El templo de Garnison fue un antiguo edificio de culto luterano erigido a finales del siglo XIX en la ciudad lorenesa de Metz (departamento de Mosela) del que solamente se conserva el campanario. Se encuentra en el barrio de Luxemburgo, en la rue Belle Isles. Es uno de los monumentos más altos de la ciudad, ya que el campanario mide un poco menos de un centenar de metros (97 m).
Contexto histórico
Durante la anexión, Metz se transforma por la acción de las autoridades alemanas, que decidieron hacer de su urbanismo un escaparate del imperio guillermino. El eclecticismo arquitectónico se refleja en la aparición de numerosos edificios de estilo neorrománico, como la estación central, la templo protestante o una nueva estación de ferrocarril; de estilo neogotico como el portal de la catedral o el templo Garrison, o incluso de estilo neorrenacentista como el palacio del Gobernador.
Construcción y acondicionamientos
El templo fue construido de 1875 a 1881 por los arquitectos Buschmann y Wilhelm Rettig (1845–1920). Se destinó en particular los soldados alemanes de confesión luterana. La inauguración tuvo lugar el 4 de julio de 1881. La iglesia fue construida del mismo material e incluso del mismo estilo gótico radiante de la catedral. Consta de una nave con tres naves laterales paralelas y de una torre central que se situa sobre la fachada. Tenía 2400 plazas de asiento.
La elección del estilo neogótico y el uso de la piedra de Jaumont, material tradicional de las construcciones mesinas (de Metz), mostrando que las opciones estilísticas de las autoridades alemanas del período 1871–1888 se inscribían en una continuidad que se diferenciara de la voluntad posterior de germanización por la arquitectura —como en el ejemplo de la edificación del Templo Nuevo estilo neorrománico en piedra caliza gris. Sin embargo la prensa se burló de que la torre de la Mutte de la catedral la superase en un metro.
Afectaciones sucesivas
El templo fue desde entonces un lugar de culto activo. En 1902, el pastor Albert Schweitzer, futuro Premio Nobel de la Paz, ofreció en él un concierto de órgano.1 El templo de Garrison fue desafectado después del regreso de Lorena a Francia en 1918. El templo no fue utilizado más que en algunas festividades en el periodo de entreguerras.
Fue parcialmente destruido durante la Segunda Guerra Mundial por los bombardeos aliados. Después de otro incendio, de origen incierto, en junio de 1946 el Consejo debió decidir, el 19 de julio de 1946, sobre el futuro de edificio.2 Se propuso su transformación en «Maison d’œuvres sociales» o en «Bibliothèque municipale» fue mencionada, pero hubo voces que criticaron estos proyectos por inútiles y deploraron la altura de la torre, que parece «narguer la cathédrale».2 Su destrucción total se aprobó por una estrecha mayoría, pero sólo la nave y el coro fueron demolidos, en 1952, siendo los costos de derribo mayores de lo previsto.2 Gracias a la intervención de M. Thiry, arquitecto de los Monuments historiques, el campanario fue consolidado y salvaguardado.
El campanario, cuya torre culmina a 97 metros,3 es ahora parte del paisaje urbano de la ciudad y puede ser visitado.
La catedral basílica menor de Mazatlán, dedicada a la Purísima Concepción, es el principal edificio religioso de la ciudad de Mazatlán, estado de Sinaloa, México, de estilo barroco, y sede de la diócesis de Mazatlán. Está ubicado en el centro histórico.
Antecedentes
Las obras del templo se comenzaron en el año de 1856, por orden del entonces obispo Pedro Loza y Pardavé. Más tarde, el párroco Miguel Lacarra retoma las obres y es por éste que se dan por concluidas en el año de 1899. La consagración del templo como basílica se realizó el 12 de diciembre de 1941.
El edificio
Consta de planta basílical, con tres naves, las cuales tienen la misma altura. Cuenta con una cúpula octogonal con linternilla, coronada por una cruz de hierro. Las torres son de dos cuerpos y presentan remates en forma de prismas truncados, los cuales son coronados por una cruz. La portada de la catedral consta de tres arcos ojuvales, de fuerte acento neogótico, los cuales sirven de portón de acceso al arco principal, de medio punto y sostenido por pilastras, las cuales sostienen el frontón triangular.
El interior del edificio, si bien presenta también elementos propios del estilo neogótico, presenta también algunos de influencia neoclásica; esta mezcla de estilos debido a las ideas academeizantes del arte ecléctico, muy de moda en ese entonces.
Historia
En todas las ciudades antiguas de México, se consideraba a las catedrales el edificio más importante, ya que representaba no sólo el poder eclesiástico sino que también se mostraban como un símbolo del poderío social y económico de la comunidad.
