domingo, 3 de enero de 2016

Historia del arte

el arte olmeca
El Señor de Las Limas es una escultura tallada en serpentina correspondiente al período Preclásicomesoamericano. Representa a un joven hombre en posición sedente que sostiene en sus brazos a un niño-jaguar, éste último un personaje mitológico que aparece constantemente en la mitología de los olmecas. La estatua es famosa por las representaciones de seres sobrenaturales de la mitología olmeca, por lo que se le considera como una importante referencia en el conocimiento de la religión de los olmecas.

Historia

La pieza fue hallada casualmente por dos niños chinantecos del pueblo de Las Limas, en el sureste del estado mexicano de Veracruz, en el extremo meridional del área nuclear olmeca. Los niños se llamaban Severiano y Rosa Manuel Pascual y encontraron el monolito cuando buscaban una piedra para romper coyoles. Al cavar en la tierra para sacar lo que creían una piedra común encontraron el rostro del Señor de Las Limas. Los lugareños creyeron que se trataba de una aparición de la virgen María y le erigieron el altar donde permaneció hasta que los arqueólogos lo llevaron al Museo de Antropología de Xalapa. El Señor de las Limas fue robado del museo el 12 de octubre de 1970, pasó por Tehuacán y Huautla de Jiménez antes de llegar a Estados Unidos, donde los ladrones pretendían venderlo. Como no consiguieron comprador, lo dejaron abandonado en un motel de San Antonio (Texas) en 1975. Actualmente se encuentra en elMuseo de Antropología de Xalapa.

