Ab urbe condita (AUC o a. u. c.) es una expresión latina que significa ‘desde la fundación de la Ciudad (de Roma)’, que se sitúa conforme al cálculo de Marco Terencio Varrón en el tercer año de la sexta olimpiada, en el año 753 a. C., aunque se manejaban también otras fechas, como el primer año de la séptima olimpiada según Marco Porcio Catón, «el Viejo».1 Por lo tanto, el año 1 de la era cristiana equivale al año 754 ab urbe condita. Esta expresión era utilizada por los ciudadanos de Roma para contar los años, aunque no era la única fecha de la que partían, pues también podían contarse los años post reges exactos, es decir, desde la expulsión de los reyes y la creación de la república.2
Sin embargo, a efectos prácticos, los romanos nombraban los años según el cónsul epónimo e incluso por el nombre de cualquier otro magistrado.2 Así, para designar el año 216 a. C. solía decirse el «año de Lucio Emilio Paulo y Cayo Terencio Varrón», o para indicar el 44 a. C., el «quinto consulado de Julio César».
El sistema estuvo en uso hasta el pontificado de Hormisdas (514-523), cuando el monje Dionisio el Exiguocalculó las fechas del ciclo pascual a partir de la fecha de la encarnación de Cristo, fijada por él en el 754 de la fundación de Roma. El nuevo sistema de cómputo no se generalizó hasta el reinado de Carlomagno y aún después en algunas antiguas regiones del Imperio como Hispania, donde la Era Hispánica o augustea se mantuvo en vigor.
Acta est fabula es una locución latina que significa en español «la función ha terminado». Era la frase que se utilizaba en la antigua Roma, al final de las representaciones teatrales, para indicar al público que la función había terminado y que ya podían irse.1
Usos
Se trata de una frase muy utilizada, en épocas y contextos muy diferentes. Por ejemplo, el emperador César Augusto (63 a. C. - 14 d. C.) pronunció estas palabras en su lecho de muerte, añadiendo «plaudite» (aplaudid) al final. Así, cuando estaba a punto de morir, pregunta a sus amigos:
«¿He desarrollado bien mi papel? (...) Sí, le responden (...) Pues aplaudid, les dijo, que la función ha terminado (Acta est fábula, plaudite!) »2
También el gran escritor francés François Rabelais (1494-1553), en su lecho de muerte, dijo:
Tirez le rideau, la farce est joueé. (Bajad el telón, la función ha terminado).3
Más recientemente, en Bélgica, el 18 de octubre de 2010, Bart De Wever, líder del partido separatista flamenco Alianza Neo-Flamenca, pronunció esta frase en una crisis política, en su misión de clarificador real, mostrando su decepción por el rechazo que su propuesta recibió por parte en los partidos de francófonos.4 Es utilizada como lema en el emblema del Centro de Operaciones de Seguridad de Ciberdefensa del Ejército del Aire español que alcanzó su capacidad operativa final a finales de septiembre de 2016.5
Por su parte, el videojuego Haunting Ground utiliza esta locución latina en sustitución del tradicional mensaje Game Over.4 La frase, también es el título del álbum debut de la banda musical polaca Undish de gothic metal, editado por Massacre Records en 1997.
Actio de in rem verso es una locución latina que traducida al español significa "Acción de Reembolso", conocida por algunas legislaciones como "Acción de Restitución" pero no se trata de restituir una propiedad o un inmueble, hace referencia al enriquecimiento ilícito, o más bien sin causa, de carácter líquido. Es decir que lo que se paga sin deberlo o que la ley lo manda, debe el deudor reembolsarlo al aquel que lo pago, ya sea en virtud de un error, una subrogación, o algunas veces de obligaciones solidarias e indivisibles, o bien, en virtud de una fianza.
La mayoría de las legislaciones civiles, especialmente el Código de Napoleón, y el Código Civil de Chile (y que éste es la base o modelo para muchos países de Latinoamérica) lo regulan en su articulado, claro ejemplo es el Art. 1366 C. de El Salvador que establece: "Lo que se paga antes de cumplirse el plazo, no está sujeto a restitución. Esta regla no se aplica a los plazos que tienen valor de condiciones." A prima facie se habla de restitución y no de reembolso, se desconoce cual fue el motivo por el que el señor Napoleón y Andrés Bellodecidieron mantener esa redacción que fue copiada idénticamente en otros Códigos. Otro ejemplo en el que hay lugar a esta acción en el caso de "El Pago de lo No Debido".
Ad astra es una frase latina que significa "a las estrellas" o "hasta las estrellas". Tiene su origen en la Eneida en la frase de Virgilio sic itur ad astra ("así se va a las estrellas");1 y en opta ardua pennis astra sequi ("eligieron las penurias los que siguieron a las estrellas en sus alas").2 Séneca el Joven escribió más tarde non est ad astra mollis e terris via ("no hay un camino fácil desde la tierra a las estrellas"). La frase más conocida de Séneca es per aspera ad astra ("a través de las dificultades a las estrellas"), o su variante ad astra per aspera ("hasta las estrellas mediante el sacrificio"). Per audacia ad astra es la nueva frase de Bungie Aerospace, una compañía de Bungie Studios, y significa "valientemente hacia las estrellas".
Ad Herculem término latino que significa "a" o "hacia" Hércules. Además, su propio nombre hace referencia al templo de Melkart o Hércules gaditano que habría estado situado en el islote de Sancti Petri, en la desembocadura del caño de Sancti Petri en el término municipal de San Fernando (Cádiz). En el Itinerario de Antonino o Itinerario de Antonino Augusto Caracalla del siglo III d. C es cuando se menciona ya de forma diferenciada este término como una estación de la Vía Heraclea. Junto a él, aparecerían también otras estaciones como es el caso de Ad Pontem o Ad Portum.
Ad Herculem se sitúa en un contexto espacio temporal relacionado íntimamente con la Vía Heraclea o Heraklea, un camino histórico que cruzaba la Península Ibérica y que data al menos del siglo VI a. C. Sin embargo, la significación de este término es un poco problemática pues puede hacer referencia tanto al propio templo como a una aglomeración poblacional, localizándose justo en el punto en el cual la Vía Augusta pasaría frente al templo de Hércules1 . Ciertamente, el camino terrestre primigenio de Sancti Petri es denominado con esta acepción latina ya que se considera un último tramo de la Vía Augusta cuyo fin era dirigirse a las columnas de Hércules y también hacia el norte. Así mismo, Ad Herculem fue la primera estación de esta Vía Heraclea partiendo desde Gades. La calzada comenzaría desde la ciudad ubicada en la parte histórica de Cádiz bordeando la costa y pasando al oeste de las lagunas formadas por el río Arillo siguiendo en línea recta hasta la desembocadura del Caño de Sancti Petri donde se habría ubicado el templo dedicado al dios fenicio Melkart. El paso del caño se llevaría a cabo mediante embarcaciones destinadas específicamente a ello, algo que se ha documentado desde época medieval2 y que ha pervivido hasta el siglo XXI.
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