sábado, 5 de noviembre de 2016

Imperios - Antiguos imperios de europa

El Imperio colonial belga fue el resultado de la introducción de Bélgica en el reparto de África durante el último tercio del siglo XIX,1 donde el rey Leopoldo II logró que le fuera concedida la mayor parte de la región del Congo. Además, tras la Primera Guerra Mundial, los belgas obtuvieron de Alemania, a través del Tratado de Versalles (1919), la colonia de Ruanda-Urundi.

Historia

Imperio colonial belga
El rey Leopoldo II de Bélgica encontró los medios para establecer lo que fue efectivamente una colonia privada. El explorador Henry Morton Stanley había vuelto de explorar la cuenca de río Congo, y trató de interesar a Gran Bretaña para que colonizara la región, pero presentaba un ambiente hostil que la hacía difícil de conquistar para los europeos. Leopoldo II mandó a Stanley a seguir explorando el Congo y a obtener tratados con los jefes locales. Armado con estos y una fachada de las asociaciones humanitarias que prometían terminar el tráfico de esclavos, él persuadió a la Conferencia de Berlín de 1884-85 en entregar el Congo a la entidad independiente que él creó, el Estado Libre del Congo, y desde entonces como su único accionista.
Leopoldo II empezó a explotar la región del Congo para obtener caucho que llegó a ser uno de sus bienes más valiosos. Su régimen en el Congo operó como una colonia de trabajos forzados, con el asesinato y la mutilación como castigo para aldeanos que no reunieran y suministraran la cuota de caucho que a ellos fuera asignada. Se estima que un millón de congoleños murieron durante este período.
Aunque el Estado Libre del Congo no fue oficialmente una colonia belga, Bélgica fue su beneficiario principal, en términos de su comercio, el empleo de sus ciudadanos, y de la riqueza que Leopoldo II extrajo y que fue utilizada para la construcción de numerosos edificios públicos finos en BruselasOstende y Amberes. Esto llevó a que él sea recordado en Bélgica como el “Rey Constructor”. Por la Confianza Real que él dejó la mayor parte de su propiedad a la nación.

El Congo Belga

En 1908 con el objetivo de desactivar una protesta internacional contra la brutalidad del Estado Libre del Congo, el gobierno belga acordó en adjuntarlo como una colonia, a la cual se la denominó Congo Belga. Adjuntó también Katanga, un territorio bajo la bandera de Estado Libre del Congo que Leopoldo II había ganado en 1891 cuando él mandó una expedición que mató a su rey, Msiri, cuya cabeza fue cercenada y colocada en un asta. Leopoldo II había administrado Katanga separadamente, pero en 1910 el gobierno belga lo unió con el Congo Belga.
El Congo Belga llegó a ser independiente el 30 de junio de 1960.

Zona de concesión de Tianjin

Junto con varios otros poderes europeos y estadounidenses, a consecuencia de la rebelión de los Bóxers, Bélgica ganó también una zona de la concesión de un par de kilómetros cuadrados en Tianjin (o Tientsin; un puerto chino del Tratado). Este fue esencialmente un puesto de comercio antes que una colonia, y fue devuelta a Chinaen 1930.

Ruanda-Burundi

Durante la campaña africana del este en la Primera Guerra Mundial, la parte noreste del África Oriental Alemana, Ruanda-Burundi, fue invadida por tropas belgas y congoleñas en 1916. Estaba ocupada todavía por ellos a finales de la guerra en 1918, cuando, según el Tratado de Versalles (1919), la mayor parte del África Oriental Alemana fue entregada al control de Bélgica. Ruanda-Burundi era dos veces el tamaño de Bélgica, pero sólo cerca de 2 % del tamaño del Congo fue confirmado como una colonia belga por el mandato de la Sociedad de Naciones en 1924, luego fue renombrado como fideicomiso de Naciones Unidas. Al territorio le fue otorgada la independencia en 1962, creándose los países separados de Ruanda y Burundi en 1962, llegando el imperio colonial belga a su fin.
Tras la independencia de ambas colonias, Bélgica mantuvo fuertes relaciones, pero llenas de acontecimientos políticos y económicos, tras triunfar las tres repúblicas africanas, que se refieren todavía a la “relación especial”, siempre que eso parezca convenir: Zaire (actualmente República Democrática del Congo), Ruanda y Burundi.

