Iglesias de Oviedo
La iglesia de San Juan el Real es una basílica de la diócesis de Oviedo, situada en el centro de esta ciudad, capital del Principado de Asturias (España). Su fachada principal da a la plaza de Fernando Rubio, dedicada a su antiguo párroco, haciendo chaflán entre las calles de Melquíades Álvarez y del Doctor Casal.
Es desde su origen iglesia parroquial, y además tiene el título de basílica menor por decreto de la Santa Sede del 24 de septiembre de 2014. procediéndose a la lectura del Decreto de la Santa Sede el 9 de noviembre de 2014 en una concelebración solemne presidida por el arzobispo de Oviedo, Fray Jesús Sanz Montes OFM.1
El templo actual, diseñado por el arquitecto Luis Bellido, es de un estilo historicista ecléctico muy ornamentado, con predominio de formas neorrománicas. Fue edificado entre 1912 y 1915 para sustituir a la antigua iglesia románica de igual título, demolida en1882 y que se encontraba cerca de la catedral, en la confluencia de las calles San Juan y Schultz.
Tiene planta de cruz latina de una nave, con capillas laterales y una gran cúpula sobre pechinas y cimborrio, recubierta externamente de azulejos rojos. La cabecera y el transepto rematan en ábsides poligonales. Toda su fábrica es de primorosa cantería de piedra rosa y blanca, con profusión de pináculos, molduras y capiteles. La fachada, en forma de hastial, ostenta un enorme ventanal de tres cuerpos sobre la portada, y está flanqueada por dos torres, coronadas por templetes que albergan las campanas. Los espléndidos vitrales, realizados por la casa Maumejean, son de inspiración gótica. Conserva algunas imágenes procedentes de la iglesia primitiva, entre ellas una Dolorosay un Cristo atado a la columna barrocos.
El 23 de octubre de 1923 el comandante Francisco Franco Bahamonde contrajo matrimonio con la señorita Carmen Polo, siendo padrino el Rey Alfonso XIII, representado por el gobernador militar de Asturias. La única hija del matrimonio, Carmen Franco y Polo, también fue bautizada en esta iglesia.
Por su aspecto imponente, se le llama popularmente la Catedral del Ensanche.
La iglesia de Santa María La Real de La Corte es una iglesia y parroquia de la ciudad de Oviedo, Principado de Asturias, España, situada en la calle de San Vicente, frente a la plaza de Feijoo. Comparte medianeras con el claustro y edificio del monasterio de San Vicente —hoy Museo Arqueológico de Asturias—, al que perteneció, y con la iglesia del monasterio de benedictinas de San Pelayo. Contigua a su cabecera se encuentra la catedral.
Historia
A mediados del siglo XVI, el maestro cántabro Juan de Cerecedo, el viejo, dio las trazas de la galería alta del actual claustro monástico y del templo de San Vicente, sustitutos de los viejos edificios de fábrica románica. Muerto en 1568, dirigió las obras de la iglesia, entre 1570-1572, su sobrino Juan de Cerecedo, el joven. Interrumpidas por problemas económicos, fueron retomadas en 1587 por el arquitecto trasmerano Juan del Ribero Rada, quien le dio su definitivo carácter clasicista. Fue consagrada en 1592. Tras la desamortización eclesiástica de 1836, se instaló en el edificio, en 1845, la parroquia de Santa María la Real de la Corte, que adquirió su propiedad en 1859.
Descripción
La iglesia sigue el modelo de las iglesias monásticas del siglo XVI, con una única y amplia nave y capillas-hornacinas laterales, dispuestas entre los contrafuertes y abiertas al crucero mediante sendos arcos de medio punto. El crucero está formado por un espacio central cuadrado y dos brazos rectangulares. En el brazo izquierdo se abren dos vanos: el de salida al claustro —cegado y con portada en el claustro— y el de entrada a la sacristía vieja, un arco de medio punto, que se repite en el brazo derecho, donde se cerró. El presbiterio, plano y profundo, podría deberse a la reforma de Ribero. Dos puertas en su pared frontal, debajo del retablo, dan paso a la antesacristía, una capilla, hoy destinada a sacristía, desde la que se accede a la sacristía vieja, ahora sala-capilla, a través de un arco de medio punto sostenido por capiteles-impostas y jambas de decoración cajeada.
