Batalla de Rovirans fue una batalla llevada a cabo en el año 992 (otras fuentes dicen que 985) en la que lucharon lon ejércitos invasores de Almanzor y el ejército condal de Borrell II. Según las crónicas de la época, Barcelona cayó bajo el yugo musulmán en los últimos años del siglo X aunque los condados catalanes no se rindieron sin luchar. Una de las acciones bélicas de esta invasión fue la batalla de Rovirans (algunas crónicas la sitúan cerca de de la actual Tarrasa). En la batalla de Rovirans el conde Borrell II se lanzó junto a su guardia personal (formada por 500 jinetes) hacia el grueso de las tropas árabes. Borrell II pereció en la batalla y las fuerzas cristianas fueron derrotadas.
El asedio de Lérida (en húngaro: Lerida ostroma) tuvo lugar en 942, cuando un grupo de guerreros húngaros llegaron en una incursión a través de Europa hasta el noreste de Al-Ándalus e intentaron tomar la ciudad de Lérida bajo control musulmán.
Un importante grupo de húngaros arribaron inesperadamente a los límites de la marca superior de Al-Ándalus en julio de 942. Instalaron su campamento junto al extremo superior de la ciudad de Lérida, desde el cual planificaron sus ataques y saqueos a las otras ciudades y aldeas de la marca superior. Apresaron al caídmusulmán de Barbastro y se aventuraron hasta territorio oscense.1
El asedio a Lérida duró ocho días, pero por falta de alimentos y forraje, así como por considerar difícil la victoria, los húngaros abandonaron el sitio de la ciudad y continuaron saqueando e incendiando aldeas. Entre los guerreros, hubo algunos que se convirtieron al islam, y el califa de Córdoba los empleó como su guardia personal. Alrededor de 943, las tropas musulmanas finalmente derrotaron en varias ocasiones a los merodeadores húngaros y muchos regresaron a su hogar, en las llanuras de Panonia.
El historiador hispanomusulmán Ibn Hayyan narró la razia de los magiares2 y atribuyó a esta incursión y a las dificultades que causó en Al-Ándalus la decisión de Ramiro II de León de romper la tregua que había firmado un año antes con Abd-al-Rahman III, algo que niegan modernos historiadores.
La batalla de Rueda también llamada batalla de Roa o batalla de Roda fue un supuesto1 enfrentamiento militar librado entre las fuerzas del Califato de Córdoba lideradas por el hayib Abu ʿAmir Muhammad (Almanzor) y una coalición cristiana formada por Reino de León, el Condado de Castilla y el Reino de Navarra en el año 981, 983 o984. Terminó con una decisiva victoria musulmana sobre tres princeps cristianos.
Ubicación
Debido a la dificultad para interpretar correctamente las distintas crónicas, los historiadores debaten aún sobre el emplazamiento donde sucedió. Según Reinhart Dozy el enfrentamiento tuvo lugar en Rueda (Valladolid), pero en esos tiempos sería apenas una aldea; según José María Ruiz Asencio se libró en Roa (Burgos), una fortaleza repoblada en 912.3
Antecedentes
También existen dificultades para interpretar correctamente las fechas y el curso de acontecimientos que llevaron al enfrentamiento.
