sábado, 20 de agosto de 2016

Fortificaciones por países - Brasil


El Fuerte de Miranda se localizaba en el Presidio de Miranda, en la margen derecha de río M'boteteí (actual río Miranda), afluente de la margen izquierda del río Paraguay, hoy ciudad de Miranda, en el estado de Mato Grosso del Sur, en el Brasil.

El fuerte1 se remonta a un presidio erigido en 17972 —muy cerca de la villa Nossa Senhora do Carmo do Rio Imbotetim o Mondego, fundada en 1778— por el gobernador y capitán general de la capitanía de Mato Grosso, Caetano Pinto de Miranda Montenegro (17??-1804),3 el cual fuera poblado con indígenas de varias etnias, principalmente por terenas.4
Para su defensa, fue erigido un reducto de planta poligonal cuadrangular. Su plano muestra los edificios de servicio distribuidos en el terraplén interior, al abrigo de las murallas, erigidas con estacas de madera y tierra apilada, con un foso defendiendo el perímetro externo. Este presídio estaba bajo el mando del teniente de Dragones Francisco Rodrigues do Prado, cuando por determinación de Ricardo Franco de Almeida Serra, sus fuerzas contratacaron el «Fortín de San José de Apa» (1801), asegurando definitivamente paraPortugal la frontera sur del Mato Grosso.5
En este presidio funcionó, de febrero de 1799 a febrero de 1801 por lo menos, un Almacén Real (Armazém Real do Presídio de Miranda), un depósito de armas, municiones, herramientas, alimentos, equipamientos náuticos y todo lo más necesario al uso de las fuerzas militares de la Corona Portuguesa lo mismo que sus reparticiones civiles, aunque se menciona que en la exploración del mayor Luiz d'Allincourt en 1826, encontró esa fortificación abierta y arruinada.6
Por las fuerzas invasoras paraguayas en el contexto de la Guerra de la Triple Alianza desde 1864 hasta 1870 existió en este poblado situado a 210 km noroeste de Nioac, sobre el lugar de la vieja fortificación, en otros tiempos bien construido cuartel, entonces muy deteriorado por el fuego, incendiado como la villa.







El Fuerte de Santa Bárbara se localizaba enfrente a la cascada del arroyo Santa Bárbara, afluente de la margen derecha del río Vacacay, en el estado de Río Grande del Sur, en el Brasil.
El 2 de enero de 1774 volvió a ser atacado por los portugueses de Río Pardo al mando de Rafael Pinto Bandeira (hijo de Francisco), quienes utilizando una táctica de guerrillas para impedir el avance de 600 soldados españoles, atacaron el fuerte, dispersaron a 400 indígenas misioneros y tomaron prisionero al capitán Antonio Gómez de Velasco con 80 soldados, 1.200 caballos, 300 mulares, 100 bueyes, municiones y el plan completo de la invasión del gobernador de Buenos Aires, Juan José de Vértiz y Salcedo.







El Fuerte de Santa Tecla fue una fortificación construida por la Corona de España sobre el río Negro, cerca de la desembocadura del río Piraízinho (en español Piraizito), en el límite de la jurisdicción de la Gobernación de las Misiones Guaraníes (estancia de San Miguel) y la de Buenos Aires, cerca de las fronteras avanzadas del Brasil, en el estratégico y relativamente elevado lugar de reunión de serranías o cuchillas y nacientes de aguas llamado Nudo de Santa Tecla.
Actualmente el Fuerte de Santa Tecla se halla en el municipio de Bagé en el estado de Río Grande del Sur, en el Brasil. Sólo quedan vestigios de las antiguas fundaciones en piedra.

