martes, 31 de mayo de 2016

Asesinos en serie

asesinos en serie en argentina

Cayetano Santos Godino, más conocido por su apodo El Petiso Orejudo (Buenos Aires31 de octubre de 1896– penal de Ushuaia15 de noviembre de 1944), fue un joven asesino en serie, uno de los mayores sociópatas en la Historia de Argentina, ya que a principios del siglo XX fue responsable de la muerte de cuatro niños, siete intentos de asesinato, y el incendio de siete edificios.

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El Petiso Orejudo (16) muestra ante la policía cómo utilizó un cordel para asesinar a Gesualdo Giordano 

Infancia

Los Godino llegaron a Buenos Aires desde Italia. Fiore y Lucía eligieron desembarcar en 1884 en el puerto de la Perla de Sudamérica con todas sus esperanzas depositadas en la nueva tierra. La pareja era originaria del pueblo deRomano, en la provincia calabresa de Cosenza.1
Fiore fue responsable de la formación de quien se convertiría en el primer asesino en serie de la historia policial argentina. Alcohólico y golpeador, había contraído sífilis tiempo antes del nacimiento de Cayetano. El niño vino al mundo con graves problemas de salud. De hecho, durante sus primeros años de vida estuvo varias veces al borde de la muerte a causa de una enteritis. Durante toda su niñez Cayetano fue víctima de fuertes golpes y maltratos realizados por su padre.
No fue el único hijo de aquella pareja de italianos pobres que sufriría graves enfermedades. Su hermano Antonio era epiléptico y, además, siguiendo el mal ejemplo de su padre, se convirtió en un bebedor irrecuperable. Más tarde este se sumaría a Fiore en los castigos aplicados sobre su hermano menor.2
La niñez de Cayetano Godino transcurrió en la calle, vagando. A partir de los cinco años concurrió a varias escuelas, de donde siempre fue expulsado por su falta de interés en los estudios y su comportamiento rebelde. El escenario de sus correrías y carrera criminal serían los terrenos baldíos y conventillos de los barrios de Almagro yParque Patricios, por entonces todavía al borde de la pampa. Era una zona de quintas de descanso. Pero también era un arrabal poblado por paisanos y extranjeros.