Territorios

Aparte del “núcleo materno”, Bélgica anexionó tres colonias y una ciudad mercantil.

Anexión en Europa

Núcleo materno belga con la anexión del este del antiguo Luxemburgo (en rojo).
En tiempos de la unificación de Alemania e ItaliaBélgica tenía una situación de vaivén causado por que Holanda tomaba Bélgica, Bélgica se independizaba, Holanda volvía a tomarla, Bélgica volvía a independizarse, y así unas cuantas de veces. En una de las ocasiones, Los Países Bajos también tomaron el este de Luxemburgo, que se incorporó a Bélgica desde su reindependencia y prosigue en la actualidad como la provincia de Luxemburgo (no confundir con el Gran Ducado de Luxemburgo).

Colonias en África

Congo Belga.
Ruanda.
Burundi.
El Imperio colonial belga contó con muy pocas colonias, todas en África:
  • Congo belga1885-1960
  • Ruanda1919-1962 (obtenida de los alemanes tras la Primera Guerra Mundial, luego del tratado de Versalles)
  • Burundi1919-1962 (obtenida de los alemanes tras la Primera Guerra Mundial, luego del tratado de Versalles)

Ciudad colonial en Asia

Región de Tianjing con la provincia de Hebei (en rojo), ocupada parcialmente por la ciudad de Tiantsin.
Temporalmente, Bélgica ocupó una ciudad colonial destinada al tráfico de mercancías en Asia, la ciudad china de Tiantsin, la actual Tianjin, esto fue al final del siglo XIX y a comienzos del XX.

















Las Concesiones en Tianjin (entonces Tientsin) fueron los territorios concedidos por la dinastía Qing a los poderes imperiales en Tianjin (entonces romanizado en el mapa Postal como Tientsin), China.

Contexto general

A mediados del siglo XIXTianjin (conocido entonces como Tientsin) fue abierto al comercio exterior, y la importancia de Tianjin fue realzada por los ferrocarriles que lo unían con Pekín por una parte desde 1897, y con Shanghái-Kwan y Manchuria en el otro.
Las concesiones británicas y francesas fueron las primeras en ser creadas en Tianjin entre 1895 y 1900. A ellos se les sumaron JapónAlemaniaRusia, e incluso países aún no habían recibido concesiones en otras parte de ChinaAustria-HungríaItalia y Bélgica. Las concesiones autónomas contaban cada una con sus propias prisiones, escuelas, cuarteles y hospitales. Los establecimientos europeos se extendían por 13 km2 en total, haciendo que todo el banco del río esté dominado por poderes extranjeros.
Las concesiones en Tianjin se desmontaron entre principios y mediados del siglo XX, primero con el reconocimiento de la igualdad de los extranjeros y el reconocimiento de las naciones europeas por parte del Kuomintang y más tarde cuando el nuevo gobierno bajo el Partido Comunista de China expropió toda la propiedad extranjera en la China continental. Las únicas excepciones fueron Hong Kong y Macao que se mantuvieron como territorios europeos hasta finales del siglo XX.

Concesión francesa (1860-1946)

La concesión francesa fue establecida en 1860. Después de más de cien años, casi todos los edificios importantes de la concesión inicial se mantienen intactos, incluyendo el Consulado Francés, el Concejo Municipal, el Club Francés, la Catedral Católica, jardín francés y muchos otros. Muchos de los edificios bancarios en la calle financiera siguen existiendo hoy en día. Las mansiones que rodean el Garden Road son hermosas y diversas. El domo de la catedral francesa sufrió daños durante la Revolución Cultural cuando unos Guardias Rojos jóvenes se subieron a la cima del domo y destruyeron la cruz. Más adelante, el gobierno de Tianjin no solo reparó la cruz, sino que renovó toda la iglesia. Muchas celebridades francesas vivieron en Tianjin. Entre ellas, Paul Claudel (cónsul desde 1906 hasta 1909) y el científico naturista Emile Licent, quién realizó investigaciones en Tianjin desde 1914 hasta 1939. Fundó el Mueso Hong Ho Bai Ho y dejó 20.000 especímenes de animales, plantas y fósiles, además de 15.000 libros. En 1998, el gobierno de Tianjin invirtió en la reconstrucción del Museo Natural de Tianjin.