Moneda

En 1996, el gobierno mexicano emitió dentro de una serie moneda alusivas a las culturas precolombinas una del Señor de Las Limas en plata ley 0.999 de 1 onza de peso y 40 mm de diámetro. En su anverso ostentaba una imagen de la escultura, en el reverso el escudo nacional y su canto es estríado. La moneda tiene la denominación de 5 pesos mexicanos pero carece de curso legal. por eso no tiene valor alguno.
La civilización Olmeca inició su evolución alrededor del año 1200 a.C., y se establece, a partir de estas fechas y hasta 900 a.C., un patrón cultural mesoamericano. Hacía el año 400 a.C., la cultura Olmeca decayó como unidad del área cultural de Mesoamérica. Los logros de esta extraordinaria cultura se conservarán durante siglos, algunos de los cuales subsistieron hasta la conquista española
Aún hoy no están claros los orígenes de la cultura Olmeca, conociéndose algunos antecedentes de su remoto pasado. En realidad, el término Olmeca sirve para designar un grupo portador de un particular estilo artístico, pero no una identidad etnolingüística; aunque sus descendientes modernos se encuentran entre los pueblos Mixe-Zoque-Popoluca del sur de México.
Los antecedentes de quienes formarán la cultura Olmeca procedían del norte de Suramérica, en Colombia y Ecuador. Aquellos primeros grupos penetraron hacia el territorio que ahora se denomina Mesoamérica, vía la costa del Pacífico de Guatemala y Chiapas. Las ocupaciones indican que fue aquí donde se gestaron algunas características que han hecho posible identificar sus antecedentes. Tales grupos, como los proto-olmecas, dejaron sus huellas en cerámicas fechadas alrededor de los años 1500 a 1400 a.C.
La denominación Olmeca deriva de las palabras náhuatl "olli", goma, y "mecatl", estirpe, sirviendo el nombre para designar el área metropolitana Olmeca: Tabasco septentrional y Veracruz meridional, región mexicana de la goma.
La cultura Olmeca se caracterizó desde muy temprano por una fuerte obsesión felina, conectada al parecer con un culto al agua o la lluvia. El jaguar, abundante entonces en la región y peligro constante para sus habitantes, pudo haber sido considerado como el ancestro común; una especie de animal totémico. Las representaciones más frecuentes en el arte Olmeca son los diversos atributos del jaguar: cejas, encías, garras, manchas, etc., solos o en combinación con elementos humanos. El jaguar quizá fue conceptualizado como el origen; representaba la tierra y el inframundo. Poco después la serpiente sería incorporada a su ideología, identificándola tal vez con el agua que corre. Estos dos conceptos básicos posteriormente serían fusionados para dar lugar a un ser fantástico que reunía los atributos y simbolismos de ambos animales: tierra y agua; dando lugar a la fertilidad.
Yacimiento de La Venta
La Venta representa el centro ceremonial más antiguo del ámbito Mesoamericano, su complejo más antiguo dataría entre el 800 y 400 a.c. localizándose en al región sur de Veracruz y Tabasco. Orográficamente se trata de una isla rodeada por una zona pantanosa situada entre las desembocaduras del río Tonalá y su afluente El Blasillo. El sistema utilizado en las construcciones será el adobe y las arcillas de colores, reservando la piedra para los aspectos ceremoniales y estéticos. El planteamiento urbano de La Venta es el primer ejemplo Mesoamericano en el que el eje axial-asimétrico, orientación Norte- Sur, plazas abiertas rodeadas de plataformas y las características pirámides escalonadas.
Todo el conjunto está dominado por el montículo que debiera representar la pirámide principal, la cual se apoya sobre una plataforma rectangular de unos cinco metros. A su vez ésta da lugar al patio que pudo estar rehundido y quedaba cerrado en su lado norte por otra pirámide escalonada de cuatro plataformas. Toda esta geografía estructural sigue respetando el eje central sobre el que se organiza el conjunto ceremonial. A lo largo de todo el pasillo se localizan un gran número de tumbas y enterramientos así como una serie de pavimentos en mosaico representando la cabeza de un jaguar.
El pueblo Olmeca se diferencia por la gran calidad de su escultura entre las que debemos destacar los altares y las cabezas colosales.
Los Altares más importantes son los llamados 4 y 5. El primero es un bloque de piedra rectangular de 2,50 m de anchura y 1,60 m de altura que se halla coronado por una cornisa. En ella se representa las fauces de un jaguar, bajo éstas se abre un nicho en el que vemos una figura humana en posición sedente de piernas cruzadas que porta en sus manos una cuerda que sirve de pequeño zócalo.
En ambas se da una abstracción de las formas típicas de las culturas mesoamericanas. El personaje podría tener diversos significados: El Dios Jaguar, el dios del Maíz en forma humana o la representación del culto a la fertilidad y el nacimiento del hombre desde la Madre Tierra.
La cabezas colosales tienen unas dimensiones de 2,40 m de altura y 6, 25 m de circunferencia con un peso de varias toneladas. Están talladas en piedra volcánica triadas desde las canteras de Tuxtla. La morfología escultórica es de estilo realista con los labios gruesos, nariz achatada, etc.…portando un tocado en forma de casco con una decoración que nos recuerdan a las fauces del jaguar. El misterio de de su significado es aún hoy un misterio aunque las hipótesis apuntan a la honra de jefes fallecidos o imágenes de verdaderos dioses o héroes.
Yacimiento de Tres Zapotes
Al igual que el yacimiento de La venta, Tres Zapotes es uno de los más importantes de de la región costera de Veracruz. El sitio se localiza próximo a la sierra de Tuxtla, junto al arroyo de Hueyapan. En un recodo de este arroyo se distribuyen unos cincuenta montículos, siendo el más importante el grupo Norte por el número de montículos y la elevación de los mismos.
Como en otros yacimientos Olmecas los restos de la arquitectura monumental son escasos por lo que sólo contamos con plataformas o tramos de escalinata. Sin embargo destaca de nuevo la escultura: Se conservan dos cabezas colosales esculpidas en estilo realista con los caracteres étnicos de labios gruesos y nariz achatada.
No podemos olvidar las estelas de Tres Zapotes en las que podemos observar los jeroglíficos cronológicos semejantes a los que más tarde utilizaran los Mayas. Leídos según el sistema de "la Cuenta larga", la inscripción indica: 7,16, 6,16, 18,6, Eznab 1 Uo, lo que correspondía al año 31 a.C. de la era cristiana.
Yacimiento de Cempoala
La ciudad de Cempoala se encuentra, en la actualidad, a unos 35 km de la ciudad de Veracruz, siendo una de las primeras que visitaron los conquistadores. Situada en una llanura y próxima al Río Actopan ha debido estar siempre sometida al peligro de las crecientes del río, por lo que podemos pensar que los restos de las altas murallas y las plataformas servirían de protección.
Debido a la carencia de piedra, el sistema constructivo utilizado es la unión de cantos rodados unidos con barro y cobertura de mortero de cal en los paramentos exteriores. La morfología constructiva se estructura en el interior de una muralla donde se encontraba el templo Mayor, el Templo de las Chimeneas, la Gran Pirámide y otros templetes con adoratorios anejos.