El Tratado de Madrid (1750) firmado por España y Portugal establecía que los siete pueblos misioneros al oriente del río Uruguay serían permutados por la Colonia del Sacramento. El 27 de febrero de 1753 al llegar los demarcadores del tratado al primer punto de la jurisdicción misionera que encontraban, la Capilla de Santa Tecla, fueron recibidos allí por una guarnición armada guaraní comandada por José Sepé Tiarayú que les impidió el paso a sus territorios. Los trabajos de demarcación se suspendieron, retirándose los portugueses hacia Colonia y los españoles hacia Montevideo.

Inicialmente Santa Tecla fue un oratorio y puesto avanzado de la estancia jesuítica de San Miguel de las Misiones, el puesto recibió el nombre ya que fue fundado en el día que el santoral católico celebra a Tecla de Iconio.
En febrero de 1756 las fuerzas del gobernador de Buenos Aires, José de Andonaegui reforzadas por 150 soldados procedentes de España, junto con 1 670 hombres del gobernador de Montevideo José Joaquín de Viana y 1 200 soldados portugueses al mando de Gomes Freire, se reunieron en Santa Tecla para avanzar sobre San Miguel, dando inicio a la Guerra Guaranítica.
El sitio (hoy en plena ciudad de Bagé) era estratégico al estar ubicado cerca del nudo orográfico también llamado de Santa Tecla que, en la Cuchilla Grande, es lugar de nacientes de varios importantes ríos: el Negro oriental, el Piraizito, el Santa María y el Yaguarón. Por tal sitio entraban los contrabandistas portugueses tras previamente haber seguido el camino que une de norte a sur a Río Pardo,Encrucijada del Sur y Cazapava.
En 1773 el gobernador de Buenos Aires Juan José de Vértiz y Salcedo con cinco mil soldados salió del Río de la Plata con destino a laCuchilla Grande y al llegar a los contrafuertes de la Sierra Geral el 27 de enero de 1774, mando construir el Fuerte de Santa Tecla para evitar que los portugueses siguieran arriando ganado de la región (por la Ruta del ganado que aquí se situaba en la Vaquería del Mar). La fortificación fue construida con una plano de pentágono irregular por el ingeniero Bernardo Lecocq Onesy, la cara norte medía aproximadamente 114 m , la cara este aproximadamente 77 m, la cara sur aproximadamente 88 m, la cara sudoeste aproximadamente 62 m, aproximadamente 83 m la cara oeste y constaba de murallas de piedra y mampostería, rodeado por un foso de 9 metros de ancho y 2,5 m de profundidad teniendo una muralla externa de 3 metros de altura y baluartes de 5,5 metros denominados: San Agustín y San Miguel, San Juan Bautista y San Jorge, y el medio baluarte de San Francisco.1 Las murallas eran de tapia y las construcciones de palo a pique. Un barranco sobre el río Negro servía de protección natural por el lado norte.2 Se le asignó una guarnición de 50 hombres de las tropas veteranas mandados por dos oficiales.
Luego de 26 días de cerco, las fuerzas portuguesas de 1 500 hombres al mando del sargento mayor Rafael Pinto Bandeira, lograron rendir a los 200 españoles del fuerte el 23 de marzo de 1776, siendo incendiado y arrasado al día siguiente.3 El 1 de abril, cayó en su poder también Río Grande, hechos que decidieron a la Corona española a enviar una expedición al mando de Pedro de Cevallos, quien tras tomar la Colonia del Sacramento se dirigía hacia Río Grande de San Pedro, pero a mitad de camino lo alcanzó la noticia de la paz firmada entre españoles y portugueses, el Tratado de San Ildefonso de 1777.
El fuerte fue motivo de desavenencias entre los demarcadores del Tratados de San Ildefonso y debido a su valor estratégico, el primer virrey del Río de la Plata, Pedro de Cevallos, lo mando reconstruir en 1778.
En el contexto de la Guerra de las Naranjas, en 1801 tropas portuguesas del Regimento de Cavalaria de Dragões do Rio Grande do Sulal mando del coronel Patrício Corrêia da Câmara, Primer Vizconde de Pelotas, destruyeron el Fuerte de Santa Tecla y la población deBatoví.
Lo poco que queda de las ruinas de este fuerte desde el siglo XX está dentro de los terrenos de un cuartel militar brasileño; apenas quedan vestigios visibles (parcialmente se nota el área rellenada del foso), a la incuria y el vandalismo se ha sumado la pésima actividad iniciada en 1970 por el arqueólogo de la Universidad de Caxias do Sul llamado Fernando La Salvia; éste tras efectuar excavaciones en el solar pudo recuperar algunos relictos (restos de tejas, recipientes, fragmentos de artillería etc.) y se los apropió, luego de su muerte sus herederos se deshicieron de tales vestigios arqueológicos.








