Modo estructural de contradicción dialéctica
Modo generalísimo de resolución de contradicciones dialécticas [100]. Tiene lugar cuando los términos de la incompatibilidad dialéctica (o contradicción) se nos presentan “frente a frente” con abstracción de sus génesis respectivas (no porque las desconozcamos siempre; simplemente, porque las ponemos entre paréntesis). La dialéctica estructural tiene, como forma canónica, los dilemas y las antinomias. Los procedimientos tradicionales de las antilogias de los sofistas, el sic et non de los escolásticos, pero también las antinomias kantianas, son procedimientos de la dialéctica “estructural”. Como prototipo de estas antinomias propondríamos la “antinomia de Euler”. No diremos más acerca de la dialéctica estructural.
http://www.filosofia.org/filomat/df101.htm
Modo procesual de contradicción dialéctica
Modo generalísimo de resolución de contradicciones dialécticas [100].Tiene lugar cuando los términos de la incompatibilidad dialéctica se nos presentan según su trayectoria de origen y, eminentemente, como procediendo unos como desarrollo de los otros. La dialéctica procesual parece por ello como si estuviese “dotada de movimiento”. Como paradigmas pueden ponerse los cuatro “argumentos contra el movimiento” de Zenón de Elea. Paradójicamente ellos desarrollan una dialéctica del movimiento, en cuanto a su forma, que se dirige, en cuanto a su contenido, a demostrar que el movimiento no existe (en cambio los “argumentos contra la multiplicidad” se ajustan mejor a la dialéctica antinómica); sin embargo, también cabe reagrupar antinómicamente los argumentos contra el movimiento, formando bloques entre ellos.
Se pueden establecer una serie de criterios en orden a detallar una taxonomía de las figuras o estrategias de la dialéctica procesual [103].
http://www.filosofia.org/filomat/df102.htm
El fundamento de esta taxonomía [102] no es otro sino la misma conceptuación de la incompatibilidad (o contradicción) ya expuesta: la incompatibilidad como consecutiva a una “fractura” de una identidad [136-137] (de un esquema material de identidad) presupuesta, o de varias: la dialéctica presupone, por tanto, multiplicidad originaria cuanto a los “núcleos” de desarrollo. Podríamos acogernos a la terminología que Platón ofrece en El sofista, al exponer las categorías de lo mismo (tauton) y lo otro (heteron). Diremos que la contradicción o incompatibilidad dialéctica no es la única posibilidad concebible, puesto que cabe establecer cuatro situaciones de movimiento:
a) Aquellas de las que puede decirse que lo mismo se reproduce en lo mismo: sería el caso de la recta inercial descrita por una masa inercial en sucesivos intervalos temporales.
b) Aquellas de las que puede decirse que lo distinto se mantiene como distinto. Dos rectas paralelas que se prolongan indefinidamente durante los intervalos finitos y recurrentes del proceso; o dos rectas convergentes que, tras cruzarse, en un punto, continúan su camino sin confundirse.
Cabría poner en corresponcencia estos dos tipos con los procedimientos llamados analíticos. Podrían también denominarse estos procedimientos como procedimientos de “ratificación”.
c) Conjunto de procesos o cursos tales en los que el desarrollo de lo mismo (de una identidad, según una regla material de identidad) conduce o desemboca en lo otro (en lo distinto) -que se supondrá de algún modo dado: “desembocar en lo otro” es tanto como superponerse con él- incompatible con el origen. Hablaremos de procedimientos dialécticos divergentes o por divergencia.
d) Conjunto de diversos procesos o cursos –más de uno– tales que sus desarrollos, según sus propios esquemas, conducen o desembocan a una misma configuración que obliga a rectificar las originantes. Hablaremos de procesos dialécticos convergentes o por convergencia.
Los procedimientos que corresponden a estas dos últimas situaciones podrán, por consiguiente, ser denominados “dialécticos” (por oposición a los “analíticos”) o de “rectificación” (por oposición a los de “ratificación”).