Concesión británica (1860-1943)

La concesión británica, centrada en los centros de comercio, estuvo situada en el banco derecho del río Peiho, ocupando aproximadamente 200 acres. La concesión consistió en un arriendo a perpetuidad concedido por el gobierno chino a la Corona británica, la cual, por su parte, subarrendaba los terrenos a personas privadas del mismo modo como había hecho en Hankou. La administración local fue confiada a un consejo municipal organizado de igual manera como se había hecho en Shanghái. La sede del gobierno se encontraba en el Gordon Hall, ubicado en Victoria Road (hoy en día Jiefang Lu).

Concesión japonesa (1888-1945)

La primera concesión japonesa fue establecida en 1888. El ejército Japonés ocupó la ciudad de Tianjin en su totalidad desde 1937 hasta su derrota en 1945.
En 1924, el último emperador de la dinastía QingPuyi, fue obligado a dejar la Ciudad Prohibida en Pekín para vivir en Tianjin hasta 1931 cuando fue llevado por la fuerza por el ejército japonés a Dalian. La concubina imperial, Wen Xiu, se divorció de Puyi en Tianjin, siendo esa la primera vez en la historia de China que una concubina imperial se divorciaba de un emperador.

Concesión alemana (1899-1917)

A fines de los años 1870, Alemania se encontraba involucrada, económicamente, en forma extensiva en varias provincias chinas, entre ellas el área de Tianjin. El enclave alemán se encontraba al sur del Río Hai, entre las concesiones británica y japonesa. En julio de 1877, grupos locales amenazaron la vida y las propiedades de comerciantes alemanes en Tianjin. Las protestas locales se intensificaron, más que todo debido a las malas cosechas que causaron hambre, haciendo que los comerciantes pidiesen protección armada. En respuesta a esto, la armada alemana envió a la corbeta SMS Luise hacia China. Este gesto inicial de apoyo a los residentes alemanas terminó convirtiéndose en una presencia permanente de la marina alemana en aguas chinas.
Luego de que Alemania obtuviese la concesión de la región de la Bahía de Kiautschou en 1898 a través de un arriendo por 99 años, una segunda concesión fue negociada en Tianjiín, lo que llevó a un aumento del crecimiento económico y mejoras a la infraestructura. Importantes casas de comercio y varias empresas se establecieron allí, incluyendo una sucursal del Deutsch-Asiatische Bank. La Rebelión Boxer de 1900 amenazó a las concesiones extranjeras en Tianjin, pero la ciudad fue asegurada y utilizada como punto de partida para la marcha hacia Pekín de la fuerza internacional de apoyo de las ocho naciones.
Luego de que la concesión alemana fuese recuperada por China durante la Primera Guerra Mundial, el 15vo Regimiento de Infantería de los Estados Unidos tomó control del cuartel alemán desde 1917 hasta 1938, partiendo luego de que el ejército japonés entrase en Tianjin.

Concesión austro-húngara (1901-1917)