El Forte Jesus, Maria, José de Río Grande se localizaba en la margen derecha de la barra del río Grande (actual Laguna de los Patos), núcleo de la población (actual ciudad) de Río Grande, en el litoral del estado de Río Grande del Sur, en el Brasil.

Se remonta a una fortificación iniciada por el ingeniero militar, brigadier José da Silva Paes, el 19 de febrero de 1737, en un área fortificada provisoriamente por el lado de la campaña por el coronel de ordenanzas Cristóvão Pereira de Abreu (importante criador portugués de ganado), que lo protegía en tierra, y se destinaba a servir de alojamiento a la tropa de 1ª línea de la expedición. Este presidio (colonia militar), bajo la invocación de JesúsMaríaJosé (Presídio de Jesus, Maria, José), constituyó el núcleo de la Colônia do Rio Grande de São Pedro (Colônia de São Pedro), fundada oficialmente en mayo de 1737, consonante con las órdenes recibidas del gobernador de la Capitanía de Río de JaneiroGomes Freire de Andrade (1733-1763). La elección del lugar, también como su colonización con el establecimiento de estancias de ganado, permitía apoyar a las comunicaciones por tierra entre Laguna y la Colonia del Sacramento, también como ofrecía apostadero seguro a las comunicaciones marítimas en aquél trecho de la costa, particularmente hostil a la navegación.
Con el formato de un polígono irregular fue erguido como una empalizada de madera retirada de la vecina isla de los Marineros, con los muros calzados por plataformas de tierra apilada. Poseía un foso seco como complemento a su defensa.
Fue conquistado por tropas españolas al mando del gobernador de la Gobernación del Río de la PlataPedro de Ceballos en abril de1763, quién ocupó además la margen izquierda de aquel desaguadero, esta última retomada por orden del gobernador de la Capitanía de Río Grande de San Pedro, coronel José Custodio de Sá e Faria en 1767. Fue relatado por el coronel Rêgo Monteiro en 1777.1
En el siglo XIX, sus dependencias abrigaban el Regimento de Cavalaria de Dragões do Rio Grande do Sul. SOUZA (1885) menciona que, por la importancia de la posición en relación al único puerto y a la ciudad más comercial de la Provincia del Río Grande del Sur, esta fortificación fue considerada de 1ª clase por el Aviso del 27 de junio de 1857.
Tragado posteriormente por el progreso urbano, su perímetro coincidiría aproximádamente con la actual Praça Sete de Setembro, en la ciudad de Río Grande.