Primeros casos

  • Miguel Depaoli: El 28 de septiembre de 1904, cuando Godino contaba con apenas 7 años se lleva a fuerza de engaños a Miguel Depaoli, de casi dos años, hasta un baldío y allí lo golpea para luego arrojarlo sobre un montón de espinas. Un policía que pasaba se percata de lo sucedido y lleva a ambos niños a la comisaría, de donde serían recogidos más tarde por sus respectivas madres.3
  • Ana Neri: Al año siguiente, Godino agrede a una infante vecina de apenas 18 meses. La conduce hasta un baldío en donde la golpea repetidamente en la cabeza con una piedra. Nuevamente es descubierto por un policía quien pone fin al ataque y lo detiene pero ―dada su corta edad―, es dejado en libertad esa misma noche.3
  • María Rosa Face (tres años de edad): 29 de marzo de 1906. El que sería el primer asesinato de Godino pasó desapercibido y solamente sería descubierto años después cuando él mismo lo confesó ante la policía. Según contó, en 1906 tomó a una niña de aproximadamente tres años y la llevó hasta un terreno baldío sobre la calle Río de Janeiro, donde intentó estrangularla. Después la enterró viva en una zanja, que cubrió con latas. Las autoridades, al conocer este crimen, se trasladaron hasta el lugar pero encontraron que se había edificado una casa de dos pisos. Sin embargo, en la comisaría 10.ª quedó registrada una denuncia por desaparición con fecha 29 de marzo de 1906, de una niña de tres años de nombre María Rosa Face. La niña desaparecida nunca fue encontrada.
El 5 de abril de 1906, apenas algunos días después de cometer su primer asesinato, Godino fue denunciado por su padre al descubrir que había martirizado a algunas aves domésticas. Fiore encuentra dentro de un zapato de su hijo un pájaro muerto y, debajo de su cama, una caja en donde guarda los cadáveres de otras aves. A continuación se reproduce el acta que en aquella ocasión fue levantada.
En la Ciudad de Buenos Aires, a los 5 días del mes de abril del año 1906, compareció una persona ante el infrascripto Comisario de Investigaciones, el que previo juramento que en legal forma prestó, al solo efecto de justificar su identidad personal, dijo llamarse Fiore Godino, ser italiano, de 42 años de edad, con 18 de residencia en el país, casado, farolero y domiciliado en la calle 24 de Noviembre 623. Enseguida expresó: que tenía un hijo llamado Cayetano, argentino, de 9 años y 5 meses, el cual es absolutamente rebelde a la represión paternal, resultando que molesta a todos los vecinos, arrojándoles cascotes o injuriándolos; que deseando corregirlo en alguna forma, recurre a esta Policía para que lo recluya donde crea oportuno y para el tiempo que quiera. Con lo que terminó el acto y previa íntegra lectura, se ratificó y firmó. Fdos: Francisco Laguarda, comisario. Fiore Godino. Se resolvió detener al menor Cayetano Godino y se remitió comunicado a la Alcaidía Segunda División, a disposición del señor jefe de policía.
Cayetano Godino estuvo recluido poco más de dos meses y después regresó a las calles. Como ya no asistía a la escuela vuelve a dedicarse a la vagancia.
  • Severino González Caló: El 9 de septiembre de 1908 conduce a Severino González, de 2 años, a una bodega ubicada frente al Colegio del Sagrado Corazón. Ahí lo sumerge en una pileta para caballos cubriéndola después con una tabla para ahogar al pequeño. El propietario del lugar, Zacarías Caviglia, descubre la tentativa pero Godino se defiende diciendo que el niño había sido llevado hasta allí por una mujer vestida de negro, de la cual suministra señas particulares. Es conducido a la comisaría, de donde es recogido al día siguiente.
  • Julio Botte: Seis días más tarde, el 15 de septiembre, en Colombres 632, quema con un cigarrillo los párpados de Julio Botte, de 22 meses de edad. Es descubierto por la madre de la víctima, pero alcanza a huir.
El 6 de diciembre, Fiore y Lucía Godino, cansados de los continuos problemas causados por Cayetano ―que entonces tenía 12 años― vuelven a entregarlo a la policía. Esta vez es enviado a la Colonia de Menores Marcos Paz en donde permanece durante tres años. Mientras permanece encerrado acude a clases en donde aprende a leer y escribir un poco. La estancia de Godino en el reformatorio, lejos de regenerarlo, lo endurece. El 23 de diciembre de 1911 regresa a las calles; ahora es un criminal frío y terriblemente potenciado. Su liberación se da, al parecer, a petición de sus padres con quienes regresa a vivir. En un fútil intento por redimirlo de su secuela criminal se habían ocupado de conseguirle trabajo en una fábrica, pero por desgracia solamente es capaz de mantener el puesto durante tres meses.
Nuevamente comienza a vagar por las calles, pero esta vez no se circunscribe a los barrios conocidos, sus vagabundeos lo llevan a frecuentar lugares y personas del más bajo nivel moral de la pujante ciudad de Buenos Aires. Asimismo, comienza a sufrir fuertes dolores de cabeza que se traducían en ganas de matar, sobre todo después de tomar alcohol.

1912

El 17 de enero de 1912 Cayetano, quien ya es conocido en las calles con el sobrenombre de Petiso Orejudo, se introduce en una bodega de la calle Corrientes y da rienda a otra de sus grandes pasiones; el fuego. El incendio que provoca tarda cuatro horas en ser sofocado por los bomberos. Después de su arresto declararía:
Me gusta ver trabajar a los bomberos… Es lindo ver cómo caen en el fuego.

