sábado, 14 de marzo de 2015

criminales de guerra

Fritz Sauckel (Haßfurt27 de octubre de 1894 – Núremberg16 de octubre de 1946) fue un destacado político naziGauleiter deTuringia desde 1927 y Comisario General encargado de la mano de obra esclava desde 1942 hasta 1945. Bajo este cargo político jugó un importante papel durante la Segunda Guerra Mundial. Al final de la contienda fue detenido por las autoridades aliadas y fue uno de los doce condenados a muerte durante los juicios de Núremberg.
Nacido en Baviera, fue hijo único de un cartero y una costurera. Abandonó pronto la escuela local coincidiendo con la enfermedad de su madre. A los quince años se enroló en la marina mercante. Comenzó viajando en una goleta noruega de tres mástiles y después pasó a barcos suecos y alemanes. Más tarde fue obrero de fábrica y en 1923 se afilió al Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP), convirtiéndose en Gauleiter de Turingia en 1927. Jefe del gobierno de Turingia en 1932, posteriormente Reichsstatthalter de Turingia en 1933.
Fue nombrado plenipotenciario general para el empleo de mano de obra esclava en 1942 y organizó con ese motivo lasdeportaciones de trabajadores desde los países ocupados hasta Alemania. Administró además las deportaciones vía ferrocarrilde judíos y eslavos desde la Rusia soviética hacia los campos de concentración, y suministró además mano de obra para laOrganización Todt a cargo de Albert Speer.
Fue condenado a muerte durante los Juicios de Núremberg por encontrársele culpable del segundo cargo: crímenes contra la paz. Su abogado defensor había sido Robert Servatius. El acusado había violado 34 tratados internacionales, emprendido guerras de agresión y desencadenado, por último, un conflicto mundial. Por el tercer cargo: crímenes de guerra, el acusado había ordenado o tolerado asesinatos colecti  vos y torturas, deportado a millones de personas y organizado el pillaje económico. También por el cuarto cargo: crímenes contra la humanidad, el acusado había perseguido a numerosas minorías y exterminado a colectividades enteras.
Fue ejecutado en la horca en la prisión de Núremberg en las primeras horas del 16 de octubre de 1946. Su cuerpo fue incinerado en el crematorio muniqués de Ostfriedhof y sus cenizas, junto con las del resto de los ejecutados ese día, dispersadas en el río Isar1 para que ninguna sepultura se convirtiera en centro nostálgico de sus adeptos.
  


Baldur Benedikt von Schirach (Berlín9 de mayo de 1907 – Kröv8 de agosto de 1974) fue un dirigente nazi, líder de lasJuventudes HitlerianasGauleiter y Reichsstatthalter ('gobernador del Reich') de Viena. En los juicios de Núremberg, aunque fue uno de los acusados que declaró sentirse arrepentidSchirach se hizo miembro de un Wehrjugendgruppe (grupo de cadetes militares) a la edad de 10 años y en 1925 se afilió alNSDAP, el Partido nazi. Algunos historiadores sostienen la tesis de que Schirach era homosexual, mientras que otros defienden que siempre fue bisexual.2
Pronto se ganó el respeto de Hitler y fue trasladado a Múnich para ser nombrado en 1929 jefe de la Nationalsozialistischer Deutscher Studentenbund (NSDStB, Unión Estudiantil Nacionalsocialista). En 1931 fue nombrado Reichsjugendführer (líder de la juventud) en el NSDAP y en 1933 tomó el mando de las Juventudes Hitlerianas, con el rango de Gruppenführer en las SA. En estos primeros tiempos tuvo una intensa actividad como autor de numerosas publicaciones, así como un mecenas de las artes.3Iniciada la Segunda Guerra Mundial, en 1940 Schirach se alistó en el ejército y sirvió durante un corto periodo en la campaña de Francia antes de ser llamado de nuevo. Durante la contienda, el matrimonio Schirach tuvo serias discrepancias con Hitler y fueron expulsados de su círculo social íntimo. Debido a esto, perdió el mando de las Juventudes Hitlerianas en favor de Arthur Axmann, aunque más tarde Hitler le nombró Gauleiter (o Reichsstatthalter) de Viena, cargo que desempeñó hasta el final de la guerra.4 A pesar de que hacia 1943 había caído totalmente en desgracia, mantuvo sus puestos políticos hasta el final de la contienda.
Con el final de la contienda Schirach fue detenido en 1945 y juzgado junto a otros oficiales nazis en los Juicios de Núremberg. Schirach, de acuerdo a sus memorias (Yo creí en Hitler), sí tuvo conocimiento de la «solución final», especialmente dirigida contra los judíos y llevada a cabo en los campos de exterminio. Ante el tribunal, Schirach declaró textualmente:
Ha sido éste el mayor y más satánico genocidio de la historia del mundo... Quien ordenó las muertes fue Adolf Hitler. Él y Himmler fueron conjuntamente los prácticos autores de este crimen que seguirá siendo para siempre una mancha vergonzosa sobre nuestra historia. Pero la juventud alemana es inocente de lo que Hitler hizo a los pueblos alemán y judío. Nada sabía del exterminio de los hebreos y no quiso semejante crimen. Es culpa mía, que asumo ante Dios y nuestra nación, haber educado a la juventud alemana en la fe en Hitler, el hombre que juzgué intachable y que resultó ser un asesino de millones de seres humanos. Yo creí en Hitler; eso es todo lo que puedo decir como exculpación. Yo soy el único culpable; la juventud alemana es inocente porque creció en un Estado antisemita en el que era ley la política racista. Pero el hecho de que fuera posible un Auschwitz hace obligado el final de la política racista y del antisemitismo. Quien tras Auschwitz pueda seguir manteniéndoles, se hace a sí mismo culpable... Declaro que la política racista de Hitler fue un crimen que llevó a la destrucción de cinco millones de judíos y la vergüenza del pueblo alemán.
Schirach cuenta que, al tomar asiento tras la declaración, Fritz Sauckel le estrechó la mano y Erich Raeder le confirmó: «¡Tiene usted toda la razón!» El 1 de octubre de 1946 fue declarado culpable de haber conspirado para cometer crímenes contra la paz y crímenes contra la humanidad, y estuvo confinado veinte años en la Prisión de Spandau. Schirach se había casado con Henriette Hoffman en 1932, y tuvieron tres hijos y una hija.6 Mientras estaba en prisión, el 20 de julio de 1949 su esposa se divorció de él, y no volvieron a tener nunca más algún tipo de relación. Fue liberado el 30 de septiembre de 1966 y se retiró a vivir en el sur de Alemania, donde publicó sus memorias, Ich glaubte an Hitler (Yo creí en Hitler), en 1967.

  

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