jueves, 30 de marzo de 2017

Guerra de independencia de los Estados Unidos

Batallas de España en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos


La conquista española de las Bahamas fue el resultado de una exitosa expedición militar ordenada por Bernardo de Gálvez y mandada por Juan Manuel Cagigal y Monserrat y como segundo a Francisco de Miranda, que tuvo lugar durante la guerra de Independencia de los Estados Unidos en mayo de 1782.

Conquista española de las Bahamas
la Operaciones navales en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos
CIA map of the Bahamas.png
Mapa de la zona.
Fecha18 de abril de 1782, zarpe de La Habana
LugarBahamas
Coordenadas25°03′36″N 77°20′42″OCoordenadas25°03′36″N 77°20′42″O (mapa)
ResultadoVictoria española
Beligerantes
Bandera de España 1760-1785.svg España
US flag 13 stars – Betsy Ross.svg Estados Unidos
Union flag 1606 (Kings Colors).svg Reino de Gran Bretaña
Comandantes
Juan Manuel Cagigal y Monserrat
Francisco de Miranda
John Maxwell

Rendición británica

España entró en la guerra de Independencia de los Estados Unidos en 1779 y lanzó una campaña para expulsar al Reino de Gran Bretaña del golfo de México invadiendo la colonia británica de Florida Occidental y tomando sus mayores establecimientos en Mobile y Pensacola. Bernardo de Gálvez elaboró un plan para que, antes de una invasión de Jamaica, se ocupara Nasáu, capital de la isla de Nueva Providencia en las Bahamas, desde donde era conocido que los ingleses la utilizaban para atacar el tráfico naval entre el océano Atlántico y el mar Caribe. Gálvez autorizó una expedición contra las islas a fines de 1781, pero fue pospuesta durante la campaña de Yorktown que llevó a la rendición de un ejército británico en octubre de 1781.1
A principios de 1782 el esquema fue reactivado y el comando dado a Juan Cagigal, el gobernador de La Habana, teniente general de origen cubano (1739-1811), quien empleó a Miranda como ayudante de campo, y aceptó, en enero de 1782 los servicios del comodoro estadounidense Alexander Guillon, un corsario que mandaba una flotilla compuesta por la fragata South Caroline (28 cañones) y ocho bergantines.
A pesar de recibir órdenes de Gálvez para que la expedición no se efectuara, así sus fuerzas pudieran ser empleadas en la invasión de Jamaica, Cagigal continuó con su esquema y la expedición partió el 18 de abril de 1782 desde La Habana. Estaba compuesta por los 9 barcos armados norteamericanos y 54 transportes españoles con 2500 soldados.2 El 4 de mayo la flota se presentó frente a Nasáu, bloqueó el puerto y capturó algunas presas.
Cagigal envió el 6 de mayo a Miranda como parlamentario y le dio al capitán general británico de Bahamas, vicealmirante John Maxwell los términos de capitulación de 12 artículos, la cual fue firmada el 8 de mayo por Miranda y Maxwell. Los británicos, junto con la plaza y el archipiélago de Bahamas rindieron 12 buques de guerra de diverso porte (incluso una fragata), 159 cañones, 6 obuses, 36 granadas de mano, 868 mosquetes, 31 pistolas y 86 espadas. Se hicieron 1412 prisioneros de los cuales 274 eran soldados pertenecientes a las tropas regulares, 338 milicianos, y 800 marineros de los buques y 2.376 esclavos. Se capturaron los abastecimientos de Nueva Providencia y se apresaron al comercio 5 goletas, 2 balandras y alrededor de 65 embarcaciones menores. Se tomaron los cinco fuertes y 566 casas sin ninguna baja.3
La expedición contra Bahamas fue un éxito rotundo y se ocupó un punto estratégico muy importante en el Caribe. Sin embargo Bernardo de Gálvez, frustrado por la derrota naval francesa en la batalla de Dominica durante las operaciones navales en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, se enojó porque Cagigal no había seguido sus órdenes de abandonar el ataque a las Bahamas.4
Gálvez dispuso el arresto de Cagigal por el supuesto maltrato del general británico John Campbell luego del sitio de Pensacola en 1781. Cagigal estuvo diez años en prisión en Cádiz y su carrera militar quedó arruinada. Francisco de Miranda fue acusado de cargos similares y huyó en un barco estadounidense para prestar sus servicios a la independencia hispanoamericana.
Gálvez recibió los créditos históricos por la captura de las Bahamas, a pesar de que intentó cancelar el proyecto.5

