domingo, 13 de noviembre de 2016

Frases y citas Latinas


Caveat emptor1 es una frase en latín que significa «cuidado por parte del comprador». Otras traducciones menos literales serían «el comprador asume el riesgo» o «como está es como se vende, asuma el riesgo».
Es una doctrina de la ley de la propiedad que expresa que la responsabilidad de una compra recae en el comprador, quien deberá tomar las medidas oportunas para asegurarse previamente de la calidad de lo adquirido descartando posibles reclamaciones futuras al vendedor.










Cedant arma togae es una locución latina cuya traducción literal es: "Que las armas cedan a la toga".
Primer hemistequio de un verso citado por Cicerón en alabanza propia (De officiis, I, 77) en memoria de su consulado. Se emplea esta frase para expresar que el gobierno militar, representado por las armas, debe ceder el paso al gobierno civil, representado por la toga.











irca, abreviada c.ca. o cca., significa alrededor o cerca de.1 Se usa en la bibliografía científica para expresar que, aunque se carece de la certeza necesaria para proporcionar un valor único, existen otros datos fehacientes que permiten asegurar que el hecho o dato que se comunica en el texto se produjo en un momento —o tuvo un valor— anterior o posterior al que se cita en la escala de referencia utilizada, pero siempre relativamente cercano al que se transcribe.
Circa es ampliamente usada en genealogías y en documentos históricos cuando las fechas de los eventos no se conocen con precisión. Cuando esta palabra se usa al lado de una fecha se coloca antes de la misma; nunca detrás.
Ejemplo:
  • «c. 1732-1799» significa que solo se conoce con seguridad el hecho que se produjo en 1799. Respecto del acaecido en primer lugar, se afirma que sucedió en 1732 o en una fecha próxima anterior o posterior que no se conoce con total certeza.
En inglés se utiliza de forma similar.













Citius, altius, fortius es una locución latina que significa "más rápido, más alto, más fuerte". Este fue el lema de los Juegos Olímpicos de Múnich, Alemania Occidental entre el 26 de agosto y el 11 de septiembre de 1972; con los cinco anillos de diferentes colores entrelazados y con la antorcha, simboliza el espíritu olímpico. La frase fue pronunciada por el barón Pierre de Coubertin en la inauguración de los primeros Juegos de la Edad Moderna, en 1896 (Atenas).
El lema fue ideado por el dominico fray Henri Didon para el frontispicio de su colegio de San Alberto Magno de Arcueil. Didon era amigo de Coubertin.
Gramaticalmente, está formada por el comparativo de los adjetivos citus, altus y fortis.










 Civis romanus sum en latín significa: soy ciudadano romano. El empleo de la frase proclamaba al que la mencionaba como ciudadano libre del imperio romano, y por lo tanto reclamaba un derecho que no podía ser anulado si no era por proceso legal en la Antigua Roma. Aparecen menciones en la literatura romana como en Marco Tulio Cicerón (In Verrem 11, V, 162): "Cervices in carcere frangebantur indignissime civium romanorum, ut iam illa vox et imploratio: “Civis Romanus sum”" (En las cárceles se quebraban las gargantas de ciudadanos romanos de una manera indecente, de manera que en aquellos momentos la expresión soy ciudadano romano").
Es una frase repetida con orgullo por muchas figuras romanas importantes, para reclamar los privilegios inherentes a la condición de ciudadanos romanos. Incluso se permitía a los presos beneficiarse de esa prerrogativa, que garantizaba un tratamiento más favorable. Por ejemplo, cuando Pablo de Tarso estaba siendo juzgado y apeló al Emperador, reclamó su derecho como ciudadano de ser juzgado en Roma, de modo que se suspendió el proceso judicial mientras, encadenado y escoltado por los protectores, era llevado a la capital (Hechos de los Apóstoles 22, 27).

En 1850, el político britannico Henry Temple afirmó que todos los súbditos británicos en el mundo debieran ser protegidos por el Imperio Británico de la misma forma que un ciudadano romano estaría protegido por el imperio romano.
La frase también fue traducido como: Ich bin ein Berliner formando parte del discurso de John F. Kennedydurante la Guerra Fría:
"Two thousand years ago the proudest boast was civis romanus sum. Today, in the world of freedom, the proudest boast is 'Ich bin ein Berliner.'"
La misma frase se menciona en la novela histórica Los ojos del basilisco, del escritor cartagenero Germán Espinosa. Es pronunciada por el personaje inglés Cliff Honne: "Victoria estaba recién coronada y nosotros empezábamos a creer ya que la ciudadanía británica equivalía en el mundo moderno al civis romanus sum de los antiguos". La novela tiene lugar en la Bogotá de 1849.











Clementia, en la mitología romana, era la diosa del perdón, la compasión y la misericordia.1
Se convirtió en una divinidad romana, formando parte parte de la religión pública tras el asesinato de Julio César, que encarnaría en vida esta virtud2 César fue famoso por su paciencia inteligente, sobre todo después de su guerra civil de César contra Pompeyo del año 49 a. C.. Fue en febrero de ese año, cuando en Corfinium, se rindió uno de sus rivales, siendo perdonado por César. Ese sería el principio de la idea de la clementia caesaris, una manera sutil de conseguir un mayor número de apoyos hacia su causa.
En el 44 a. C., el Senado romano decidió erigir un templo en honor del Divus Iulius y para el culto a la divina Clementia Caesaris, posiblemente instigado anteriormente por el propio César como forma de divulgar que aplicaba esta virtud. En el templo estaban representados César y la diosa dándose la mano.3
Cicerón puede ser considerado el mejor intérprete de lo que puede entenderse como el sistema de valores romanos para la clementia. En su Pro Marcello, pronunciado en el Senado para agradecer a César, defensor de la retirada de algunos de sus oponentes políticos, incluido el pompeyano Marco Claudio Marcelo, Cicerón atribuye al César la virtud de la clementia porque si bien es cierto que la gloria de César se basa, al igual que en otros líderes, en el talento militar, es el único entre todos los vencedores, que se ha distinguido por su bondad, tan noble, que no se limita a compararlo con los grandes hombres, sino que debe ser juzgado como un dios.
En una carta a su amigo Ático, Cicerón también palntea la clementia de César: "Dirán que están asustados. Me atrevo a decir que lo están, pero tienen más miedo a Pompeyo que a César. Están encantados con su clemencia ingeniosa y temen la ira del otro.". También en Pro Rege Deiotaro (Para el rey Deiotaro) Cicerón plantea de nuevo la virtud de la clementia de César.
No se dispone de mucha información sobre el culto a Clementia. Parecería que no era más que una abstracción de una virtud particular que fue venerada en conjunción con César y el estado romano. Clementia fue vista como una buena característica para un líder, aunque también la palabra latina para "humanidad" o "tolerancia". Se opone a barbarie que era el salvajismo y el derramamiento de sangre. Era la equivalente romana de Eleos, la diosa griega de la misericordia y el perdón que tenía un santuario en Atenas. En las imágenes tradicionales, se la representa con una rama de olivo en una mano y un cetro en la otra y puede estar apoyada en una columna.
Durante el principado de Octavio Augusto, se comenzó a usar de manera sistemática el poder de las imágenes y frente a las antiguas virtudes de fortitudo, iustitiaprudentia y temperantia, se ensalzaron las cuatro virtudes estoicas, conocidas como clipeus virtutis, entre las que además de la virtus, iustitia y pietas, estaba la clementia, simbolizando el trato compasivo con el enemigo vencido y la moderación ante el rigor de la justicia.


Templo dedicado a la "Clementia Caesaris" representado en un denario.

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