Variables y orientaciones biológicas: el renacimiento de las variables biológicas en la criminología contemporánea
Concepto amplio de lo que se entiende por biológico; Vold lo explica “ algunas de estas características biológicas son genéricas y heredadas (… ) Otras resultan de mutaciones genéticas que tienen lugar en el momento de la concepción o se desarrollan mientras el feto está en el útero. Estas características biológicas son genéticas pero no heredadas. Finalmente otras pueden desarrollarse como resultado del ambiente de las personas, que van desde lesiones a una dieta inadecuada. Estas características biológicas no son ni genéricas ni heredadas” .
Lamentablemente, las variables y explicaciones biológicas –así como cierto correlato de la criminalidad— han topado en Criminología para su aceptación con ciertos reparos de naturaleza supuestamente éticas. Los enfoques que otorgaban un papel relevante a elementos de naturaleza biológica, entraron en crisis.
Desde hace 10 ó 15 años aproximadamente se viene produciendo una vuelta a la toma en serio de variables de carácter biológico en criminología. Akers, por ejemplo, las “ explicaciones biológicas del delito han llegado a ocupar un nuevo lugar de respeto en criminología y que se toman más en serio hoy que en cualquier otro momento desde la primera parte del siglo veinte”. En efecto, se han llevado a cabo en los últimos años un importante número de investigaciones sobre la presencia de elementos biológicos en la conducta delictiva; se han desarrollado algunas teorías en las que los elementos de naturaleza biológica desempeñan un papel importante.
Pueden quizá apuntarse una serie de razones que podrían ayudarnos a entender este fenómeno:
Las teorías de orientación sociológicas no han sido capaces de explicar satisfactoriamente importantes diferencias individuales en el ámbito de la criminalidad. De hecho, las variables quizá más sólidamente relacionadas con el delito, como son la edad y el género, tienen un carácter al menos en parte biológico, y a menudo estos correlatos no tienen fácil explicación desde los enfoques sociológicos tradicionales.
El siglo veinte, y especialmente sus últimas décadas han sido testigos de decisivos avances tanto en el conocimiento biológico de los seres vivos y del ser humano.
En ocasiones se recurre al auge de la derecha y de los gobiernos conservadores que en los años ochenta experimentaron algunos de los países con mayor tradición criminológica, como EEUU o Gran Bretaña, para explicar al menos en parte, este renacimiento de los enfoques biológicos.
En el terreno de la investigación criminológica, algunos decisivos hallazgos y desarrollos puede apuntar diferencias de carácter biológico en la criminalidad; este es el caso de investigaciones clásicas y bien conocidas como la de Robins entre otros. El estudio se centró en la llamada “ personalidad psicopática” de la que el comportamiento antisocial forma parte y encontró que quienes habían sufrido , problemas clínicos en su infancia presentaban muchos más problemas de ajuste que los perteneciente al grupo de control. El hallazgo fundamental de este trabajo, es la existencia de una cierta continuidad en el comportamiento antisocial desde la infancia hasta la edad adulta. Es decir, casi todos los que tienen problemas de comportamiento antisocial de adultos también lo tuvieron en su infancia.
Nuevas investigaciones han venido a replicar y extender este hallazgo y a incorporarlo a modelos teóricos, como puede ser el caso, bien conocido, de los criminales persistentes de Moffitt. Esta autora sugiere expresamente que “ síndrome del comportamiento antisocial persistente a lo largo de la vida (…) el tiene una base biológica en sutiles disfunciones del sistema nervioso”. Esta idea de una continuidad tan fuerte entre la edad infantil y la adulta sugiere la posibilidad de que factores de naturaleza biológica, hereditaria desempeñen algún papel en la etiología de la criminalidad, a la vez que siembra ciertas dudas sobre otros factores y teorías tradicionales del paradigma sociológico. Las explicaciones biológicas de la criminalidad, pues, son muy prometedoras para dar razón de esta idea de continuidad. Estos hallazgo han sido replicados en dividas ocasiones.
