sábado, 4 de marzo de 2017

Estilos arquitectónicos del siglo XIX

arquitectura neogótica

El NH City & Tower Hotel (mejor conocido por su nombre original, City Hotel) es un emprendimiento hotelero en el céntrico barrio de Monserrat, en la ciudad de Buenos AiresArgentina.

Historia

El edificio original fue proyectado por el ingeniero Julio A. Noble y el arquitecto Miguel Madero para David Hogg y Cía., propiedad de un escocés instalado en la capital argentina. La empresa Peviani y Cía. estuvo a cargo de las obras (dirigidas por los proyectistas). Fue inaugurado en abril de 1931, a metros del Cabildo, la Plaza de Mayo y la recién comenzada Diagonal Sur.
En ese año se instaló en una de sus habitaciones el ex presidente Marcelo T. de Alvear, dirigente de la fracción antipersonalista de la Unión Cívica Radical. Desde septiembre de 1930 la Argentina era gobernada de facto por el general José Félix Uriburu, y Alvear organizó la llamada Junta del City, que aglutinó a miembros de las dos fracciones opositoras de la UCR en busca de la unidad de su partido.
Con el paso de las décadas, el City Hotel perdió su original categoría, siendo sobrepasado por hoteles tales como el Sheraton (año 1972), a pesar de su privilegiada ubicación. En los años 60 cambió de dueño.1
En 1993, la cadena NH Hoteles llegó a la Argentina, creciendo a lo largo de la siguiente década. En enero de 20002 la hotelera se hizo cargo del City, adquiriendo un 50% al empresario Florencio Aldrey, y comenzó su remodelación y modernización, a cargo del estudio de arquitectura Urgell-Fazio-Penedo-Urgell.3
El NH City Hotel fue inaugurado el 11 de diciembre de 2001, con obras que alcanzaron la suma de US$ 19.500.000 en reformas, transformándolo en hotel 5 estrellas.4
El 21 de noviembre de 2006 el hotel se transformó en NH City & Tower Hotel.5 Esto significó la construcción de un anexo al edificio de 1931, construido sobre una antigua casa adyacente, de la cual se conservó la fachada, y que fue destinada a cocheras. El diseño de interiores estuvo a cargo del estudio de arquitectura Caparra, Entelman y Asociados.6

Descripción

Vista del City Hotel en 1931
El edificio inaugurado en 1931 fue una de las mayores construcciones de Buenos Aires en su momento, y uno de los hoteles más importantes junto con el Plaza. Fue diseñado en estilo art déco, el imperante en los hoteles norteamericanos de la época que el City intentaba emular, aunque también en su fachada aparecen elementos de influencia neogótica, como las torres.
La distribución de los cuerpos del hotel consiste en un bloque central de dirección este - oeste que ocupa todo el lado sur del terreno, y de desarrolla paralelo a la medianera sur durante los 60 metros de fondo; y cuatro cuerpos de disposición norte - sur en el lado norte del terreno, unidos al bloque principal. Entre estos volúmenes hay espacios ocupados por patios que dan aire y luz a las habitaciones.
Se construyeron 2 subsuelos, planta baja y 12 pisos altos. Las 460 habitaciones originales (con formato de departamento) se distribuyeron en 11 pisos superiores. Había de un dormitorio, de 2, de 3 y de 4, todas con baño y un pequeño hall de acceso, pudiendo alojar en total a 720 personas. También se construyeron 30 habitaciones especialmente destinadas al personal de servicio de los huéspedes, conectadas telefónicamente con las de sus patrones. Los tanques de agua fueron ubicados sobre una pequeña torre, que se aprovechó para instalar un mirador (hoy ocupado por un cartel con el logo de NH Hoteles)
El gran comedor del hotel resultó un desafío para los proyectistas, ya que para dar mayor amplitud decidieron que careciera de columnas. Para ello se adoptó un sistema compuesta por 5 grandes vigas de 9 metros de luz.
El hotel fue el primero de su tipo en Sudamérica que contó con sistema radiotelefónico en todas sus habitaciones. Se utilizó el sistema Radio centralizado, utilizado en esa época en Norteamérica.
El City contó con 7 ascensores, 3 para el servicio de huéspedes funcionando en batería, un montacargas, un ascensor de servicio y dos montaplatos.