Los procesos dialécticos pueden considerarse como de rectificación porque tanto en los procesos [(c) y (d)], las “estrategias” que entrañan tienen el sentido de una rectificación. Estas estrategias son de dos tipos:
(A) Reiteraciones progresivas (un progressus) del movimiento (divergente o convergente) hasta el punto en el cual él nos lleva a una configuración que se hace incompatible con el proceso mismo, constituyendo su límite (diríamos que contradice y rectifica el proceso, aun cuando en sí mismo no sea contradictorio; puede incluso aparecer una configuración segregable del proceso dialéctico que la generó).
(B) Tiene que ver con los movimientos de regressus, con una involución determinada porque la configuración a la que nos llevaría el proceso no sólo sería incompatible con él sino autocontradictoria o, mejor, incompatible con terceras referencias presupuestas. Estos regressus presuponen, por tanto, un progressus previo virtual (las figuras del regressus corresponden de algún modo con los argumentos apagógicos).
Cruzando ambos pares de criterios obtenemos una taxonomía de cuatro figuras dialécticas que designaremos, inspirándonos en el término griego baino (que corresponde al verbo latino gradior, “subir, entrar”) para significar el “progressus hacia adelante”, y stasis (estación, detención) para significar la detención, retención o regressus del proceso: metábasis y catábasis son las figuras del progressus; anástasis y catástasis las del regressus.
Criterio 1 Criterio 2 | Procesos dialécticos de divergencia | Procesos dialécticos de convergencia |
En Progressus (evolución) | I Metábasis | III Catábasis |
En Regressus (involución) | II Anástasis | IV Catástasis |
Si mantenemos la concepción de las figuras dialécticas como “maniobras” o “estrategias” orientadas a evitar una contradicción efectiva cabría entender las figuras del regressus (anástasis y catástasis) como modos de repliegue o huida hacia atrás (retirada estratégica) de la contradicción; mientras que las figuras del progressus (metábasis y catábasis) serían los dos modos de “huir hacia adelante” de la contradicción que nos ha salido al paso.
http://www.filosofia.org/filomat/df103.htm
Metábasis
Criterio 1 Criterio 2 | Procesos dialécticos de divergencia | Procesos dialécticos de convergencia |
En Progressus (evolución) | I Metábasis | III Catábasis |
En Regressus (involución) | II Anástasis | IV Catástasis |
Figura o estrategia, en la línea del progressus, de la dialéctica procesual divergente [103]. En la metábasis, el desarrollo de identidad (según su ley propia) conduce a una configuración que se encuentra “más allá de la serie” (metábasis eis allos genos) y que, aunque no es contradictoria en sí misma, implica la resolución del proceso por “acabamiento” (la continuación indefinida del proceso de lo mismo sería incompatible con este límite).
Modelo I.1. La serie decreciente de elipses, según su distancia focal, lleva por metábasis a la circunferencia, porque se hace incompatible con la prosecución del proceso (lo “mismo” –las elipses– se hacen otro –circunferencia–).
Modelo I.2. La serie de circunferencias cuyos centros van desplazándose a lo largo de la recta que contiene al radio perpendicular a una tangente se resuelve, por metábasis, en la recta-tangente (“otro género” de la curva).
Modelo I.3. El argumento de la dicotomía (el atleta en el estadio) conduciría, por metábasis, al reposo.
Modelo I.4. Situaciones muy nítidas las encontramos en el campo de la evolución de los organismos [95]. Tomemos, como “esquema de identidad”, el constituido por una especie mendeliana (un esquema definible por la recurrencia o re-producción de sus individuos según una estructura propia). Una especie A va desplegándose en subespecies B, C, D, E, F (que son, entre sí, por tanto, coespecies: [A, B], [A, C], [A, D]… [B, C]…). Las coespecies mantienen el esquema de identidad. Pero al llegar a un determinado punto crítico resultará que dos subespecies dadas (pongamos [B,G]) dejarán de ser coespecies, si en ellas hemos llegado a “otro género”; serán ya especies distintas, no coespecies, y no podremos escribir [B,G]. Advertiremos que no se trata sólo de un caso de no transitividad de las relaciones de semejanza, pues las coespecies no solamente están relacionadas isológicamente, sino sinalógicamente [36] (por las relaciones de reproducción); lo que se ha interrumpido son las relaciones
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