El Forte Jesus, Maria, José do Rio Pardo se localizaba en la margen izquierda del río Yacuí, a la altura de la desembocadura del río Pardo, entonces el límite de la región de las Misiones Orientales, en el lugar hoy conocido como Alto da Fortaleza, en la ciudad de Rio Pardo, en el estado de Río Grande del Sur, en el Brasil.
Cuando los misioneros de la Compañía de Jesús llegaron a la región del Río de la Plata (1626), fundaron la reducción de San Nicolás buscando "conquistar tierras y almas para Dios y para la Corona da España". Posteriormente, al occidente del río Pardo otras 18 fueron creadas, de las cuales las principales fueron: Jesús, María, José (1632), San Joaquín (1633) y San Cristóbal (1634). De ese modo, en poco tiempo los guaraníes, reducidos, ya estaban "bautizados y practicando con fervor la religión, con una vida de costumbres muy puras". Los españoles, a pesar de ser los titulares de esas tierras por el Tratado de Tordesillas (1494), no se preocuparon por la efectiva ocupación. Limitaronse a autorizar la acción de los jesuitas que, en 1682, iniciaron la fundación de los llamados Siete Pueblos de las Misiones, en la porción oeste del actual territorio del Río Grande del Sur.
Por otro lado, en la misma época, para garantizar su expansionismo en el Río de la Plata, los portugueses fundaron en su margen izquierda la Colonia del Sacramento (1680), en territorio del actual Uruguay, pasando a explorar el interior del actual Río Grande del Sur para apoyarla. Uno de los pioneros fue el capitán mayor de LagunaFrancisco de Brito Peixoto, que se dirigió a las márgenes del río Pardo e identificó el punto en que él desagua en el río Yacuí, en 1715.
En el contexto de la disputa por esos territorios por las Coronas Ibéricas, el tratado de Madrid (1750), entre otros puntos, determinó el trueque de la Colonia del Sacramento por los Siete Pueblos de las Misiones. El gobernador y capitán general de la Capitanía de Río de JaneiroGomes Freire de Andrade, fue señalado por la Corona portuguesa para dirigir los trabajos de demarcación exigidos por el Tratado, en la región sur. De ese modo, en el lugar descripto por Francisco de Brito Peixoto, en la margen izquierda del río Yacuí, próximo a la desembocadura del río Pardo, aquél gobernador determinó que se levantase un depósito de provisiones y víveres, estableciendo allí el cuartel general (1751). Este fue el embrión del Forte Jesus, Maria, José do Rio Pardo, núcleo de la actual ciudad de Río Pardo.
En posición dominante en la confluencia de los ríos, el campamento evolucionó hacia un fuerte de campaña de modestas proporciones, constituido por empalizadas de madera calzadas por plataformas de tierra apilada y cercadas por un foso con agua (1752).
En el contexto de la Guerra Guaranítica (1753-1756) este fuerte fue atacado por los indígenas tapes al mando de Sepé Tiarayú, quien fue vencido y capturado entre marzo y abril de 1754, pero la noche anterior a su ejecución burló la guardia y logró escapar. Desde ese mismo año existe una planta de autoría del sargento mayor ingeniero José Fernandes Pinto Alpoim, y otra, adjudicada a Manoel Vieira Leão, discípulo de Alpoim.
Después de la campaña de Misiones, de 1756 a 1759 el fuerte fue reedificado en tierra y piedra. Gomes Freire de Andrada, de vuelta al fuerte, fue condecorado como Conde de Bobadela, retornando a Río de Janeiro.
Concluida la construcción, permaneció guarnecido por el Regimiento de Dragones del Río Pardo, al mando del coronel Tomás Luis Osorio. Cuando se produjo la invasión española de 1763-1776, el sargento mayor Francisco Pinto Bandeira batió la vanguardia del ejército español que estaba al mando de Zabala, quien iba a reunir sus fuerzas con las del gobernador de Buenos AiresJuan José de Vértiz y Salcedo, apresando grande parte de las armas y provisiones enemigas (1773). La Fortaleza do Rio Pardo, ganó a partir de entonces el epícteto de "Tranqueira Invicta".
No hay informaciones posteriores sobre esta planta, probablemente desaparecida en el contexto de la represión de la Revolución Farroupilha (1835-1845). Poco conocido en la historiografía oficial es el combate de Río Pardo (30 de abril de 1837) que dio los separatistas (farrapos) una victoria sobre el Ejército Imperial, que en esa plaza perdieron ocho piezas de artillería, cerca de mil armas de infantería, cantidad de municiones de boca y de guerra, habiendo sufrido cerca de 300 bajas entre muertos y heridos, además de la captura de cerca de 700 prisioneros. El comandante militar de la provincia, mariscal Barreto, debió responder ante un consejo de guerra del imperio por este desastre.
Actualmente en el lugar, a orillas del río, hay una placa y un jardín municipal, ornado con tres de las antiguas piezas de artillería, señalando el lugar de la antigua fortificación.