Víctimas

Severino González Caló, a quien intentó asesinar.
  • Arturo Laurora: El 25 de enero de 1912 se denunció la desaparición de un menor de 13 años. Al día siguiente se descubrió el cadáver en una casa puesta en alquiler en la calle Pavón. El cuerpo fue descubierto golpeado y semidesnudo, con un trozo de cordel atado alrededor del cuello. Las investigaciones no conducen a ningún lado. En diciembre de 1912 Godino confesará la autoría de este crimen.
  • Reyna Bonita Vaínicoff: El 7 de marzo de 1912 Godino prendió fuego a las ropas de una niña de cinco años. La pequeña falleció tras 16 días de agonía en el Hospital de Niños.
  • En los meses siguientes de 1912, Godino causa dos incendios más que son controlados fácilmente por los bomberos sin que se produzcan víctimas.
  • El 24 de septiembre de 1912, mientras trabaja en una bodega propiedad de Paulino Gómez, Godino mata de tres puñaladas a una yegua. No fue detenido por falta de pruebas.
  • Apenas unos días después prende fuego a la estación Vail, ubicada en las actuales calles Carlos Calvo y Oruro, propiedad de la compañía de tranvías Anglo-Argentina. El incendio fue controlado por los bomberos.
  • Roberto Russo: El 8 de noviembre de 1912, Godino convence con engaños a Roberto Russo, de dos años, para que lo acompañe a un almacén en donde presuntamente le compraría unos caramelos. Lo lleva hasta un alfalfar a pocas cuadras en donde le ata los pies y procede a ahorcarlo con un trozo de la cuerda que usa para atarse los pantalones. Son descubiertos por un peón del alfalfar, quien los entrega a las autoridades. Cayetano Godino declaró que había encontrado atado al niño y lo estaba rescatando cuando fueron descubiertos. Es liberado por falta de mérito.
  • Carmen Ghittone: El 16 de noviembre de 1912, en un baldío situado en las calles Deán Funes y Chiclana, intenta golpear a Carmen Ghittone, de tres años. Un vigilante hace acto de presencia y Godino consigue escapar.
  • Catalina Naulener: Días después, el 20 de noviembre, se lleva de la esquina de Muñiz y San Juan a la niña Catalina Naulener, de cinco años. Busca un baldío por la calle Directorio, pero antes de encontrarlo la menor se resiste a seguir. Godino se descontrola y la golpea. El dueño de la casa ubicada en San Juan 78 interviene y Godino logra huir de nuevo.
Cayetano Godino ya adulto.
  • Gesualdo Giordano:3 El último crimen del Orejudo es probablemente el mejor documentado de su carrera. El 3 de diciembre de 1912, su víctima ―de apenas tres años― salió como todas las mañanas después de desayunar con sus padres, de su casa ubicada en la calle Progreso 2185 para reunirse con sus amiguitos a jugar. Esa misma mañana ―a pesar de los acostumbrados gritos de su padre―, Cayetano Godino sale de su casa ubicada en Urquiza 1970. Después de vagabundear un rato por las calles, Santos Godino encuentra en la calle Progreso al grupo de chicos jugando. Se les suma sin despertar ninguna sospecha porque su aspecto de idiota siempre le ha permitido ganar la confianza de sus víctimas. Poco después consigue convencer a Gesualdo para que lo acompañe a comprar unos caramelos. Un rato antes y sin éxito, invitó a Marta Pelossi, de 2 años de edad, pero la menor, asustada, se refugió en su domicilio. Así pues, víctima y homicida se encaminan sin apuro hacia el almacén ubicado en Progreso 2599 en donde compran dos centavos de caramelos de chocolate. Enseguida el más chico los reclama, pero Godino, imperturbable, resuelve dosificarlos: le permite algunos, y le promete los demás si acepta acompañarlo hasta cierto lugar alejado, la Quinta Moreno (donde actualmente se levanta el Instituto Bernasconi). Una vez en la entrada, el chico llora y se resiste a entrar. Pero el asesino lleva hecho demasiado, ni siquiera vacila: lo agarra con violencia de los brazos, lo introduce en la quinta y lo arrincona cerca de un horno de ladrillos. Lo derriba con fuerza y lo aquieta poniéndole la rodilla derecha sobre el pecho. Godino conoce el mecanismo: con apuro, pero sereno, se quita el piolín que lleva por cinturón (se trata de esos lazos de algodón que se utilizan en albañilería para sostener las plomadas), y empieza a enrollarlo en el cuello de Gesualdo, le da 13 vueltas y procede a estrangularlo. Pero Gesualdo intenta levantarse, así que Godino procede a atarle de pies y manos, cortando la cuerda con un cerillo encendido. De nuevo procede a asfixiarlo con el cordel pero el chiquillo se resiste a morir. Busca otra manera de matarlo. Godino se da a la tarea de encontrar alguna herramienta adecuada. Su búsqueda lo lleva al exterior del local en donde se topa con el padre de Gesualdo, quien le pregunta por el paradero del niño. Imperturbable, Godino le responde no haberlo visto y le sugiere dirigirse a la comisaría más próxima a levantar una denuncia. Mientras tanto el Orejudo encuentra un viejo clavo de 4 pulgadas (10 cm), regresa con él junto a su víctima, y usando una piedra como martillo lo hunde en la sien del niño moribundo. Después de cubrirlo con una vieja lámina de zinc, huye de la escena del crimen. Esa noche, durante el velatorio de su víctima, Godino hace acto de presencia. Después de observar durante algún tiempo el cadáver de Gesualdo, huye llorando del lugar. Según declaró posteriormente, deseaba ver si el cadáver aún tenía el clavo en la cabeza. Para su desgracia dos policías, el subcomisario Peire y el principal Ricardo Bassetti ya habían ligado cabos con casos anteriores. Esa misma madrugada del 4 de diciembre de 1912 allanaron el hogar de los Godino y arrestaron a Cayetano. En sus bolsillos encontraron un artículo de periódico aún fresco que relataba los pormenores del asesinato y en sus pantalones restos del piolín con que había ahorcado a Gesualdo.