Desde 978 gobernaba de facto el califato un triunvirato formado por el cadí de Medinaceli, el exitoso general Galib, el chambelán del califa Hisham II, Abu Amir Muhammad, y la madre del joven califa, la vascona Subh. Sin embargo, las malas relaciones entre el anciano general y el chambelán provocaron una guerra civil.4Galib reunió a sus leales tropas5 y procuró el apoyo del Condado de Castilla y el Reino de Pamplona,6 mientras Abu Amir convocaba a sus partidarios y contingentes de mercenarios bereberes.7 El encuentro decisivo se dio en Torrevicente, un 9 de julio de 981. Galib resultó muerto y sus seguidores se dispersaron8 o se pasaron al bando enemigo.9 Tras esa victoria el chambelán asumió el título de al-Manṣūr, «el Victorioso», cuya castellanización, «Almanzor», será el nombre con el que sería recordado.2 10 8 Dicha acción sería recordada como la «campaña de la victoria».10
Para castigar a los estados cristianos por su apoyo a Galib Almanzor emprendió una serie de aceifas. La primera se inició el 24 de agosto y produjo el saqueo deZamora. El dictador volvió a Córdoba cargado de botín y esclavos el 17 de septiembre. Una segunda expedición atacaría el moderno Portugal, llegando hasta Trancoso, villa que también resultó devastada, y Viseo (29 de octubre-22 de noviembre).11 Al año siguiente, 982, se producirá la «campaña de las tres naciones», que asoló las tierras de castellanos, leoneses y navarros (1 de junio-4 de agosto).12
En 983 Almanzor lanza una nueva aceifa, esta vez contra Simancas, estratégica fortaleza en poder cristiano desde la batalla homónima de 939.13 La expedición comienza el 16 de junio de ese año y finalizada con el retorno del hayib a la capital el 17 de julio.14 El asedio de la fortaleza duró un solo día, resultando el grueso de la guarnición y la población masacradas.2 Según las crónicas musulmanas 17 000 mujeres serán tomadas cautivas para ser vendidas como esclavas en Córdoba.14
La batalla
Según algunos historiadores, la batalla de Rueda se producirá inmediatamente después de la destrucción de Zamora, en julio de 981.13 Otros eruditos, en cambio, dicen que el combate se libró recién en julio de 983, como reacción a la destrucción de Simancas.3 Una tercera interpretación es exactamente la contraria a la anterior. Los aliados cristianos, en vez de luchar en Rueda como reacción a la destrucción de Simancas, habrían combatido en un intento de detener el avance del chambelán por elPisuerga y salvar la estratégica fortaleza.3 Algunos también aceptan la posibilidad que pudieron suceder dos batallas en el mismo lugar: Roda.3
Siguiendo la segunda interpretación, Ruiz Asencio dice que después de tomar Simancas Almanzor se dedico a arrasar las tierras del río Duero alrededor de la villa fortificada de Roa. En esos momentos llegaron las huestes del rey navarro Sancho Garcés II y el conde García Fernández, quizás con la intención de auxiliar Simancas, pero no habrían llegado a tiempo. Finalmente se sumaron al ejército del rey leonés, el joven Ramiro III, y decidieron no encerrarse en la plaza sino que presentar batalla campal. Las crónicas dicen poco sobre el combate, pero se sabe que el ejército musulmán era muy superior en número y al parecer simplemente desbordó a los cristianos, que se dieron a la fuga como pudieron.3
Tras la victoria Almanzor avanzó contra León, capital del reino, pero Ramiro III salió a su encuentro. El rey cristiano rechazo el primer ataque de los soldados musulmanes, pero estos tenían más miedo a la furia de su comandante que a sus enemigos, así que volvieron a la carga y llegaron a las puertas de la ciudad, sin embargo, una tormenta invernal los obligó a volver a Córdoba.2
Consecuencias
El rey pamplonés y su hijo, García Sánchez, terminaron por someterse a los designios del dictador del Califato.15Incluso se presentará en Córdoba para arrodillarse ante él y entregarle a una de sus hijas como esposa que será madre de Abd al-Rahman Ibn Sanchul. Sin embargo, esto no impedirá a Almanzor a lanzar una aceifa contra su reino en 992.16
Las continuas derrotas que se venían desde 977 debilitaron la posición del rey leonés, especialmente entre los nobles gallegos y portugueses, los más afectados por las aceifas cordobesas contra el reino.17 Estos acabarían por rebelarse a favor del pretendiente Vermudo Ordóñez, hijo de Ordoño III con Urraca Fernández y nieto de Ramiro II y Fernán González, en 981.18 Para coronarlo en Santiago de Compostela el 15 de octubre de 982.19 17 Se desataba una guerra civil con Portugal y Galicia a favor de Bermudo II y Castilla y León respaldando a Ramiro III.20 En el invierno de 982–983 Ramiro III lanzo una ofensiva contra su rival, produciéndose una sangrienta batalla en Portela de Arenas o Areas, cerca de Monterroso (Lugo), que acabó sin claro vencedor. A pesar de ello, la posición de Bermudo II consiguió consolidarse, estableciendo su corte en Galicia y empezando a cosechar un triunfo tras otro mientras Ramiro se refugiaba en León y era lentamente abandonado por sus aliados. Finalmente, la capital leonesa fue tomada por los seguidores de Bermudo, Ramiro se refugiaba en Astorga, donde moriría el 26 de junio de 985.19 20Tradicionalmente se ha fechado «que Vermudo II ocupó León entre el 15 de marzo y el 24 de abril de 984, cuando en verdad este hecho no debió ocurrir, como muy pronto, hasta el 6 de mayo de 985».21 De cualquier modo, la guerra civil había concluido.