El Real Forte Príncipe da Beira o Fortaleza do Príncipe da Beira, fue una fortificación portuguesa localizada en la margen derecha del río Guaporé (o río Itenes), al sudsudeste de la actual ciudad de Guajará-Mirim, en el municipio de Costa Marques, estado de Rondonia, en el Brasil. Se localiza a 21 km al oestenoroeste de Costa Marques a 12°25′13″S 64°25′10″O.
En posición dominante en la frontera con Bolivia, esta fortaleza es considerada una de las mayores edificadas por la ingeniería militar portuguesa en el Brasil colonial, fruto de la política de Sebastião José de Carvalho e Melo (Marqués de Pombal) con respecto a los límites con la Corona española en América del Sur, definida por los tratados firmados entre las dos coronas entre 1750 y 1777. "Príncipe da Beira" fue el título de los primogénitos de los herederos de los reyes de Portugal (es decir sus nietos), y así fue bautizado en homenaje al príncipe José de Braganza, nieto de João V (1705-1750).

Historia

A soberania e o respeito de Portugal impõem que neste lugar se erga um Forte, e isso é obra e serviço dos homens de El-Rei nosso senhor e, como tal, por mais duro, por mais difícil e por mais trabalhoso que isso dê, (...) é serviço de Portugal. E tem que se cumprir. (Luís de Albuquerque de Melo Pereira e Cáceres, junio de 1776)

Antecedentes: la geopolítica de Portugal en la Amazonia

La construcción del Real Forte Príncipe da Beira, bien como la de los demás fuertes al oeste de la línea del Tratado de Tordesillas, ejemplifica la visión geopolítica de la diplomacia portuguesa en el siglo XVIII, que, aprovechándose del Tratado de Madrid (1750), procuró asegurar la posesión del territorio y, a despecho de otros tratados que lo anularían posteriormente, garantizó en líneas generales a la actual frontera del Brasil.
Durante el reinado de José I (1750-1777), el ministro Marqués de Pombal, lanzó un proyecto efectivo de colonización de la Amazonia. Bajo su orientación, decisiones estratégicas de gran alcance fueron tomadas, destacándose la construcción de un verdadero cordón de fuertes y fortalezas, a fin de cerrar las vías de penetración que, por el Norte y por el Oeste llevaban a la cuenca amazónica.
Asegurando la consolidación del dominio portugués en la cuenca del río Guaporé debido a la aproximación de los españoles, desde 1743, su antecesor, João V (1706-1750), teniendo en vista la exploración de oro en la región, creó la capitanía de Mato Grosso, nombrando como su primer gobernador y capitán general, a Antônio Rolim de Moura Tavares. Éste fundó Vila Bela da Santíssima Trindade, en las márgenes del río Guaporé que pasó a ser la sede de la capitanía.
Paralelamente a la exploración de oro por portugueses y paulistas, los españoles procuraban el mismo objetivo, estableciendo misiones jesuitas a lo largo del Guaporé y sus afluentes, generándose una serie de conflictos.
Para garantizar la soberanía portuguesa en la región, fue construido, en 1769, el Presidio de Nuestra Señora de la Concepción, cuya fragilidad llevó a los españoles a intentar su conquista, pero no tuvieron éxito en virtud de haber sido víctimas de fiebres y otros males.
En 1772, asumió funciones Luís de Albuquerque de Melo Pereira e Cáceres, cuarto gobernador y capitán general de la capitanía de Mato Grosso. Conforme a la determinación de la Corona, en sus planes se encontraba el de dominar ambas márgenes del Guaporé, asegurando el control integral de las minas de los Guarujus, entre el Paragaú y el Tanquinhos (actual Mateguá), garantizando un camino seguro vía Guaporé, Mamoré y Madeira para el monopolio de la Companhia Geral de Comércio do Grão-Pará e Maranhão.1
Para ese fin, viajó descendiendo por el río Guaporé al final de 1773, en el desempeño de las órdenes régias que le habían sido confiadas, inspeccionó y aprobó el lugar en la margen derecha, para una construcción de piedra y cal, en substitución a la anterior, el Fuerte de Braganza, entonces arruinado, y del cual distaba cerca de doskilómetros.

