sábado, 25 de marzo de 2017

Arquitectura por siglos

Arquitectura en Grecia del siglo VII a. C.


El Antiguo templo de Atenea era un templo griego, situado en la Acrópolis de Atenas. Sus ruinas pueden verse entre el Partenón y el Erecteión.


Historia

Fue construido probablemente antes del año 525 a. C., substituyendo un importante santuario dedicado a Atenea del siglo VII a. C. (periodo geométrico), edificado a su vez sobre un palacio micénico.1
El edificio fue dañado por los persas durante la Segunda Guerra Médica (480 a. C.), pero fue reparado poco después. Algunas partes de su entablamento se incorporaron al muro de fortificación de la Acrópolis. Se menciona en una inscripción datada hacia 470-450 a. C., por la cual se ha deducido que estaba asociado a la fiesta de las plinterias. Fue víctima de un incendio de nuevo en 406 a. C., según un pasaje de Jenofonte (Helénicas I,6,1), después de la finalización del Erecteión, y nunca fue reconstruido.1 2
El templo fue descubierto en 1885 y Wilhelm Dörpfeld fue el primero en identificarlo. Sólo restan los cimientos de su lado sur, hacia el Erecteión, junto con las bases de dos columnas de piedra del templo geométrico. Al este del edificio, en el lecho de roca, se observan trazas del altar de Atenea correspondiente al templo.1 También se conservan partes de la decoración escultórica que se cree que pertenecían a este templo, en particular los restos de un frontón que representaba la Gigantomaquia.3

Descripción

Atenea luchando contra un gigante, decoración de un frontón que se cree que pertenecía al antiguo templo de Atenea. Museo de la Acrópolis, Atenas.
El edificio era de piedra, rodeado por un pórtico de columnas de madera. Durante los años 600-590 a. C. se construyó la columnata de piedra y se hizo la decoración escultórica de los frontones con temas de Heracles. En la época de Pisístrato, hacia el 520 a. C., se reformó de nuevo y en uno de sus frontones se realizó una representación de la gigantomaquia, que tenía en la diosa Atenea su tema principal.
El templo era dórico y períptero, con 6 columnas en los lados cortos y 12 en los largos. La disposición interior era bastante inusual. La parte este del templo constaba de un pronaos dístiloin antis y un naos dividida en tres naves por dos filas de columnas. La parte oeste de la cella constaba de tres cámaras.4 Las metopas, cornisas y tejas eran de mármol, mientras que el resto del edificio fue construido con piedra caliza.1 Se ha recuperado parte de su decoración escultórica, que se encuentra en el Museo de la Acrópolis.
La naos albergaba la estatua de culto de Atenea, un xoanon antiquísimo, realizado en madera de olivo, que representaba a la diosa. Esta estatua era muy venerada, puesto que se creía que había caído del cielo en la época de Erecteo. La estatua se salvó del saqueo persa del año 480 a. C., ya que fue trasladada a Salamina, y posteriormente volvió a ser ubicada en la Acrópolis, en el Erecteión. Era vestida con un peplo nuevo cada año y tenía joyas de oro.
Plano de la Acrópolis de Atenas: el Antiguo templo de Atenea es el número 2.










El Hereo de Argos era el templo principal del santuario en la Argólida dedicado a Hera, cuyo epíteto «Hera Argiva» (Here Argeie) resulta conocido para los lectores de Homero. La propia Hera afirmaba ser la protectora de Argos,1 donde se guarda el recuerdo en una representación arcaica y anicónica de la Gran Diosa en un pilar.2 El sitio, que podría ser el punto de origen del culto a Hera en la Grecia peninsular, se halla entre Argos y Micenas,3 dos importantes ciudades micénicas. El viajero Pausanias, que visitó el sitio en el siglo II, se refiere a la región como Prosimna. Según Pausanias, ProsimnaEubea y Acrea, las tres hijas del río Asterión, fueron las nodrizas de Hera.4
El centro del santuario era el templo, proyectado, realizado y realzado por la disposición del terreno en terrazas.
El templo se alzaba en la ladera del monte Acrea,4 en cuya cima han aparecido los restos de la acrópolis micénica de Prosimna, y era el más importante de la región. La elección de este lugar pudo deberse a dos motivos:
  • El poder político argivo dependía del control de llanura y la posición prominente del Hereo debió ser un símbolo ostentoso de su autoridad.
  • También pudo estar condicionada por los restos de un asentamiento que data del Periodo Geométrico.
El periodo de mayor expansión constructiva del Hereo de Argos fue el siglo V a. C., y siguió funcionando como lugar de culto hasta la época romana, como se deduce de la descripción que hizo Pausanias del santuario.
HeraionArgos11.JPG

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