Fuerzas de la marina austro-húngara en Tianjin
Durante la Rebelión Bóxer y sus sequelas entre 1899 y 1901, Austria-Hungría participó en la Alianza de las Ocho Naciones y ayudó a reprimir el levantamiento. Sin embargo, Austria-Hungría, junto con Italia, envió la fuerza más pequeña de todas las naciones combatientes. Cuatro cruceros y 296 conscriptos húngaros fueron despachados desde Europa.1
Pese a esto, el 7 de septiembre de 1901, Austria-Hungría obtuvo una zona de concesión en Tianjin como remuneración por su contribución a los aliados. La zona Austro-Húngara era de 0.61 km2, ubicada sobre el río Pei-Ho y rodeada por el canal imperial y las líneas del tren Tianjin-Pekín. A diferencia de las otras naciones, los húngaros controlaban el territorio y todos los habitantes de la zona recibieron la ciudadanía Austro-Húngara. Su población era de aproximadamente 30.000 personas. El orden estaba a cargo de 40 infantes de marina y 70 milicianos chinos (Shimbo).
La concesión contaba con su propio teatro, tienda de empeño, escuela, cuartel, prisión cementerio y hospital. Allí también se encontraba el consulado austro-húngaro y sus ciudadanos estaban bajo dominio austro-húngaro y no así chino. Pese a que la concesión se mantuvo por un periodo de tiempo relativamente corto (solo 16 años en total), los austríacos dejaron un fuerte legado en esa parte de la ciudad, como se puede evidenciar en la rica arquitectura austríaca, la cual se mantiene en pie hasta el día de hoy.
La administración de la concesión estaba a cargo de un concejo municipal compuesto por nobles locales de alto rango con el cónsul austro-húngaro y un comandante militar a la cabeza, donde ambos tenían el voto mayoritario. En el aspecto legal, los crímenes menores se procesaban de acuerdo a leyes austro-húngaras. Si una persona china cometía un crimen en tierra china, podía ser juzgado en sus propias cortes.2
Comandante de la fuerza naval Austro-Húngara, Hugo von Acurt
Aunque la concesión contaba con una pequeña guarnición, Austria-Hungría no pudo mantener el control de la misma debido a la Primera Guerra Mundial. La zona de concesión fue ocupada rápidamente por China luego de que declararan la guerra a las Potencias Centrales, terminando el arriendo el 14 de agosto de 1917, junto el de la concesión alemana en la misma ciudad.3 Austriarenunció a sus demandas luego de la firma del Tratado de Saint-Germain-en-Laye el 10 de septiembre de 1919, mientras que Hungría hizo lo propio tras la firma del Tratado de Trianon en 1920.

Concesión italiana (1901-1947)

El 7 de septiembre de 1901, una concesión en Tianjin fue traspasada a Reino de Italia por la dinastía Qing. El 7 de junio de 1902Italia tomó posesión de las tierra concedidas y estas fueron puestas bajo la administración de un cónsul italiano. Tras finalizar la Primera Guerra Mundial, la sección cedida al Imperio austrohúngaro fue añadida a la Italiana, duplicando su tamaño. Esta se convirtió en el cuartel de la Legión Italiana Redenta (una legión italiana conformada por tropas italianas irredentistas del derrotado Imperio austrohúngaro), que luchó contra las tropas soviéticas de Lenin en Siberia y Manchuria.
Tenía una población de 6.261 en 1935, incluyendo a 536 extranjeros. La Regia Marina tenía algunos buques estacionados en Tianjin.
Durante la Segunda Guerra Mundial hubo 600 tropas italianas estacionadas en Tianjin por el lado del Eje. No obstante, tras la rendición de Italia ante los aliados en 1943, la concesión fue ocupada por el Ejército Imperial Japonés. Más adelante ese mismo año, la República Social Italiana, entregó el control de la concesión al Gobierno nacionalista de Nankín. Al igual que la República Social Italiana, el gobierno chino de Nankín, patrocinado por los japoneses, era un gobierno títere, y el traspaso no fue reconocido por el Reino de Italia, la República de China o la mayoría de naciones. El gobierno de Nakín cayó con la derrota de Japón.
El 2 de junio de 1946 el Reino de Italia se convirtió en la República Italiana y el 10 de febrero de 1947, en virtud del tratado de paz con Italia, la concesión Italiana en Tianjin fue formalmente cedida por Italia a la República de China de Chíang Kai-shek.

Concesión belga (1902-1931)

La concesión belga fue establecida en 1902. Ubicada en el banco orienta del Río Hai, ni el gobierno ni las empresas privadas belgas invirtieron en el desarrollo de la concesión, por lo que no se construyeron muchos edificios en el área, y los que fueron construidos fueron destruidos o reemplazados en el siglo XX.
En 1904, China y Bélgica firmaron un contrato con la Compagnie de Tramways et d'Eclairage de Tianjin (Compañía eléctrica y de trenes de Tianjin) que indicaba que esta compañía tenía "derechos exclusivos para producir y mantener la luz eléctrica y el sistema de tranvías por un periodo de 50 años."
En 1906, con la inauguración de la primera ruta del sistema de tranvías, Tianjin se convirtió en la primera ciudad de China con contar con un sistema de transporte público moderno (Shanghai tuvo que esperar hasta 1908 para tener rieles eléctricas). Los servicios de electricidad, iluminación y de tranvías eran negocios muy rentables. Toda el equipamiento era proporcionado por industrias belgas, con la excepción de los primeros equipos eléctricos que venían de Alemania. Para 1914, los belgas abastecían a toda la red que cubría la ciudad china, incluyendo las concesiones extranjeras.
La Compagnie de Tramways et d'Eclairage de Tientsin fue tomada por el ejército japonés en 1943 y todo el personal belga, por lo general junto con sus familias, fueron enviados a campamentos. Luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, las autoridades chinas tomaron control de la red. La compañía de Bruselas trató de obtener compensaciones, pero el éxito de la revolución china en 1949 los dejó sin ningún tipo de indemnización. Dos líneas más fueron construidas por el gobierno chino, pero la red fue cerrada finalmente en el año 1972.

