miércoles, 26 de octubre de 2016

Monumentos por países - Ecuador


La Columna de los Próceres de la Independencia, se encuentra en la ciudad de Guayaquil, ubicada en la parte central del Parque Centenario de Guayaquil, en la intersección de la Avenida Nueve de Octubre y Lorenzo de Garaycoa. La columna fue levantada en solemne acto público el 9 de octubre de 1918. Pero después siguieron los trabajos de colocación de las diversas estatuas, realizadas por el artista italiano Giuseppe Beneduce.

Historia

La importancia histórica de la gesta libertaria del 9 de octubre de 1820 coloca a Guayaquil, como protagonista y escenario de uno de los mayores hechos políticos de su historia; su total independencia de España. Las estrategias militares del Capitán Febres Cordero y varios patricios más, dan como resultado el fin de una era, y el comienzo de otra, marcada por la madrugada del 9 de octubre donde los guayaquileños celebraban el triunfo de la revolución.

Descripción

La columna mide 27 metros de altura total, pesa con sus cimientos 22.5 toneladas, y su costo se valoró en 500.000sucres de esos tiempos. El monumento con todo y base descansa en un inmenso dado de hormigónde 6 m. de largo x 6 m. de ancho.
En la base se encuentran varias de las estatua de los próceres de la independencia; José Joaquín de Olmedo (ubicada al este), el General José de Villamil (al norte), José de Antepara (al oeste), Capitán León de Febres Cordero (al sur).
La Columna está constituida por tres elementos: una base de granito en la que se observan cuatro estatuas de personajes históricos orientadas hacia los cuatro puntos cardinales, cuatro figuras mitológicas en los ángulos, cuatro bajorrelieves alusivos a la gesta de octubre y ocho medallones en relieve con la efigie de los próceres.
Cuatro figuras alegóricas adornan los ángulos de la base de la columna y estas están representadas por la HistoriaLa JusticiaPatriotismo y el Heroísmo.
Historia: La estatua se representa bajo la imagen de una mujer, símbolo del atributo femenino de la naturaleza. El libro cerrado alude a los acontecimientos registrados por el tiempo. Alegóricamente expresa que la historia de la ciudad fue escrita con gloria, pensando en un presente de libertas y en el progreso.
La Justicia: La justicia tiene abierto el libro del presente, a través de la espada de la responsabilidad sanciona las acciones que los hombres eligen libremente. Alegóricamente simboliza que la justicia fue la idea básica que inspiro la gesta de octubre.
Patriotismo: Esta estatua esta envuelta en el pabellón que caracteriza los principios de una nación. Alegóricamente representa los valores cívico-políticos que guiaron la causa de la independencia.
El Heroismo: Es la única estatua masculina. Está representado por un hombre joven que tiene en su mano la estatua de la libertad. Alegóricamente el heroísmo es el resultado de una historia llena de gloria y justicia al servicio de la Patria.
El capitel, en el que se distingue una joven hincada y la imagen de Ícaro. Sobre él se observa una mujer sosteniendo la antorcha de la libertad, y a su lado un cóndor en actitud de emprender el vuelo.
El fuste de la Columna es de bronce, con 10,80 m de alto, cuyas piezas están unidas con fuertes pernos, en el que se observa un grabado con el Acta del 9 de octubre de 1820 y los nombres de los Patriotas. En su entorno se aprecian bajorrelieves de figuras femeninas que ascienden.
También se encuentran ocho medallones en la parte superior del pedestal, repartidos de par en par en cada una de las caras de la base, tienen forma circular trabajadas en bronce, las cuales representan el retrato de los patriotas que contribuyeron al éxito de la emancipación Guayaquileña, entre los cuales tenemos: Miguel Letamendi, Gregorio de Escobedo, Cnel. Juan Elizalde, Gral. Luis Urdaneta, Dr. Francisco de Marcos, Cnel. Francisco de Paula Lavayen y el Cnel. Rafael Ximena.
La hermosa obra simboliza el espíritu humano, alumbrando la vía con la luz del entendimiento.
El Parque Centenario es el más grande de Guayaquil y ocupa una extensión de cuatro cuadras, en las que se pueden observar varios monumentos, que complementan al de mayor importancia ‘El de La Libertad’. Según el historiador guayaquileño Melvin Hoyos, cada pieza tiene un significado histórico desconocido para la mayoría de los ciudadanos.
Los dioses Hermes y Artemisa (alegóricas de la agricultura y el comercio) que se muestran por la calle Víctor Manuel Rendón, fueron creados por el artista José A. Homs.
“El parque es longitudinal, paralelo a la dirección del río, precisamente, para destacar cómo ha crecido la ciudad gracias a la agricultura y como consecuencia de las artes y la industria”, explicó Hoyos
Los caballos que enmarcan el pórtico principal hacia la calle Lorenzo de Garaycoa fueron elaborados por el escultor catalán Juan Rovira. “Simboliza al pueblo guayaquileño dominando su destino y obteniendo su libertad”, agregó.
Las figuras de Gea y Poseidón (dioses griegos que dominaban los mares y la tierra) que dan acceso al parque por la calle Pedro Moncayo, al igual que las ninfas que representan Las Artes y Los Oficios, por la calle Vélez, pertenecen a Giuseppe Beneduce. “Esto representa el pueblo dominando su destino, obteniendo su libertad y a su vez recibiendo favores de la tierra y el mar”, acotó el historiador.
Al cabo de 93 años de haber sido levantada, muchos guayaquileños ignoran la importancia de este ícono.
“Es el símbolo máximo del legado que nos dejaron nuestros ancestros, porque no existe mejor obsequio que la capacidad de ser independientes, de tener autonomía, de ser libres”, concluyó Melvin Hoyos.