Decoración original

El estudio Medhurst, Thomas & Harris estuvo a cargo de la decoración original del City Hotel en 1931, combinando variados estilos. La entrada y el hall de la planta baja fueron realizados en estilo renacimiento español; el living room fue del estilo de la primera etapa del renacimiento inglés, con vitraux y cielorraso de vigas. El Gran Comedor también fue de estilo renacentista español, modernizado, revestido en roble y con esculturas de la época talladas en los bajofondos del cielorraso.
La taberna o grill fue realizada en estilo tudor, con los frentes del bar realizados en roble trabado (panne a bois), terminado a hacha. Los revestimientos y pisos se hicieron en mosaicos españoles tornasolados. El Bar Privado fue realizado en este mismo estilo, aunque más rústico. El Salón de Banquetes en el piso 12º, así como el del piso 1º, fueron decorados en estilo moderno.

Actualidad

En la actualidad el NH City cuenta con 303 habitaciones (33 superiores, 46 junior suites y 6 suites ejecutivas) distribuidas en 12 pisos. También posee 11 salones de convenciones con capacidad desde 30 hasta 400 personas.






Palacio Elortondo Alvear
Fue una antigua residencia de estilo neogótico que se encontraba en el cruce de la Avenida Corrientes y la calle Florida, en el barrio de San Nicolás de la Ciudad de Buenos AiresArgentina. En 1994 fue completamente remodelada y se instaló una sucursal de la franquicia de hamburguesas Burger King.

Historia

El edificio habría sido construido para el terrateniente bonaerense Carlos María Diego de Alvear (1850-1928) y María de las Mercedes de Elortondo (1859-1940), quienes se casaron el 19 de mayo de 1882.1 El arqueólogo Daniel Schávelzon se permite, con escepticismo, remarcar que solo está documentado que en esta residencia se celebró su boda, pero no que fuera de su propiedad, al menos explícitamente.2 De todas formas, fue una de las primeras residencias palaciegas en Buenos Aires, y una de las más lujosas de su época. En esa época la Avenida Corrientes era apenas una calle angosta, que fue ensanchada entre 1930 y 1936.
Se encuentra en una porción de un solar histórico, terreno cedido por el fundador de la ciudad, el adelantado Don Juan de Garay, a la única mujer que llegó con su expedición en 1580Ana Díaz. Una placa de bronce en la fachada que da a la avenida Corrientes recuerda este hecho.
Se desconoce la fecha exacta del proyecto arquitectónico, durante qué años se desarrolló su construcción y cuando fue terminado, pero se supone que habrían ocurrido entre 1870 y 1880. La fecha de casamiento de Alvear con Elortondo acerca la fecha hacia el final de esa década. En rigor, tampoco se conoce la identidad del autor del edificio, aunque algunas fuentes sostienen que se trataría del ingeniero y arquitecto inglés Edward Taylor.3 Schávelzon remarca que el estilo sumamente recargado de la fachada, y otros detalles decorativos, son evidencia suficiente de que el diseño no perteneció a Taylor, que produjo edificios más sobrios y sencillos.
Escalera y vitral.
Concebida como se acostumbraba ya en la segunda mitad del siglo XIX, como una vivienda en el piso superior que alojara un local comercial en la planta baja, se recuerda que alojó en una época a la cigarrería Monterrey. En 1922 se instaló el Café de Gérard, al cual se recuerda como café de las 4 p, porque a él asistían "políticos, periodistas, poetas y proxenetas", y habría sido uno de los primeros de Buenos Aires en donde se escuchó el jazz.
Ya a fines de la década de 1930 funcionaba en el local la Casa Mayorga, especializada en artículos de cuero. Este comercio se mantuvo durante décadas, hasta que finalmente cerró.
En 1989 llegó a la Argentina la cadena de hamburgueserías Burger King, que instaló en Buenos Aires sus primeras sucursales. Adquirió la antigua residencia y llevó adelante una remodelación completa, que eliminó la mayor parte de los ambientes y la fachada originales. Finalmente la sucursal fue inaugurada en diciembre de 1994, con un festejo que fue protagonizado por el conductor televisivo Julián Weich, quien fue nombrado "padrino del edificio".4
En 2007 el local fue cerrado temporalmente, mientras se llevaron adelante reformas de carácter estético, acordes a la nueva imagen desarrollada por Burger King. La nueva imagen de la compañía en la Argentina fue desarrollada por el estudio Verardo, y la restauración de fachada estuvo a cargo del estudio del arquitecto Máximo Thibaud.5

