miércoles, 2 de noviembre de 2016

Iglesias por países - España

Iglesias de la provincia de Badajoz


La iglesia de Santa Clara es un templo que está situado en el centro de la ciudad de Mérida, dentro del triángulo formado por la Concatedral de Santa María la Mayor, el Ayuntamiento de Mérida y la Asamblea de Extremadura. La iglesia pertenecía al antiguo convento de Santa Clara. Actualmente, la iglesia es la sede del Museo de Arte Visigodo de Mérida. Las dependencias del edificio conventual, por su parte, acoge hoy la Sala de Exposiciones Santa Clara. Aparece en una novela picaresca llamada 'Terra Nostra'.
El antigua iglesia, así como el museo de arte visigodo, forman parte de la denominación Conjunto arqueológico de Mérida, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1993 por la Unesco, con el número de identificación 664-012.

Historia

El convento fue fundado por el médico emeritense Don Lope Sánchez de Triana en 1602. Las primeras trazas del templo fueron diseñadas por García Carrasco, maestro de Trujillo, en 1615 y reelaboradas por Ordarza Zabala, en 1621, y por el maestro Bartolomé González Montiel, de Zafra. La construcción comenzó en 1622 a cargo del maestro Diego Miguel y su hijo Francisco Miguel, de Medellín, alargándose hasta bien entrado el siglo XVII.1
Piezas visigodas que hoy acoge la Iglesia de Santa Clara

Arte

El templo es una de las mejores obras del Barroco clasicista o severo con que cuenta Mérida. Su planta es de cruz latina, con los brazos del crucero y cabecera excasamente desarrollados. En el exterior, sus muros arrancan de un elevado zócalo de granito, característica que se repite en la mayor parte de las iglesias de su misma tipología, para, más arriba, combinarse con el ladrillo, formando las aristas de cajas cuadradas o rectangulares, con la mampostería que rellena la superficie interior de dichas cajas. Una composición similar se puede encontrar en la torre del Monasterio de las Freylas de Santa Eulalia, con la salvedad de que en éste la mampostería se cambia por el tapial. El granito aparece como material constructivo en las esquinas y en la portada. A modo de torre-mirador tiene un cuerpo superpuesto a la cúpula semiesférica y linterna que cubren el crucero. En cuanto a las portadas, posee dos en los muros laterales del templo. Ambas adinteladas, están esculpidas en granito. La principal, orientada hacia la calle Santa Julia.






La Iglesia de Santa Marina de Valverde de Mérida es un edificio de considerables proporciones, construido con mampostería de piedra y cal sin relucir. La realización es originaria del siglo XVI con escasas intervenciones posteriores manteniéndose, en consecuencia, con notable grado de pureza en sus caracteristícas primitivas.

Situación

Se alza en el centro de la población urbanística, cuya estructura condiciona, ocupando un ámbito espacial diáfono configurado por plazas y diversos remansos y ensanchamientos que modulan un entorno despejado de notable amplitud y movilidad visual. Al encontrarse exento y ligeramente sobreelevado en relación con los tejidos que lo rodean su comtemplación se presenta despejada, ofreciendo en todo su circuito panorámicas morfológicas y especiales de notable interés ambiental.
La iglesia se alza junto a la plaza principal.
Contribuyendo a tal efecto, un pequeño atrio que forma plataforma sobreelevada sobre el terreno se desarrolla por delante de la fachada de la Epístola, al fin de igualar el desnivel del asentamiento sobre el que se levanta el edificio. Tal irregularidad se compensa por el lado contrario por medio de tres gradas peldañeadas dispuestas por el interior de la nave ante portada del evangelio.