Condena

Tras ser detenido confesó cuatro homicidios y numerosas tentativas de asesinatos. En noviembre de 1914 el juez en lo penal de sentencia Dr. Ramos Mejía absolvió a Godino considerándolo penalmente irresponsable y ordenó remitir las actuaciones al Juzgado en lo civil para formalizar su internación por tiempo indefinido y se lo recluyó en el Hospicio de las Mercedes, en el pabellón de alienados delincuentes. Allí atacó a dos pacientes: uno inválido en una cama y el otro en silla de ruedas. Después intentó huir. A raíz de la apelación de la sentencia la Cámara de Apelaciones en lo Criminal resolvió por unanimidad que Santos Godino fuera confinado (mientras no hubiera asilos adecuados) en una penitenciaría por tiempo indeterminado, por lo que le trasladaron a la Penitenciaría Nacional de la calle Las Heras.

Penal de Ushuaia

El Petiso Orejudo en el Penal de Ushuaia, en 1923.
Diez años después, en 1923, se le trasladó al Penal de UshuaiaTierra del Fuego, conocida como la Cárcel del Fin del Mundo. En 1927 los médicos del penal ―basándose en los estudios seudocientíficos de Lombroso― creían que en las orejas radicaba su maldad, por lo que le practicaron una cirugía estética para achicárselas.[cita requerida] Este radical tratamiento no tuvo resultados.
En 1936, Godino pidió la libertad y se la negaron: los dictámenes médicos elaborados por los doctores Negri y Lucero y los doctores Esteves y Cabred concluyeron que «es un imbécil o un degenerado hereditario, perverso instintivo, extremadamente peligroso para quienes lo rodean». De su vida de recluso se sabe poco. Apenas alguna anécdota como la siguiente: en 1933 consiguió detonar la furia de los presos porque mató al gato mascota del penal arrojándolo junto con los leños al fuego; le pegaron tanto que tardó más de veinte días en salir del hospital.

