de climas peninsulares. La descripción de los climas de la península no está exenta de cierta polémica, pero parece haber cierto acuerdo en distinguir tres grandes zonas climáticas, que son: atlántica, continental y mediterránea. Estas zonas no son uniformes, sino que presentan diferencias entre sí motivadas por su situación geográfica y por la influencia del relieve.
En primer lugar, la zona atlántica ocupa las regiones peninsulares en estrecho contacto con el océano Atlántico, del que reciben una gran influencia moderando sus temperaturas y son afectadas de manera directa por los frentes que provienen del mar, confiriéndoles un clima más húmedo. Esta zona ocupa el norte peninsular, desde el extremo oriental de los Pirineos hasta Galicia, el oeste, ocupando la franja oeste de Portugal, y buena parte de las zonas costeras de Andalucía hasta la zona oriental de la provincia de Granada.
El norte peninsular y buena parte de la franja costera de Portugal están influenciados por los continuos frentes de borrascas que recorren las latitudes medias, determinando un clima húmedo, con precipitaciones durante la práctica totalidad del año, y con temperaturas suaves tanto en verano como en invierno. La siguiente tabla resume estas condiciones climáticas.
Otra zona de influencia atlántica se encuentra en el interior de Portugal, donde la influencia oceánica es aún elevada. Sin embargo, conforme se penetra en el interior se refuerzan los rasgos continentales del clima que lo vuelven más extremo, con precipitaciones más reducidas y una aumento de las temperaturas medias.
La última zona de influencia atlántica se encuentra en la costa andaluza. Esta región conjuga varios factores que condicionan el clima. Por un lado, está aún afectada por los frentes de borrascas del Atlántico, pero en menor cuantía que en otras zonas más al norte. Sin embargo, la presencia de sistemas montañosos cercanos la costa provoca que los frentes descarguen mayor cantidad de lluvia que en zonas adyacentes, confiriéndoles mayor grado de humedad. Además, su localización latitudinal le proporciona un aumento de sus temperaturas medias.
La zona continental abarca la mayor parte del interior peninsular. Su clima general es más extremo, con veranos más cálidos e inviernos más fríos. Las precipitaciones son variables, dependiendo de la zona concreta considerada. El clima continental clásico se encuentra localizado en ambas mesetas, en el valle del Ebro y zonas del interior oriental de Andalucía, con veranos calurosos e inviernos fríos. Las precipitaciones son escasas, originando en esencia un clima que se podría clasificar como semiárido. La siguiente tabla resume las características propias de estas zonas.
Las regiones montañosas presentes en el interior de la península modifican este clima continental. Se localiza en los sistemas Ibérico y Central, en las estribaciones sudorientales de los Pirineos y en la parte oriental de los Sistemas Béticos. Debido a la orografía, los frentes de lluvia tienden a descargar en ellos, confiriéndoles un carácter más húmedo que en las zonas cercanas a menor altitud. Además, su altura les proporciona unas temperaturas más bajas que la media correspondiente a estas zonas.
Por último, otras zonas de clima continental más suavizado se localizan en el norte y oeste de Castilla y León, parte oriental de Portugal, zonas occidentales de Extremadura y Andalucía, y el valle del Guadalquivir. Esta zona presenta un clima continental con una notable influencia atlántica. Los frentes procedentes del océano tienen mayor incidencia que en otras zonas, más elevada conforme más al norte se encuentre la región considerada. Los veranos son más calurosos pero los inviernos son más suaves. Mención especial merece la cuenca del Guadalquivir que, debido a la depresión donde se asienta, los frentes atlánticos pueden penetrar en la península en mayor grado, suavizando el clima continental.
La zona mediterránea se localiza en las regiones situadas al este de la península. Se caracterizan por un clima templado y seco, con inviernos suaves y veranos calurosos. La sequedad del clima está determinada en buena medida por la influencia de los grandes sistemas montañosos cercanos Ibérico, Costero Catalana y Bético, que actúan como pantalla para los frentes de lluvia, convirtiendo a estas zonas en regiones de sombra de lluvia. La mayoría de las precipitaciones que reciben se originan a partir de frentes de lluvias generados en el Mediterráneo, los cuales suelen ser poco activos. Un fenómeno climático importante en estas regiones es la gota fría, que suele ocurrir en otoño cuando coincide la presencia de masas de aire frío en altura, de origen polar, y la temperatura del Mediterráneo es aún alta. En este caso, cuando las masas ascendentes de aire cálido y húmedo se encuentran con estas bolsas de aire frío, se condensan con gran rapidez y originan lluvias de gran intensidad y violencia.
Es posible establecer cierto gradiente en la zona mediterránea, aumentando las condiciones de aridez conforme se desciende hacia el sur, apareciendo en la zona sudoriental zonas semidesérticas.
Para terminar, habría que prestar atención a los climas insulares relacionados con la península. Las Baleares van a presentar un clima del tipo mediterráneo, de condiciones más suaves que el presente en el continente provocado por su condición de islas, en las que el mar Mediterráneo suaviza las temperaturas y aumenta el grado de humedad de las mismas.
El clima del archipiélago canario es diferente a los presentes en la península. Al estar situadas en latitudes más bajas, la influencia de las borrascas oceánicas es mucho menor, mientras que la presencia de los anticiclones tropicales es casi permanente. Este hecho debería provocar en las islas un clima tropical seco, desértico. De hecho, este es el clima que presentan las islas con menor relieve y el sur de las de mayor relieve. Sin embargo, el norte de las islas de mayor relieve está muy influenciado por los vientos alisios, de componente noreste, que proporcionan una elevada humedad a estas vertientes insulares, provocando la aparición en ellas de un clima tropical húmedo.
Esta tabla presenta la descripción resumida de ambos archipiélagos. La precipitación correspondiente a las Canarias no aparece debido a su gran heterogeneidad.

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