domingo, 3 de enero de 2016

Geología

Geología histórica


mar querandinense, también llamado mar platensetransgresión querandinense o transgresión querandí, a un cuerpo marino del pasado que se formó en el centro-este del Cono Sur de América del Sur durante una transgresión marina del Holoceno.

Generalidades

Durante el Holoceno en lo que hoy es el centro-este de la Argentina y el sudoeste del Uruguay ocurrió una importante y última elevación del nivel marino que produjo el avance de las aguas del actual sector norte del mar Argentino sobre los territorios que hoy ocupan el Río de la Plata el río Uruguay inferior y la totalidad del río Paraná inferior y su delta homónimo.
En la zona, varios avances marinos menores se desarrollaron solo en el subsuelo y en el bajo litoral costero de la provincia de Buenos Aires, son las transgresiones «interensenadense», «belgranense», «platense».
Una de las transgresiones sobrepasa a las restantes por ser de mayor magnitud, es la denominada «transgresión Querandí», la que formó, durante unos miles de años, un penetrante cuerpo marino agolfado denominado “mar querandinense”. Este mar llevó las aguas marinas (y por lo tanto la desembocadura del río Paraná en el océano) hasta la línea formada por el Puente Rosario-Victoria que une las ciudades de Rosario, en la provincia de Santa Fe, y Victoria, en la de Entre Ríos, continuando por el sur de esta última hacia el este, desarrollando una neta y medanosa línea de costa marina que cruzaba por el río GualeguayMédanos y Ceibas hasta la zona deGualeguaychú-Fray Bentos, donde se producía la desembocadura del río Uruguay. En los sectores del sur de Entre Ríos al norte de la barrera arenosa costera la constitución de esta última determinó que se cerrara el drenaje de amplios espacios donde se formaron lagunas marginales (como la laguna del Pescado) y humedales de importante extensión.

Historia del proceso transgresivo

El proceso transgresivo se inició entre 18 y 20 mil años AP,1 en coincidencia con grandes fluctuaciones climáticas acaecidas durante el Cuaternario.2 3 Durante el límite entre el Pleistoceno tardío con el Holoceno temprano, el nivel del mar se encontraba 15 metros por debajo de la actual cota oceánica. El río Paraná desembocaba directamente en el mar, en inmediaciones de la ciudad de Punta del Este al sudoriente del Uruguay.4
En la región en donde hoy se despliegan el delta del Paraná y el Río de la Plata, se desarrollaba una llanura cubierta de estepas graminosas húmedas o subhúmedas, la que era intersectada por el citado río.5 6 La estepa era seccionada por una cuña boscosa que se extendía desde el norte, inducida parcialmente por los colectores fluviales.7
Las precipitaciones en las cabeceras de los grandes ríos mesopotámicos eran entre un 25 y un 35 % inferiores a las actuales,8 lo que sumado al descenso del nivel marino, hacían que la circulación de los primitivos habitantes humanos (Paleoindígenas) entre las márgenes fluviales resultase sencilla.9 10
Este escenario comenzó a cambiar por un sostenido aumento del nivel marino, de unos 5 metros, alcanzando en el año 8000 AP la cota de 10 metros por debajo del actual nivel del mar. La marcada tendencia no varió durante el Holoceno medio, y en solo mil años aumentó otros 10 metros, igualando el actual nivel marino hacia el año 7000 AP. Las aguas continuaron su ascenso hasta que en un periodo comprendido entre los años 6500 y 6000 AP lograron llegar a su nivel máximo: 6,5 metros sobre el nivel actual. En este contexto, un profundo golfo estuárico dividió el paisaje, la fauna y las poblaciones humanas,11 promoviendo una separación biótica al impedir el flujo genético, favoreciendo proceso de especiación subespecífica.12 13 Solo la denominada isla Ibicuy permaneció emergida a 20 km de la costa continental más cercana.14
Durante la permanencia de este mar, en el área costera del nordeste y este bonaerense expuesta al estuario y al mar abierto, se depositaron una serie de cordones formados por la acumulación de resaca litoral, los que integran la Formación Atalaya, la que se compone de conchillas, arcillas limosas verdes y lentes intercalados de arenas finas. El análisis de los restos fósiles que contine señala un ambiente estuárico de aguas cálidas.15 16 17
Este mar sería coetáneo con la depositación de la formación Luján, sedimentos que cubrieron la zona centro-oeste de la provincia de Entre Ríos (formación Tezanos Pintos o “Cordobense”).18
Luego de los 6000 años AP da comienzo una fase regresiva que en mil años hace descender el nivel marino 1,5 metros, por lo que hacia 5000 años AP se encontraba en 5 metros sobre el nivel actual. Esta cota se mantuvo estable durante unos 1500 años, ya que de manera relativamente brusca hacia el año 3500 AP bajaron las aguas 2,5 metros, es decir, las mismas estaban 2,5 metros sobre el nivel actual. A partir de esta fecha las aguas continuaron progresivamente disminuyendo hasta llegar a la cota presente hoy en día.19
Este prolongado descenso del nivel marino se debió a la entrada de un periodo climático dominantemente árido (con algunos momentos de fluctuaciones húmedas) y con tendencia general a un enfriamento.20
Durante el mismo, los biomas marinos dieron lugar primero a otros estuariales, formados por enomes planicies de mareas,21 y finalmente otra vez a ecosistemas completamente dulceacuícolas, gracias al lavado de las sales favorecidos por el enorme volumen de aguas dulces transportados por los grandes ríos Paraná y Uruguay.