Los primeros pasos que se dieron para la construcción de esta majestuosa catedral fueron en el año de 1855 y transcurrirían varias décadas, para que se pudiera terminar. En el año de 1875, gracias a los esfuerzos y tesón del Padre Miguel Lacarra, los trabajos de construcción se aceleraron y es por esa decidida intervención que el cuerpo principal del edificio se termina a principios de 1880.
La construcción de esta catedral fue posible por las cuantiosas contribuciones económicas que otorgaron los principales comerciantes e industriales católicos de la ciudad. Uno de los principales benefactores en esta etapa, fue don Pedro Echeguren y de la Quintana, natural de la ciudad de San Sebastián, España, que era uno de los hombres más ricos de la región, dueño de las poderosas minas de "Guadalupe de los Reyes", de la fábrica de Hilados y Tejidos, la Abastecedora de agua e innumerables fincas y terrenos urbanos.
Se cuenta que su extrema e inusitada bondad, se debió a la solemne palabra de caballero que él había otorgado al padre Lacarra de terminar con su vida pecaminosa (vivía en amasiato con doña Concepción Moreno) casándose en la catedral una vez que ya estuviera terminada.
Esta imponente catedral fue diseñada y construida por Estanislao León, quien murió en las etapas finales de la construcción. Las espléndidas torres se empezaron a levantar en el año de 1893, la primera de ellas se concluyó el 6 de abril de 1894 y la otra pocos meses después. Estas torres, originalmente fueron diseñadas por el eminente constructor Natividad González, pero debido a un áspero desacuerdo sobre ciertos asuntos técnicos con el párroco padre García no llegó a terminarlas.
La primera misa pública, se celebró el 7 de mayo de 1880, pero hasta el día siete de mayo de 1899 no se realizó la bendición del templo y la consagración de los diversos altares interiores, ceremonia a la que asistieron como padrinos algunas de las familias más notables de la ciudad. Honor que seguramente obtuvieron por las sustanciosas aportaciones económicas que realizaron para la construcción; las crónicas nos señalan que el altar mayor se debe a la bondad de los señores Manuel Herrerías y su esposa María de la Quintana, Pablo Hidalgo y su esposa Carmen, Antonio de la Peña y su hija Romana, Agustín José Elizondo y doña Francisca Navarro de Hidalgo.
Esas mismas crónicas dicen que en el altar del Sagrado Corazón participaron entusiastamente los señores Baldomero Herrerías y Juan Gavica, y que en el altar de San José, los matrimonios de José H. Rico y su esposa Dolores Moreno y Guillermo Haas y su esposa la distinguida Josefa Canalizo. Finalmente las crónicas terminan relatando que en el altar de Nuestra Señora de Guadalupe participaron muy activamente los señores José Somellera y su esposa Matilde Lejarza, así como el presidente de la Minera del Pánuco, Genaro García y su esposa Domitila Casal.
Un atrio enrejado circunda tres de los lados de la catedral y ahí se encuentran ubicados tres magníficos e imponentes monumentos. En dos de ellos se representa a Cristo como Rey y en el restante se muestra al indio Juan Diego, mostrándole al obispo Fray Juan de Zumárraga el áyate con la aparición milagrosa de Nuestra Señora de Guadalupe.
Arquitectura
Aunque su diseño arquitectónico es ecléctico, su interior y exterior, es una bien lograda combinación entre neomorisco y neogótico, muy parecido al gótico original que se utilizó en las catedrales de Burdeos, Toledo, Siguenza y el morisco de la mezquita de Córdoba.
Ambas torres y su cúpula exterior, están recubiertas por azulejos de color amarillo de manufactura europea. En su fachada principal, se encuentra un acogedor pórtico (lo que es algo inusual de encontrar en las grandes catedrales mexicanas), del que sobresalen tres arcos aristados que le dan una elegancia muy especial. En sus paredes laterales y del pórtico se pueden admirar cuatro grandes esculturas que representan a los evangelistas, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Al traspasar su gran portón de entrada, en su egregio interior se encuentran tres naves que tienen un estilo mezcla de la arquitectura gótica, barroca y neoclásica.
En el altar principal, de refinado estilo gótico, se encuentran un conjunto de bellísimas estatuas de santos y ángeles de mármol de Carrara, definitivamente de manufactura Italiana. Acompañadas por las imágenes de santa Ana y san Joaquín, las que en conjunto, están consideradas por los expertos en verdaderas e insustituibles joyas de arte. En la parte frontal del altar de blanquísimo mármol está plasmada una bellísima representación escultórica de La Última Cena de Cristo.