Concesión rusa (1903-1920)

La primera concesión rusa fue establecida en 1903. Esta primera concesión en Tanjín (1903-1920), fue primeramente un área de más de 398 has. que nunca fue completada. Localizada en el banco oriental del Río Hai He, fue originalmente dividida en dos distritos (este y oeste). En 1920 el gobierno de Beiyang de la República de China retomó el control de la tierra y la concesión de la República Socialista Soviética Rusa. En 1924, la Unión Soviética renunció a sus demandas sobre la concesión.

Concesión estadounidense

Estados Unidos nunca solicitó ni recibió derechos extraterritoriales en Tianjin. Una concesión de facto fue administrada desde 1869 hasta 1880, principalmente bajo la égida de la misión británica. Finalmente, la concesión americana pasó a ser parte de la concesión británica en 1902. Estados Unidos mantuvo una guarnición permanente en Tianjin desde enero de 1921 por, parte del ejército, hasta 1938 y por parte de la marina hasta el 8 de diciembre de 1941, el día en que Pearl Harbor fue atacado por Japón.
Lloyd Horne recuerda su tiempo allí en los años 1930: "Estuve estacionado con el 16º de infantería para rescatar a misioneros que estaban atrapados allí. Era como si fuesen prisioneros, ni siquiera podían salir de sus cuartos sin recibir disparos o pedradas". 

Mapa de las concesiones de Tientsin (1912):
     Austria-Hungría     Italia     Rusia     Bélgica     Japón     Francia     Reino Unido     Alemania


El Estado Libre del Congo o Estado Independiente del Congo (en francésÉtat Indépendant du Congo) fue un antiguo dominio colonial africano, propiedad privada del rey Leopoldo II de Bélgica, cuyas fronteras coinciden con la actual República Democrática del Congo. El Congo fue administrado privadamente por el rey Leopoldo II entre 1885 y 1908, año en que el territorio fue cedido a Bélgica.
Durante el período en que fue administrado por Leopoldo II, el territorio fue objeto de una explotación sistemática e indiscriminada de sus recursos naturales (especialmente el marfil y el caucho), en la que se utilizó exclusivamente mano de obra indígena en condiciones de esclavitud. Para mantener su control sobre la población nativa, la administración colonial instauró un régimen de terror, en el que fueron frecuentes los asesinatos en masa y las mutilaciones. Debido a esto y otros factores relacionados, hubo un elevadísimo número de víctimas mortales: aunque es imposible realizar cálculos exactos, la mayoría de los autores mencionan cifras de entre cinco y diez millones de muertos.
A partir de 1900, la prensa europea y estadounidense comenzó a informar acerca de las dramáticas condiciones en que vivía la población nativa del territorio. Las maniobras diplomáticas y la presión de la opinión públicaconsiguieron que el rey belga renunciase a su dominio personal sobre el Congo, que pasó a convertirse en una colonia de Bélgica, bajo el nombre de Congo Belga.