Estructura

Constructivamente la fábrica de la obra está resuelta en mampostería de piedra y sillares de granito, material que abunda en todos sus componentes imprimiendo al edificio aspecto de acusada solidez, lo que, unido a sus grandes dimensiones, confiere a la iglesia un sobresaliente protagonismo formal, no solo con el ámbito en que se alza, sino de la población en general, de la constituye sin duda el hito más destacado. Entre los elementos volumétricos exteriores se distingue en particular la torre de la fachada delantera, de la que únicamente sobresale por encima de la línea de cubiertas el cuerpo de campanas, integrándose el resto en la caja de muros de la nave sin más distinción.
La parte alta exenta se formaliza como un airoso cuerpo cuadrangular de sillería, con acusada cornisa de remate, en el que se abren dos vanos en el frente y uno en los costados. La separa de la zona inferior una somera imposta. Como coronación ostenta un agudo capitel, en otro tiempo placado de azulejo vidriado. Los estribos están resueltos mediante sillares de cantería, siendo de menor volumen los correspondientes a la zona de cabecera.
Ábside.
La obra se resuelve en planta como realización de nave única compartimentada en tres tramos, cabecera y atrio de acceso. A esta estructura se adosan como elementos de época posterior, la sacristía, que se aneja a la cabecera por el costado de la epístola, y una pequeña capilla por el contrario.
El cuerpo delantero se halla presidido por la torre fachada, en cuya base se abre el recoleto atrio que configura el acceso por la zona de los pies. A ambos lados de este vestíbulo se encuentran dos pequeñas piezas que sirven de alojamiento, la de la derecha, a la escalera de caracol que sube al coroy cuerpos altos de la torre, y la de la izquierda al antiguo baptisterio, en la actualidad habilitado como almacén de objetos litúrgicos. Tales dependencias se comunican con la nave principal mediante dos amplios arcos de medio punto que se abren en la planta baja, sobre los cuales se disponen otron en la planta baja, sobre los cuales se disponen otros dos al nivel del coro alto.
Sus cubiertas son de bóveda estrellada de crucería con los plementos de cantería granítica, sustentadas sobre semicolumnas cilíndricas también de granito. Una gruesa cornisa moldurada perimetra la nave en su totalidad a la altura de unos capiteles que rematan los fustes de las semicolumnas. A partir de los mismos, los apoyos principales se despliegan en haces de nervaduras para configurar la estructura de las crucerías. Su diseño corresponde al modelo de estrella con terceletes, algunos de gran volumen con decoración de variados motivos, entre los que destaca la cruz de Santiago. El reticulado de las crucerías se despliega con extensa amplitud originando un armónico conjunto de severa elegancia, que asume protagonismo fundamental entre los componentes del interior del templo.
Una sencilla portada, abierta en el tramo central del presbiterio, comunica la capilla mayor con la sacristía por el lado de la Epístola. Consta la misma de un par de estancias de reducidas dimensiones. La primera capilla lateral que se aneja al tramo primero de la nave principal por el costado opuesto se cubre también con una bóveda de crucería estrellada, comunicando con el cuerpo de la iglesia a través de un arco de granito de rica ornamentación.

Portadas exteriores

Portada principal.
Tres portadas de sobría resolución se abren en el exterior del templo. La principal, y de composición más elaborada, resulta la del Perdón o correspondiente a la fachada de los pies. Consiste en un arco de medio punto con triple plataabanda de ancha moldura, flanquedo por finas y elegantes columnillas sobre altas bases a las que sirven de remate airosos pináculos, y sencillo entablamento de doble moldura adintelada por encima. La del costado del Evangelio se trata igualmente de un arco de medio punto configurado por sillares graníticos, al que sirve de enmarque una noldura formando alfiz.
En la clave del arco figura un escudo de la Orden de Santiago. Más sencilla aún resulta la portada del lado del Evangelio, cuya estructura se reduce a un arco de medio punto, formado por dovelas graníticas de gran escuadría, que se abre directamente sobre un paño de sillares, coronado también por el emblema santiaguista.
Las tres portadas ofrecen indudable interés por la armonía y equilibrio de su resolución.
Especial mención merece la carpintería de las puertas, cuya fábrica y materiales -madera en piezas de gran escuadría y herrajes de forja- resultan originarios quizá del siglo XVIII. También resulta de interés el sencillo púlpito que se adosa al primer cuerpo de la nave, compuesto por piezas graníticas y apoyado en otra de mármol.

Decoración

Así como la entidad arquitectónica de la obra se ha conservado hasta nuestros días sin degradar en su composición tradicional, los contenidos muebles dignos de mención son prácticamente inexistentes, no contándose con retablosimaginería, ni otras realizaciones de valor, debido a los destrozos sufridos por la parroquia en 1936.
Cabe destacar un altar de Animas ejecutado a pincel, que se sitúa en un lateral de la nave principal sobre el costado del Evangelio.
La pintura carece de valor, pero la moldura que la enmarca resulta pieza muy atractiva. También merece ser citadda una pieza granítica con inscripción ilegible, una losa funeraria, que se conserva en la sacristía. El altar mayor es obra moderna de fábrica, compuesto por dos columnas de orden gigante sobre las que se encuentran dos imágenes. Pieza de sobresaliente interés es una excelente obra de pintura que ocupa el altar. Se trata de una realización al óleo sobre lienzo, de 2 x 1.60 metros con remate semicircular, sobre una predela corrida en la que aparecen cuatro figuras, también de pincel y un escudo heráldico.
La obra recoge la escena del abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada del templo de Jerusalén. La pieza, de clara influencia italiana y datable en el siglo XVII, es obra de un autor hoy no documentado.