La fachada del templo, inconclusa, oculta el pórtico de entrada y el coro, sobreelevado sobre el pórtico y el tramo de los pies de la nave. Presenta una calle central y dos torres laterales, de las que sólo se levantó la izquierda. En su piso bajo se abre la portada, un gran arco de medio punto y doble derrame, cajeado, que apea en capiteles-imposta y jambas. Tiene una puerta cancel de 1666. En el segundo piso de la calle central, enmarcada por dos contrafuertes, se abre un vano cuadrado, ahora cegado, que está partido por una pilastra y flanqueado por dos recuadros y dos hornacinas coronadas por veneras, entre pilastrillas. El conjunto descansa en una imposta sobre ménsulas. En el tercer piso se abre un gran óculo clasicista, vano practicado también en el muro frontal de la cabecera, donde recoge un tondo con la imagen del Pantocrátor, y en la sacristía vieja.
A Ribero se debe la ordenación interior de los muros, las cubiertas y la portada del vestíbulo, así como el remate de la fachada y de todo el templo. Siguiendo las premisas del clasicismo de inspiración paladina, los muros se revistieron conpilastras estriadas, poco resaltadas, de capiteles jónicos. Sobre ellas corre un entablamento jónico completo, con arquitrabe de tres molduras horizontales, friso corrido liso y convexo, faja de denticulado y cornisa. Se cubre con bóvedas de cañóncon lunetos en la nave con arcos fajones, los brazos del crucero, la cabecera, la antesacristía y el cuerpo central del pórtico; bóveda vaída en el cuerpo central del crucero, decorada con cuatro relieves policromados de los Evangelistas y el escudo de la iglesia; medios cañones con decoración cajeada en las capillas laterales y sin fajas en los tramos laterales del pórtico;bóveda de arista en el sotocoro; y cúpula sobre pechinas en la sacristía vieja. La plementería de las cubiertas —a excepción de las capillas— se decora con dibujos geométricos.
Las tribunas o pisos superiores de las naves laterales —hoy salones parroquiales— se asoman al crucero a través de dos balcones con balaustres de piedra. La tribuna izquierda —adosada al monasterio— era la utilizada por el padre Feijóo para escuchar la misa y estaba comunicada con su celda. La portada del pórtico, a modo de arco de triunfo, consta de tres calles separadas por columnas jónicas sobre plintos. En la calle central, la más ancha, se sitúa un arco de medio punto moldurado sobre capiteles-imposta, con una ménsula en la clave. Las calles laterales están formadas por dos rectángulos superpuestos y dos hornacinas rectangulares. Sostienen el entablamento, idéntico al del interior. La cornisa tiene un gran vuelo y descansa en ménsulas. Sobre ella se apoyan cuatro bolas. Remata la portada un frontón curvo. Otra portada en arco, hoy cegado, con pilastras y entablamento jónico daba acceso desde el claustro a la vieja sacristía.
Las trazas del retablo mayor, de estilo manierista, se atribuyen al monje benedictino fray Juan Andrés Ricci. Fue realizado, entre 1638 y 1641, por Luis Fernández de la Vega, Pedro García y Francisco González. Es el único retablo asturiano formado por lienzos: San Vicente, en el centro, Santa Escolástica y San Benito. Fueron pintados en 1641 por el vallisoletano Diego Valentín Díaz y repintados por el ovetense Francisco Reiter en 1779. En su cuerpo ático, desmontado en 1976, estaba el cuadro de la Inmaculada, de autoría desconocida y ahora colocado en el crucero sur, y las tallas de San Juan Evangelista, perdida, y San Juan Bautista (en el baptisterio), deFernández de la Vega (1601-1675).