Historia

Antecedentes

Mapa histórico del Reino del Congo (existente durante los ss. XV, XVI y XVII), y situado en la región del estuario del río Congo.
En 1482, el navegante portugués Diogo Cão descubrió la desembocadura del río Congo. Tres años después, en 1485, remontó el río hasta la actual ciudad de Matadi. Los portugueses, que establecieron un productivo contacto con el reino del Congo, convirtieron la región en uno de los centros del comercio de esclavos.a Sin embargo, debido a las presiones de los países abolicionistas, a mediados del siglo XIX el tráfico de esclavos con destino a Brasil y al Caribe quedó interrumpido. Tras la abolición de la trata continuó en la región el llamado legitimate trade ("comercio legítimo") de productos como el aceite y las pepitas de palma, el marfil y el caucho. En la zona de la desembocadura del Congo habían establecido sus bases casas comerciales de diferentes países europeos (FranciaPortugalInglaterra y Países Bajos, principalmente). Aunque las empresas comerciales más prósperas eran las de ingleses y neerlandeses, el dominio político del territorio correspondía a los portugueses —descubridores de la zona, y a los que correspondía teóricamente la soberanía de todo el territorio entre Cabinda y Moçamedes— y franceses, establecidos en Gabón.
La región oriental del Congo estaba dominada por comerciantes musulmanes de lengua swahili procedentes de Zanzíbar que se abastecían de esclavos en la zona. El más poderoso de estos comerciantes fue Tippu Tip, soberano de un reino junto al río Lualaba.1 Teóricamente, acabar con el comercio de esclavos en África Central sería uno de los objetivos de los colonizadores europeos.

La creación del Estado Libre

Leopoldo II de Bélgica

Leopoldo II de Bélgica.
Bélgica, un estado reciente que se había independizado de los Países Bajos en 1830, era en la segunda mitad del siglo XIX uno de los países más desarrollados de Europa, cuya prosperidad se basaba más en la industria que en el comercio. Carecía de colonias, y la opinión pública era fuertemente anticolonialista.
Sin embargo, el rey de Bélgica, Leopoldo II, no era de la misma opinión que sus compatriotas. Desde antes de acceder al trono había mostrado un gran interés por la empresa colonial. Su modelo era la explotación holandesa de Java, a la que consideraba "una inagotable mina de oro".2 El rey centró su atención primero en Oriente, pero pronto se convenció de que no existía en Asia ningún lugar disponible que le permitiese hacer realidad sus fantasiosos proyectos.b
Leopoldo, rey desde 1865, comenzó a interesarse por África en 1873, pero sus planes empezaron a concretarse en 1875. En agosto de ese año, el monarca asistió en París al congreso de la Asociación Geográfica francesa, lo cual le dio la idea de celebrar su propia conferencia en Bruselas. Al año siguiente, el 12 de septiembre, inauguró en el palacio real de Bruselas la reunión que sería conocida como Conferencia Geográfica de Bruselas, a la que asistieron geógrafos y exploradores de las principales naciones europeas.
En el discurso con el que inauguró el congreso, Leopoldo planteó la necesidad de civilizar África Central. Para ello, se decidió crear bases de operaciones tanto en el este —en Zanzíbar— como en el oeste —la desembocadura del río Congo —; se establecieron las posibles rutas para la exploración del interior del continente; y se decidió crear una asociación internacional, la Asociación Internacional Africana (Association Internationale Africaine, AIA), que coordinaría las acciones de los distintos comités nacionales.
La AIA se constituyó el 14 de septiembre de 1876, con sede en Bruselas y bajo la presidencia de Leopoldo II. La asociación era, en apariencia, meramente filantrópica. El comité ejecutivo de la asociación lo formaban, además del propio Leopoldo, un alemán (Gustav Nachtigal), un inglés (Sir Barthe Frere) y un francés (Quatregages). Los comités nacionales, sin embargo, no tuvieron demasiado éxito, excepto en Francia, donde su presidente era Ferdinand de Lesseps, el constructor del canal de Suez.