En el presente trabajo a través de los perfiles y sus descripciones, podemos ver que en el partido de Magdalena el Querandinense se ha depositado en general en costas libres y expuestas a las corrientes y mareas de mar abierto, como lo demuestran los limos areno arcillosos color gris verdosos con restos de moluscos de conchas gruesas, y sobre todo los restos Pecten tehuelchus d’Orb, propio de lugares libres marinos. Están representados también en los cortes los depósitos Querandinenses correspondientes a pequeños estuarios y a lagunas costeras con aguas estancadas o semi-estancadas (marismas, albuferas, lagunas costeras producto de inundaciones por grandes crecientes marinas, etc.) Como ejemplo de un estuario amplio rellenado por estos sedimentos en parte tenemos el que formaban el río Salado y el Samborombón actuales, cuyos actuales cauces corren sobre lo que fue una amplia bahía de poca profundidad, que fue siendo rellenada por los limos finos arcillosos que traían las aguas de los antecesores de esos ríos antes mencionados. Cerca de la actual boca hallamos un máximo de unos ocho metros de esos sedimentos Quernadinenses. En el arroyo JuanBlanco, Cañada de Arregui, Cañada La Andaluza, hallamos otro tipo de sedimentos Querandinenses representados por limos fuertemente arcillosos con granos pequeños de sílice, de color verde claro a té con leche, con restos casi exclusivos de Erodona mactroides Daud, molusco de aguas en poco movimiento, y también hallamos restos de vegetales en posición vertical en el sedimento y en bastante buen estado de conservación la sustancia orgánica, estos vegetales son casi siempre ciperaceas. Estos limos representan una sedimentación en aguas estancadas o muy resguardadas de las corrientes marinas, en las cuales las partículas arcillosas se depositaron sin estratificación notable. La presencia en estos sedimentos de concreciones limoníticas representan la fijación de la misma por bacterias que fijaban el hierro de esa manera alrededor de raíces y de tallos sumergidos. Los restos mas notables de esta ingresión están representados por los bancos de conchilla. En estos debemos distinguir dos series pertenecientes a dos distintos pisos, para determinar la edad relativa de estos bancos debemos basarnos en el proceso que se realiza actualmente en lugares de la costa donde las condiciones físicas son iguales o muy semejantes a las que reinaban entonces en la zona que nos ocupa. Si nosotros analizamos los procesos de la ingresión vemos que este se puede realizar de dos formas: por hundimiento continental o por elevación del nivel de las aguas de los mares, generalmente producido por derretimiento de grandes masas de hielos de las calotas polares y de los grandes campos de hielo, como consecuencia de un aumento general de la temperatura. Para el caso no vamos a entrar a discutir este punto pues entraríamos a rebatir opiniones de otros autores que aseguraban que durante la ingresión Querandinense la temperatura había sufrido un marcado descenso. Nosotros consideraremos que las aguas invaden el continente. Estas aguas durante el periodo transgresivo construyen albardones pequeños que las mismas olas van destruyendo, de modo que durante ese período es imposible que se formen los cordones. Podemos poner como ejemplo el actual estuario del Plata en el cual las arenas se acumulan formando bancos que en las mareas ordinarias permanecen a pocos centímetros de la superficie del agua, sino por el contrario nivelan el sedimento que queda siempre con un pequeño buzamiento hacia las aguas mas profundas. Ahora bien, la deposición de los grandes cordones comenzó a partir del alcance máximo que tuvo la ingresión y allí en esa costa más profunda se acumularon por efecto del oleaje y el viento los restos de moluscos en capas intercaladas mas o menos con capas de arenas y rodados. Este primer cordón que se depositó durante la ultima faz de la ingresión marina es el mas antiguo y pertenece como todos los sedimentos de la ingresión al piso Querandinense. Luego de este período y después de un breve periodo de quietud comenzó la regresión marina entrando en los tiempos Platenses y quedó en seco este cordón (al referirnos al cordón lo hacemos en el sentido de considerar este como una sola faja a lo largo de todas las costas afectadas por el proceso, y que tenían igual cota). Al quedar en seco este cordón se formó una nueva línea de costas y se depositó otro banco con una cota general inferior en la altura con la precedente, perteneciendo ya este otro cordón al piso Platense. En estos bancos a lo largo de las costas se pueden determinar un sincronismo por la posición relativa que ocupen contando como más antiguo el que hoy se halla mas tierra adentro. Cada uno de estos albardones debiera ser continuo a todo lo largo de la costa pero por la erosión que los ha afectado, generalmente por causa de los cursos de agua que los atravesaron se hallan cortados y disminuidos en muchas partes. La acumulación y extensión de la ingresión podemos interpretarla en mucho de