jueves, 7 de junio de 2018

Monumentos por países - Italia


Escultura del condottiero Gattamelatta, obra de Donatello, en Padua.
Detalle de Gattamelata, fotografía tomada por Nina Aldin Thune.
El monumento ecuestre al condottiero Gattamelata es una estatua en bronce de Donatello, situada en la Plaza del Santo en Padua. Es una de las primeras y más importantes estatuas ecuestres de todo el Renacimiento.1​ Es la primera estatua en honor del condottiero del mismo nombre.
Es una escultura de bulto redondo realizada en bronce, cuya fundición2​ se realizó en el taller de Andrea della Caldiere y tiene unas dimensiones de 340 x 390 cm, y se apoya sobre un zócalo de base de 7,80 x 4,10 metros.
Se erigió en honor del condottiero de la república véneta Erasmo de Narni después de una elaboración que duró desde 1447 hasta 1453.
Está inspirada en las esculturas de los caballos de la iglesia de San Marcos de Venecia, aunque su inspiración ha sido atribuida erróneamente a la escultura ecuestre romana de Marco Aurelio que preside la plaza del Campidoglio en Roma.[cita requerida] Esta apreciación se funda en la elevación de la pata del caballo, que no toma la altura de la escultura romana, sino que se asemeja más a los caballos de San Marcos, cuyas patas traseras parecen estar a punto de avanzar.
El naturalismo, así como la serenidad del jinete y del caballo –a pesar de que se representa en marcha- son típicas del Quattrocento y la penetración psicológica del personaje representado es característica de las obras del autor. Es un retrato y está realizado para glorificar al personaje representado; en este caso también se trata de resaltar la virtudes del militar, que con gesto austero conduce al caballo sin violencia pero con autoridad, remarcada ésta por la posición del bastón de mando. El retrato del personaje, heredado del realismo romano, deja traslucir la psicología del representado, que muestra una expresión abstracta pero consciente de su alta y difícil misión en defensa de la ciudad a la que sirve.
Se trata probablemente de la primera estatua ecuestre de grandes dimensiones fundida desde la antigüedad y es una de las primeras obras escultóricas de la época moderna que están desvinculadas de una integración arquitectónica (como por ejemplo, soportando un nicho): la obra se propone como forma autónoma que se relaciona en el espacio sólo con su propio volumen, sin otros límites.
El guerrero se mueve lentamente en la plaza, en una marcha de conquista, unido al caballo que avanza firmemente y sin excitación. La lentitud de la marcha del caballo, la calma de todo el conjunto deja claro, no obstante, al espectador que el triunfo del Gattamelata es la victoria de un hombre que ha salido exitoso gracias a su inteligencia.
Gattamelata avanza con la cabeza descubierta: la presencia de un yelmo que cubriese los rasgos de la cara habría dejado al guerrero en nada más que una máquina de guerra, gobernada de una voluntad superior como la divina que caracterizó la Edad Media. El rostro concentrado del Gattamelata expresa, por el contrario, la determinación del que se enfrenta a la batalla siguiendo un esquema mental victorioso por estar largamente meditado.
El rostro es el de un hombre avanzado en años. No se trata en este caso de una representación realista de las auténticas facciones del condottiero, sino más bien de una madurez conquistada con los años, atravesada de una lucha cotidiana e infinita. Al héroe joven y físicamente perfecto de la Antigüedad Clásica, le sustituye entonces la consciencia del hombre racional: el héroe moderno, representado en su ser simplemente hombre.
También se puede ver la alegoría de un Tirano. Lleva al caballo (que es el pueblo) con mano dura y rienda corta, espoleándolo con grandes espuelas, y bajo la pata delantera del caballo se encuentra una esfera que representa al mundo a sus pies... Es preferible que el pueblo le tema antes de que sea amado, según el propio Maquiavelo.







