domingo, 22 de marzo de 2015

anatomía humana

partes de la cabeza - el ojo :
Las arterias ciliares posteriores cortas son arterias que se originan como ramas colaterales de la arteria oftálmica,1 que emergen de ella en número de seis a doce cuando dicha arteria cruza el nervio óptico.
Se dirigen hacia adelante alrededor del nervio óptico, hacia la parte posterior del globo ocular, perforan la esclerótica alrededor de la entrada del nervio óptico, e irrigan la coroides (hasta el ecuador del ojo) y los procesos ciliares.
Algunas ramas de las arterias ciliares posteriores cortas también irrigan el disco óptico a través de un anillo anastomótico, elcírculo de Zinn-Hallercírculo de Haller o círculo de Zinn,1 que está asociado con la extensión fibrosa de los tendones oculares del anillo tendinoso común o anillo de Zinn.
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Las arterias ciliares posteriores largas son arterias que se originan, junto con las arterias ciliares anteriores, en la arteria oftálmica. No presentan ramas (importantes).1 Hay dos en cada ojo.
Perforan la parte posterior de la esclerótica a poca distancia del nervio óptico, y discurren hacia adelante, a lo largo del globo ocular, entre la esclerótica y la coroides, hacia el músculo ciliar, donde se dividen en dos ramas.
Forman un círculo arterial, el círculo arterial mayor, alrededor de la circunferencia del iris, desde donde numerosas ramas convergentes discurren, en la sustancia del iris, hacia su margen pupilar, donde forman un segundo e incompleto círculo arterial, el círculo arterial menor.
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 bastones o bastoncillos son células fotorreceptoras de la retina responsables de la visión en condiciones de baja luminosidad. Presentan una elevada sensibilidad a la luz aunque se saturan en condiciones de mucha luz y no detectan los colores. Se ubican en casi toda la retina exceptuando la fóvea. Contienen rodopsina, que es una proteína que presenta una mayor sensibilidad a las longitudes de onda cercanas a 500 nanómetros, es decir, a la luz verde azulada (esto justifica la utilización de filtros de color rojo en las linternas durante la noche; para no perder la adaptación a la visón nocturna, responsabilidad de los bastones, pues no los estimula y no los agota, pero sí lo hace a los conos correspondientes. Otros colores o la luz blanca, como mezcla de todos los colores, los saturan perdiéndose la citada adaptación que suele precisar de 30 a 40 minutos en completa oscuridad).
Los bastones se conectan en grupos y responden a los estímulos que alcanzan un área general, pero no tienen capacidad para separar los pequeños detalles de la imagen visual. La diferente localización y estructura de estas células conduce a la división del campo visual del ojo en una pequeña región central de gran agudeza y una zona periférica de menor agudeza, pero con gran sensibilidad a la luz. Así, durante la noche, los objetos se pueden ver por la parte periférica de la retina cuando son invisibles para la fóvea central.
Los bastones son más delgados que los conos, el diámetro de sus segmentos internos es de aproximadamente 2 micras. Los segmentos externos de los bastones están formados por discos membranosos aislados de la membrana plasmática, donde se encuentra la rodopsina. Estos discos están continuamente renovándose. Los discos antiguos se van desplazando hacia la zona del epitelio pigmentario, donde son fagocitados y convertidos en fagosomas durante el ciclo diurno, sobre todo al amanecer.
Estas células son muy sensibles, capaces de detectar la energía de un sólo fotón y las responsables por tanto de que sea posible la visión en condiciones de poca luminosidad.


Imagen gentileza de Foto-Web AlconCusí
Apariencia de las células visuales : bastoncito y cono.
1. Cilios
2. Mitocondria
3. Aparato de Golgi
4. Retículo endoplasmático
5. Ribosomas libres
6. Microtúbulos
7. Núcleo
8. Vesículas sinápticas
9. Esférula
10. Pedículo
11. Invaginaciones de la membrana
12. Cáliz
1. Funciones
Las células visuales, conos y bastoncitos no están repartidas uniformemente por la retina. En el lugar de entrada del nervio óptico, faltan ambas clases de células sensoriales, por lo que la luz proyectada en esa región no produce sensaciones visuales (punto ciego).
La fóvea central no contiene bastones y los conos se agrupan cerca de la superficie interna. En la mancha amarilla y alrededor de ellas, los conos y los bastones se presentan en las mismas proporciones, pero más periféricamente, los conos disminuyen en número, hasta que en el borde existen solamente bastones.
Los conos y los bastones están colocados exteriormente a las otras capas de la retina, de forma que la luz tiene que atravesar todo el espesor de éstas para llegar a ellos.
La mancha amarilla y las porciones vecinas, constituyen la única región de la retina en la que se produce una visión clara y precisa, de donde se deduce que los conos tienen a su cargo la percepción de los detalles. El umbral de excitación de esta región es elevado y apenas aumenta por adaptación a la oscuridad, es decir, que los conos no están adaptados para percibir pequeñas intensidades luminosas. Por el contrario, los bastoncitos responden mejor a la iluminación poco intensa, como lo demuestra el umbral de excitación más bajo de las zonas periféricas de la retina, y que desciende por adaptación a la oscuridad.
Las zonas periféricas no perciben el color, pero sí la fóvea, donde sólo existen conos, por lo que ésta facultad es propia de estas células visuales.
La cantidad de energía luminosa que se necesita para estimular la retina (umbral de excitación), depende de la longitud de onda, menor para el centro del espectro luminoso (amarillo y verde) y mayor para los extremos (rojo y violeta), de la adaptación a la luz o a la oscuridad, de la duración y de la superficie del foco luminoso.
La agudeza de la visión está más desarrollada en la fóvea y se puede medir por el poder resolvente, que es el valor recíproco del ángulo formado por los rayos procedentes de dos líneas que el ojo es capaz de discriminar (para un ojo normal, dicho ángulo es de un minuto o menos). También se puede medir la agudeza visual, por el cociente de dividir la distancia a que un sujeto es capaz de leer determinadas letras, por la distancia a la que puede leerlas un ojo normal.
2. Cambios durante la estimulación
El color rojo de la retina es debido a la existencia de un pigmento especial, la púrpura visual o rodopsina, que se encuentra en los segmentos externos de los bastoncitos.
La rodopsina es un cromoproteido cuyo núcleo prostético es el retineno que contiene carotina. En los hombres o en los animales privados de vitamina A, la retina pierde completamente la facultad de formar púrpura visual, lo que origina la hemeralopia o ceguera nocturna. Cuando se mantiene el ojo en la oscuridad, aumenta la sensibilidad de la retina para la luz, el máximo se alcanza al cabo de una hora.
La adaptación a la oscuridad es debido a la sensibilización de los bastoncitos a causa de los cambios fotoquímicos que tienen lugar en la púrpura visual. El fenómeno contrario recibe el nombre de adaptación a la luz. Ambos fenómenos están relacionados con una cadena de reacciones de descomposición y regeneración de la púrpura visual.
La adaptación del ojo a la oscuridad sería debida a la acumulación de púrpura visual, mientras que el deslumbramiento tendría por causa la destrucción brusca de la púrpura visual acumulada.

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