Fallecimiento

Las circunstancias de su muerte, ocurrida en Ushuaia el 15 de noviembre de 1944 siguen siendo nebulosas. Se presume que murió a causa de una hemorragia interna causada por un proceso ulceroso gastroduodenal, pero se sabe que había sido maltratado y, con frecuencia, violentado sexualmente. Sobrellevó los largos días de la cárcel, sin amigos, sin visitas y sin cartas. Murió sin confesar remordimientos.
Según otros,4 5 los policías del penal habrían comentado que Godino murió a manos de los reclusos, quienes lo golpearon hasta matarlo, luego de que este matara a la mascota de los presos, un gato.
El penal de Ushuaia fue finalmente clausurado en 1947. Cuando el cementerio fue removido, los huesos de este asesino serial ya no estaban.

Informes médicos

Mural con el retrato de Cayetano Santos Godino en Ushuaia(Argentina).
Reproducción a tamaño natural del Petiso Orejudo en su celda.
Los siguientes son resúmenes de los informes médicos, que constan en el Archivo General de los Tribunales (en Buenos Aires), Sección Penal, legajo n.º 2255 Criminal, 2.º cuerpo, folios 213-260.

Informe Negri-Lucero (31 de enero de 1913)

  • El procesado Godino es un alienado mental o insano o demente, en las acepciones legales.
  • Es un degenerado hereditario, imbécil que sufre la locura moral, por definición, muy peligrosa.
  • Es irresponsable.

Informe de Víctor Mercante (24 de febrero de 1913)

  • Cayetano Santos Godino no sabe leer, escribe tan solo su firma y conoce los números hasta 100. Posee una suma de conocimientos generales muy mala, obtenidos por educación refleja.
  • Es un tipo absolutamente inadaptable a la escuela común; solo con educación individual hubiera podido alcanzar algún éxito.
  • Se ha desenvuelto en un medio desfavorable a la formación de una conducta correcta.
  • Priman en él los instintos primarios de la vida animal con una actividad poco común, mientras que los sociales están poco menos que atrofiados. Es un tipo agresivo, sin sentimientos e inhibición, lo que explica su inadaptabilidad a la disciplina didáctica.
  • Ofrece del punto de vista físico, diversos estigmas degenerativos, los más característicos del tipo criminal.
  • Sus sentidos y la capacidad para conocer, no ofrecen anomalías, se presentan normales; asimismo normales sus capacidades psíquicas, si bien inestable la atención por falta de dirección afectiva.
  • En cambio, ofrece como estigma fundamental de su vida moral, la idiotez afectiva; los sentimientos sociales, directrices de la acción, son poco menos que nulos.
  • De suerte que sus estados de conciencia contienen normalmente, todos los elementos menos uno, fundamental que la desequilibra, el afectivo, que es algo así como el timón de la conducta.

Informe Ernesto Nelson (1 de abril de 1913)

Godino es un caso de degeneración agravada por el abandono social de que él ha sido víctima, y que por lo tanto no puede hacérsele responsable de sus crímenes, aun cuando su libertad sería peligrosa.

Informe Esteves - Cabred (29 de mayo de 1913)

  • Que Cayetano Santos Godino se halla atacado de alienación mental.
  • Que su alienación mental reviste la forma de imbecilidad.
  • Que esta imbecilidad es incurable.
  • Que Godino es totalmente irresponsable de sus actos.
  • Que presenta numerosas anomalías físicas y psíquicas.
  • Que carece de condiciones para el trabajo disciplinado.
  • Que tiene noción de la responsabilidad de sus actos, lo cual se observa en muchos alienados.
  • Que es un impulsivo consciente y extremadamente peligroso para los que lo rodean.
  • Que debe permanecer, indefinidamente, aislado en el manicomio en que se encuentra.