Clave en la victoria de Bermudo fue el apoyo de Almanzor. El dictador le proveyó de dinero, armas y soldados a cambio de su vasallaje. Mientras Ramiro presentaba una actitud hostil contra Córdoba, recibiendo numerosas embestidas contra sus territorios.20 Apenas volvió de Portilla de Arenas se encontró con la mencionada ofensiva sobre Simancas, a la que se sumaron ese mismo año dos aceifas contra Salamanca y Sacramenia. Así Almanzor conseguía desmantelar la repoblación cristiana en la línea del Duero y someter a tributo a León, porque acabada la guerra civil la mayoría de sus tropas siguieron en territorio leonés, garantizando la posición de Bermudo pero también su fidelidad.19
Con León sometido Almanzor puso su atención en el Condado de Barcelona, un aliado suyo pero también una presa rica y vulnerable,22 y en Castilla, que seguiría sin someterse hasta el año 995, cuando muera García Fernández.23 Ya no habrá más coaliciones cristianas ni batallas campales para los ejércitos califales hasta Peña Cervera en el año 1000.
Controversia
La misma existencia de esta batalla está puesta en duda1 . Parte del hecho contrastado de que hubo un ataque de Almanzor contra Simancas en el año 983 en el que tomó múltiples prisioneros. Sin embargo aquí empiezan los problemas, puesto que algunos autores propones que esta batalla sucedió antes que la toma de Simancas en 983, y otros que fue posterior. Al parecer el historiador Reinhart Dozy tomó la información de otro historiador ("Cronicón de Cardeña I" (1767), de Enrique Flórez) que a su vez lo había tomado de otro historiador ("Antigüedades de España II" (1721) de Francisco de Berganza). Al parecer hubo varios errores de transcripción (Roa/Roda) y hubo un error con una fecha de la batalla librada en Rueda de Jalón (Zaragoza) en 108424 , a la que un copista situó en el año 9841 . Como el siguiente copista, que desconocía el error, tenía delante suyo un acontecimiento supuestamente del año 984 decidió "pegarlo" junto con la noticial real del ataque de las huestes de Almanzor a Simancas. De hecho, resulta sorprendente que sólo una obra recoja la supuesta existencia de esta batalla y ninguna otra fuente histórica, cristiana o musulmana lo haga1 . Por si fuera poco, esa misma obra no recoge la existencia de la batalla de Rueda de Jalón1 de 1084 (que en realidad sucedió en 1083) lo que aumenta las posibilidades de que fuera una confusión.
Otro libro descarta absolutamente que la supuesta batalla se librara en la localidad vallisoletana de Rueda25 . De hecho, es posible que la localidad ni siquera existiera en aquella época.
La batalla de Torrevicente fue el enfrentamiento decisivo entre el chambelán Abu ʿAmir y su suegro, el generalGalib. Tuvo lugar en julio del 981. La muerte del segundo llevó a la victoria del primero que, tras vencer, aseguró su poder1 hasta el 996 y se otorgó el título por el que se le conoce al-Manṣūr, «el Victorioso».