La construcción

Durante las obras, el director de las mismas Domingos Sambuceti falleció víctima de malaria, siendo substituido por el capitán de ingenieros Ricardo Franco de Almeida Serra, responsable más tarde por la nueva fortificación del Fuerte de Coimbra en 1797. Entre 1766 y 1776, siempre se trabajó "ao menos com duzentas pessoas e daí para mais." (Informe del gobernador y capitán general de la capitanía de Mato Grosso, en enero de 17862 )
En sus dependencias funcionaba en 1797 un almacém real, depósito de armas, municiones, herramientas, alimentos, equipamientos náuticos, y todo lo más necesario al uso de las fuerzas militares de la Corona lo mismo que de las reparticiones civiles.

La fortaleza en el siglo XIX

A partir del final del siglo XVIII, consolidada la presencia portuguesa en la región, la fortaleza perdió a importancia estratégica. SOUZA (1885) informa que, en 1864, la plaza estaba guarnecida por diez soldados, de los cuales efectivamente tres en servicio; los demás estaban destacados en el Presidio de las Piedras Negras y en el de la desembocadura del río Itonamas.3
Por las inscripciones identificadas en las dependencias de la prisión, se confirma que el fuerte fue usado como presidio político en el siglo XIX.
El mayor de ingeniería Guilherme Carlos de Lassance, el 1º teniente de la marina Frederico de Oliveira y el médico Dr. João Severiano da Fonseca (autor de Viagem ao Redor do Brasil), que componían la Comissão Demarcadora dos Limites do Brasil con Bolivia (Comissão do Barão de Maracajú), en 1876 lo encontraron guarnecido con 14 soldados y un sargento.4

En el siglo XX

Abandonado en la época de la proclamación de la República brasileña, el fuerte fue visitado por el almirante José Carlos de Carvalho y otras autoridades (6 de julio de1913), que labraron un acta de su visita, habiendo deliberado:
  • Confiar el monumento histórico a la guarda del Estado de Mato Grosso, hasta que el gobierno federal resuelva sobre su administración definitiva;
  • Trasladar una de las piezas de artillería encontradas en él para el Museu Histórico Nacional en Río de Janeiro, también como una de las medias puertas de madera, con herrajes de la época;
Además de eso, el gobierno del Estado de Mato Grosso resolvió trasladar para las dependencias del fuerte arruinado el puesto fiscal interino de Lamego y a mantener un destacamento de policía con la misión de custodiar y conservar el fuerte.







El Fuerte de São Joaquim do Rio Branco1 (en portuguésForte de São Joaquim do Rio Branco,2 literalmente Fuerte de San Joaquín del Río Branco) era una estructura que estaba situada en el estado de Roraima,3 en el extremo norte del país sudamericano de Brasil.4
Se levantó en la margen izquierda de la confluencia del Río Branco (río actual Uraricoera) superior con el río Tacutu donde se forma el río Blanco, a unos 32 kilómetros al norte de la actual capital, la ciudad de Boa Vista.
Entre los años 1775 y en 1776 finalmente se puso en marcha la construcción del Fuerte de São Joaquim dominando estratégicamente , el punto de la formación del río Blanco , el acceso al río Tacutu y al río Uraricoera, ante las amenazas de una invasión española u holandesa por esa ruta.
Sus ruinas que se desplomaron son Patrimonio Histórico desde el 22 de abril de 2001.

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