Héctor ecuestre es una escultura de un personaje montado a caballo, que según dice la inscripción en latín, en la misma pieza, está dedicada al valor de Héctor, hijo de Príamo, héroe de La Iliada. La escultura se encuentra en la colección del Museo Arqueológico Nacional en Madrid con el inventario número 52173.1

Historia[editar]

El escultor italiano Antonio Averlino, conocido como El Filarete, realizó numerosos encargos para personajes importantes de su época en las ciudades de RomaFlorencia y Milán, donde los bronces pequeños, a imagen de la Antigüedad, constituían una forma de colección entre la aristocracia y la jerarquía eclesiástica. Se cree que en esta pequeña escultura de bronce, realizada en Milán en 1456, la creó como un retrato idílico de su mecenas Francesco Sforza, cuyos emblemas heráldicos coincidían con los que mostró Héctor en su lucha contra Hércules.12

Descripción[editar]

Vista de frente.
La escultura muestra un jinete -joven guerrero-, triunfando al regreso del campo de batalla. Se encuentra vestido con armadura propia del renacimiento, y lleva grabado en el escudo un león y en la silla de montar un dragón echando llamas. Estos motivos heráldicos así como las escenas de la peana se relacionan con un poema del siglo XII «La canción de Hèrcules y Héctor». Así a las escenas representadas en la peana de la escultura se encuentra Hércules tirado de su caballo por Héctor en un duelo a lanzas, además está decorada con putti, adornos vegetales y bucráneos. Existe una inscripción en latín proclamando esta victoria:1
HECTOR-HIC-EST-PRIAMI-TRO-M-FROTISSIMVS-HEROS ET DANAIS TERROR-PRIMVS-QUO CONCIDIT HERCLES-DARDANIAE-LVCEM . En la base hay la firma del autor: OPVS ANTONII/1456

Museo Arqueológico Nacional - 52173 - Héctor ecuestre 02.jpg










El Hércules fue una escultura en mármol del año 1492 realizada por Miguel Ángel en Florencia y que en la actualidad se encuentra desaparecida.
El 1492, a la muerte de Lorenzo el Magnífico y por iniciativa propia, realizó una escultura de un Hércules de mármol en la casa paterna, escogiendo el tema por ser Hércules, desde el siglo XIII uno de los patrones de Florencia. La estatua fue comprada por los Strozzi, que la vendieron a Giovan Battista Palla, al que se la adquirió el rey de FranciaEnrique II y fue colocada en un jardín de Fontainebleau, donde Rubensrealizó un dibujo de esta escultura, que se conserva en el museo del Louvre en París. En 1713 desapareció. Solo queda el mencionado dibujo y un esbozo guardado en la casa Buonarroti.
Esta obra se realizó en una escala gigantesca y por el dibujo de Rubens se aprecia que se representó como un héroe joven con la cabeza girada hacia un lado, la clava apoyada en el suelo formando una diagonal, mientras la figura parece que está en reposo, el conjunto aparece como una estatua antigua, sin embargo los pliegues de la vestimenta están inspirados en el san Jorge de Donatello. Por los escritos de Ascanio Condivi se sabe la medida que era de “Bracia quatro”, es decir, 2,40 metros.