La exploración del Congo

Desde que en 1482 Diogo Cão había descubierto la desembocadura del río Congo (al que él denominó, basándose en las palabras de sus informantes nativos, río Zaire), apenas se habían hecho intentos de explorar el río. Cão llegó sólo hasta la altura de la actual Matadi. Siglos después, en 1816, la expedición del capitán de la marina británica James Tuckey fracasó en el intento de remontar el río, lo cual retrajo durante décadas a los europeos de esta empresa.
Sin embargo, al mismo tiempo que Leopoldo perfilaba sus planes en Bruselas, tuvieron lugar tres viajes que contribuirían eficazmente al conocimiento de la región que el monarca belga se había propuesto "civilizar":
Henry Morton Stanley.
  • El inglés Verney Lovett Cameron llegó en 1873 a Nyangwe, a orillas del río Lualaba, partiendo del lago Tanganika. El potentado esclavista de Zanzíbar Tippu Tip se negó a prestar ayuda a la expedición, pese a lo cual Cameron continuó viaje hasta Benguela, en la costa atlántica, adonde llegó en octubre de 1875. Regresó a Europa en abril de 1876 y se entrevistó con Leopoldo II el mes siguiente. Es muy posible que la idea de convocar la Conferencia Geográfica de Bruselas tuviese relación con las informaciones que Cameron suministró al monarca, según las cuales África Central era un medio favorable para la actividad europea, cuya población estaba ya relativamente avanzada y donde era posible la navegación con barcos de vapor a través de la red fluvial. Sin embargo, Cameron no descubrió ninguna vía factible de acceso al interior desde la costa.
  • Henry Morton Stanley, mundialmente famoso desde que en noviembre de 1871 localizó a David Livingstone, había emprendido en 1873 un nuevo viaje, por encargo de los periódicos New York Herald y Daily Telegraph, para atravesar de costa a costa África Central. El viaje, que duró casi tres años, concluyó el 9 de agosto de 1877. Stanley hizo un importante descubrimiento: demostró que el río Congo era, a partir de Stanley Pool (actual Pool Malebo), una eficaz vía de acceso al interior de África Central. La intención de Stanley era proponer la colonización del Congo al gobierno británico, pero su propuesta fue desestimada. Leopoldo II, en cambio, mostró por ella un gran interés, y contrató de inmediato al explorador angloestadounidense.
  • El italiano nacionalizado francés Savorgnan de Brazza emprendió el 13 de noviembre de 1875 un viaje, por encargo del gobierno francés, remontando el río Ogooué. Brazza descubrió otra vía de acceso al Congo desde la colonia francesa de Gabón, y logró despertar el interés de Francia por colonizar la región.

La empresa comercial

En 1878, Stanley expuso su plan a Leopoldo de Bélgica. Para abrir al comercio europeo la región del Congo, proponía construir una línea de ferrocarril que permitiera eludir la parte no navegable del curso del río (las cataratas Livingstone), y abrir en el curso alto, donde el Congo volvía a ser navegable, asentamientos comerciales. Leopoldo dio su aprobación al proyecto. Para obtener los fondos entró en negociaciones con la compañía neerlandesa Afrikaansche Handels-Vereeniging (AHV, Asociación Comercial Africana), la empresa comercial más importante de la región de la desembocadura del Congo, con 44 factorías en la zona, y un capital de 24.000.000 florines, una cantidad elevadísima para la época.
Resultado de estas negociaciones fue la fundación, el 24 de noviembre de 1878, en Bruselas, del Comité de Estudios del Alto-Congo (CEHC), una "société en participation" con un capital social de un millón de francos, cuyos principales suscriptores eran el propio Leopoldo, con más de la cuarta parte del capital (260.000 francos), y la AHV, con 130.000. Aunque la finalidad del Comité, según se definía en sus estatutos, era principalmente filantrópica y científica, se hablaba ya abiertamente de fomentar el comercio y la industria en la zona. El objetivo del Comité era, primero, financiar una nueva expedición de Stanley para determinar las posibilidades de la zona; si tales posibilidades eran favorables, se proyectaba construir la línea de ferrocarril e iniciar la actividad comercial.3
Stanley partió a África en enero de 1879. Desembarcó primero en Zanzíbar para reclutar el personal de la expedición, y luego continuó viaje hacia el Congo por vía marítima, a través del canal de Suez. Mientras Stanley realizaba este viaje, ocurrió algo inesperado: la AHV hizo suspensión de pagos; de sus dos gerentes, uno se había suicidado, y el paradero del otro era desconocido. Leopoldo, sin embargo, no se arredró, sino que vio en este suceso la oportunidad de tomar por completo las riendas de la empresa. Hizo una oferta a los demás accionistas del Comité, quienes aceptaron sin dudarlo, y se convirtió en el único propietario de la sociedad, que terminaría por desaparecer un año después. Para enmascarar sus propios intereses, Leopoldo fundó la Asociación Internacional del Congo, cuyo nombre estaba pensado para inducir al público a confusión con la filantrópica Asociación Internacional Africana.4
Stanley llegó a la desembocadura del Congo el 14 de agosto de 1879. Leopoldo le había encargado firmar acuerdos con los principales jefes tribales de la región del Congo, para fundamentar su poder político en la región. Su plan era agrupar a todas las tribus de la zona en una unidad política, que concebía como una "Federación republicana de negros libres" —con un presidente nombrado por él mismo— para facilitar sus actividades comerciales.
A partir de 1880 Stanley firmó varios tratados con jefes locales. En un principio, en los convenios no se mencionaba la cesión de la soberanía; se trataba sólo de lograr un monopolio comercial. Pero cuando, en 1882, el explorador Brazza hizo públicos en París los tratados que había firmado con varios jefes de la orilla izquierda del río, y que implicaban la cesión de la soberanía a Francia, Leopoldo modificó su estrategia. En los siguientes documentos que firmó Stanley con los jefes locales, estos traspasaban sus derechos sobre sus territorios a la Asociación Internacional del Congo "para el avance de la civilización y del comercio"5 Desde enero de 1884, Leopoldo empezó a referirse al conjunto de los territorios cuya soberanía reclamaba como "Estado Libre del Congo".6 Ya sólo necesitaba que las potencias occidentales reconociesen su soberanía.