Antecedentes
El creciente aislamiento del califa y la paulatina toma del poder por Almanzor disgustó a Galib, maula omeya.2 3 A pesar de la cooperación militar entre los dos una vez eliminado del poder el chambelán al-Mushafi, la ambición de Almanzor comenzó a preocupar a su suegro.3 Por su parte, el continuo prestigio militar de Galib, que los triunfos de Almanzor no lograban ensombrecer, preocupaba a este ya que entorpecía su ambición de poder.4
Llegado Almanzor con sus fuerzas a Atienza para participar en una aceifa en abril del 980,3 4 Galib le convidó a una celebración en la fortaleza.5 6 Durante la fiesta el general comenzó a criticar duramente a su yerno y acabó por atacarlo y herirlo6 en la mano y en la sien.5 Solo la interposición del cadí local le salvó la vida.6 Algunas fuentes cuentan que Almanzor debió saltar por una ventana de la torre, salvando la vida el que sus ropas se enredaran en el alero del tejado.7 De todas formas, Almanzor logró huir a duras penas, reunir sus fuerzas y asaltar Medinaceli, donde Galib guardaba sus riquezas, que repartió entre sus hombres.5 3 6 La ruptura entre los dos personajes acortó la campaña prevista contra los castellanos.5 Galib se vio obligado a pasar a territorio cristiano,3 no sin antes asesinar al cadí que había estorbado el ataque contra su yerno.6
En octubre, Almanzor partió en una nueva campaña probablemente contra alguna fortaleza partidaria de su rival.1 Otras dos campañas, realizadas a comienzos del 981, precedieron a la batalla definitiva que puso fin al enfrentamiento entre los dos chambelanes: una en febrero y otra en marzo.1 La primera duró casi un mes y la segunda, doce días; en ambas las fuerzas de Almanzor resultaron vencidas.8 A estas derrotas Almanzor respondió con una nueva campaña fronteriza, que asoló estos territorios durante dos meses en la primavera del 981 antes de acampar cerca de la fortaleza de Torrevicente.6
Durante este conflicto tuvieron un papel protagónico los cabecillas de la poderosa familia de los Tuŷībíes: Hāšim ibn Ḥakam, hermano del señor de Calatayud, al-ʿĀșī; y ʿAbd al-ʿAzīz, señor de Daroca. El primero apoyo a Galib y el segundo a Almanzor. Se dieron enfrentamientos entre ambos en Armuña de Guadalajara en 980 y luego cerca de Atienza con victoria de los segundos.9
El enfrentamiento
Los dos bandos se enfrentaron en las cercanías de Torrevicente el 9 y 10 de julio de 981.10 11 Almanzor había acudido con su ejército de la capital, tropas bereberes y con algunas fuerzas fronterizas.10 11 Con sus tropas avanzó sobre Medinaceli, moviéndose impunemente por la región, tratando de provocar a Galib para que lo atacase, sin embargo, éste se movió a la fortaleza de Atienza para reunir a sus seguidores y aliados,12 ya que perdida Medinaceli esta última se volvió su principal plaza.13 Galib contaba con otras fuerzas fronterizas, aún fieles a su persona, y con contingentes castellanos y navarros.10 Las fuerzas castellanas venían con su conde García Fernández a la cabeza, mientras que las navarras las acaudillaba Ramiro, hijo de Sancho Garcés II de Pamplona,10 11 llamado «rey curvo» por los Ibn al-Jatib.13 El amirí salió en búsqueda del general, llegando a las proximidades de Atienza el 7 de julio, tomando posiciones en un llano junto al castillo de San Vicente.12 Galib decidió aproximar sus fuerzas, lo que motivó a Abu ʿAmir a ordenar a su ejército con él mismo en el centro, el visir Abu Yafar ibn Ali con los bereberes en el ala derecha, y Abu-l-Ahwas Man Ibn Abd al-Aziz al-Tuybi y Hasan ibn Ahmad ibn Abd al-Wadud con las tropas de la frontera en la izquierda. Antes de la batalla pasaron dos jornadas en que ambas fuerzas hicieron alardes sin iniciar el combate.14