La catedral tiene cuatro altares laterales, dos de ellos a los lados del altar principal y los dos restantes a los costados de la entrada principal, sus diseños son Neoclásicos y están consagrados en honor a nuestra Señora del Santo Rosario, el Sagrado Corazón de Jesús, Nuestro Señor San José y Nuestra Señora de Guadalupe. En este último altar, se encuentran las tumbas del primer obispo que tuvo la diócesis de Mazatlán, Miguel García Franco. qepd. Y la de los padres Lacarra y José Ruiz, este último que fue quien concluye la construcción.
En la parte posterior del altar principal abrigada por una cúpula de mármol, se encuentra una espléndida escultura de la Inmaculada Concepción y un majestuoso mural que representa la Santísima Trinidad rodeada de ángeles y otras figuras celestiales. Si observamos detenidamente veremos que adentro de los triángulos curvilíneos que forman los arcos con el anillo de la cúpula, se pueden admirar las regias figuras de los Doctores de la Iglesia, los Santos Bernardo y Ambrosio y de los Profetas del antiguo testamento, Zacarías y Moisés.
Dignos de elogiar son los frescos de escenas religiosas que se encuentran a los lados de los altares principales y laterales, que aunque son muy recientes (1942) son de magnífica estética y ejecución. Sus hermosos balaustres de caoba que rodean toda la parte superior del techo abovedado y su hermoso púlpito y confesionarios de techo de petatillo de cedro americano son unas joyas de diseño y obra artesanal muy bien logradas.
La catedral en su conjunto es una construcción que reúne características que la hacen ser majestuosa, su diseño arquitectónico y sus detalles ornamentales, son únicos y de una calidad indiscutible, solo basta mirar las catorce esculturas de origen europeo (probablemente Italianas) colocadas en las paredes laterales y que representan el Vía Crucis de Nuestro Señor o disfrutar de las exquisitas imágenes de san Juan Bosco, san Judas Tadeo, Nuestra Señora de Fátima, santa Eduwiges, Nuestra Señora de los Rayos, Nuestra Señora del Sagrado Corazón del Niño Jesús, santa Marta, Jesús el Nazareno, santo Domingo, Cristo Rey, la Dolorosa Virgen María y el domo encristalado con el Santo Entierro de Jesús.
Es de elogiar su enorme candil central y los candiles colocados a lo largo de los pasillos laterales, adornados profusamente de finísimos cristales cortados franceses, instalados en el año de 1950.
Sin embargo la joya de la catedral es su grandioso órgano construido en París por el fabricante Aristide Cavaillie-Coll (1811-1899) y aunque en los archivos de la catedral no se señala en que fecha se adquirió este maravilloso instrumento musical, información periodística de la época indica que el día 17 de mayo de 1899 el órgano fue tocado por primera vez, deleitando a la sociedad católica del puerto.
Las oficinas de la sacristía y de las autoridades eclesiásticas, se sitúan en la parte posterior de la catedral; en el segundo piso que está ubicado arriba de la sacristía, ahí en la sala de espera del obispo se pueden admirar cuatro excelentes pinturas al óleo de los padres Lacarra, José Ruiz y las de los obispos Lino Aguirre y Miguel García Franco.
Actualidad
Actualmente, se están realizando trabajos extensivos de remodelacíon y recuperación arquitectónica y ornamental, en el que, con sumo cuidado se están respetando los lineamientos originales. Ya en estos momentos se puede observar cómo poco a poco, la catedral está recuperando su hermosura y grandiosidad, gracias a la entusiasta colaboración de la grey católica del Puerto.
La catedral de Guadalajara, o catedral basílica de la Asunción de María Santísima es una catedral de México, parroquia sede de la arquidiócesis de Guadalajara y uno de los edificios más representativos de la ciudad, por sus torres con agujas neogóticas y por su rica historia.
Historia
La primera catedral fue construida en 1541 en lo que hoy es el templo de santa María de Gracia. Para alzar esta iglesia se utilizaron originalmente adobe y techos de paja.
El 18 de mayo de 1555 se obtuvo autorización por cédula real para edificar la iglesia catedral, cuyo costo sería cubierto por la Real Hacienda, los encomenderos y comunidad indígena (disposición que no se cumplió del todo); así que para el 31 de julio de 1561, fray Pedro de Ayala, a la sazón el segundo obispo de Nueva Galicia, colocó y bendijo la primera piedra de este bello templo. A la ceremonia de colocación asistieron los cabildos eclesiástico y civil, la Real Audiencia y los nobles de la ciudad. Hasta el 30 de mayo de 1574 todo había transcurrido con normalidad, sin embargo, mientras se celebraba una misa, unos vecinos lanzaron disparos al aire en el corral contiguo y desafortunadamente algunos cayeron en la iglesia, que se incendió y quedó semiderruida.
Por cédula real se obtuvo el dinero para la nueva catedral. La obra avanzó muy despacio, pues escaseaban los fondos. Hacia febrero de 1618, el maestro arquitecto Martín Casillas había llevado los trabajos a su término. Así, en abril del mismo año se trasladaba el Santísimo Sacramento, de la antigua iglesia, a la nueva.