Carlos Eduardo Robledo Puch (19 de enero de 1952)1 es un asesino múltiple argentino, uno de los mayores sociópatas y criminales de la historia del país. Apodado el Ángel Negro o el Ángel de la Muerte por la prensa, con sólo 20 años fue condenado a cadena perpetua por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativade homicidio, diecisiete robos, cómplice de una violación, y de una tentativa de violación, un abuso deshonesto, dos raptos y dos hurtos.2 Cumple prisión efectiva desde 1973.Carlos Eduardo Robledo Puch (19 de enero de 1952)1 es un asesino múltiple argentino, uno de los mayores sociópatas y criminales de la historia del país. Apodado el Ángel Negro o el Ángel de la Muerte por la prensa, con sólo 20 años fue condenado a cadena perpetua por diez homicidios calificados, un homicidio simple, una tentativade homicidio, diecisiete robos, cómplice de una violación, y de una tentativa de violación, un abuso deshonesto, dos raptos y dos hurtos.2 Cumple prisión efectiva desde 1973.

Carlos Eduardo Robledo Puch.jpg
Carlos Eduardo Robledo Puch en 1972.
Nacimiento19 de enero de 1952 (64 años)
Bandera de Argentina Buenos AiresArgentina
AliasEl Ángel Negro
Cargo(s) criminal(es)Diez homicidios calificados, unhomicidio simple, una tentativa de homicidio, diecisiete robos, cómplice de una violación, y de una tentativa de violación, un abuso deshonesto, dosraptos y dos hurtos.
CondenaReclusión perpetua por tiempo indeterminado
Situación actualEncarcelado en la Cárcel de Sierra Chica
PadresVíctor Robledo Puch (padre)
Josefa Aída Habendak (madre)

Infancia en Olivos

Carlos Robledo Puch vivía en Borges 1956, Olivos, Vicente López. Llegó al barrio con sus padres cuando tendría diez años. Alquilaban un departamento que se encontraba en el primer piso de una herrería. El padre, se llamaba Víctor y trabajaba en Chevrolet, era moreno, algo pelado, delgado y con sus ojos achinados. Se decía que no era el padre de Carlos porque eran muy diferentes. Carlos era igual a la madre. La madre era ama de casa y tenía a su hijo en verano siempre con pantalones cortos blancos y remera rayada. Andaba en una bicicleta de su padre, de color negro y como le quedaba grande, tenía que andar de costado por el caño. Carlos Robledo Puch era tímido como su madre. Siempre estaba muy cuidado por ella. El padre trabajaba todo el día. Los sábados y domingos lo veía tomar aperitivos con Roberto Caballero en el almacén "El Vasquito" que estaba casa por medio de su domicilio. Compraban con la famosa libreta negra, así que no era una persona con gran poder adquisitivo. Tenían un auto negro. Carlos jugaba a las bolitas y a las figuritas (esas redondas con personajes de fútbol) o a la payana con los chicos del barrio. Estudiaba piano, cosa que no le gustaba. Cuando comenzó la secundaria fue al Colegio Cervantes, en Florida, Vicente López.

Carrera delictiva

El día 15 de marzo de 1971, Puch y su cómplice Ibáñez ingresaron al boliche Enamor (Espora 3285, Olivos), llevándose 350.000 pesos de la época. Antes de huir, Puch asesinó al dueño y al sereno del establecimiento con una pistola Ruby calibre 32 mientras dormían.
El 9 de mayo de 1971, a las cuatro de la mañana, Robledo Puch e Ibáñez ingresaron a un negocio de repuestos de automóviles Mercedes-Benz en Vicente López. Al entrar en una de las habitaciones, encontraron a una pareja y a su hijo recién nacido. Robledo Puch asesinó al hombre de un disparo e hirió a la mujer de la misma forma. Ibáñez intentó violar a la mujer herida -quien sobrevivió y posteriormente testificó en el juicio-. Antes de huir con 400.000 pesos, Robledo Puch disparó a la cuna donde lloraba un bebé de pocos meses, quien logró quedar con vida.
El siguiente 24 de mayo asesinaron al sereno de un supermercado en Olivos.
Pistola Ruby calibre.32
Por lo menos en dos ocasiones, a mediados de junio de ese mismo año, Robledo Puch ejecutó en la ruta a dos jóvenes mujeres que habían sido abusadas sexualmente (una de ellas pudo evitar ser violada) por Ibáñez en el asiento trasero del automóvil de turno.
El día 5 de agosto, en circunstancias bastante dudosas, Ibáñez falleció luego de un accidente automovilístico. Robledo Puch, quien conducía el vehículo, huyó ileso de la escena luego del accidente. Hay quienes sospechan que en realidad se trató de un ajuste de cuentas.
Con la muerte de Ibáñez hubo un receso en la actividad delictiva de Robledo Puch, la cual retomó en noviembre de 1971 junto con su nuevo cómplice, Héctor Somoza. El 15 de ese mismo mes asaltaron un supermercado en Boulogne, acribillando al sereno con una pistola Astra de calibre 32 que obtuvieron pocos días antes en el robo a una armería. Dos días después de este hecho, el 17 de noviembre, irrumpieron en una concesionaria de autos y asesinaron al cuidador. Pasada una semana, fue el turno de otra concesionaria en Martínez, redujeron al sereno, le quitaron las llaves y robaron un millón de pesos. Robledo Puch lo asesinó de un disparo en la cabeza.