Acta de la Independencia

El Acta de la Independencia de Guayaquil, está escrita en el fuste de la columna. Sólo algunos textos antiguos contienen el Acta y no es común que se encuentre en todas las bibliotecas. Muchos desconocen que el texto del acta se encuentra en la Columna.






El Hemiciclo de la Rotonda (también conocido como Monumento a la Entrevista de Guayaquil o Monumento aBolívar y San Martín), es un monumento de la ciudad de GuayaquilEcuador. Está ubicado en el Malecón 2000, a orillas el río Guayas, específicamente en la intersección de las avenidas Nueve de Octubre y Malecón Simón Bolívar en el centro urbano de la ciudad. La Rotonda fue inaugurada en 1938.
El monumento fue creado para conmemorar la célebre "Entrevista de Guayaquil", acontecimiento en el cual los libertadores Simón Bolívar (en representación de la Gran Colombia) y José de San Martín (por el Perú) tuvieron un encuentro en la ciudad el 26 de julio de 1822, con el objetivo de decidir el futuro de la Provincia Libre de Guayaquily de la independencia sudamericana.

Historia

El H. Congreso Nacional de la República de 1913, con motivo de cumplirse el centenario de la reunión sostenida entre los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín el 26 de julio de 1822, dio paso a un proyecto para construir un monumento memorial a la Entrevista de Guayaquil.1 En vista de lo ocurrido, la Municipalidad de Guayaquil le encargó la coordinación de los trabajos a la Sociedad Bolivariana, para lo cual se le hizo entrega de un aporte de diez mil sucres.
En 1927 se dio a conocer presupuesto final para concluir la obra, la cual estaba constituida por un semicírculo de mármol que funcionaría como marco del monumento, y su labor sería dirigida por la Sociedad Constructora Nacional Fénix y se terminó en 1929. Luego se colocó la primera piedra del basamento donde se sustentaría la escultura.
En 1935, el Concejo municipal adjudicó la obra al escultor español José Antonio Homs, a quien se le había encargado en años anteriores las esculturas del pórtico norte de la Plaza del Centenario. La concepción general del proyecto arquitectónico fue otorgado al escultor Juan Rovira.
La sesión de noviembre de 1936 del Cabildo, en el cual presidía el alcalde de Guayaquil Patricio Luis Vernaza, dejó constancia que si bien los bocetos para el monumento era de mérito, pero muy inferiores al proyecto, se recomendó remitir al escultor Homs las fotografías del proyecto para que, debidamente estudiado, remita otro boceto del monumento que satisfaga de mejor manera. Homs acogió la sugerencia, para lo cual remitió el material solicitado desde la ciudad de Barcelona,España.2
En febrero de 1937 la Comisión de Obras Públicas de la municipalidad presentó un informe al pleno donde expresaba su opinión de que la corporación podía aceptar uno de los bocetos del artista. A partir de aquello, se comenzó el trabajo de las estatuas las cuales fueron modeladas y vaciadas en Barcelona, mientras tanto, los altorrelieves de las placas fueron fundidos en el taller Beneducce y Marinelli de la ciudad de FlorenciaItalia.






La Virgen de El Panecillo, también conocida como Virgen de Quito por el nombre de la escultura en la que está inspirada, es un monumento de la ciudad de Quito D.M., en Ecuador. Está ubicada sobre la cima de la colina de El Panecillo, una peculiar elevación con forma de un pan pequeño que se encuentra emplazada en pleno centro de la urbe y sirve de telón de fondo al Centro Histórico.
Con sus 30 metros y 11 más si se suma la base, ocupa el lugar número 58 entre las estatuas más altas del mundo, superando incluso al famoso Cristo Redentor de la ciudad de Río de Janeiro. Es además la escultura de aluminio más alta del planeta.

Historia

Para introducirnos en la historia de este ícono de la ciudad, debemos remontarnos al siglo XVIII, cuando la Escuela Quiteña era una de los semilleros de arte más importantes del continente. Docenas de artistas, especialmente de raza indígena o mestiza, se especializaban en los talleres de los conventos.
El Padre Julio María Matovelle (1852-1929), motivó y promovió la construcción de este monumento en Honor a la Inmaculada Virgen María, en sus escritos nos cuenta el trabajo arduo que como legislador hizo que se aprobara dicha construcción, así como también la Basílica del Voto Nacional, y la Consagración del Ecuador a los Corazones de Jesús y de María. En la foto de la placa, se puede observar claramente de quién es la autoría, y el trabajo que han realizado los Padres Oblatos, y quienes siguen a cargo y custodia de dicho monumento.