Descripción

La residencia de Alvear y Elortondo es uno de los pocos ejemplos de arquitectura neogótica que ofrece la ciudad de Buenos Aires, junto por ejemplo con la sede de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, en la Avenida Las Heras.
Se trata de un edificio que originalmente carecía de ochava, teniendo en su esquina el acceso al local comercial, con dos puertas separadas por una columna esquinera que en la actualidad se encuentra modificada y angostada para permitir un espacio más amplio de circulación.
El acceso a la residencia palaciega del piso superior se realizaba por la escalera revestida en mármol que fue conservada con la remodelación de 1994, y llevaba a los ambientes y dormitorios de la pareja y sus hijos.
(...) Ocupan los rincones y nichos y paredes del vestíbulo, estatuas de bronce y mármol, estucos florentinos o romanos, murales del Renacimiento, vasos japoneses y de sape (...) el enlosado es bellísimo, las pinturas de estilo bizantino, el fondo de las paredes, en vez del oro tradicional, tiene un color suave, indeciso, que realza los vívidos colores de los festones de flores al relieve que adornan los entrepaños y cornisas. Allí echó el pintor las sombras y las claridades de sus paletas, el reciente barniz le da un baño de esmalte (...) Aquella es la selva artificial del confort
Diario "El Nacional", mayo de 18826
El "palacio" ya había sido modificado tanto en el aspecto de su local comercial como en su fachada en el espacio de la planta baja a lo largo del siglo XX, pero con la reforma de 1994 poco quedó del frente. Se conservaron solamente la balaustrada del piso superior y parte de los arcos que adornaban las marquesinas del comercio y enmarcaban las ventanas de la residencia.
Vitrales de la cubierta que permiten luz cenital
En cuanto al interior, el espacio de la planta baja fue unificado con la escalera que lleva al piso superior, se construyó un pequeño entrepiso y el espacio del comercio fue también completamente realizada a nuevo, para instalar tanto las mesas y el mostrador de atención como el espacio de la cocina y los cuartos para empleados. La escalera original fue reemplazada por una doble escalera moderna, aunque se mantuvieron las rejas decorativas y las columnas de estilo jónico.
El interior de la planta alta fue más conservado y aún se ven las molduras decorativas que enmarcan puertas y ventanas. La escalera original fue conservada, así como los vitrales que adornan su techo. Para esta sucursal de Burger King fue desarrollada en 1994 una temática centrada en los reyes (Burger King: Rey de la Hamburguesa, en inglés) tanto formales como de la cultura popular. Con la segunda reforma, en 2007, muchos de los cuadros que mostraban diversos personajes fueron retirados, en función a la nueva estética corporativa que adoptó la cadena.
Avenida Corrientes y Florida Casa Elortondo de Alvear.jpg






El Palacio Haedo es una antigua residencia aristocrática de la Ciudad de Buenos Aires, la más antigua aun existente en el entorno de la Plaza San Martín. Actualmente es la sede de la Administración de Parques Nacionales (APN).