El choque fue al comienzo favorable a las fuerzas de Galib,10 que desbarató los flancos de la hueste de su enemigo.11 Vestido con cota de malla, a lomos de su caballo y con un alto casco dorado decorado por dos bandas rojas que lo hacían perfectamente distinguible dirigió una feroz carga que destrozó a los bereberes del flanco derecho enemigo. Sin perder tiempo, encabezó otra carga contra los soldados fronterizos del otro flanco a los que consideraba «traidores», poniéndolos en fuga y dejando sólo al centro en pie.14 Según cuenta la crónica de Ibn al-Jatib, cuando se preparaba para dar el golpe de gracia a Abu ʿAmir, Galib gritó al cielo: «¡Dios mío, si sabes que mi vida es más útil y favorable para los musulmanes que la vida de Muhammad ibn Abi Amir, pues hazle perecer y ayúdame a triunfar; pero si él es más útil que yo, ayúdale contra mí y que con la muerte me venga la paz!».15 Entonces, cuando parecía cercana la victoria, este se apartó de sus tropas y se internó en una hondonada, a donde más tarde acudieron a buscarle.15 10 11 Se encontró a Galib muerto junto a su caballo,11 quizá de un golpe con la silla —el caíd tenía cerca de ochenta años—.15 Como Almanzor no creyó al principio la noticia,11 le trajeron la mano —con el anillo— y luego la cabeza de su suegro.15 16 La muerte de Galib desbarató sus fuerzas; muchas de las musulmanas se pasaron11 a Almanzor y los aliados cristianos de Galib tuvieron que huir del campo de batalla para intentar salvarse.15 Como consecuencia de la muerte del general, sus partidarios cesaron su oposición a Almanzor y entregaron las plazas que, como Atienza o Calatayud, habían controlado hasta entonces.13
Consecuencias
Según algunas fuentes, el navarro Ramiro Garcés pereció en la batalla una vez muerto Galib,16 pero se cree que es un error porque aparece mencionado en fuentes posteriores.13 El vencedor premió a los Tuŷībíes fieles entregándole a uno de ellos, ʿAbd al-ʿAzīz, el gobierno de Calatayud.9 El cadáver de Galib fue desollado, relleno de algodón, y exhibido crucificado en la puerta del alcázar de Córdoba, mientras que su cabeza quedó clavada en otra cruz en la puerta de Medina Alzahira.17 16 El vencedor asumió el laqab por el que se conoce, al-Mansur (Almanzor), «el Victorioso».13 17 16 La victoria eliminó18 al principal rival de Almanzor y le otorgó la regencia plena del califa.10 El vencedor presentó a su difunto suegro como enemigo del califato por su alianza con castellanos y navarros, motivo probable de la crucifixión de su cadáver —castigo habitual de traidores y rebeldes—, y a sí mismo como campeón del califato y del islam.
La batalla de Tartero en 973 fue una gran victoria de las fuerzas cristianas mandadas por Guillermo I de Provenza sobre los piratas sarracenos andalusíesasentados en Fraxinetum (Provenza).
Durante décadas, los sarracenos habían venido introduciéndose en Provenza. Durante estas expediciones construyeron varias fortalezas, la mayor de ellas la de Fraxinetum (el castillo de La Garde-Freinet). Desde estas bases realizaban raizzascon el fin de capturar mercancías y personas que serían vendidas en otros puertosmusulmanes.
Aunque en un principio sufrieron una fuerte resistencia, pronto el ánimo de la gente de Provenza se tornó en una oposición más pasiva.
A principios del año 973, los sarracenos capturaron a Maïeul, nacido en Valensole, departamento de Alpes de Alta Provenza, abad deCluny, y demandaron un rescate. Debido a la gran veneración que le profesaban sus monjes el rescate fue pronto pagado y el abad liberado. Una vez libre, el abad alentó la venganza contra la amenaza sarracena. La antipatía hacia los piratas sarracenos unía tanto nobles como plebeyos y juntos pidieron al conde Guillermo I de Provenza que actuara contra los musulmanes. Guillermo reclutó un ejército, no sólo formado por gentes de Provenza, sino también del Delfinado y Niza, y pasó a la ofensiva.
La estrategia del conde fue la de atacar con sus fuerzas el corazón de la Provenza sarracena. Los musulmanes conocedores de esta amenaza se enfrentaron a los provenzales en los Alpes, siendo derrotados en cinco batallas por estos (Embrun, Gap, Riez, Ampus yCabasse). Prácticamente vencidos, los sarracenos plantaron batalla final en una planicie cerca de Fraxinetum llamada Tarteror. Nuevamente Guillermo venció y persiguió a los sarracenos hasta Fraxinetum donde se refugiaron.