Recuperación británica de las Bahamas

Un norteamericano leal a la corona británica llamado Andrew Deveaux, llevó adelante la reconquista de Nasáu, para lo cual partió de San Agustín el 17 de abril de 1783 con solo 70 hombres. Dos días después se le unió en el mar el bergantín corsario Perseverance de 26 cañones, al mando de Thomas Dow, y el bergantín Whitby Warrior de Daniel Wheeler y 120 hombres. Deveaux reunió a así 220 hombres y 150 mosquetes para enfrentar una fuerza de 600 soldados entrenados.6 La expedición ancló frente al puerto de Eleuthera el 6 de abril, reclutando otros 170 voluntarios para asaltar la guarnición española en Nueva providencia.6
Cuatro días después el barco español Flor de Mayo llegó a Nueva Providencia con un mensaje del gobernador de Cuba Luis de Unzaga y Amézaga, comunicando que las preliminares de la paz habían sido firmadas en Europa y que las Bahamas debían ser restauradas al Gobierno británico por un intercambio con la Florida Oriental.6
Cuando la flotilla de Deveaux se acercó a Nueva Providencia el 13 de abril, el comandante español Claraco los confundió con contrabandistas. Sus patrullas de aduanas se sorprendieron al amanecer la mañana siguiente al encontrar un grupo de desembarco fuertemente armado bajando a tierra para ocupar Fort Montagu y tres guardacostas. Claraco se retiró a su ciudadela y un breve cese al fuego fue acordado, que Deveaux abandonó en los siguientes días. Los españoles abandonaron sus barcos de guerra y se recluyeron en la ciudadela el 16 de abril, y decidieron rendirse dos días después.
Más de 600 españoles rendidos y 50 cañones y 7 barcos fueron capturados. Algunos de los barcos que habían sido barrenados fueron reflotados y los españoles repatriados a Cuba en ellos.6 En agradecimiento a sus esfuerzos Deveaux recibió una gran porción de la isla Cat, en donde construyó una mansión en Port Howe, cuyos restos aún existen.7
La corona española reconoció la soberanía británica sobre las Bahamas en intercambio por Florida Oriental bajo los términos del Tratado de París firmado el 3 de septiembre de 1783.