Reconocimiento internacional

Gerson von Bleichröder, quien intervendría en favor de Leopoldo para eliminar los obstáculos de Alemania a su proyecto colonial.
Los agentes de Leopoldo trabajaron intensamente para lograr el reconocimiento internacional de sus derechos sobre el nuevo territorio. Leopoldo jugó a fondo la baza de su fama como rey filántropo, y permitió que se produjese un útil equívoco entre la antigua y altruista Asociación Internacional Africana, y la actual Asociación Internacional del Congo.
Gracias a las gestiones de Henry Shelton Stanford, antiguo embajador estadounidense en Bélgica que ahora trabajaba para Leopoldo, Estados Unidos fue el primer país que reconoció los derechos del rey Leopoldo II sobre el Congo el 22 de abril de 1884.7
Más difícil fue lograr el reconocimiento por parte de las potencias coloniales, especialmente Francia y el Reino Unido, que, a diferencia de Estados Unidos, tenían intereses en la zona. Sin embargo, Leopoldo supo aprovechar el enfrentamiento entre ambos países para salirse con la suya. El Reino Unido mantenía un viejo contencioso con Portugal por la zona de la desembocadura del Congo. Sin embargo, cuando, en 1882, tras las exploraciones de Brazza, Francia reclamó la propiedad de la región al oeste del río, la estrategia del Reino Unido cambió y aceptó reconocer la soberanía de Portugal sobre el territorio entre los 8º y los 5º 12' de latitud sur, de Ambriz a Pointe Noire, territorio que abarcaba la región de la desembocadura del Congo. El tratado anglolusitano se firmó el 26 de febrero de 1884. Sin embargo, debido a la fama de proteccionistas que tenían los portugueses, suscitó amplia repulsa, tanto en el resto de los países de Europa como en el propio Reino Unido. Se temía que los portugueses impidieran el libre comercio en la zona.8La situación fue hábilmente aprovechada por Leopoldo, quien anunció que su Estado Libre gozaría de completa libertad de comercio, ganándose así el favor de la opinión pública europea.
Para lograr el reconocimiento de Francia, Leopoldo estableció, en abril de 1884, un derecho de preferencia (Droit de préference) sobre el Congo en beneficio del país galo. Esto quería decir que, en caso de que la Asociación Internacional del Congo debiese renunciar a sus posesiones, éstas pasarían a ser administradas por Francia. Como resultado, Leopoldo obtuvo el apoyo tanto de Francia, que esperaba salir beneficiada a largo plazo, como de Portugal, a quien no interesaba el fracaso de la AIC pues beneficiaría a Francia, su principal rival en la zona.9
Un rival inesperado surgió en la persona del canciller alemán Bismarck, decidido a que la recién nacida Alemania tomase parte en la carrera colonial. Bismarck desconfiaba de las pretendidamente filantrópicas intenciones de Leopoldo. Sin embargo, el rey de Bélgica tenía un importante aliado en las altas esferas alemanas: Gerson von Bleichröder, el principal banquero de Bismarck. Gracias a las gestiones de Bleichröder, Bismarck accedió a reconocer las pretensiones de Leopoldo, solicitando únicamente garantías sobre la libertad de comercio.

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