La construcción de teorías integradas que serían capaces de incluir variables de diversas disciplinas, entre ellas la biología. Otros enfoques, como el de los factores de riesgo o el de los factores recurrentes suelen reconocer abiertamente elementos biológicos en sus esquemas. Por último, una corriente muy actual como es la llamada criminología del desarrollo e incluso la criminología del curso de la vida, también han tenido a reconocer la presencia de variables biológicas.
Actuales tendencias han abierto nuevas posibilidades para las variables biológicas y genéticas en el terreno de la teoría criminológica. Ellos es especialmente importante debido a que, salvo excepciones, las investigaciones de la criminología biológica se han centrado mucho más en describir variables relacionadas con la criminalidad que en construir teorías propiamente dichas.
Evidencia empírica sobre las variables biológicas
Existe, en efecto, un importante cuerpo de evidencias empíricas que sugiere que factores genéticos y biológicos intervienen en la criminalidad y el delito; esta evidencia es sólida y consciente, sobre todo porque proviene de metodologías diversas, que cada una con sus propios puntos fuertes y débiles.
Estudios empíricos rigurosos sobre la igualdad de los gemelos; sobre gemelos separados, sobre niños adoptados, sobre niveles de serotonina y otros neurotransmisores o bien enzimas que afectan a dichos niveles; sobre ritmo cardiaco, niveles bajos en la actividad fisiológica del sistema nervioso… , sugieren que factores biológicos y genéticos correlacionan con una serie de comportamientos agresivos, delictivos y antisociales y podrían tener una cierta importancia para explicarlos, de modo que merece la pena de tenerlos en cuenta por parte de las diversas teorías y llevar a cabo investigaciones empíricas en esta línea.
La investigación biológica en el terreno de la criminología ha tenido a su disposición ciertos enfoques metodológicos que pueden considerarse relativamente sólidos en cuanto que se aproximan a los experimentos verdaderos. Nos referimos a los diversos estudios sobre gemelos y sobre adoptados. Como decimos, la ventaja metodológica es que estos casos se pueden separar hasta cierto punto el efecto de las variables biológicas y de las ambientales.
Esta investigación debe ser recibida con muchas cautelas, como reconocen los autores mismos. Es muy importante advertir que estos hallazgos sugieren la presencia de factores biológicos en la conducta delictiva, pero no pueden interpretarse ni como evidencia de que esta influencia sea directa ni como evidencia de que las variables biológicas tengan un peso mayor que las ambientales. Ello es debido a una sutil cuestión: puesto que las variables ambientales son muy semejantes en todos los adoptados debido en primer lugar a que los padres adoptivos tienden a parecerse entre ellos más que la medida de la nación (ejemplo, tenderán a tener un estatus socio-económico más elevado, a tener mayor ilusión por tener hijos, etc.- y en segundo lugar a que Dinamarca (donde se realizó el estudio) es un país en que las diferencias sociales entre familia es mucho menor que en casi cualquier parte del mundo; entonces el ambiente a que han sido expuestos los niños dado en adopción es relativamente parecido –mucho más parecido que las enormes diferencias familiares que se dan de media entre los niños de un país. Al ser las diferencias ambientales pequeñas entonces las diferencias biológicas tienden a destacarse enormemente. De ahí se infiere que este estudio es bueno para ver si pueden existir influencias biológicas, pero las exagera desde el punto de vista cuantitativo. En circunstancias ambientales que son muy diferentes entre sí –las variables biológicas de la población tenderán a influir sólo indirectamente, interaccionando con las primeras de modo que su efecto se verá muy desdibujado.
