lunes, 4 de enero de 2016

Historia del arte

el arte mesoamericano

La creación artística en Mesoamérica solamente se puede entender en el contexto social y ritual. Las obras de arte y artesanías representan siempre a las divinidades, a los acontecimientos de los mitos y a los aspectos más relevantes de la vida cotidiana de los pueblos. Las representaciones plásticas y pictóricas siempre se relacionaban íntimamente con los espacios culturales y la producción de arte estaba totalmente subordinada a contenidos y finalidades específicas. La civilización mesoamericana destacó en el desarrollo de obras arquitectónicas, escultóricas, cerámicas y pictóricas. También tuvieron cierto desarrollo la orfebrería, la cestería y el arte plumario.

Pintura
La pintura en Mesoamérica se manifestó en múltiples ámbitos, desde el arte mural sobre las paredes de cuevas, templos, palacios y las fachadas de pórticos o como en los códices destinados para la élite y en la cerámica utilizada como ofrendas rituales y funerarias.
Los temas de las decoraciones eran principalmente los mitos cosmogónicos como las representaciones del Tlalocán (mundo de Tláloc) sobre las paredes de Teotihuacán, los rituales y el culto religioso, los gobernantes y la guerra como por ejemplo en Cacaxtla y en Bonampak, la vida cotidiana como por ejemplo en el Templo de los Murales en Chichen Itzá y el Mural de los Bebedores en Cholula. Todos estos temas también están representados en los códices mesoamericanos.
También existe una larga tradición de representar pictóricamente temas relacionados con la naturaleza vegetal (plantas y flores) y animal (mamíferos como jaguar y los reptiles como serpientes, cocodrilos y lagartos; vida marina como peces, conchas y caracoles; aves como búhos, águilas, guacamayas, quetzales, colibrís; insectos como mariposas y chapulines).
Alfarería
Durante el preclásico surgen en el valle de Tehuacán los primeros objetos de cerámica y para 1500 a.C. se encuentra presente en toda Mesoamérica elaborada con mucho mayor refinamiento y sofisticación. Comúnmente se elaboraba una cerámica monocroma, del color del barro cocido modeladas en forma de platos de fondo plano y de grandes vasijas.
Con los olmecas surgen nuevas piezas como vasijas, representaciones de animales domésticos y frutos, de personas, dioses y seres antropomórficos. A partir de entonces las culturas imprimirán su huella personal en los estilos y surgen nuevas formas y colores. Destaca la cerámica preclásica de Chiapa de Corzo, Tlapacoya, Ticomán y Chupícuaro; la cerámica de Colima, Jalisco, y Nayarit en Occidente, la zapoteca de Oaxaca, la maya de Jaina y las vasijas trípodes de fondo plano y soportes rectangulares o cilíndricos, con tapadera en forma de faldón proveniente de Teotihuacan y que se difundirá en toda Mesoamérica; durante el Posclásico predomina el estilo de cerámica polícroma Mixteca-Puebla-Tlaxcala que los misma mexicas difundirán en su imperio.

Arquitectura y escultura en Mesoamérica

Altitud de las pirámides mesoamericanas comparada con la de Keops, Egipto. Número Especial de la Revista National Geographic.