La iglesia parroquial de Nuestra Señora del Valle es un templo católico situado en la localidad española de Villafranca de los Barros, perteneciente a la provincia de Badajoz, en la comunidad autónoma de Extremadura.

Historia y características

En el templo de Nuestra Señora del Valle se mezclan los estilos gótico y renacentista del siglo XVI con las partes añadidas en los siglos XIX-XX, de carácter barroco e historicista. Particularmente destacable en el mismo son la portada de los pies, el atrio y el retablo mayor.1
El origen del templo se sitúa en otro anterior, de dimensiones más modestas, de tres naves y cabecera ochavada con bóveda de crucería y cubierta de madera.1 A partir de 1508 se inician obras en el edificio, obras que conservarán la cabecera mencionada, pero no el resto del mismo.1 La práctica totalidad del templo se terminó en 1550, si bien la portada del Perdón o de los pies no se podrá concluir hasta 1574, según una inscripción existente en el sotocoro.1 La obra fue dirigida por el maestro Andrés de Maeda.1
En 1862, debido al mal estado del templo, se sustituyen las tres capillas góticas de la cabecera por una capilla mayor de testero plano y cúpula sobre pechinas y crucero. Además se aumenta la altura de la torre y se añaden seis capillas laterales entre los contrafuertes, al prolongarse estos. También se añaden diversos espacios alrededor de la zona absidal y crucero y del atrio de los pies del templo.1 En el siglo XX continuarán las reformas. Así, en 1910 se construirán las portadas del evangelio y de la epístola, y en 1912 el chapitel que remata la torre. En 1953 la iglesia se adorna mediante una serie de pinturas murales.1
La iglesia se orienta en dirección este y posee tres naves, contando además con capillas situadas en las zonas objeto de ampliación en el siglo XIX. En la planta del templo se aprecian las reformas sufridas en el siglo XIX, apreciándose cómo la planta original alargada se transformó, mediante la adición de capillas, en una de aspecto más cuadrangular. También es perceptible la extraña composición, no simétrica, de la zona absidal y del crucero, que no sobresalen en planta.1
La parte más valiosa del inmueble es la correspondiente a la bóveda del sotocoro y a la portada de los pies, que se harían al mismo tiempo, en torno a 1574. Respecto a la portada de los pies, la misma es un conjunto de gran interés, de estilo gótico-renacentista.1 La torre actual corresponde cronológicamente en su mayor parte a los siglos XIX y XX.1
Existe parecido formal en cuanto a la planta original del templo de esta parroquia y la de Los Santos de Maimona, así como entre la portada de los pies del de Villafranca y la misma portada de Azuaga.1 En las dos fachadas laterales las puertas de entrada corresponden lógicamente al siglo XX.1
Una de las partes más destacadas del templo es, tal y como se ha indicado, el atrio de entrada,en el que destaca la bóveda de crucería estrellada con decoración en relieve. Sobre el atrio se localiza el coro.1 En el interior del templo se ubican sendas capillas a ambos lados del atrio de entrada, ambas cubiertas por bóveda de crucería de terceletes.1Destaca la pila bautismal, del siglo XVI, con decoración figurada en relieve e inscripción.1 El coro se ilumina por el óculo ya mencionado de la fachada principal.1
Interiormente el templo se divide en tres naves, separadas por gruesos pilares cilíndricos. Las naves se dividen a su vez en tres tramos.1 A estos tramos hay que sumar el sotocoro y la zona del crucero y absidial.1 El ábside de la capilla mayor es recto, y delante del mismo se ubica el crucero, sobre el cual se asienta la cúpula con linterna sobre pechinas.1 Existen una serie de capillas laterales situadas entre los contrafuertes.1 El sistema de cubrición de la iglesia es de crucería gótica cuatripartita y de terceletes en las tres naves centrales; de terceletes en las dos capillas situadas a los pies del templo a ambos lados de la bóveda; y estrellada en el atrio, originales del siglo XVI, mientras que en el resto se realiza utilizando cúpulas con linternín en su mayor parte; bóvedas de arista y de cañón; y falsas bóvedas de crucería.1
Todo el conjunto añadido en el siglo XIX pertenece a los estilos tardobarroco e historicista neogótico.1
El templo fue declarado bien de interés cultural en la categoría de monumento el 9 de septiembre de 2014.

Portada de la iglesia de Nuestra Señora del Valle de Villafranca de los Barros.jpg

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