Arte olmeca

Cabeza olmeca, en La Venta.
   El arte olmeca era muy complejo, tiene muchos elementos que aún se están investigando. Los más importantes y conocidos son posiblemente las Cabezas colosales Olmecas, que son un ejemplo de escultura monumental y una de sus mejores representaciones artísticas. Se cree que pueden representar a guerreros o a jefes. Se conocen 17 ejemplares, la mayoría de ellos repartidos entre el Museo de Antropología de Xalapa y el Parque Museo La Venta. Una característica llamativa de estas cabezas colosales es la marcada apariencia negroide, lo que ha llevado a diferentes conjeturas. Se han lanzado hipótesis, después rechazadas, que sugieren algunos contactos interoceánicos en tiempos antiguos. Las nueve primeras cabezas que se encontraron, estaban primero en San Lorenzo, y se trasladaron a La Venta, donde fueron enterradas. Se cree que podrían representar cabezas de enemigos, de ahí el enterramiento; o de jefes, y se enterraron cuando éstos murieron. Se cree que podrían tener rasgos idealizados, felinos, y de ahí ese aspecto. También se cree que son guerreros y no dioses por los cascos que llevan. Fueron construidas con basalto traído desde grandes distancias. Pesan varias toneladas, y miden hasta tres y cuatro metros de altura. En los lugares donde se establecieron los Olmecas había muchos animales y plantas que les sirvieron para alimentación, pero también aprendieron a cultivar trigo y vino que aseguraban comida para todos y ya no había necesidad de ir de un lugar a otro.
   Entre las plantas que consumían se encuentran numerosos árboles frutales como la guayaba y el zapote.
Entre los animales que les servían para alimento estaban los tlacuaches, monos, guajolotes, venados, tapires, pavos silvestres, peces, mariscos y aves acuáticas. Es probable que también criaran abejas para obtener miel.

Una de las grandes civilizaciones sobre las que se asienta la Historia de México es la Cultura Olmeca [Nota 1], los primeros en establecerse en México, más concretamente, en la región que comprende la parte sur del estado de Veracruz y al oeste del estado de Tabasco, sobre el Golfo de México, entre el río Grijalva y el Papaloapa, ocupando un área de 18.000 kilómetros cuadrados.
Limitada por las montañas de los Tuxtlas, y por la Sierra Madre del Sur se encuentra la región denomina área metropolitana, área clímax o zona nuclear debido a que en ella se encuentran las que tal vez fueron sus capitales: La Venta, San Lorenzo de Tenochtitlán, Laguna de los Cerros y Tres Zapotes. La ubicación de estos lugares muestra que los olmecas preferían los cursos de los ríos, donde la agricultura podía beneficiarse de las lluvias periódicas y de la proximidad de los bosques.
Cabeza olmecaEs posible situar esta civilización entre los años 1300 y 600 a.C., basándonos principalmente en su producción escultórica en piedra. Sin embargo es mucho lo que se desconoce sobre este pueblo. Existen numerosas interpretaciones acerca del origen de esta cultura y cómo se desarrolló. Para algunos, y esta es la interpretación más aceptada y extendida, es la cultura madre de la civilización en Mesoamérica. Pero es tanto lo que se desconoce que llega hasta el punto de no saber si las ciudades en realidad tenían una unidad política, o por el contrario, como sostiene Beatriz de la Fuente, fueron una especie de ciudades-estado que tan sólo les unía una serie de vínculos religiosos, económicos y culturales.

La Historia Olmeca puede dividirse en dos periodos: Olmeca I y Olmeca II. En el primero de los periodos parece que fue San Lorenzo de Tenochtitlan quien tuvo un mayor peso cultural, por encima de La Venta. De este primer periodo habría que destacar a su vez varias fases: Ojochi (1500-1350 a.C.); Bajío (135-1250 a.C.) y Chichasrras (1250-1150 a.C.) Del segundo periodo mencionaremos las fases de: San Lorenzo, Nascate y Palangana. También hay que destacar las fases tardías de Templas (300 a.C.) y Villa Alta (110-1200 d.C.).

Aunque ignoramos el número concreto de yacimientos, todo indica que los principales centros olmecas fueron La Venta, San Lorenzo y Tres Zapotes, en ellos se han encontrado grandes edificaciones e impresionantes esculturas.


San Lorenzo

Es el yacimiento olmeca más estudiado, y el único del que se ha trazado un mapa detallado. Se puede fechar antes de 1300 a.C.
         
El centro ceremonial de San Lorenzo, localizado cerca del Río Coatzacoalcos en la costa de las tierras bajas de la ciudad de Veracruz, mide más de un kilómetro en una línea que corre de norte a sur. La mayoría de sus construcciones fueron erigidas sobre una gran plataforma de 45 m de altura y 50 hectáreas de superficie. Este asentamiento contó con plazas rectangulares y estructuras habitacionales, se han hallado numerosos basamentos de casas, se cree que la población pudo haber llegado a mil personas, pero es obvio pensar que esta ciudad servía como centro ceremonial a un número mucho mayor de personas. Lo más destacado de este asentamiento es la construcción de un sistema de control hidráulico.