Arquitectura

Con el desarrollo de las primeras ciudades-estado en la época preclásica la arquitectura en el México prehispánico tuvo un auge importante. Cada sociedad mesoamericana desarrolló aspectos particulares acorde con su contexto social y geográfico en el que se desenvolvieron. Los elementos arquitectónicos en Mesoamérica fueron los mismos pero las técnicas, el diseño y la conceptualización cada pueblo asentaba su impronta ideológica.
Los olmecas construyeron la primera pirámide, templos y espacios públicos dedicados a los rituales y el culto religioso. En el clásico surgieron nuevos tipos de palacios, observatorios astronómicos y grandes obras hidráulicas en el área de Oaxaca (Monte Albán) y el área Maya (Palenque), generando sistemas de irrigación para los campos agrícolas, desviaciones de ríos y generando sistemas de drenaje, inclusive subterráneos.
Los materiales utilizados para la construcción variaron a lo largo del tiempo y el espacio. Para la construcción de los primeros edificios se utilizaban piedras (principalmente volcánicas y sedentarias), cemento (mortero), cal (de piedra caliza o canchas), madera, y tierra en forma de adobe, tierra apisonada, entre otros.
La construcción más suntuosa de la ciudad mesoamericana era la pirámide. La mayoría de las pirámides en Mesoamérica tuvieron un significado simbólico y función distinta de las egipcias; generalmente no fueron tumbas (salvo algunas excepciones como las de Palenque donde se enterró el linaje de Pakal). Los estudios sugieren que la arquitectura en Mesoamérica respondía a ideas mítico-religiosas.
El caso de la “Pirámide del Sol” en Teotihuacán es ejemplar: es una estructura geométrica que se construyó sobre una cueva que representa el acceso al inframundo y el lugar de origen del agua, la misma estructura representa las montañas circundantes y el centro del mundo de donde brote el Árbol del Mundo, además el edificio se encontraba alineado con el movimiento de los cuerpos celestes y se ubica en un lugar que tiene un efecto de iluminación durante los equinoccios (se observa especialmente en los templos dedicados a la serpiente emplumada en Chichén Itzá y Xochicalco). En la cúspide de la pirámide se encontraba templos donde se veneraban los dioses y los cuerpos celestes.
Salvo en Teotihuacán, la mayoría de los centros ceremoniales, contaba con uno o más canchas para los juegos de la pelota, que representaba el movimiento de los cuerpos celestes y el intercambio de los muertos del inframundo con el mundo de los vivos.
Las élites gobernantes y los sacerdotes contaban con importantes zonas residenciales o palacios cerca de las estructuras más importantes, mientras que la población común y corriente vivía en la periferia de las ciudades. En algunas sociedades los mercaderes vivían conjuntamente con las élites (por ejemplo en Teotihuacán).
Observa los principales componentes de una estructura prehispánica:

Escultura

Hay dos métodos básicos de producir escultura: el tallado y el modelado. El tallado se realiza en piedra, jade, obsidiana, madera, hueso, concha y se obtiene quitando partes del material, a diferencia del modelado es mucho más laborioso y existen pocas posibilidades de realizar correcciones. El modelado más sencillo creando formas con o sin herramientas en barro, estuco o cera; otra opción es realizando un vaciado en yeso, de cemento o de cal.
El “coyote de Tequixquiac”. Tallado en hueso de camélido.
Datado en torno de 10.000 a.C. se considera como la obra de arte más antigua de la época prehispánica
Figurilla de Nopiloa, Veracruz. Museo de Antropología de Xalapa, Veracruz.
Las más antiguas esculturas que se han encontrado del México prehispánico son talladas en hueso. La pieza más antigua es de una cabeza de un camélido (un antepasado de las llamas y las alpacas), fue encontrado en Tequixquiac, al norte del Valle de México y se data alrededor de 10.000 a.C.
De este tipo existen más ejemplos pero la escultura mesoamericana empezó a florecerse durante el Preclásico cuando proliferó la creación artística con barro. Los objetos eran principalmente representaciones de mujeres adornadas con collares, pulseras, orejeras, tocados o peinados, en ocasiones usan sandalias.
La vista de las figuras es generalmente frontal, el modelado es simétrico, el cuerpo es aplanado y la parte trasera, así como las manos y pies apenas se desarrollan. Con el crecimiento de los grandes ciudades-estado a finales del preclásico surgen los monolitos escultóricos en piedra como las cabezas olmecas, la Chalchiuhtlicue en Teotihuacán y la Coatlicue en Tenochtitlán, los atlantes y Chac Mool toltecas, las estelas zapotecos de Monte Albán y mayas de lugares como Tikal, Palenque o Copán y la estatuas olmecas, huastecos o veracruzanos de la Mixtequilla.
También destacan figurillas de barro realizadas con suma elegancia como las urnas y braseros teotihuacanos y zapotecos, el Escriba de Cuilapan de la cultura zapoteca, y el Mictelantecuhli o el guerrero-jaguar mexica. Excepcional es el modelado en barro de las culturas de Occidente (Colima y Nayarit).