En el año de 1818, un fuerte terremoto sacudió la ciudad, cuyas secuelas dejaron una nueva tragedia: las torres y la cúpula se habían derrumbado. Fueron sustituidas por unas nuevas, que también colapsarían durante un posterior sismo, en el año de 1849. Las nuevas torres fueron construidas por el ingeniero arquitecto Manuel Gómez Ibarra, costaron 33 521 pesos, más 7166 pesos en honorarios para el arquitecto.1 Se demoró tres años en terminarlas, hacia 1854.
Actualidad
Actualmente de la iglesia catedral continúa en peligro: ha sido dañada por los sismos de 1932, 1957, 1979, 1985, 1995 y 2003. Entre los riesgos que presenta están: la breve inclinación de la torre norte, su ligero hundimiento y el daño estructural que ha sufrido la cúpula, entre otros. A causa de las vibraciones constantes que generan los vehículos circulantes por el túnel bajo avenida Hidalgo, se está dañando la edificación y la torre norte, que colinda justo con esta vialidad.
La catedral ocupa un área de 77.8 por 72.75 metros. Contiene altares dedicados a nuestra Señora de la Asunción, nuestra Señora de Guadalupe, nuestra Señora de los Dolores, Virgen de Zapopan (patrona de Guadalajara), santo Domingo de Guzmán, san Nicolás de Bari, santo Tomás de Aquino, san Cristóbal, san Juan de Dios. Hay 52 asientos de madera tallada, además de la silla cardenalicia. La mesa de consagración es de mármol y plata. Los vitrales de colores son importados de Alemania.
También se resguarda en este recinto imágenes de nuestra Señora de los Dolores, del Cristo de las Aguas, entre otras. Asimismo, la catedral alberga reliquias de la mártir romana santa Inocencia. Tres cardenales están sepultados en la catedral, así como varios obispos de la diócesis, incluso el corazón de un prelado muy conocido, el obispo Ruíz de Cabañas y Crespo, fundador del antiguo hospicio que hoy acoge al centro cultural que lleva su nombre.
Criptas
Entre las criptas, debajo de lo que fue la capilla real, se encuentra la de los obispos, que contiene enterramientos que datan del siglo XVI y hasta la última morada del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, en 1993. Aquí podemos apreciar el testero y los cimientos de la catedral, así como ataúdes en que se resguardan los restos mortales de los siervos de Dios don Francisco Gómez de Mendiola y don Juan de Santiago León Garabito, obispos de Guadalajara, en los siglos XVI Y XVII.
Justo bajo el altar se sitúa la cripta de los canónigos, prácticamente en desuso desde la época de la Reforma, recientemente restaurada con bóveda de arista, arqueología catedralicia de tiempos del virreinato.
Torres
Al mediar el siglo XIX, el arquitecto Manuel Gómez Ibarra construyó las actuales al gusto del obispo Aranda y Carpinteiro. Se cuenta que después de la procesión de corpus, hacia 1850-1851, el prelado mitigaba el intenso calor de junio con pitayas, servidas en un platón adornado de figuras y paisajes, en el que además se ilustraban campanarios piramidales, justo como los actuales con que modeló a este recinto religioso el arquitecto, quien para aligerarlos ante el peligro de episodios sísmicos empleó como material constructivo la piedra pómez. La inversión del 30 de julio de 1851 al 15 de junio de 1854, fue de 33 521 pesos, más 7166 pesos en honorarios para el arquitecto, a razón de 2000 pesos anuales.
Sobre el antiguo primer cuerpo, se alza el segundo actual, achatados sus cuatro ángulos. Llenan los huecos cuatro ménsulas invertidas; en cada una de sus caras van apareadas luceras elípticas. De ahí arrancan remates piramidales recubiertos con azulejo del que se fabricaba en Sayula. Los cuatro medallones con las armas de la iglesia están flanqueados, en ambas piramidales, por cuatro pináculos. Rematan las torres dos grandes cruces griegas, labradas en hierro. Como antes las antiguas torres, tuvieron por remate las imágenes de san Miguel y Santiago apóstol, patronos de la ciudad y del reino, respectivamente. Miden, según la triangulación del ingeniero Jose R. Benitez, 65.91 metros la que se halla orientada al norte y 65.55 metros la que da viento sur.
La catedral de Guadalajara cuenta con 19 campanas en total, así como con 6 esquilas, las cuales de mayor a menor son: santa María de la Asunción, san Pedro, santa María de la Rosa, la Inmaculada Concepción, san Antonio y Nuestra Señora de los Dolores. La Asunción es el segundo esquilón más grande de América, únicamente después del esquilón de la Catedral Basílica de León.
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