jueves, 17 de noviembre de 2016

Fortificaciones por países - España

Murallas de la provincia de Barcelona

La Puerta de Graells o Puerta de Santa María es una de las puertas de acceso que había en la muralla que rodeaba la villa de Cardona.
De las cuatro construidas (Puerta de Graells, Puerta de Barcelona o Puerta de Nuestra Señora de la Piedad, Puerta de San Miguel o Puerta de Capdevila y Puerta de Flug o Puerta de Fortesa o de San Roque) la Puerta de Graells es la única que aún queda en pie.

Historia

El vizconde de Cardona Ramón Folc VI comenzó una amplia reforma a las murallas del castillo y de la villa, construyéndose hacia la segunda mitad del siglo XIV y concluyendo de forma definitiva en 1420.3 Una vez concluida la villa, los accesos se hacían a través de cuatro puertas mayores situadas según los puntos cardinales.
Situada en el noreste, en la parte baja de la calle homónima (calle Graells) daba entrada a los caminos reales que llegaban desde SolsonaSan Lorenzo de Morunys y Seo de Urgel por un lado y de SerrateixBerga y Puigcerdá por la otra.3
La puerta de Graells era la única de las cuatro puertas mayores que contaba con dos torres laterales tipo bestorre. De planta pentagonal, ambas torres eran andamios por sillares regulares y unidos con mortero de cal. Tiene una portada dovelada, ménsulas y matacanes.4
La primera referencia escrita que tenemos de esta portada es de 1421 cuando los cónsules establecieron al aldeano Bernat Rialp a cambio de 5 florines de oro en la torre derecha de la puerta bajo la condición de que la cubriera con tejado y la habitara con el debido cuidado.3
Su advocación se debe a la imagen de la Virgen que era venerada en la fachada de una de las casas vecinas. Adyacente a la puerta de Graells podemos encontrar el Palacio de Graells recientemente restaurado (actualmente acoge la sede del Archivo Municipal y de la Fundación Cardona Histórica) y donde se han encontrado unas pinturas murales góticas5 y la que podría ser la representación más antigua del bestiario catalán.6
Fue restaurada en 1984 bajo las órdenes de Montserrat Adroer y Tasis (arquitecta de la Generalitat de Cataluña), descubriendo otra torre más pequeña en forma de U que se encontraba llena de tierra en el interior de la torre baja. La actuación en la torre alta permitió rehabilitar el espacio para poder ajustarlo al museo.
Muralles de Cardona i portal de Graells - 4.JPG
Muralles de Cardona i portal de Graells - 13.JPG
Muralla de Cardona i Portal de Graells - 1.jpg






La Fuerza es el antiguo núcleo fortificado de San Celoni. La buena situación geográfica y de comunicaciones de la capilla de Sant Celdoni, situada al pie del camino real, y el empuje del orden de los Hospitalarios, propietarios de la villa desde 1151, propiciaron el crecimiento de casas en su entorno, la fortificación de la villa y la creación del mercado para abastecer la región, documentado por primera vez en 1157 y localizado delante del portal Mayor o de Barcelona (actual plaza del Ganado). El hecho de estar a medio camino entre Barcelona y Gerona, en una época en que el trayecto se tenía que hacer en dos jornadas a caballo, también favoreció el establecimiento de hostales y la aparición de oficios artesanales. En esta época se empezó a formar el tejido urbano del pueblo, con calles y plazas, y unas casas sencillas, hechas de madera y piedra, que no se han conservado.
El núcleo primitivo se protegió con una muralla, la Fuerza, que ahora da nombre al barrio. Con la fortificación los habitantes de la villa incipiente de San Celoni quedaban a salvo de los posibles ataques de los señores de los contornos y de los malhechores. Originariamente el recinto, de forma trapezoidal, medía 135 m de largo por 92 de ancho en la plaza del Ganado y 37 a la de José Alfaras. Estaba rodeado de un foso o valle, como demuestra el topónimo de la calle de los Valls. La Fuerza se extiende entre la plaza del Bestiar y la de José Alfaras, tiene la calle Mayor como eje vertebrador, y está delimitada por las calles de San Roque y de los Valls.
La Fuerza tenía dos portales, el Mayor o de Barcelona, ​​que daba a la plaza del Bestiar y del que se ven claramente los restos en la esquina de Can Mai Tanquis con la calle Mayor, y el de los Santos Médicos, en dirección a Gerona, donde había una capilla para venerar estos santos. El muro está construido con piedra, ligada con un mortero de cal muy resistente, y tiene un grosor de un metro aproximadamente. Tenía torres circulares en los ángulos y alguna más en las cerraduras largas.
Actualmente la muralla se conserva en buena parte escondida por casas que la utilizan como pared posterior o valla (calles de San Roque y los Valls) e, incluso como fachada, como Can Mai Tanquis y el grupo de casas de la plazoleta interior de la plaza del Bestiar (can Ganxo, can Cluca, can Catxol ...). Los elementos más visibles de la Fuerza son la torre de Ca l'Aymar (desde la plaza de José Alfaras), y la de la calle de los Valls, adquirida por el Ayuntamiento y abierta al público una vez rehabilitada, además de la jamba de piedra trabajada del portal, situado en la esquina de Can Mai Tanquis.
La primera noticia de la muralla, que hace referencia a la puerta de la villa de San Celoni, es del año 1154. De todos modos, la construcción actual corresponde a los siglos XIII y XIV. Un documento de 1301 habla de la Fuerza, y los años 1371 y 1374 se hacen préstamos para construir murallas y cerramientos. Entre 1462 y 1472, durante la revuelta de los Remensas y la guerra civil, se refuerza la muralla y se llena de agua del valle. La decadencia de la Fuerza comenzó en 1681, cuando se vendieron los valles para hacer huertos con el objetivo de pagar parte de los gastos de construcción de la nueva iglesia parroquial. Posteriormente, cuando la muralla dejó de tener utilidad, en este lugar se construyeron casas y la Fuerza quedó escondida. El portal de los Santos Médicos se derribó en 1865.
069 Torre de Ca l'Aymar, plaça de Josep Maria Alfaràs.jpg
Torre de la Força.JPG









Las murallas de Vich, también conocidas como Las murallas de Pedro III, son una fortificación con torreones que rodeaban el antiguo Vich medieval. Actualmente se pueden ver algunos de sus torreones sobresalir desde las afueras de la ciudad y aún son visibles partes de sus muros en la rambla dels Montcada.1
Pese a que fueron construidas durante el siglo XII se las conoce como murallas de Pedro III debido a que bajo su mandato durante el siglo XIV, más concretamente en 1368, se renovaron y ampliaron. Dicha renovación amplió la muralla a un total de 17 torreones y 7 puertas de entrada y se mantuvo intacta hasta finales del siglo XVII. Para poder realizarla, el rey autorizó la venta de censales y violarios hasta la cantidad de 14.000 sueldos para gastos en la nueva fortificación y armas. La ciudad, que estaba dividida en dos, la parte real, regida por su concejo propio y la parte de Montcada, que a partir de entonces pasó a formar también parte de dicho concejo, tuvo que aunar las posibilidades de todos los ciudadanos ante una empresa de tal magnitud.


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