Historia

La historia del Palacio Haedo es poco precisa, y apenas se sabe que fue construido en la década de 1870 para la familia Haedo. Por esos tiempos, la zona del Retiro (conocida por ese nombre ya en el siglo XVII) comenzaba a ser poblada de las residencias de las familias de clase alta, un proceso de migración desde el casco histórico de Buenos Aires que se aceleró luego de la epidemia de fiebre amarilla de 1871.
Se desconoce la identidad del arquitecto de esta casona, pero existe registro de que Reynaldo Villar compró el edificio el 18 de julio de 1881, siendo su segundo ocupante. Más tarde, Dominga Villar y Cristina Manuela Villar de del Viso heredarían la residencia. Décadas más tarde, el Palacio Haedo sería comprado por el Banco Popular Argentino.
El Estado Nacional adquirió al Banco Popular el edificio, el 6 de octubre de 1942, para transformarlo en sede de la aún joven Administración de Parques Nacionales. En ese momento, los arquitectos Passeron y Brizuela se hicieron cargo de la remodelación del inmueble para adecuarlo a su nueva función, y la obra fue realizada por la constructora de L. Schiappapietra y Hermanos.
En 1999, una empresa privada ofertó al Ministerio de Economía una cifra para adquirir el edificio, ante lo cual los trabajadores de Parques Nacionales se movilizaron y evitaron la venta. En 2001, mediante la Ley 25.427, el Palacio Haedo fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Aspecto original neorrenacentista (ca. 1890)
Recién en agosto de 2013, luego de varios años de encontrarse deteriorado y protegido por andamios por posibles desprendimientos de la fachada, el secretario de Obras Públicas de la Nación autorizó el llamado a Licitación para la puesta en valor del edificio.1

Estilo

El Palacio Haedo fue construido en el estilo neorrenacentista italiano que estaba de moda en la segunda mitad del siglo XIX, antes de que se impusiera la influencia francesa, llegando al siglo XX. Poseía su fachada principal mirando a la calle Santa Fe, jerarquizada en las ochavas por torretas asimétricas coronadas con agujas.
Con su aspecto original, permaneció hasta que fue adquirido para la Administración de Parques Nacionales, y se emprendió una profunda reforma interior y estética que lo transformó en un palacete neogótico, agregando una planta y una mansarda con tejas de pizarra, cúpulas del mismo material a las torretas, un revestimiento símil piedra y ornamentos de estilo a los balcones.








La Primera Iglesia Metodista en Buenos Aires fue inaugurada el 3 de enero de 1843, siendo así el primer templo metodista en América del Sur y también el lugar donde se predicó el primer sermón metodista en castellano (en América), el 25 de mayo de 1867.
Cuando el obispo Sante Uberto Barbieri predicó su sermón «Alzad los ojos...» el 25 de mayo de 1967 en la Primera Iglesia Metodista de Buenos Aires, el templo se desbordaba de feligreses, tal como se había desbordado 100 años antes su templo predecesor, cuando el pastor Juan Francisco Thomson predicó el primer sermón metodista en castellano en tierras sudamericanas.
El viejo y primer templo metodista porteño, del cual sólo se conserva una acuarela para recordar su fachada, se desbordó en su época no solo de gente y de emoción, sino también de audacia: se realizaba la primera predicación pública protestante en idioma castellano en América del Sur, y era una predicación de acuerdo a la doctrina metodista, claramente evangélica, en manos del pastor Juan Francisco Thomson.