A este escultor barroco asturiano se deben también las imágenes de Santa Ana con la Virgen Niña (crucero sur) y la Virgen con el Niño (presbiterio). Antonio Borja(Sigüenza, 1661-1719) hizo en 1703, para la iglesia de La Corte, el Cristo Crucificado (segunda capilla de la derecha) y las tallas de San Roque y San Isidro Labrador(crucero norte). El crucero norte acoge el retablo de la Virgen patrona de la feligresía, obra rococó del siglo XVIII, procedente de la iglesia de La Corte, a donde se trasladó en 1802 del Colegio de Jesuitas. En la tercera capilla de la derecha está la Virgen de la Piedad, una talla en piedra policromada del hospital ovetense de los Remedios. El órgano, considerado el mejor de Asturias, es una pieza barroca de fines del XVII. En la sacristía se expone la valiosa orfebrería del templo, con piezas de los siglos XVI-XIX. En el crucero está la sepultura de fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764), profesor y abad del monasterio de San Vicente y preclaro escritor. En el crucero norte reposan los restos de don Rodrigo Alvarez de las Asturias, señor de Noreña y de Gijón, fallecido en 1332.
La iglesia de San María La Real de La Corte, antiguo templo de San Vicente, es uno de los mejores exponentes del Clasicismo asturiano. Atesora un valioso conjunto de arte mueble (retablo mayor manierista, imaginería barroca de Luis Fernández de la Vega y Antonio de Borja y orfebrería religiosa).
La basílica de San Julián de los Prados, (en asturiano: Santuyano), es una Iglesia prerrománica de principios delsiglo IX que se encuentra en Oviedo (Principado de Asturias), siendo una de las principales muestras del arte asturiano. La iglesia está dedicada a los santos mártires Julián y Basilisa.
Fue declarada Monumento Histórico Artístico en junio de 1917 y Patrimonio de la Humanidad el 2 de diciembrede 1998.
Construcción
Su fecha exacta de construcción no ha llegado a nuestros días, pero se sabe que su construcción fue ordenada porAlfonso II2 El templo está dedicado a los santos mártires egipcios Julián y Basilisa y se hizo sobre el siglo IX.
Arquitectura
Es un templo espacioso que presenta claramente definidos los caracteres propios de este estilo. Tiene planta basilical de tres naves, separadas por pilares cuadrados que sostienen arcos de medio punto y presenta un transepto con un remarcado alzado. El iconostasio, que separa la parte reservada al clero, del resto del templo, presenta una remarcable similitud con un arco triunfal. Destaca de este templo su grandiosidad y su originalidad que se aparta de modelos visigodos. Pero sin duda, lo que más atrae de este templo es su decoración pictórica, con pinturas al fresco siguiendo la técnica bizantina, en tres cuerpos superpuestos, anicónicas, con decoración arquitectónica, de claro influjo romano. Se trataría más bien de un templo monástico y no palatino, si bien se reservaba para el rey una tribuna en el transepto.
De las tres entradas al templo hoy en día dos están tapiadas.
- Elemento de lista de viñetas
Decoración
Escultórica
La decoración escultórica que ha perdurado hasta nuestros días se reduce a los capiteles de mármol en los que descansan los arcos de medio punto. Existen también dos losas de mármol labradas con figuras geométricas de forma hexagonal y motivos florares que hoy en día se encuentran el la capilla central.
Pictórica
La decoración pictórica es el elemento de mayor importancia que se puede ver en la iglesia. Se trata sin duda de la más importante, tanto en extensión, conservación, como variedad de iconos representados de su época en toda Europa occidental.3 4
La iconografía de las pinturas
En estas pinturas al fresco se aplica una técnica de tradición romana (sobre capas de mortero de cal y arena se aplican los pigmentos, como una derivación de la técnica romana, para crear los motivos decorativos). El programa iconográfico se encuentra en la nave central y el transepto.
- En primer lugar se encuentra el basamento de las pinturas en las que se puedeapreciar una labor de albañilería (mármol y marquetería).
- En el registro central hay pinturas en perspectiva con la representación del interior de pequeños edificios.
- En el nivel más elevado se ven reproducciones de palacios que se alternan con las ventanas.
En el muro oriental y occidental se representa una cruz (adornada con piedras preciosas y perlas y pendiendo de ella una alfa y una omega que simboliza el poder de Dios como principio y final de todo).
- En la parte superior se encuentran los modillones y en el muro occidental y oriental hay unos recipientes paraflores (que proceden de una tradición primitiva).
Aparece un concepto anicónico de la pintura en el que no hay representaciones figuradas y la decoración corresponde al gusto del comitente o mecenas.
Gómez Moreno relacionó este aspecto anicónico con el rechazo de España a las representaciones figuradas, ya que a partir del IV Concilio de Elvira España se declara anicónica.
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