Esculturas de Miguel Ángel
San Mateo, es una obra escultórica en mármol de 2,61 metros de altura, que realizada por Miguel Ángel la dejó inacabada y se encuentra en la Galleria dell'Accademia en Florencia.
El 24 de abril de 1503 firmó el contrato el escultor con el Gremio de la Lana, donde se comprometía a realizar doce imágenes de los apóstoles para Santa María del Fiore. Sólo empezó la de san Mateo, ya que cuando Giuliano della Rovere fue escogido papa con el nombre de Julio II, lo llamó a Roma para encargarle la realización de su sepulcro, este encargo le hizo abandonar el proyecto de Florencia, el contrato del cual, fue anulado el 18 de diciembre de 1505.1
La escultura de san Mateo inacabada, se parece a la de los esclavos, que más tarde, realizó el escultor para la tumba de Julio II, parece la figura surgir de la piedra, cargada con una gran emoción que en la época de Miguel Ángel, describían como de terribilitá.
San Pablo es una escultura de mármol (1,27 m) de Miguel Ángel, realizada entre 1501 y 1504 y colocada en la Catedral de Santa María de la Asunción en Siena, en el Altar Piccolomini.
Historia y descripción
Las quince esculturas que debían completar el altar en la capilla de los Piccolomini fueron encargadas a Miguel Ángel en 1501, después de que el artista anteriormente designado para ello, Pietro Torrigini, había abandonado el proyecto con una sola estatua esculpida. Miguel Ángel empleó un año en cada una de ellas, hasta completarlas en 1504.
Las esculturas para el altar parecen más modestas que otras obras precedentes, probablemente a causa del lugar donde iban a ser colocadas.
La escultura de San Pablo fue probablemente la mejor conseguida, con el personaje cubierto por un amplio manto (ejemplo de Verrocchio) y con una pose de contrapposto (ejemplo de Donatello). El cabello y la expresión de concentración, entre otros, son elementos que anticipan el David.
El San Petronio es una escultura juvenil de Miguel Ángel, ejecutada entre el 1494 y 1495 encontrándose colocada en la basílica de Santo Domingo en Bolonia.
La obra representa a San Petronio, obispo y patrono de Bolonia, fue ejecutada en un mármol ya esbozado por Niccolò dell'Arca. La figura de sesenta y cuatro centímetros, sostiene entre ambas manos la representación de la propia ciudad, cercada por la muralla donde se distinguen las torres Garisenda y de los Asinelli.
Se aprecia la influencia de Jacopo della Quercia en la disposición de los ropajes y de los pintores de Ferrara, especialmente con la de Cosimo Tura.
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