Contexto cultural

La sociedad porteña de 1860 comenzaba a reflejar las características de una ciudad moderna, con sus 170.000 habitantes estaba dejando atrás la fisonomía de aldea provincial que tenía varios años antes. El comercio, básicamente de exportación e importación, en creciente desarrollo, y que tenía como punto neurálgico el activo puerto de la ciudad, permitió que las fronteras culturales de Buenos Aires fuesen permeadas cada vez más por las influencias culturales internacionales. Buenos Aires era una ciudad abierta. El arte, la cultura y la filosofía, particularmente las europeas, influenciaban con fuerza los círculos artísticos, literarios y filantrópicos e incentivaban la creación autóctona.
En este contexto, no es casual que el metodismo, influenciado en aquella época por las doctrinas teológicas liberales y racionalistas imperantes en Europa y en los Estados Unidos de América, y dotado además de emprendedores dirigentes nacionales como Thomson, se encontrara en medio y casi encabezando dichas corrientes, denominadas genéricamente en aquel tiempo como modernistas.
Calificar de modernista al metodismo porteño de aquellos tiempos fue un arma de doble filo, para unos, era un grito de lucha contra lo que consideraban vetusto y oscurantista, y para otros, era una consigna amenazante contra los valores tradicionales que se perdían. Hasta el 25 de mayo de 1867, el modernismo metodista era comprendido solamente por los que hablaban inglés, ciertamente un porcentaje ínfimo en el Buenos Aires decimonónico, pero justamente como símbolo de apertura y modernidad, la prédica en castellano, en el templo inaugurado hacía décadas para la comunidad angloparlante, provocó esperanzas y amenazas al mismo tiempo. La Iglesia Metodista Argentina tenía todo un camino para recorrer, un camino en el cual las esperanzaas y las amenazas estarían siempre presentes.

Inauguración

Iglesia Metodista en la calle Corrientes (ca. 1880)
La construcción de la primera iglesia metodista en Buenos Aires, en pleno centro de la ciudad, no estuvo exenta de problemas, especialmente financieros. La Sociedad Misionera de la Iglesia Metodista Episcopal (estadounidense), sostenía, desde 1836, la presencia del pastor John Dempster en Argentina, pero la crisis financiera institucional de 1839 obligó a la Sociedad Misionera a interrumpir sus actividades en América del Sur ese año. No obstante, la naciente congregación metodista de Buenos Aires decidió continuar el proyecto metodista por su cuenta.
Aunque el pastor Dempster tuvo que regresar a los Estados Unidos, la congregación de Buenos Aires organizó una sociedad para la promoción del culto cristiano y solicitó a la Sociedad Misionera que le permitiera utilizar el templo a medio terminar y que enviara a Buenos Aires al pastor William H. Norris (misionero en Montevideo), responsabilizándose a sí misma por el financiamiento. La Sociedad norteamericana accedió, y el 3 de enero de 1843 fue inaugurado solemnemente el primer templo metodista en América del Sur. La sociedad bonaerense mencionada se hizo cargo de la obra por completo hasta que, en diciembre de 1856, la Sociedad Misionera solicitó volver a tomar bajo su cuidado la obra, enviando al reverendo William Goodfellow para retomar su actividad misionera en sudamérica con vistas a la iniciación de alguna obra en castellano. No obstante, bajo la dirección del pastor Goodfellow solo se pudo extender la obra en inglés, tanto en Buenos Aires como en Rosario y Santa Fe, hasta 1864. También se establecieron congregaciones de habla francesa y alemana entre los colonos protestantes de Santa Fe y Entre Ríos.
Después de sus intentos fallidos por iniciar una congregación en el idioma nacional, el pastor Goodfellow decidió aprovechar la oportunidad de preparar jóvenes de su propia congregación para esa labor en algún momento futuro. Uno de esos jóvenes, Juan Francisco Thomson, de familia escocesa pero criado en la Argentina, logró matrícula para estudiar teología en la metodista Universidad Wesleyana de Ohio en los Estados Unidos de América, de donde volvió como ministro ordenado de la Iglesia Metodista Episcopal, en tal calidad, y tras algunos intentos esporádicos menores, inició formalmente la predicación en castellano el ya mencionado 25 de mayo de 1867, en la Primera Iglesia Metodista de Buenos Aires.