Antecedentes

Bernardo de Legarda era uno de aquellos maestros mestizos que hicieron brillar el arte quiteño de la época. En 1732 fue contratado por los padres franciscanos, quienes deseaban una imagen de la virgen de la Inmaculada Concepción para uno de los retablos de las capillas laterales de la monumental Iglesia de San Francisco que regentaban en la ciudad de Quito. Poniéndose manos a la obra, tomó una pieza de madera de apenas 30 centímetros. La imagen tallada por Legarda tenía sus antecedentes en esculturas españolas del siglo XVII, pero en esa costumbre de los artistas quiteños de enriquecer y barroquizar todo, llenándolo de adornos que representaban la comunión de las culturas indígena y española, logró crear una Virgen que casi parecía moverse, graciosa, dinámica y a la vez serena. El detalle tan peculiar de las alas, que no se había visto en ninguna Virgen creada antes, obedecía al pensamiento de Legarda de que si no las ponía, sus santos no podrían llegar al cielo.
La Virgen representaba la Inmaculada Concepción, como era lógico pues ese había sido su encargo; pero también representaba la asunción al cielo, detalle expresado con las alas; y también el triunfo de la iglesia sobre el pecado, representado por la serpiente que es aplastada por la Virgen con sus pies mientras la mantiene atada con una cadena.

Construcción

A pesar de que la idea de coronar la colina de El Panecillo con un monumento divisable desde toda la ciudad se había planteado desde la década de 1950, fue recién en 1969 que estos planes se concretaron. La comisión municipal designada para esta empresa escogió, tras meses de deliberación, a la Virgen de Legarda para ser representada allí y convertirse en un icono de Quito. Dicha elección correspondió a la importancia histórica de la pieza de arte frente a otras propuestas, menos representativas; además de que una escultura de connotación católica complementaría perfectamente la vista desde la Basílica del Voto Nacional, en cuya fachada se encuentra el Corazón de Jesús, abierto y sin vitrales, como una ventana hacia El Panecillo.
En 1971 se colocó la primera pieza del edificio base de hormigón sobre el que descansaría más tarde la estatua, tras muchos contratiempos económicos causados por el revestimiento de piedra volcánica que decidieron para su terminación, este se terminó en 1974. Se procedió entonces al ensamblaje de las 7400 piezas de aluminio que conformaban la estatua, que había sido diseñada y construida por el español Agustín de la Herrán Matorras en Madrid, para luego ser trasladada por barco hasta Ecuador.
El ensamblaje de las más de 7 mil piezas fue toda una odisea, como armar un enorme rompecabezas, aunque al menos cada pieza estaba numerada tal como podemos apreciar hoy en día cuando entramos a la cápsula del globo terráqueo que conduce al mirador. Finalmente la escultura fue terminada un año después, el 28 de marzo de 1975.
Además de su nombre popular de Virgen de El Panecillo, el monumento es también conocido como Virgen de Quito, con el que es conocida por los expertos del mundo y también Virgen del Apocalipsis; este último basado en el parecido de la imagen con la representación de la mujer que aparece en el libro final de la Biblia católica, por lo que en la base de hormigón se encuentra una placa nombrada "La Mujer de la Apocalipsis (Cap 12)" escrita por el Padre Jesús Rigoberto Correa Vázquez, la cual dice:
¿Quién es esta mujer, de sol vestida, reina, de doce estrellas coronada, portentosa señal, airosa, alada, que al firmamento se remonta erguida? ¿Quién es esta mujer engrandecida, que a sus plantas la luna ve postrada, mantiene a la serpiente encadenada y entre todas es la única escogida? Es María, la Virgen, la esperanza mostrada, en el edén, a cielo y tierra, en quien Dios se encarnó y entró en la historia. Es la Madre de Dios, flor de la alianza, la mujer fuerte que al infierno aterra, la esclava del Señor, la asunta a gloria.

Cultura popular

Al instalarse la estatua de la Virgen, la milenaria colina de El Panecillo que fue tradicionalmente ligada a la cultura indígena adquirió connotaciones religiosas católicas, por lo que en la época de Navidad se instala un nacimiento gigante de luces y se realiza la tradicional Novena.
Como sitio turístico, la Virgen de El Panecillo se ha convertido en uno de los principales atractivos turístico de la ciudad de Quito, de la que se puede obtener una privilegiada vista de 180 grados desde sus miradores. Las fotografías al pie del monumento es una de los recuerdos más populares que se llevan los turistas nacionales y extranjeros.
La película ecuatoriana A tus espaldas (2011), utilizó la iconografía del monumento para sus carteles promocionales, aunque representados por la espalda descubierta de una mujer que simula ser la virgen dando la espalda al sur de la ciudad, donde se desarrolla la historia. De igual manera la película Prueba de vida (2000), con Russell Crowe y Meg Ryan, utilizan una toma aérea de este monumento para cerrar los créditos.


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