Después de un descanso en la campaña, Guillermo asaltó finalmente Fraxinetum. Este ataque fue dirigido por los señores de Levens,Aspremont, Gilette, Beuil, y Sospel. Después de la toma de La Garde-Freinet, los sarracenos fueron aislados en la fortaleza de Fraxinetum que pronto fue capturada.
La Garde-Freinet fue destruida hasta los cimientos y los restos del ejército musulmán huyeron a un bosque cercano, donde fueron capturados o muertos. Los cautivos sarracenos fueron bautizados y se les hizo trabajar como esclavos, mientras el resto de musulmanes de Provenza evacuó la región por barco sin esperar futuras represalias.
Por el éxito de la campaña en la expulsión de los sarracenos de Provenza, Guillermo fue nombrado como "el Libertador" o el "Pater Patriae".
La batalla de Simancas fue un enfrentamiento bélico entre las tropas de una coalición cristiana encabezada por el rey de León, Ramiro II, y los musulmanes asentados en Córdoba del califa Abd al-Rahman III junto a los muros de la ciudad de Simancas, en la que se afianzó el dominio sobre las tierras del río Duero por los reinos cristianos del norte, en el año 939.
Antecedentes
En el año de 939, el rey Ramiro II de León actuó en apoyo de Muhammad ibn Hashim, gobernador de Zaragoza(también conocido por Abu Yahya o Abohaia), a quien el califa acusaba de traidor y culpable principal del desastre de Osma, ocurrido 3 años antes. El cronista Sampiro abrevia así los hechos:
Ramiro reuniendo su ejército se dirigió a Zaragoza. Entonces el rey de los sarracenos, Aboyaia, se sometió al gran rey Ramiro y puso toda su tierra bajo la soberanía de nuestro rey. Engañando a Abdarrahmán, su soberano, se entregó con todos sus dominios al rey católico. Y nuestro rey, como era fuerte y poderoso, sometió los castillos de Aboyaia, que se le habían sublevado, y se los entregó regresando a León con gran triunfo.
Sampiro omite que el monarca leonés dejó guarniciones navarras en estos castillos, pues Ramiro contó con el concurso y alianza del rey de Pamplona.
Después de la pérdida de la estratégica Zaragoza, es fácil comprender la airada reacción del envanecido Abd al-Rahman III. Tras cercar y conquistar Calatayud, Abderramán conquistó uno tras otro todos los castillos de la zona. Al llegar a las puertas de Zaragoza, Abu Yahya capituló, acción que el califa aprovechó para emplearlo en una ofensiva contra Navarra que concluyó en la capitulación de la reina Toda, que se declaró vasalla del califa.
El califa omeya, para acabar de una vez por todas con el reino leonés, concibió entonces un proyecto gigantesco, al que denominó gazat al-kudra, Campaña del Supremo Poder o de la Omnipotencia. El omeya reunió un gran ejército alentado por la llamada a la yihad. Desde la salida de Córdoba se dispuso que todos los días se entonase en la mezquita mayor la oración de la campaña, no con sentido deprecatorio, sino como anticipado agradecimiento de lo que no podía menos de ser un éxito incontrovertible.
El califa formó, con la ayuda del gobernador musulmán de Zaragoza (Abu Yahya), un gran ejército de casi 100.000 hombres, formado por mercenarios andalusíes, militares profesionales, tribus bereberes, soldados de las provincias militarizadas (yunds), contingentes de lasMarcas y un buen número de voluntarios. Bien armada y pertrechada, esta heterogénea masa de combatientes emprendió la marcha a fines de junio de 939. Dejando atrás Toledo, el ejército atravesó el Sistema Central por Guadarrama (puerto de Tablada), internándose a continuación en la "Tierra de nadie" -políticamente hablando- situada al sur del Duero. Después de saquear y destruir los lugares que encontraban en su camino (Olmedo, Íscar, Alcazarén), los contingentes califales acamparon cerca del Cega y se instalaron en el Castillo de Portillo a principios de agosto.