sus efectos con el sencillo cuadro que acompañamos al final. El subyacente es en todas las partes perforadas o vistas directamente en los canales, el piso Ensenadense que se presenta en forma de un limo loesoide color chocolate a pardo oscuro, muchas veces con tosquilla suelta o formando bancos de tosca muy dura. Este mismo Ensenadense forma casi todas las barrancas de la antigua costa, teniendo estas en muchos lugares en su en su parte superior restos de loes marrón rojizo o café oscuro con pequeñas toscas redondeadas más blancas, del Bonaerense. El Ensenadense se presenta también como un pequeño espesor (veinte a cuarenta centímetros) de limo arcilloso coloreado de verde muy intenso y amarillo. La cobertura del Querandinense está representada casi siempre por los cordones del Platense formados por bancos de conchilla o por cordones arenosos. Entre las hondonadas formadas por los cordones mas antiguos y muchas veces cubriendo a los del Querandinense encontramos un loes marrón claro con pequeñas tosquillas, cuya edad por ahora no queremos precisar pues puede ser Platense –contemporáneo a los cordones mas modernos-, Cordobense, Quequense, o posiblemente loes removido de las altas barrancas, este problema trataremos de resolverlo en trabajos posteriores. Como ejemplo de este loes tenemos los perfiles de las canteras de la Corcemar en Pipinas y los de Canteroni y Cía, en Cañada la Andaluza. En los arroyos y ríos sobre un cauce mas amplio labrado en el Querandinense se encuentra un relleno arcilloso mas moderno color oscuro, generalmente PostPlatense, este mismo relleno se encuentra sobre las pequeñas barrancas de la costa en ascenso del Río de la Plata. Otras veces hallamos el querandinense recubierto por el humus actual. En muy pocas oportunidades es aflorante directamente y ello ocurre en las pequeñas barrancas de la costa del estuario, y también lo vemos en los cortes artificiales de los canales donde se puede hacer un reconocimiento preciso de este de este piso. El alcance de la ingresión es de hasta quince kilómetros en Pipinas, en Punta piedras se reduce a dos kilómetros y en el amplio estuario que formaban las cuencas de los ríos Salado y Samborombón el alance de la ingresión ha sido mucho mayor pasando de aguas marinas a pantanos y esteros de aguas levemente salobres y allí es donde posiblemente hallemos la transición del Querandinense con el Lujanense. El Querandinense ocupa en la escala cronológica un lugar importante como integrante de la baja terraza postpampiana. En los sedimentos Pampianos hubo después de la sedimentación de los limos Ensenadenses un período del Bonaerense. Luego se produjo un proceso erosivo intenso en la formación Pampiana que labró grandes y amplios cauces. Siguió un descenso continental que inauguró el período postpampiano, durante el cual se produjeron grandes precipitaciones que inundaron las partes bajas de la llanura formando grandes lagunas y pantanos en los cuales se sedimentaron los sedimentos del Lujanense que conservan restos grandiosos de una rica fauna mamalógica, cuyos rastros se encuentran por doquier en la extensa llanura y siempre en las partes bajas conocidas como bajas terrazas pampianas. Prosiguió el descenso continental, o aumento del nivel oceánico, y el mar comenzó a invadir las partes bajas costeras introduciéndose en los cauces de ríos y arroyos y cubriendo también sedimentos depositados en los pantanos de las bajas terrazas pertenecientes al Lujanense. En cierto modo son sincrónicos la parte inferior del Querandinense con la superior del Lujanense, pues mientras se seguía sedimentando el Lujanense el mar iba invadiendo el territorio costero y depositando sedimentos del Querandinense. Como se trata de dos pisos depositados durante un período general oscilatorio es imposible establecer un límite preciso entre ambos, debiéndose considerar por comodidad el Querandinense como inmediatamente más moderno que el Lujanense. En cuanto a las faunas de mamíferos han pasado muchos restos de la fauna pampeana que vivió en el Lujanense al Querandinense si bien ya en este han desaparecido completamente. Si observamos en ciertos lugares clásicos donde se estableció la división entre Lujanense palustre, Querandinense marino y Platense Palustre, se ve el encimamiento de los tres pisos, pero en el panorama general no existe una división tan neta. Son los tres integrantes principales de las bajas terrazas pampianas. En cuanto a las faunas características para el Querandinense la malacológica es muy mala justamente por su abundancia y porque los moluscos de un piso pasan al otro casi sin diferenciación notable. Pero las faunas de mamíferos es una buena indicadora. Restos de la fauna Lujanense pasan a este piso en forma de restos de Toxodon platensis, varias especies de Gliptodontoideos, etc. mezclados ya con especies más modernas. El Platense en cambio se halla desprovisto de restos de fauna pampiana siendo esta sustituida por géneros modernos de la fauna actual.



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