La escritura en Mesoamérica
Tlacuilo. Detalle de un mural de Diego Rivera. Palacio Nacional de la Ciudad de México.
Cuando Paul Kirchhoff definió las características de Mesoamérica señaló, entre otros, los siguientes rasgos culturales compartidos:
  1. Escritura jeroglífica.
  2. Signos para numeración y valor relativo de éstos conforme a la posición que ocupaban.
  3. Libros plegados estilos biombo, anales históricos y mapas.
  4. Sistema calendárico basado en dos ciclos.
Hoy en día los investigadores han precisado esta caracterización y saben que no son generales de toda Mesoamérica y que existen sistemas de escritura divergentes y marcadas diferencias culturales. Hasta el día de hoy no se sabe con exactitud cuando apareció la escritura, pero es probable que haya surgido en los tiempos de los olmecas. Es una herramienta poderosa que permite resguardar y difundir conocimientos en la sociedad.
Se vincula su desarrollo especialmente con la génesis de los cacicazgos y ciudades-Estado ya que opera como un instrumento ideológico de las élites para afirmar su dominio sobre los estratos sociales. Los sacerdotes resguardaban el conocimiento respectivo a las oraciones, himnos, conjuros mágicos, leyendas, ciclos calendáricos, movimientos de los astros y en muchos casos también de las finanzas. Los gobernantes de las ciudades-estado legitimaron su poder y perpetuaron sus hazañas mediante registros mítico-históricos. Así conocemos los nombres de los gobernantes, los principales acontecimientos de índole sagrado y cívico y las fechas en que sucedieron.
La identificación de la escritura ha sido posible gracias al estudio sistemático de los monumentos (estelas, altares, columnas, escaleras, dinteles, tronos, paneles y pinturas murales), los códices, la cerámica y objetos pequeños como pectorales, orejeras y punzadores. Es de notar que hasta el momento aproximadamente “tres códices han sido hallados en contextos arqueológicos, dos de ellos en tumbas mayas de la época clásica y uno más dentro de una vasija, en Nayarit. Su estado de petrificación han impedido estudiarlos, pero en cualquier caso nos brindan una importante prueba de que la pintura de manuscritos era una práctica antigua en Mesoamérica”. (Pedro Gonzalbo Escalente en Los códices. 12).
La tradición oral mesoamericana, que consistía en memorizar y recitar cuidadosamente leyendas, mitos, historias y cantos de las generaciones anteriores fue complementada con un sistema gráfico de representación y preservación de ideas que hoy en día llamamos escritura.
De acuerdo con algunos estudiosos existe cierta evolución histórica en los sistemas de escritura: al principio practicaron laescritura pictográfica (caracteres que corresponden a la representación misma del objeto) y más adelante se desarrolló laescritura ideográfica con la cual la guerra se representaba con macanas o escudos, la palabra con una voluta y el canto con una voluta adornada con flores. Finalmente apareció un sistema de escritura fonética.
Los textos en Mesoamérica se desarrollaron especialmente sobre códices. La mayoría se elaboraban sobre papel amate, que se cubrían con una capa de estuco (yeso) y se doblaban en forma de biombo (los mayas, mixtecos y mexicas) o se hacían con pieles de conejo y venado adelgazada y blanqueada o con alguna fibra (en el área de Oaxaca). Las hojas de papel pegados en tira y plegados a manera de biombo hasta formar una tira de más de diez metros de largo con escritura en ambos lados. 
La ventaja de los códices era que son fáciles de guardar y trasladar, corregir y copiar, a diferencia de la escritura en monumentos. Entre los códices destacan diferentes géneros:
  1. Códices histórico-genealógicos en los que se da información sobre distintos acontecimientos relacionados con determinadas familias de gobernantes, entre los cuales destacan los códices mixtecos, como el Códice Nuttall y la Tira de la Peregrinación o Codice Boturini de los mexicas.
  2. Códices con rituales y de carácter adivinatorio: destacan el códice Borgia proveniente de la región Puebla-Tlaxcala y los códices maya Dresde, Madrid y París.
  3. Códices administrativos con datos sobre poblaciones, tributación. Destacan los códices mexicas como el Mendocino y la Matricula de Tributos.
A pesar de la destrucción de gran parte de la herencia mesoamericana durante la conquista sobrevivieron algunos textos de finales del posclásico o posterior a la conquista como el Chilam Balam que contiene crónicas, profecías, pasajes míticos, himnos y cantares. El más conocido es el Chilam Balam de Chumayel que incluye capítulos sobre linajes dinásticos, la conquista, los dioses,… En lengua quiché de la selva de Guatemala sobrevivió el Popol Vuh. Todos ellos son un rico testimonio de la forma de vida, las creencias y el arte de nuestros antepasados. 
Los nombres de los códices provienen de los lugares en que se encuentran y sus propietarios durante la época colonial. Así se distinguen, entre otros:
MixtecosMayasMexicasBorgias
Códice BodleyCódice de DresdeMatrícula de los TributosCódice Borgia
Códice Colombino-BeckerCódice de Madrid (o Tro-cortesiano)Tira de la PeregrinaciónCódice Vaticano B
Códice NuttallCódice de ParísCódice BorbónicoCódice Laud
Codex Vindobonensis Mexicanus I  Códice Fejérváry-Mayer
Códice Selden  Códice Cospi

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