Por lo que se refiere a nuestro país, es inevitable que sean muy pocas las investigaciones criminológicas de este tipo. La inteligencia es una característica de los individuos que tienen un importante comportamiento biológico. También se discute qué sea la inteligencia, de modo que aquí, la consideremos como aquello que miden los tests de inteligencia –o sea que seguiremos un punto de vista mínimo. Diversas investigaciones apuntan una diferencia en el nivel de inteligencia de los delincuentes en comparación con los no delincuentes, lo cual es aceptado por diversos criminólogos españoles. En concreto, lo que se ha encontrado parece apuntar a un déficit en el nivel de inteligencia verbal de los delincuentes frente a los no delincuentes y un desequilibrio entre los niveles de inteligencia verbal y práctica.
Bravo y Puron realizaron un riguroso estudio sobre la inteligencia de los delincuentes sobre una muestra de 350 internos, comparándolos con un grupo de control, y concluyeron de que el estudio encontró que estas conclusiones son válidas en el caso de los delincuente primarios y multirreincidentes, pero no en el de los reincidentes, en los cuales en teoría el déficit de inteligencia debería ser mayor que en los primeros. Los autores sugieren que la razón se encuentra en que los reincidentes han sido escolarizados y ello “impulsa y va poniendo en forma los procesos metales de abstracción y lógicos.
La criminología no sugiere un efecto directo del factor inteligencia en la probabilidad de comportamiento delictivo, los efectos serán indirectos.
Características de los enfoques biológicos contemporáneos
Principales características
Los enfoques contemporáneos que reconocen un peso específico a factores biológicos en su seno pueden caracterizarse.
Las nuevas orientaciones muestran un alto nivel de sofisticación teórica, técnica y metodológica.
Ello es reflejo al menos en parte de la propia evolución de la ciencia, que cada vez tiende a ser más compleja. Las teorías actuales reflejan perfectamente la profunda complejidad del fenómeno delictivo y tienen un carácter muy matizado.
Reclaman la interdisciplinariedad y la interacción de variables de naturaleza heterogénea. Las nuevas corrientes biológicas reconocen en general que el comportamiento delictivo o desviado es consecuencia de la interacción de factores de naturaleza biológica con otros de carácter ambiental. En la criminalidad intervendrían, entonces, variables biológicas, sociológicas, etc. Los efectos de estas variables no se manifiestan con una mera suma, sino que existiría una interacción de unas variables con otras. Esto quiere decir que los efectos de una de ellas pueden depender de otra, o bien que sólo desplegará sus efectos cuando una tercera esté presente o no.
Las nuevas doctrinas consideran que los efectos de los factores biológicos son más bien indirectos. Ello es debido no sólo a que dependen en general de la presencia o ausencia de otras variables, sino que también operan a través de ellas.
También por ello los enfoques biológicos a menudo se centran mucho más en la búsqueda de factores concurrente de la criminalidad que en la construcción de teorías criminológicas.
Por lo que se refiere a la Política criminal, estas posiciones denuncian constantemente el malentendido de considerar que si la criminalidad tuviera un origen al menos en parte genético no podría prevenirse o tratarse y obligaría a caer en el pesimismo.
Las nuevas posturas sugieren que el delito es producto de la interacción de variables biológicas y otras ambientales, y que se lleven a cabo programas de Política social para que, mejorando las condiciones ambientales, se favorezcan interacciones que no desemboquen en actos antijurídicos o antisociales.
Relación entre variables biológicas y teoría criminológica contemporánea
¿Por qué delinquen? o bien ¿por qué unos delinquen más que otros? Las diversas posturas contemporáneas sobre la relación entre variables biológicas y teorías criminológicas.
Una parte de los estudios biológicos y genéticos sobre el delito prefieren encuadrarse en el establecimiento de factores de riesgo y concurrentes. De acuerdo con esta postura, no se trata de construir teorías abstractas y sistemáticas que expliquen la criminalidad, sino de descubrir diversos factores que se encuentren relacionados con la misma. Otras posturas prefieren las teorías integradoras de disciplinas, que reconocen por lo general variables biológicas.
