miércoles, 2 de noviembre de 2016

Iglesias por países - España

Iglesias de la provincia de Badajoz


La iglesia de Santa Catalina es un templo católico situado en Badajoz.
La iglesia de Santa Catalina en su origen formaba parte del Convento de Monjas Agustinas de Santa Catalina, fundado en 1515 y ocupado por las monjas hasta 1623. Años después, hacia 1633, se instala en él la compañía de Jesús, que adquiere diversos edificios anexos, hasta su expulsión con Carlos III. A continuación se instala en la iglesia la Parroquia de Santa María la Real hasta su traslado a la actual Iglesia de San Agustín con la desamortización de Mendizabal.
Desde entonces la iglesia ha sido una propiedad privada, llegando a albergar en la segunda mitad del siglo XX una fábrica de ladrillos y baldosas hidráulicas.
En el año 2013 el Ayuntamiento de Badajoz adquirió la iglesia con el objeto de incorporarla al patrimonio histórico de la ciudad de propiedad pública, así como para impulsar su rehabilitación y puesta en valor.
El Convento de Santa Catalina, del que aún se conservan elementos arquitectónicos muy interesantes como la Iglesia y el claustro, fue ampliado por los Jesuitas añadiendo el colegio de los Padres Jesuitas, fundado en 1633 y llegando a ocupar todo el frente de manzana entre Plaza de Santa María, calle Encarnación y calle Soto Mancera en la denominada Plazuela de Santa María, este Convento estaba unido con un arco situado en la calle Soto Mancera a la residencia de seminaristas, hoy en día Residencia Universitaria Julio Cienfuegos.

Descripción de la Iglesia

La iglesia presenta planta de cruz latina, la nave principal está cubierta con bóveda de cañón, con seis arcos fajones de medio punto. En el brazo derecho del crucero tenemos acceso a una sala de techo bajo que da entrada a un patio y a un espacio de dos alturas que se situarían tras el altar.
El acceso a la iglesia se realiza por dos puertas, una de ellas, la principal, en la actualidad asimétrica con el eje del edificio, y otra más pequeña a la derecha de la primera, producto del proceso de segregación de los 60 donde había una cochera y el resto de la iglesia se utilizaba como almacén de materiales de construcción y fábrica de baldosas hidráulicas.
En la entrada nos encontramos con el coro, dividido por un muro que crea dos habitaciones, los techos de las dos alturas presentan decoración de esgrafiados, en algunas zonas se ven a simple vista, y en otras se aprecia el relieve a través de la capa de pintura, en el centro hay un tondo con círculos concéntricos, y en las paredes tenemos encintados. Posiblemente realizados en la construcción del convento en el siglo XVI.
Esta misma decoración la vemos a través de la capa pictórica de toda la bóveda, aunque en el último tramo, junto al crucero, se ven restos de color.
Los arcos están decorados con encintado de cal, aunque perdido en diversas zonas, este encintado lo vemos por distintas partes de los paramentos.
En las paredes del templo encontramos ventanas en la zona superior, algunas cegadas, en el primer tramo junto al coro, a la derecha, vemos algo de policromía en la ventana, y en la pared sólo restos de encintado, enfrente hay una ventana abierta. En el segundo tramo tenemos en la parte superior la ventana y bajo ésta descubrimos una hornacina con pintura mural que representa una santa con palma de la que se conserva la parte superior y la decoración del interior del arco, en los laterales tenemos dos capas de mortero sobre la que está la pintura, la intermedia tiene una decoración gris. Junto al crucero tenemos la única capilla abierta que se conserva, con cúpula con linterna apoyada sobre cuatro pechinas, toda con pintura mural en diversas capas, la más exterior en rojos, la segunda perdida casi por completo de la que se ve una cinta con las letras DEXERM. La tercera es la que mantiene mayor superficie cubierta de pintura, en ambas paredes laterales vemos tondos y decoración vegetal. La pared del fondo tiene una hornacina muy perdida con una imitación de concha, alrededor hay algunos restos de pintura, las pechinas y el arco de acceso también están pintados.
Ya en la zona del crucero, en el brazo derecho sólo vemos algunos restos de encintado, y en la zona de enfrente tenemos en la zona superior del arco los restos de pintura mural que representa dos angelotes sujetando un escudo con corona y debajo de ellos una cinta en la que leemos NUESTRA SE DEL CARMEN todo sobre un arco.
A la derecha de la zona del altar hay una pequeña habitación, posible sacristía que está pintada en blanco y no parece decorada. Aquí tenemos un acceso a un patio con dos salas a diferente altura. Encontramos diversas decoraciones geométricas y de imitación de ladrillo que ya hemos vistos en diversos edificios de la ciudad.

Conclusión

La Iglesia de Santa Catalina reúne una serie de valores históricos, se trata de uno de los monumentos religiosos más antiguos de tiempos de la expansión de la ciudad, extramuros del recinto de la Alcazaba y luego en tiempos de la conquista cristiana de la ciudad. Además, forma un correlato con los avatares históricos que se sucedieron en España tan significativos como: la creación de la Compañía de Jesús y la contrarreforma, las guerras de Portugal, la expulsión por la cédula real emitida en el siglo XVIII por Carlos III, por el periodo de desamortización, la privatización del patrimonio religioso, su abandono, las repercusiones de la Guerra Civil y la recuperación en el último periodo democrático. Es por ello que reúne los valores suficientes no solo históricos sino sociológicos que afectaron de lleno a la ciudad de Badajoz para su declaración como bien de interés cultural en la categoría de monumento. Desde el punto de vista Artístico, el edificio supuso la introducción en la provincia de Badajoz de la arquitectura jesuítica tras su remodelación, y suponiendo la expansión de este tipo de plantas en Portugal.
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La Iglesia de Santa Catalina, cuyos orígenes se fechan en el siglo XV nos desvela un templo de estilo mudejarque destaca dentro del Conjunto histórico-artístico de Fregenal de la Sierra por sus grandes magnitudes. De la misma sale anualmente la procesión de Ntra. Sra. de la Salud cada 8 de septiembre junto a sus danzaores.

Exterior

La Iglesia de Santa Catalina se muestra al visitante con una sencilla fachada del siglo XVII, compuesta por una puerta adintelada con vano rectangular bajo un óculo y rematada por una torre campanario.
El templo dispone de otra segunda entrada, situada en el lado del evangelio que fue construida con sillería adornada por un frontón partido rematado por volutas.

Interior

Tiene planta basilical, con tres naves separadas por pilares de granito de sección octogonal sobre los que voltean arcos apuntados de ladrillo.
Sobre la nave central una cubierta de madera de estilo mudéjar del S. XVI con tirantes adornados por estrellas de ocho puntas.
El altar mayor, en el que se encuentra el Cristo del Perdón del S. XVII atribuido a la escuela de Martínez Montañés, está cubierto por una bóveda de aristas.
En el lateral del Evangelio, está el camarín de la Virgen de la Salud, decorado con un retablo del siglo XVIII y un sagrario de plata incelada del siglo XX. Un atractivo conjunto de retablo y ornamentos que guardan la imagen de la Virgen de la Salud.
Aparte de la Virgen de la Salud, existen otras dos importantes imágenes en buen estado de conservación. La primera de ellas, la Virgen con Niño, está fabricada en terracota y muestra a la Virgen de pie sujetando al niño con su brazo izquierdo. La segunda imagen, conocida como la Piedad es una escultura de barro cocido que representa a la Virgen sentada con Cristo en su regazo. Ambas se datan en el siglo XV y su autoría se atribuye a Mercadante de Bretaña.
En la primera capilla del lado de la epístola se pueden contemplar unas pinturas del siglo XVII que se encuentran en su bóveda. Son 56 retratos y 7 dibujos que representan a Santos, Apóstoles y Papas, realizados a la grisalla en tonos blancos, negros y grises.
Por último, el visitante encontrará a ambos lados de la entrada, en el interior, dos pilas de agua bendita realizadas sobre dos capiteles procedentes de Nertóbriga.