Detención

El 1 de febrero, Robledo Puch y Somoza ingresaron en una ferretería de Carupá. Asesinaron al vigilante e intentaron abrir con las llaves la caja de caudales. En una situación confusa donde aparentemente Robledo Puch se sobresaltó, asesinó de un disparo a Somoza. Intentando dificultar la tarea de reconocimiento por parte de los investigadores policiales, tomó un soplete y quemó la cara del cadáver de Somoza. Luego de abrir el cofre de caudales con el mismo soplete, recogió el botín y huyó de la escena.
Fue detenido el 4 de febrero de 1972 al encontrarse su cédula de identidad en el bolsillo del pantalón de Somoza. Recién había cumplido 20 años.

Juicio, reclusión y actualidad

Fue juzgado y condenado en 1980 a reclusión perpetua por tiempo indeterminado, la pena máxima en Argentina. Sus últimas palabras ante el tribunal de la Sala 1.ª de laCámara de Apelaciones de San Isidro fueron "Esto fue un circo romano y una farsa. Estoy condenado y prejuzgado de antemano"".3
Llama la atención lo expuesto en la pericia psiquiátrica adjunta en el expediente del juicio a Robledo Puch.
  • "Procede de un hogar legítimo y completo, ausente de circunstancias higiénicas y morales desfavorables".
  • "Tampoco hubo apremios económicos de importancia, reveses de fortuna, abandono del hogar, falta de trabajo, desgracias personales, enfermedades, conflictos afectivos, hacinamiento o promiscuidad".
En la actualidad, Robledo Puch continúa privado de su libertad en un pabellón del penal de Sierra Chica. Desde julio de 2000 puede solicitar su libertad condicional.4El 27 de mayo de 2008, luego de concedida la prisión domiciliaria al odontólogo Ricardo Barreda, Robledo Puch solicitó su libertad condicional. El juez que atendió su solicitud se la denegó por considerar que no se ha reformado de manera positiva en ninguno de los aspectos sociológicos necesarios para vivir en libertad, además de no poseer familiares directos que puedan contenerlo. El 31 de agosto de 2011 y nuevamente el 30 de octubre de 2013 se le volvió a negar la libertad solicitada.5
El 4 de febrero de 2016 se cumplieron 44 años de su detención.6 En noviembre de 2013 pidió que revean la sentencia o que lo ejecuten con una inyección letal, a pesar de que la pena de muerte no puede ser aplicada en Argentina. El pedido no prosperó, pues la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires falló denegando tal beneficio. El 27 de marzo de 2015 la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó un recurso presentado por Carlos Eduardo Robledo Puch (63), el mayor asesino múltiple de la historia criminal argentina, contra la sentencia anteriormente mencionada que le denegó la libertad condicional.
El 10 de mayo de 2016, con 44 años preso, Robledo Puch salió del penal de Sierra Chica por un día. Fue llevado a la Asesoría Pericial de San Isidro para ser sometido a una serie de pericias médicas, debido a su deteriorada salud. Fue escoltado ida y vuelta por una decena de efectivos.

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