Judith y Holofernes de Donatello.
Judith y Holofernes es un grupo escultórico de bronce (236 cm de altura sin pedestal) realizada por Donatello hacia el final de su carrera, entre 1453 y 1457. Desde 1988 se conserva en la Sala de los Lirios del Palazzo Vecchio en Florencia. Donatello fue el primer escultor, desde las esculturas antiguas, en realizar un diseño individual y libre de estructuras arquitectónicas. Como en el David y el monumento a Gattamelata, en Judith y Holofernes concibe por primera vez un grupo de figuras físicamente en tres dimensiones.1
La estatua fue encargada por Cosme de Médici o Pedro de Cosme de Médici en recuerdo de su padre, y destinada a una fuente del palacio Médici, como hace pensar los cuatro agujeros en los ángulos del cojín. Judith se considera el símbolo de la libertad, la virtud y la victoria del débil sobre el fuerte, en una causa justa. La fundición dividió la estatua en 11 partes, como se ha podido apreciar en la restauración. La estatua fue originalmente dorada, todavía se pueden ver restos en algunas partes como en la espada.
Saqueada por la multitud después de la segunda expulsión de los Médicien 1494, y colocada solemnemente en la Piazza della Signoria, para simbolizar la libertad y la victoria del pueblo sobre la tiranía y la introducción de la república por el florentino Girolamo Savonarola. Al regreso de los Médici, se dejó la estatua de Judith en la plaza, para no ofender las sensibilidades del pueblo. Inicialmente se encontraba frente a la puerta principal del palacio, pero en 1504 se dio paso al David de Miguel Ángel, de proporciones mucho mayores. David fija el nuevo canon para las estatuas de la plaza, de modo que las obras posteriores como el Perseo de Cellini y el Hércules y Caco de Baccio Bandinelli, son todas ellas talladas o fundidas en parámetros más grandes, haciendo que la Judith fuese, por comparación, más pequeña y delicada, como puede verse hoy visitando la plaza.
Después de la llegada del David de Miguel Ángel, fue puesta bajo la Loggia della Signoria. En una cuidadosa restauración de 1988, se trasladó al interior del museo del Palazzo Vecchio y fue sustituida por una copia en el exterior.


Descripción[editar]

Detalle de Judit y Holofernes.

El trabajo no fue diseñado para su visión desde un solo punto de vista, una gran cantidad de referencias pide una vuelta alrededor de la escultura para mirar por todas partes. La estructura de la obra es piramidal, con el vértice en el hierático rostro de Judith y la hoja de la espada, desde el brazo derecho de la heroína, está doblado a noventa grados, otro punto central del grupo es la cabeza de Holofernes en la que convergen las diagonales del grupo.
El texto bíblico indica que la heroína necesitó dos golpes para cortar la cabeza del enemigo y el momento exacto de la acción es inmortalizada entre ese espacio de los dos cortes, como demuestra la herida en el cuello de Holofernes.
Las dos figuras son tratadas por el escultor completamente opuestas, Holofernes está desnudo y modelado de acuerdo con las normas de la anatomía, mientras Judith está enteramente cubierta por la ropa, que detalla su frágil físico. La cabeza cubierta con un velo de Judith, no le sobresale ni siquiera un pelo, mientras que la cabellera de Holofernes es larga y salvaje. Su identificación con el «vicio» se ve confirmada por una serie de atributos, entre los que destaca el medallón que resbala por la espalda, donde se retrata un caballo irritado. Incluso las escenas de bacanales en la base con forma de prisma triangular, hace recordar la embriaguez y el desenfreno del tirano, tal como se describe en la Biblia.3
Detalle de un relieve de la base.
El cuerpo de Holofernes cae ya sin fuerzas y se sostiene sólo por la mano de Judith. El pie derecho de la heroína lo puso de manera elocuente en los genitales, mientras que el otro pie lo tiene en la muñeca y la rodilla cubre la mitad del medallón alegórico.
La figura de Judith triunfante se levanta con su espada. Su vestido está hecho de un tejido con pliegues, con rica decoración, que contrasta, con el modelando liso del rostro. La expresión de la juventud presenta toda una gama de emociones profundas psicológicas, perfectamente legibles: concentración, decisión, fuerza, además de los conflictos internos de los que buscan el apoyo de su Dios, porque para salvar a su pueblo se ve obligada a asumir el pecado del asesinato. A pesar del triunfo de ella, este hecho es contrario al mandamiento de «no matarás», y esto lo representa la figura de la trágica heroína.
El rostro de Holofernes es áspero y desfigurado. Se asienta sobre una almohada que se gira en relación con la base para que sus esquinas no coincidan, creando un efecto de movimiento. Esta base de la escultura en forma de cojín, es un elemento naturalista utilizado por primera vez por Donatello en su escultura de San Marcos en Orsanmichele. Inscrito en el cojín se aprecian las palabras OPVS. Donatelli. FLOR.

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