Españoles y americanos, contra Gran Bretaña

Habían pasado ya siete años desde que los colonos americanos encendieron en 1775 la chispa de la revolución con los primeros disparos contra los casacas rojas en torno a un puente de Concord, cerca de Boston. Al año siguiente, en Filadelfia, el Segundo Congreso Continental habían declarado la independencia de trece colonias británicas en Norteamérica.
Aunque en un principio no de manera abierta, España se había ido decantando del lado de los sublevados, proporcionándoles ayuda en forma de dinero, mantas y municiones, pero también brindándoles el paso franco por el río Misisipi –que España controlaba al poseer la Luisiana- y con acciones militares que tuvieron una importancia decisiva.
A lo largo de la guerra de la Independencia, los españoles habían dado una serie de golpes que minaron las posibilidades de las tropas del Reino Unido de doblegar a los rebeldes. El gobernador de Luisiana, el militar malagueño Bernardo de Gálvez, se había hecho con el control de los fuertes británicos en la zona baja del Misisipi y había arrebatado Mobila (hoy Mobile, en Alabama) y Pensacola (en la costa del golfo de México del actual estado de Florida).
Después de tres años de guerra contra Gran Bretaña, tanto en América como en Europa, España se dispuso en abril de 1782 a hacerse con el archipiélago de las Bahamas, en manos de la pérfida Albión. En aquel momento, Gálvez se encontraba en Santo Domingo preparando el asalto a otra posesión británica en el Caribe, la isla de Jamaica, por lo que el capitán general de Cuba, Juan Manuel de Cajigal, pidió a varios buques norteamericanos que se encontraban anclados en La Habana que ayudaran a escoltar el convoy que iba a trasladar a la infantería española.
Para la expedición, la Armada española solo pudo utilizar lanchas cañoneras, pequeñas embarcaciones de transporte y la fragata San Antonio, ya que la mayor parte de los buques se encontraban ocupados en otras operaciones. En cuanto a los estadounidenses, contaban con la fragata South Carolina, pagada por Francia y al mando del marino Alexander Gillon, de Carolina del Sur. En total, se juntaron medio centenar de embarcaciones, que transportarían a unos 3.000 soldados de infantería y diversas piezas de artillería. Los norteamericanos servirían de guías a través de los temidos canales de Bahamas, llenos de peligrosos arrecifes y que ellos conocían como la palma de su mano.
Mapa de Bahamas
Mapa de Bahamas- Cortesía del Centro de Mapas Norman B. Leventhal de la Boston Public Library
La escuadra combinada se presentó el 23 de abril de 1782 ante Nassau, en la isla de Providence. Las fuerzas españolas, gracias a la infantería y la artillería, tomaron el islote de Hogh, desde el que tenían a tiro la ciudad, y Cajigal exigió al gobernador, John Maxwell, que rindiera la plaza. Tras un tira y afloja de varios días, en los que hubo intercambio de disparos y de negociaciones, los británicos capitularon el 8 de mayo, izando la bandera blanca sobre el fuerte Montagu.
«La conquista de las Bahamas ayudó a conseguir la derrota británica en América»José Manuel Guerrero Acosta
La victoria de españoles y norteamericanos en las Bahamas contribuyó a apuntalar la victoria de los rebeldes, que después de los descalabros de los redcoats en Pensacola y en Yorktown en 1781, ya tenían el viento a favor. «Fue una acción que ayudó a conseguir la derrota británica en América, en la zona del golfo de México y el Caribe», señala el comisario de la exposición «La memoria recobrada», el experto en Historia Militar José Manuel Guerrero Acosta. En 1783 el Tratado de París pondría fin a la guerra y reconocería definitivamente la independencia de las trece colonias de Gran Bretaña.

«Pabellones hermanos», de Augusto Ferrer-Dalmau






La batalla de Baton Rouge fue una importante victoria española en septiembre de 1779 durante la Revolución estadounidenseBaton Rouge fue el segundo enclave británico en caer en manos hispanas durante la campaña de Bernardo de Gálvez hacia el Oeste de la Florida.

Fuerzas enfrentadas

Avanzando con sus tropas desde Fort Bute, Gálvez llegó a Baton Rouge el 20 de septiembre descubriendo una plaza bien fortificada que contaba con alrededor de cuatrocientos soldados regulares.1 Los defensores contaban con unos efectivos de trece cañones y novecientos hombres, entre ellos los cuatrocientos soldados.1 Los atacantes eran mil cuatrocientos veintinueve, pero un tercio estaban enfermos.1 Contaban con diez cañones, pero de mayor alcance que los de los británicos.1 Frente a los cuatrocientos soldados veteranos británicos, los españoles contaban ciento setenta.1

Toma de la plaza

De Gálvez decidió no someter la plaza por hambre y arriesgarse a tener que enfrentarse a una fuerza de socorro o a cansar sus tropas y optó por bombardearlo.1
A tiro de la artillería de la fortaleza, era impracticable el uso frontal de la propia artillería para avanzar sobre la ciudad; dada la situación Gálvez se dispuso a utilizar una treta.1 Desde un bosque cercano situado al norte, llamó la atención de la ciudad e hizo que los británicos desviasen la artillería havia esa zona; los españoles, cubiertos por el abundante follaje de los árboles, solo sufrieron tres bajas.1 Mientras tanto, otro grupo creó una línea de trincheras y estableció la batería que debía castigar el fuerte enemigo.2La madrugada del día 21, los cañones españoles comenzaron a bombardear el fuerte; tras tres horas y media de castigo, los británicos solicitaron parlamentar.3

