circunfijo es un tipo de
afijo discontinuo, es decir, un afijo consistente en la inserción de dos partes separadas en una palabra. Algunos autores consideran que ciertos
neologismos del español formados por el procedimiento
morfológico de la
parasíntesis son casos de circunfijos.
Lenguas con circunfijos
Los circunfijos son muy escasos en las lenguas del mundo, aunque no se restringen a un área geográfica determinada. Así encontramos circunfijos para marcar el género en
bereber:
- amazigh '(hombre) bereber' > tamazight '(mujer) bereber'
- rumi '(hombre) europeo' > tirumit '(mujer) europea'
- lelieneo 'me miró' / lelieyeo 'lo miró'
Parasíntesis
En
español la creación de algunas palabras mediante
parasíntesis se realiza mediante la adición simultánea de un prefijo y un sufijo:
- a- + LEXEMA + -ar, -er, -ir: Anaranjar, aburguesado.
- des- + LEXEMA + -ar, -er, -ir: Descascarillarse.
- en- + LEXEMA + -ar, -er, -ir: Ensuciarse.
Algunos autores han considerado que estos "afijos dobles" son una forma de circunfijos, aunque existen razones para considerarlos más bien como afijos dobles que como circunfijos genuinos. La razón es que cada una de las partes puede considerarse que tiene un significado gramatical distintivo, a diferencia de los circunfijos genuinos, los cuales no son segmentables en partes más pequeñas con algún tipo de significado.
Circunfijo
Afijo discontinuo formado por un prefijo y un sufijo que rodean la base. En esta combinación, el sufijo y el prefijo son interdependientes; tienen un significado gramatical único que es exigido por el proceso formativo en cuestión. El circunfijo en- -ar es muy productivo en español: enamorar, embotellar, enfilar, encarcelar, etc. Ver afijación, parasíntesis.
El término fue usado por vez primera por
J. R. Firth en 1957 y se ha usado frecuentemente en la lexicología inglesa de Halliday. Designa combinaciones frecuentes de unidades léxicas fijadas en la
norma o una combinación de palabras que se distingue por su alta frecuencia de uso, como
cierre hermético,
maraña inextricable,
desear ardientemente,
negar categóricamente etcétera; esto motiva que este tipo de construcciones se cataloguen como unidades semi-idiomáticas.
Se diferencian de las unidades fraseológicas en que responden a pautas de formación gramaticales y su significado es composicional, esto es, se deduce de los significados de los elementos combinados. Son unidades léxicas que han sido fijadas en la
norma y en sustancia son fraseologismos que se encuentran a mitad de camino entre las combinaciones libres y las fijas, porque sus elementos se pueden dislocar e intercambiar y en general su significado es claro y desentrañable, si bien en ciertos casos tienen significado de conjunto: "Dinero negro", "mercado negro" ("ilegal").
Los paradigmas o modelos de colocación más usados en español son:
- Sustantivo + preposición + sustantivo: derecho de veto, puntos de venta, punto de encuentro, punto de vista, fondos de inversión, tipos de interés, plan de pensiones, plan de choque, estado de opinión, creación de empleo.
- Sustantivo + adjetivo: renta fija/variable, poder adquisitivo, sector público, población activa, urna digital, masa salarial, dispositivo policial, venta directa, retribución variable, mandos intermedios, atención primaria, mercado negro, deuda pública, sector puntero.
- Verbo + (artículo) + sustantivo: desatarse una polémica, tomar cuerpo, zanjar la polémica, tomar medidas, plantear problemas.
- Verbo + preposición + sustantivo: llevar a cabo, poner en marcha, poner en cuestión, ponerse de acuerdo, poner de manifiesto.
Las siguientes estructuras son patrones menos productivos que los anteriores:
- Sustantivo + sustantivo: Paquete bomba, capital riesgo, carga fiscal.
- Adjetivo + sustantivo: Nueva economía, bajo consumo.
conjugación verbal o flexión verbal es el conjunto de las formas de un verbo según las categorías de persona,número, tiempo, aspecto, modo, voz, etc. (aunque no todas las lenguas del mundo incluyen todas estas categorías, pudiendo faltar alguna). A veces al conjunto de estas formas se le llama también paradigma verbal, siendo la flexión o conjugación verbal el conjunto de reglas que permiten construir dicho paradigma.
En
idioma español las conjugaciones varían según el
tiempo y aspecto: pretérito perfecto (1ª columna), presente simple (2ª columna) y futuro simple (3ª columna); según el
modo(aquí todos en indicativo),
voz (todos en activa) y según la
persona y número (las 6 filas horizontales).
Categorías gramaticales del verbo
Cada forma concreta dentro de la conjugación o paradigma del
verbo representa una asignación de cada una de las
categorías gramaticales del verbo. Un
morfema verbal puede representar una o más de estas categorías. Así en las
lenguas aglutinantes cada morfema verbal suele marcar o representar el valor de una sola categoría, aunque en las
lenguas fusionantes es común que un sólo morfema realice o represente simultáneamente varias categorías. En las lenguas del mundo las categorías más frecuentes marcadas en las formas verbales son:
- El tiempo gramatical, que sirve para situar la predicación verbal en relación al tiempo actual (tiempo absoluto) o a otras predicaciones verbales (tiempo relativo).
- El aspecto gramatical, que sirve para indicar si la predicación verbal de la que se habla es un proceso acabado o inacabado.
- El modo gramatical, que incluye un amplio conjunto de aspectos gramaticales diferentes.
- La persona gramatical, que marca la referencia de alguno de los intervinientes en la predicación verbal. En las oraciones de significado pasivo o estativo, el referente suele ser un tema o paciente de la acción verbal, en las oraciones activas transitivas qué interviniente recibe cada marca de persona depende de la voz gramatical. Es común que el verbo marque al menos dos en verbos transitivos(sujeto/objeto o A/P). Además, en muchas lenguas del mundo los verbos tienen formas específicas para marcar el número gramatical y el género gramatical de alguna de las personas gramaticales.
El proceso de conjugación
puede entenderse como una función definida sobre el conjunto del lexicón de verbos
y las categorías gramaticales que para cada verbo y cada combinación de valores de las categorías da una forma concreta.
Donde
se refieren a posibles valores de las categorías de modo, tiempo,... o persona en una lengua concreta. Por ejemplo, en español el esquema anterior permitiría analizar diversas formas del verbo "decir".
Formas personales del verbo
Las
formas personales del verbo, también llamadas
formas finitas del verbo, son aquellas en las que interviene la categoría de
persona gramatical denominada a veces tiempo-espacio, es decir, aquellas en las que existe una predicación con inflexión de tiempo y se requiere un sujeto. Las formas personales están formadas por el paradigma completo de todos los tiempos verbales. tener-teneies
Formas no personales del verbo
Las formas no personales, también llamadas formas no finitas, son formas del paradigma que no incluyen la categoría de persona, es decir, en las que la categoría de persona no es relevante para su conjugación debido a que no requieren un sujeto propio. En muchas lenguas se clasifican estas formas en tres grupos según su valor funcional:
- Infinitivos, generalmente tienen un valor nominal, es decir, cuando funcionan dentro de la oración. Los infinitivos también pueden aparecer como parte del sintagma verbal. Generalmente el infinitivo tampoco tiene marca de tiempo como -ar, -er, -ir.
- Gerundios, que tiene valores adverbiales como -ando, -iendo.
- Participios, que tienen valores adjetivales como -ado, -ido.
Concordancia gramatical
En muchas lenguas las formas del verbo varían de acuerdo a la persona gramatical, es decir, en muchas lenguas la categoría persona es una de las formas que intervienen en la selección de la forma fonológica del verbo. En muchas lenguas, como la mayor parte de
lenguas indoeuropeas la forma verbal tiene
concordancia gramatical con la persona del
sujeto gramatical. Sin embargo, existen algunas lenguas como el
húngaro, el
náhuatl o el
euskera donde el verbo también tiene concordancia con el objeto gramatical, es decir, una forma verbal finita presenta doble concordancia (una con el sujeto y otra con el objeto).
El verbo en español
Así, se pueden combinar los distintos morfemas para formar verbos conjugados en
modo gramatical,
tiempo,
número,
persona gramatical,
aspecto gramatical, y en lenguas clásicas -latín y griego- en voz pasiva, media en griego, y activa; otras, como el inglés, tienen una conjugación muy simple.
Todos los verbos en español se pueden conjugar en tres tiempos: pasado, presente y futuro. Algunos verbos son
defectivos y no admiten ciertos modos verbales, por ejemplo,
querer y
parecer no admiten imperativo por razones semánticas.
Ej.: en el verbo conjugado "corríamos" se ve la conjugación de:
- modo (indicativo)
- tiempo (pretérito imperfecto o copretérito)
- número (plural) y (singular)
- persona (primera persona)
Variantes regionales
Español argentino
Español chileno
El español de Chile presenta también antiguas formas de segunda de plural usadas en la segunda de singular, un residuo de un antiguo voseo. Aunque en Chile el pronombre vos no se emplea y las formas difieren de las argentinas:
número | persona | presente (1ª conjugación) | presente (3ª conjugación) |
singular | 1ª | amo | parto |
2ª | amái(s) | partí(s) |
3ª | ama | parte |
plural | 1ª | amamo(s) | partimo(s) |
2ª | aman | parten |
3ª | aman | parten |
Naturalmente
amái y
partí provienen de
*amáis y
*partís, que en
español medio eran formas de segunda persona (y que todavía se conservan en el español peninsular estándar).
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