La Venta


En 1100 a.C., y según las fechas de radiocarbono, comienza su construcción. Es una zona arqueológica ubicada en el extremo noroeste del estado mexicano de Tabasco, a unos escasos quince kilómetros de la costa del golfo de México.

Se levanta sobre una isla en medio de la región pantanosa que forma el río Tonalá, que forma el límite entre Tabasco y Veracruz. Posee una orientación norte-sur y se compone de diez complejos ocupados por 111 estructuras.

Las características principales del sitio son la zona A, que se compone de diez montículos distribuidos en dos patios cerrados, al norte, por el montículo A-2. La zona B muy deteriorada, y el complejo C, al norte que consta de una extensa plataforma con una gran pirámide, construida en arcilla y revestida de piedra. Es una de las pirámides más tempranas conocidas en Mesoamérica que contiene 100.000 m³. de terraplen de tierra, mide 32 metros de altura y posee un diámetro de 128 metros.
      
Los edificios fueron construidos con barro seco, las estructuras de piedra son casi inexistentes. Los monumentos están agrupados en torno a una plaza rodeada de columnas de basalto. El concepto de centro ceremonial, así como el orden y la simetría, son muy palpables.

Desde el año 1000 hasta el 600 a.C. este asentamiento presenta una mayor monumentalidad escultórica y un trazo de la ciudad aún más organizado. Aproximadamente en el año 800 a.C. tuvo su apogeo, su destrucción se sitúa aproximadamente entre el 500 y el 400 a.C.


Tres Zapotes


Situado en las tierras bajas del golfo de México en el llano del río Papaloapan, al sur de Veracruz. Puede fecharse entorno al 1000 a.C., aunque es a partir del 500 al 100 a.C. cuando se da su apogeo. Es el menos conocido de los yacimientos olmecas, aunque fue contemporánea de los anteriores, e incluso les sobrevivió.
Estela C   Cabeza olmeca de Tres Zapotes   Estela de Tres Zapotes
El centro ceremonial tiene más de 50 montículos agrupados en patrones regulares. Uno de los hallazgos más importantes fue la Estela C que tiene una fecha de tipo maya (31 a.C.) la cual proporcionó los primeros indicios de la antigüedad de los olmecas, el sistema de barras y puntos fue adoptado más tarde por los mayas y los zapotecos.

Su decadencia y fin se fecha aproximadamente entre el 100 a.C. y el 100 d.C..


Manifestaciones artísticas
De las realizaciones artísticas olmecas, lo más destacable es, sin duda, la escultura y el relieve. A pesar de no existir una cantera de piedra cercana, se cree que las transportaban de la provincia de Tuxtlas y de las laderas de la sierra de Chiapas, realizaron enormes monumentos de piedra y esculpieron colosales figuras.

Trabajaron con piedras volcánicas, así como con piedras duras y semipreciosas, principalmente con jadeítas traslúcidas de color verde esmeralda, azul verdoso o grisáceo y, en menor escala, la serpentina, la hematita y hasta se han encontrado en La Venta cuentas de amatista y de cristal roca.

Su esmerada factura, así como su perfección no fue alcanzada por ningún pueblo civilizado del Nuevo Mundo en el tratamiento de las piedras duras como lo hicieron los olmecas. Fueron ellos los primeros en posicionar las jadeitas por encima de metales tan preciados como el oro o la plata. Esto se perpetuó en toda la América Media, desde los mayas hasta los aztecas.

La búsqueda de esas piedras a las cuales atribuían valor supremo, llevó a los Olmecas a emprender expediciones y tal vez, a crear colonias a grandes distancias de su centro principal, en dos direcciones: hacia el oeste y el norte, a través del Altiplano Central, hacia las serpentinas de Puebla y los jades de Guerrero; hacia el sur y el este, a través de Oaxaca y el Istmo de Tehuantepec, a lo largo de las costas de Chiapas y de Guatemala, hasta El Salvador y Costa Rica. Esto se debe a que los yacimientos de jade que los Olmecas pudieron explotar se encuentran situados muy lejos de su territorio: sin duda a una centena de kilómetros al oeste de Taxco, en las montañas de rocas metamórficas de Guerrero, en la cuenca del Balsas. En cuanto a la serpentina, fue en el actual Estado de Puebla donde casi con toda seguridad pudiero hallarla. La magnetita de que se sirvieron para producir sus extraordinarios espejos provenía, sin duda, de yacimientos situados al sur de la zona Olmeca ‘metropolitana’, en Oaxaca y en la extremidad meridional del Istmo de Tehuantepec.