Nuevo templo para la Primera Iglesia Metodista de Buenos Aires

Interior de la Primera Iglesia Metodista de Buenos Aires.
Organo de tubos único en su género en Argentina, Forster & Andrews.
Más tarde, el viejo templo entre Cangallo y Reconquista tuvo que ceder paso a las construcciones de la pujante ciudad. Fue así que la Sociedad Misionera de la Iglesia Metodista adquirió un terreno en la calle Corrientes, entre Maipú y Reconquista y comenzó allí la construcción de un nuevo templo, en 1871.
Este templo tenía características muy distintas al anterior. Aquel, construido en 1842 era un modesto salón cuadrangular con techo de chapa con una fachada neoclásica, el nuevo templo por el contrario, fue construido con la intención de llegar a ser un monumento que pudiera enorgullecer a la obra metodista en el país, y de hecho lo ha sido.
Con características propias del neogótico inglés comenzó a delinear sus perfiles y torre en la aún chata urbanización porteña, ya entrado el año 1872. Sin embargo la construcción debió detenerse, un problema técnico hacía imposible terminar el ensamble del techo. En ese momento, en Buenos Aires no existía ningún ebanista que pudiera responder a las demandas de los planos originales. En una publicación efectuada en el diario El Nacional, del 27 de abril de 1872 se consigna que:no estará listo en estos días, como se pensaba, debido a que ciertos trabajos tan delicados y que solo un tallador competente lo puede hacer. Tardará 2 o 3 meses más.
Los cultos debieron celebrarse en un salón de actos públicos. Existen al respecto algunas tradiciones según las cuales fue necesario recurrir, en marzo de 1873, a un grupo de marineros tripulantes de un velero danés, varados en el puerto de Buenos Aires y especializados en este tipo de techumbre, quienes pudieron terminar el complejo trabajo en madera del techo, único en su estilo en Buenos Aires.
Señala Nikolaus Pevsner respecto del techo de madera tallada:
El mayor esplendor de las iglesias parroquiales inglesas reside en sus techos de madera o armaduras, construidos por ensambladores con un atrevimiento comparable al de los canteros góticos en sus bóvedas de piedra. Tales techos prestan a las iglesias neogóticas inglesas un aspecto de riqueza estructural que no tendrían de otra manera
Una vez concluido el techo, su peso provocó algunos agrietamientos en los muros, lo cual demandó el refuerzo de éstos mediante los gruesos contrafuertes que pueden observarse en sus laterales.
Casi cuatro años después de su inicio, en febrero de 1874 se llevó a cabo la ceremonia de dedicación del nuevo templo. Dice un diario de la época:
Fue nuestro privilegio estar presentes el domingo en el servicio dedicatorio de la nueva Iglesia Americana, Metodista Episcopal de la calle Corrientes. Los reverendos Juan F. Thomson y Tomás B. Wood, quienes debían estar presentes, no pudieron llegar a causa de la cuarentena y todo el servicio estuvo a cargo del Dr. Jackson. El sermón dedicatorio se basó en la Epístola de San Pablo a Los Efesios cap. 5,32. Habló acerca de Cristo y su Iglesia. Después del sermón se cantó un himno, dirigido por el señor R.F. Nicholson y hubo una ofrenda que llegó a la suma de $5.025 moneda corriente
La capacidad del templo es de 300 personas sentadas, sin embargo, los primeros años fueron testigos de una inmensa cantidad de personas que lo desbordaban. Cuenta el Estandarte Evangélico del 25 de mayo de 1883:
A pesar de que el servicio religioso, en idioma del país, tiene lugar a las ocho de la noche, desde las siete se ve acudir a grupos compactos, que poco a poco, van formando como una muralla en las veredas adyacentes al templo, en los pasillos y en el salón de actos públicos.
En el interior del templo se destacan los vitrales multicolores con símbolos bíblicos y doctrinales. La distribución semicircular de los bancos en torno al púlpito focalizan la centralidad de la Escritura, donde una línea imaginaria une todos los puntos con el centro donde se encuentra el púlpito.
El coro está ubicado atrás, para subrayar la función auxiliar de la música como ayuda litúrgica indispensable, pero sin acaparar la atención central. Allí se encuentra emplazado el órgano de tubos, único en su género en el país, un Forster & Andrews construido en HuleInglaterra, en 18821 e inaugurado en el templo de Corrientes el 15 de mayo de 1883.
A través de unos recibos firmados por un herrero encontrados en los archivos de la iglesia, se infiere que el responsable de la construcción de este templo fue el Arquitecto Enrique Hunt.

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