Entre tanto, el rey leonés Ramiro II logró reunir a su lado, además de a sus propias tropas, las de los condes castellanos Fernán González yAnsur Fernández, las del reino de Pamplona de García Sánchez I, así como a tropas gallegas y asturianas.
Batalla
La batalla, que tuvo lugar en la margen derecha del Pisuerga, al noreste de Simancas, fue muy violenta y se prolongó durante varios días. Las crónicas cristianas cuentan que se apareció San Millán. Y además, según relatan las crónicas, tanto árabes como cristianas, hubo un eclipse de sol unos días antes de la batalla:
Encontrándose el ejército cerca de Simancas, hubo un espantoso eclipse de sol, que en medio del día cubrió la tierra de una amarillez oscura y llenó de terror a los nuestros y a los infieles, que tampoco habían visto en su vida cosa semejante. Dos días pasaron sin que unos y otros hicieran movimiento alguno.Kitab ar-Rawd
El sol padeció terrible eclipse, en el día en el que en España Abderramen rey de los sarracenos, fue vencido en una batalla por el cristianísimo rey D. Ramiro.Manuel Bachiller "Antigüedades de Simancas"
Basándose en este dato, el eclipse previo a los días de batalla, éste sucedió el 19 de julio del 939. El combate duró algunas jornadas, decidiéndose del lado de los cristianos que hicieron huir a las tropas musulmanas que no pudieron tomar la fortaleza de Simancas. Abu Yahya fue apresado al término de la contienda.
Después de esto tornase el rey D. Ramiro con los suyos con grandes ganancias de oro, y de plata, y piedras preciosas y con muchos cautivos, y entre ellos llegó Abenaya, ca puesto caso que Abenaya había sido preso por el conde en lo de Haza.Manuel Bachiller "Antigüedades de Simancas"
Después de la batalla de Simancas aconteció otro desastre para los musulmanes en tierras sorianas, en lo que se denomina la jornada de Alhándega o del Barranco. Los musulmanes, que en su retirada de Simancas habían arrasado la zona del río Aza (actual río Riaza) en su camino hacia Atienza, en dicha jornada sufrieron una emboscada en un barranco, donde fueron derrotados y puestos en fuga, consiguiendo los cristianos un gran botín.
...y en la retirada el enemigo los empujó hacia un profundo barranco, que dio nombre al encuentro (Alhándega), del que no pudieron escapar, despeñándose muchos y pisoteándose de puro hacinamiento: el califa, que se vio forzado a entrar allí con ellos, consiguió pasar con sus soldados, abandonando su real y su contenido, del que se apoderó el enemigo...Al-Muqtabis
Consecuencias
Como consecuencia de la batalla, la línea de repoblación del reino de León avanzó hasta el río Tormes, rebasando el límite del río Duero. Es decir, se inicia la repoblación del sur del Duero que será diferente a la que hubo en el norte No obstante, aunque Abd al-Rahman III no volvió a dirigir personalmente sus ejércitos en combate, éstos siguieron haciendo incursiones más allá de los límites cristianos (como las razias del caudillo árabe Almanzor (al mansur); una de ellas desembocó supuestamente en la Batalla de Rueda en Rueda (Valladolid) en el 981.
La importancia fundamental (y por la que se recuerda esta batalla) no es tanto la ganancia territorial de los reinos cristianos, sino el valor simbólico de ser la primera gran victoria que se obtiene contra Al-Andalus3 . Para Abderramán III la derrota fue un importante contratiempo pero no alteró su gobierno, puesto que los territorios perdidos entre el sur del río Duero y el río Tormes se encontraban lejos de su capital en Córdoba, sin poner en peligro grave sus dominios4 . Aun así, tras el regreso a Córdoba después de la derrota, ordenó ejecutar a numerosos oficiales de su ejército por incompetencia y nunca más volvió a liderar una expedición de guerra2 .
La batalla tuvo amplia repercusión en el resto de europa por la magnitud de la derrota musulmana2 .
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