Rendición

Los términos de la capitulación establecidos por Gálvez incluían tanto la prisión de las tropas regulares de Batón Rouge como la rendición de los ochenta granaderos del fuerte de Panmure, hoy día Natchez.3 Los británicos perdieron unos treinta y seis hombres, diez resultaron heridos y unos trescientos setenta y cinco quedaron prisioneros.4
De esta forma se despejaba completamente el estuario del Misisipi de fuerzas inglesas, poniendo el gran curso navegable del río bajo control aliado.5 La victoria española permitió que, pocos días más tarde, los soldados de los Estados Unidos pudieran navegar hacia el lago Pontchartrain con su bendición y expulsar a las fuerzas británicas restantes de sus aguas.
Baton Rouge Old Capitol Castle.jpg
Interpretación artística de Fort New Richmond, capturado por los españoles en Baton Rouge.
 Los españoles al mando de D. Bernardo de Gálvez, toman el fuerte de Baton Rouge, dentro de la Guerra de Independencia estadounidense.
 Después de haber tomado el fuerte de Manchak, y de haber descansado durante varios días en que restablecieron sus fuerzas, los soldados de Gálvez estaban ya dispuestos para llevar a cabo el segundo cometido: Baton Rouge. Este fuerte se encontraba mucho mejor protegido y pertrechado que el de Manchak. Se hallaba rodeado de zanjas y canales, y contaba con 18 cañones y 600 soldados, todo bajo el comando del coronel inglés Dickson. La defensa de dicho fuerte presentaba, pues, dificultades para Gálvez mucho más serias que las que había encontrado en Manchack. La decisión tenía que ser clara, definitiva y rápida: o ponerle sitio o atacar de frente. Ambas presentaban peligros. Si ponían sitio, corrían el riesgo de que éste durara demasiado tiempo y su ejército, que no estaba preparado para ello, pudiera desintegrarse. Entonces, optó por la segunda fórmula, la del ataque.

Soldados españoles atacando Baton Rouge.

      Para ello ideó la siguiente estrategia: al anochecer, y bajo el amparo de la oscuridad de la noche, un buen número de sus soldados excavaría una trinchera, en la cual se plantaría la artillería. Al lado opuesto del fuerte, otro grupo numeroso serviría de anzuelo y carnada, es decir, haría creer a los ingleses que allí estaba lo grueso de la columna militar. El propósito era que los ingleses dispararan contra ellos, malgastando de este modo el parque que tenían. En realidad, a lo que estaban disparando era a los árboles, detrás de los cuales se escondían los soldados de Gálvez. Este ruido de pólvora ayudaba a opacar y silenciar el ruido causado por los que estaban cavando y abriendo trincheras del otro lado. Así se pasó toda la noche.

Fuerte New Richmond, capturado por los españoles en Baton Rouge.

      Al amanecer, los cañones que Juan Álvarez había traído por mar, puestos ya en las trincheras, comenzaron a disparar de tal manera que, para las tres de la tarde, el fuerte estaba hecho ruinas. El coronel Dickson, ante tal fracaso, tuvo que rendirse. No sólo se rindió Baton Rouge, sino que, a exigencias de Gálvez, también tenían que rendirse los fuertes de Pan Nure y de Natchez. Y así fue que, bajo el liderazgo de Juan Villebreuve, además de los 600 capturados en Baton Rouge, se le rindieron también los 80 granaderos ingleses de Pan Nure y de Natchez. De esta forma se despejaba completamente el estuario del Mississippi de fuerzas inglesas, poniendo el gran curso navegable del río bajo control aliado. La victoria española permitió que, pocos días más tarde, los soldados de los Estados Unidos pudieran navegar hacia el Lago Pontchartrain con su bendición y expulsar a las fuerzas británicas restantes de sus aguas.

Bernardo de Gálvez.


      Unos días después de la rendición de Baton Rouge, llegan noticias a Natchez de que Inglaterra había declarado oficialmente la guerra contra España. O sea, que la decisión de don Bernardo Gálvez de guardar secreto absoluto sobre los despachos que había recibido de la Capitanía de Cuba, acababan de llegar, con bastante retraso, a los oídos de los ingleses de esta región. La estrategia del gobernador Gálvez había surtido el efecto buscado. A los pocos días, las tropas de don Bernardo regresarían a Nueva Orleáns para disfrutar de un descanso bien merecido.

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