Las teorías generales unitarias consideran que factores de naturaleza biológica o genética tienen una influencia mediada por variables de otra naturaleza sobre todo sociología, o bien que no hay una aportación decisiva para un adecuado y correcto entendimiento de las causas del delito. Esto es metodológicamente importante: todas las teorías se ven en la necesidad de seleccionar una serie de variables que son las que consideran críticas para explicar el fenómeno delictivo. Ello no quiere decir en absoluto que otras diferentes no desempeñen ningún papel, sino solamente que su toma en consideración no ayuda a explicar la criminalidad o el delito de manera sensiblemente mejor.
También existen en la actualidad una serie de explicaciones que sitúan a las variables de naturaleza biológica en el centro de sus desarrollos y que, por tanto, puede clasificarse bajo esta denominación.
Por último, existe una importante corriente entre las orientaciones biológicas que aspira a explicar el delito o algunas de sus formas desde el punto de vista de la teoría de la evolución.
Evaluación
Críticas:
- A menudo proponen objetos de estudio distintos del delito, como es el caso de la agresión.
- Algunas propuestas son excesivamente complejas, y a menudo tampoco explican cómo se producen las interacciones que proponen.
- En ocasiones son excesivamente ateóricas.
Conclusión: la influencia en el comportamiento delictivo parece ser modesto o mínimo, aunque la evidencia que destaca una cierta influencia es relativamente sólida.
Enfoques psicológicos en la criminología contemporánea
Las teorías psicológicas han venido teniendo asimismo una cierta tradición en criminología. De acuerdo con Freud, la vida psíquica se encuentra compuesta por tres niveles: el ello, el que se encuentra en lugar de los instintos más primarios, cuya tendencia predominante es la supervivencia; ello representa la identidad del sujeto en cuanto a tal; y finalmente, el superyo se instaura los controles de naturaleza cultural y social, así como el desarrollo de la vida psíquica consciente del individuo. Estos tres niveles se ilustran por parte de esta teoría a través del ejemplo del caballo montado por un jinete que le trata de controlar por medio de las heridas. De este esquema se han derivado algunas explicaciones etiológica del delito: el delincuente se aproxima al enfermo, al neurótico; la delincuencia sería resultado de un conjunto de culpabilidad que conduciría al delito como búsqueda de castigo; de dificultades por falta de fortaleza del superyo, para evitar que ello sea incapaz de superar las presiones del ello, y, finalmente, por la insaciable necesidad de satisfacer deseos inmediatos. De acuerdo con la llamada teoría del superyo regresivo “habría, en ciertos criminales, un superyo demasiado severo aunque, paradójicamente, demasiado complaciente, al menos para dejar que el sujeto cometiese el crimen y anular todo remordimiento”. Las tesis psicoanalíticas también han destacado la importancia del tratamiento. Para bien o para mal enfoques como éstos han dejado desde hace tiempo de ocupar un lugar central en la criminología y en las ciencias humanas.
La criminología ha sido tradicionalmente reacia aceptar ideas y planteamientos procedentes de la psicología. Ello ha sido debido en primer lugar al triunfo del paradigma sociológico en criminología, y hoy a la lucha por la autonomía e independencia científica de la criminología.
Desde hace unos años, la psicología ha vuelto a tener una cierta influencia en el estudio del delito.
Las principales aportaciones de la psicología a la criminología entre las que merece la pena destacar los siguientes.
- Aunque existen importantes psicólogos que no se muestra muy favorables a la integración, sobre todo, al enfoque de los factores de riesgo. Algunas variables tradicionales de la psicología que podrían correlacionar con la criminalidad y el delito es inteligencia la que merece haber obtenido un apoyo empírico robusto respecto a su relevancia criminológica.
- Un reciente estudio empírico llevado a cabo en Estocolmo encontró que quienes habían desarrollado un desorden mental serio tendían a delinquir más que la media.
- La psicología ha otorgado también una gran atención a la prevención y tratamiento de la delincuencia.
- La influencia de la psicología se ha visto en muchos otros ámbitos de la criminología y del sistema de administración de justicia; así cabe destacar el peritaje o la atención a las víctimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario