El Palacio de la Curia Metropolitana, también conocido como Centro Comercial Pasaje Arzobispal, es un edificio histórico de la ciudad de Quito DM, ubicado en el flanco norte de la Plaza de la Independencia, en el corazón del Centro Histórico de la urbe. Flanqueado por la Casa de los Alcaldes (izq) y el Palacio Arzobispal(der). La edificación es considerada popularmente parte de este último, pues allí funcionaron oficinas de la Curia hasta mediados del siglo XX.
Historia
Durante los siglos XVI y XVII el edificio perteneció al platero Pedro Gutiérrez y sus descendientes, quienes lo adquirieron en primer lugar a uno de los fundadores de la villa de San Francisco de Quito, al que le había sido asignado el solar en 1534. Durante el siglo XVIII perteneció a Francisco Calvache de Biedma.
A inicios del siglo XIX residieron en la mansión el oidor de la Audiencia de Quito, Moreno de Avendaño y su familia. Fue comprado a mediados de siglo por Modesto Larrea y Carrión, II Marqués de San José y Presidente de la República de Ecuador entre 1832 y 1835. Se dice que durante esta época el libertador Simón Bolívar cruzó las primeras palabras con la patriota quiteña Manuela Sáenz en este mismo edificio y durante una fiesta ofrecida por el Marqués días después de la independencia (1824).1
Durante los primeros años del siglo XX el edificio fue comprado por la Curia Diocesana de la ciudad de Quito, para ocuparlo con sus oficinas y dependencias que abarrotaban el vecino Palacio Arzobispal, y de allí deviene su nombre oficial moderno, aunque es popularmente conocido como parte de este último conjunto palaciego.
Centro Comercial Pasaje Arzobispal
El 26 de agosto de 1998 el Municipio de Quito y la Curia Metropolitana suscriben un contrato de asociación con el objeto de emprender el negocio común del Centro Comercial Pasaje Arzobispal, con el fin de hacer posible su pleno aprovechamiento comercial; corriendo a cargo de la Empresa del Centro Histórico la administración de todos los recursos económicos provenientes de la relación jurídica de las partes.2
Entre 2001 y 2002 fue sometido a una re-estructuración integral por parte del FONSAL y la ECH, entidades municipales especializadas en conservación, para convertirlo en el Centro Comercial Pasaje Arzobispal, con gran éxito de cafeterías y restaurantes gourmet en su interior desde el día de su apertura.
Estructura
Su estructura espacial corresponde a la de una casa colonial de dos patios, típicas del siglo XVII, con crujías de dos pisos en el primero y tres en el segundo.
El primer patio, de dimensiones pequeñas, destaca el piso de piedra y detalles con hueso de vaca. La crujía del segundo piso es de madera y los pilares que la sostienen son de piedra. Desde este espacio se accede al segundo nivel a través de una escalera en el lado izquierdo, donde se acceden a los salones con vista a la plaza, actualmente ocupados por un exclusivo restaurante gourmet. Cruzando un corredor bajo con escalera semicircular se accede al segundo patio, mucho más amplio y donde una pileta de piedra andesita es el punto focal, alrededor de él que se levantan tres piso con crujías de madera, sostenidas por pilares de piedra a nivel del suelo, y de madera en los demás niveles.
La elegante fachada barroca se confunde con la vecina de la Casa de los Alcaldes, aunque no con el Palacio Arzobispal, ubicado del lado occidental y de fachada tipo neoclásica. Destaca el portal continuo que comparte con las otras edificaciones contiguas, a modo de pasaje cubierto con salidas hacia la plaza a través de arcos de medio punto, sobre el que se encuentran los balcones del segundo piso.
Palacio de El Deán. Edificación palaciega barroca de la ciudad de Quito D.M. – Ecuador. Se ubica en la zona rural del Distrito Metropolitano, en la parroquia de Conocoto, ubicada al oriente de la urbe.
Historia
Los terrenos donde hoy se encuentra el Palacio de El Deán corresponden a los mismos que la familia Carcelén adquirió a mediados del siglo XVIII para convertirlos en una vasta hacienda ganadera para diversificar sus negocios, pero poco a poco fue convirtiéndose en un lugar de recreo para los Marqueses de Solanda, sobre todo por su relativa cercanía con el centro de los límites de la ciudad colonial de aquella época.
Conocida inicialmente como Hacienda Conocoto,1 empezó a ser llamada de El Deán cuando perteneció a Félix Sánchez de Orellana, tercer marqués de Solanda, que en 1753 abandonó la vida pública para abrazar la religiosa, llegando a convertirse en deán de la Catedral de Quito.2 3 La propiedad era parte del mayorazgo de la familia, y en él había sido inscrita con un valor de 17.550 pesos.1
Primera construcción
Fue en al año 1800 cuando en la basta y hermosa Hacienda de El Deán se comienza a levantar una solariega edificación con el propósito de dar un sitio de solaz y retiro a sus propietarios: Don Felipe Enrique Carcelén y Sánchez de Orellana y Doña Teresa Larrea y Jijón, Marqueses de Solanda y Villarrocha.
De las cuatro hijas de este matrimonio, destacaría a través del tiempo la figura de Doña Mariana Carcelén su primogénita, quien en el año 1825 contrae matrimonio con el héroe independentista latinoamericano Antonio José de Sucre y Alcalá, mariscal y vencedor de batallas tales como Tarqui y Ayacucho.
La celebración de tal enlace, el de mayor importancia tanto social como político en aquella época, se realiza en El Deán, y con el pasar de los años este sitio único recibió a la pareja, y luego a su pequeña niña Teresita de Sucre y Carcelén, para brindarles descanso durante largas temporadas convirtiéndose en un sitio de predilección para el Mariscal y la Marquesa.
Ampliación y remodelación
Durante varios años la marquesa Mariana se dedicó a refaccionar y ampliar la casa de hacienda original hasta convertirla en una edificación de carácter palaciego. Aumentó más de cinco salones, doce habitaciones, una biblioteca y una capillaprivada; incorporó un sistema especial para los baños similar al de su mansión en el Centro Histórico de Quito, refaccionó las cocheras, las cocinas, la casa de empleados y readecuó totalmente los jardines hasta darles un estilo menos rústico y más urbano.
Pronto el Palacio de El Deán se convirtió en un hervidero de cultura, sobre todo porque la Marquesa era considerada una mecenas del arte y financió muchas obras de importantes artistas de la época. La Marquesa y el Mariscal eran considerados casi como la familia real de la ciudad, representaban la unión entre la grandeza de un pasado nobiliario y la promesa de un futuro soberano; y eso se veía reflejado no solo en su imponente palacio, sino en sus salones, donde se celebrarían las más exclusiva fiestas de aquel entonces, asistidas por el clero y la alta sociedad quiteña.
Valoración Histórica
La importancia histórica del Palacio de El Deán no solo radica en que fue el lugar favorito de uno de los mayores héroes independentistas de Latinoamérica y su esposa, sino que además albergó durante mucho tiempo sus restos.
Dos años después del infame asesinato de Antonio José de Sucre, acontecido en el año de 1830 en la selva colombiana de Berruecos, su viuda Mariana recupera los restos de su esposo y con ayuda de su mayordomo los esconde para procurar su respetuosos descanso en la base del altar de la capilla de este sitio que le fue tan querido. Aquí reposaron los restos hasta cuando fueron trasladados al convento de las Marianitas y luego a la Catedral de Quito donde son honrados en la actualidad.
Luego del fallecimiento de la Marquesa en 1863 la propiedad pasa a pertenecer a varias familias notables. Actualmente, y tras una refacción integral llevada a cabo entre 1999 y 2006, el palacio fue convertido en un elegante centro de recepciones y convenciones.
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