Todo ello hace pensar que la expansión de la cultura olmeca podría deberse a la búsqueda de este tipo de piedras
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En cuanto a la producción de obras escultóricas que se han hallado en los principales focos olmecas, se pueden dividir en cuatro apartados:

Cabezas monumentales: han sido descubiertas en los yacimientos de La Venta, San Lorenzo, Tres Zapotes, Nestepe y Cerro Vigía.
  
La primera de ellas fue descubierta en 1862 en Tres Zapotes. Sin embargo, San Lorenzo fue un centro de poder territorial importante y por ello es este lugar donde se han encontrado el mayor número de cabezas colosales.
Cabeza olmeca, La Venta   Cabeza olmeca, La Venta   Cabeza olmeca, La Venta
Son monolíticas, suelen medir entre 1’60 y 3 metros de altura; su peso oscila entre 6 y 25 toneladas, (aunque hay excepciones como la cabeza de Cobata, hallada en Tres Zapotes que posee 65 toneladas). Posee unas características físicas que recuerdan a la raza negroide: nariz ancha, labios gruesos y ojos abotagados, que se cubren con un casquete ajustado que cae por los lados. Cada una de ellas muestra rasgos faciales distintos, como si fueran retratos. Pudieron haber sido reyes o sacerdotes. También se ha especulado con la posibilidad de que fueran jugadores de pelota porque el tocado que llevan, ya que podría tratarse del casco de protección para este juego ritual. Otros sostienen que podrían ser ‘cabezas de linaje’, es decir que serían un monumento de culto a los muertos. Su significado, al igual que casi todo lo que rodea a esta cultura tampoco está claro, lo que sí se sabe es que las cabezas estaban totalmente pintadas porque la mayoría presentan restos de pintura.

Altares pétreos: encontrados en los yacimientos de La Venta, San Lorenzo y La Laguna de los Cerros. Estos altares se caracterizan por ser piedras monolíticas de forma prismática y con un tamaño aproximado de 2’50 x 1’60 cm. Poseen una decoración, tanto en bajo como en alto relieve, de escenas que sorprenden por sus volumetrías, aunque no se desmarcan del marco arquitectónico del que emergen. En numerosos altares se representa una figura sedente, emergente de una cueva u hornacina que se interpreta como la boca de un dragón, que podría representar al dios o diosa del Inframundo.
Altar, monumento 4, La Venta   Altar olmeca
Hachas ceremoniales: otra de las representaciones típicas de los Olmecas. Su tamaño es bastante reducido, a pena superan los 30 centímetros de alto. Se decoran en la parte frontal con la figura de un extraño personaje, una mezcla entre real y fantástico. Para realizarlas utilizaron materiales de gran dureza como el jade o similares. Consiguieron un alto nivel de expresividad y una técnica de pulimentado muy perfeccionado.
Hacha de jade. Museo Británico          Hacha ceremonial
Se cree que tuvieron un simbolismo religioso-ceremonial, ya que según aparecen en las ilustraciones del Códice Trocortesiano del Museo de América de Madrid, los dioses se valían de ellas para golpear las nubes para hacer que lloviera. Esta teoría cobra mayor fuerza teniendo en cuenta el lugar donde han sido halladas, cerca que construcciones ceremoniales.
-Figuras humanas de bulto redondo: son muy abundantes y poseen unas características muy avanzadas para la época, el escultor olmeca no se conformó con copiar meramente la realidad, sino que optó por la simetría y la monumentalidad de las formas.
Figura antropomorfa, San Lorenzo   Señora de las Limas, La Venta   Monumento 23 Príncipe de Cruz del Milagro,l Monumento 10 de San Lorenzo
También existe una pequeña muestra de pintura mural, aunque fuera del área central. En las cuevas de Oxtotitlán y Juxtlahuaca (Guerrero) existen escenas que representan posibles ceremonias elitistas con simbología olmeca.
Pintura rupestre olmeca del estado de Guerrero   
En cuanto a sus edificaciones, estaban construidas con materiales perecederos, como son el adobe, el barro y la paja. Sus calles estaban dispuestas de norte a sur, sus edificios más importantes se situaban en torno a grandes espacios abiertos, y el resto de edificios se disponían en torno al centro ceremonial.

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