Fiesta de la Virgen de la Salud

Sin lugar a dudas la fiesta de mayor importancia que se celebra en esta iglesia parroquial es la Fiesta de la Virgen de la Salud, celebrada anualmente desde treinta de agosto, cuando el tamborilero realiza su particular novenario visitando las casas de los hermanos cofrades a la vez que se celebra la novena de la Virgen en la iglesia.
El día seis de septiembre se celebra el Rosario, cuyo sentido era el recorrido por los hogares de los hermanos impedidos. Hoy día se resume al canto de la Salve de la Virgen en las puertas de las casas de los hermanos a los que se visitan.
El día siete de septiembre es el último día de novenario. Finalizados los cultos correspondientes, en la plaza de Santa Catalina se organiza la tradicional verbena, que es amenizada por una Tamborada, y en la que se subastan los regalos donados por los devotos de la Virgen.
Procesión de Ntra. Sra. de la Salud junto a los danzaores
Ya de madrugada y antes de la Misa de Danzaores el Mayordomo y resto de directivos, acompañados de los hermanos cofrades que se van sumando a ellos, desfilan al toque de Alborada por las calles de Fregenal. El recorrido finaliza en la Iglesia de Santa Catalina, donde se celebra la Misa de Danzaores o misa del Alba, en la que los danzantes ofrecen el primer baile a la Virgen
Una vez terminada la misa, sobre las ocho de la mañana, el grupo de danzaores, encabezados por los miembros de la hermandad y acompañados por el tamborilero inician su peregrinaje por las calles de la población, invirtiendo gran parte del día en la visita de nuevo a las casas de los más de seiscientos hermanos.
El convento de las Madres Agustinas, las calles de los barrios de Santa Ana y Santa María y los alrededores del Castillo Templario de Fregenal de la Sierra son los lugares más recomendados para disfrutar de la danza.
Sobre las siete de la tarde, y después de un breve descanso comienza la procesión de la Virgen de la Salud, que es acompañada por varios grupos generacionales de Danzaores.
Cientos de personas inundan la plaza y las calles cercanas al templo, donde pasadas las diez de la noche la imagen de la Virgen “danza” al mismo ritmo que los Danzaores. La fiesta finaliza después de la Función Religiosa con la despedida de los danzantes ante la imagen de la Virgen de la Salud.
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La iglesia de Santa María de la Plaza está situada en el centro de Fregenal de la Sierra (Badajoz).1 Considerada como la Iglesia Mayor de la población, y como la más antigua e importante, aparece adosada al Castillo.

Historia

Adosada a una fortaleza templaria, fue construida hacia 1260 por la orden de Santiago. Fue remodelada en el siglo XVIII de donde le procede el retablo mayor. De la iglesia primitiva solo se conserva la fachada principal, la portada que mira a la plaza y la torre. Presenta una nave central rectangular con una capilla adosada por el lado de la epístola, conocida como capilla del Sagrario.

Exterior

Al edificio se accede por una portada en forma de arco levemente apuntado que descansa sobre dos columnas de estilo románico, anunciando el estilo protogótico.

Interior

Retablo Mayor durante las Fiestas de Ntra. Sra. de los Remedios
En el interior, la bóveda de medio cañón con lunetos cubre la nave central y los seis retablos adosados al muro (Retablo del Cristo de la Carida, de María Pastora de las Almas, de las Ánimas, de San Pedro, de la Virgen de la Soledady de San Antonio Abad), excepto al ábside que está cubierto por una cúpula sobre pechinas.
En el retablo mayor, fechado en el siglo XVIII (1732-1740), llaman la atención cuatro columnas que soportan un arco mixtilíneo. El conjunto tiene como imagen principal a la Virgen María, y a su derecha e izquierda Santa Lucía y San Lázaro respectivamente.
Sobresalen también por su interés artístico la escultura del Cristo de la Caridad, del siglo XVI, y la imagen de San José.
En el orden pictórico destacan los lienzos de la Virgen de Guadalupe, del siglo XVII, situado en el coro, y los de San Antonio Abad y la Virgen Pastora, fechados en el siglo XVIII.
El órgano es obra de José Larrea, labrado en Llerena en el siglo XVIII. Los confesionarios, ambos ricamente adornados, son atribuidos a Enrique Granero.
En la capilla del Sagrario, del siglo XVIII, se encuentra la imagen de la Virgen del Rosario y un pequeño mausoleo de la familia Vargas Zúñiga Jaraquemada, así como las imágenes de San Sebastián y San Roque y un cuadro de la Virgen de los Remedios, patrona de la ciudad, de quien se desconoce su autoría.

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