viernes, 27 de julio de 2018

ELEMENTOS ARQUITECTÓNICOS

ECLESIÁSTICA

Pináculo.
Colocación de los pináculos en la unión de los arbotantes con el contrafuerte, de modo que centran las cargas mediante exageración de la componente vertical.
Un pináculo, palabra proveniente del Latín pinaculus,1​ es un elemento arquitectónico constructivo y decorativo que se utilizaba en la arquitectura gótica. Posee forma de pilar rematado en su parte superior con una figura piramidal o cónica. Solían realizarse en piedra, aunque también los hay de plomo.
Su uso da sensación de mayor altura al edificio y estiliza su imagen, pero también tiene una función estructural, la de estabilizar las fuerzas oblicuas de los arbotantes, utilizando su peso para centrar la fuerza vertical en los contrafuertes y contrarrestar los empujes laterales que podían ocasionar la combadura de las fábricas resistentes.1
La necesidad de pináculos se debe a la altura de las fábricas góticas y al elevado número de aperturas que se hacían, mucho mayores que en los edificios románicos. Al ser por ello el muro gótico menos resistente se debía de contrarrestar el peso de la cubierta con los arbotantes, que transmiten los esfuerzos a los contrafuertes. Sin los pináculos, las fuerzas horizontales excesivas descentrarían las cargas (el núcleo central no coincidiría con el centro geométrico de la sección del muro), con lo cual el sistema se desestabilizaría y el edificio podría derrumbarse en el peor de los casos, o combar sus muros en el mejor, mediante el fenómeno del pandeo. Por esta razón los pináculos clavan los arbotantes cuando se encuentran perpendiculares a los muros.







Resultado de imagen de Pináculo









proskynetarion (en griego: προσκυνησις, "oratorio" o "lugar de culto", y en plural, proskynetaria) es un iconomonumental, por lo general de Cristola Virgen o del santo patrón de una iglesia. Era colocado separando las partes de un templón en la iglesia bizantina. Solía estar hecho de mosaico o al fresco en un marco de mármol. Las proskynetaria de los santos patronos estaban a menudo en el nártex o en las paredes de la nave.
También puede designar a un pequeño santuario, que contiene un icono.
En la iglesia ortodoxa se han seguido utilizando proskynetaria a lo largo de los siglos. Un proskynetarion de 1793 con La peregrinación de Demetrio a Tierra Santa, se conserva actualmente en el Museo bizantino y cristiano de Atenas.

Resultado de imagen de Proskynetarion








Puerta del Perdón de la Catedral de Santiago de Compostela.
Puerta del Perdón de la Catedral de Toledo.
Puerta del Perdón de la Catedral de Sevilla.
Catedral de Puebla (la Puerta del Perdón es la central de la fachada principal).
Puerta del Perdón es la denominación, muy habitual, para una de las portadas de acceso a catedrales e iglesias en España. Su denominación está vinculada a las devociones que traían aparejada la concesión de indulgencias, habitualmente en el transcurso de romerías y peregrinaciones, como la del Camino de Santiago, o en ocasiones especiales, como un año santo.
Las de las catedrales de Córdoba y de Sevilla tienen la particularidad de ser antiguas puertas de las mezquitas mayores de ambas ciudades, que dan acceso al antiguo patio de las abluciones; en ambos casos están en la fachada norte.
También hay puertas del perdón en la América española, como en la Catedral de Puebla (se abre únicamente en año de indulgencias).


























































Púlpito, palabra proveniente del Latín pulpitum (tribuna),1​ es la plataforma elevada en las iglesias desde la que se predica. Cuando se usan para proclamar las Lecturas se llaman también ambones.
Se sitúan próximos al altar, generalmente adosados a uno de los soportes de la nave principal del templo. Actualmente se usan poco, pues las normas litúrgicas vigentes recomiendan que la homilía, como parte integrante de la misa, se diga desde el presbiterio, junto al altar.
En el teatro clásico se llama púlpito al muro vertical que eleva el proscenio sobre la orchestra.

Historia y descripción[editar]

Ambón o púlpito de Enrique II en la capilla palatina de Aquisgrán.
Los púlpitos se utilizaron en las primitivas iglesias o basílicas, donde eran una variante de los ambones, la destinada a la lectura de los salmos.2​ Se disponían a la entrada del coro a manera de tribuna rectangular sobre una plataforma de poca elevación, a la cual se subía por gradas laterales y en ellos se cantaban la epístola y el Evangelio en las misas solemnes y se anunciaban al pueblo las fiestas. Los ambones continuaron con mayor o menor amplitud y elevación hasta el siglo xiv, en que se fue adoptando el actual sistema de púlpitos, los cuales en la época gótica y en el periodo plateresco tienden más a la forma hexagonal, adornándose en todas las épocas con elementos propios del estilo en curso.3​ También se solían colocar en los refectorios de los conventos.2
La mayoría de púlpitos constan de varias partes: la «escalera», situada alrededor del pilar que sostiene el púlpito o abierta en el mismo o en el muro adyacente; el «sostén», que puede estar en voladizo o reposando sobre el pavimento; la «tribuna», que se divide en «plataforma» —sobre la que se coloca el oficiante— y «antepecho» o «pretil», parapeto que cierra la parte inferior del púlpito; el «atril», soporte para colocar los libros o lecturas; y el «tornavoz», dosel que cubre el púlpito en su parte superior y que favorece la transmisión del sonido.2

Románico[editar]

Gótico[editar]

Púlpito de Anton Pilgram en la catedral de Viena.

Renacimiento[editar]

Barroco[editar]

Púlpito de la barca de Pedro en la iglesia parroquial de Fischlham(Austria). El cartel dice In verbo tuo laxabe rete ("en tu nombre lanzo la red").

Púlpitos de refectorio[editar]

En los refectorios (el comedor de las comunidades monásticas) se suele disponer de un púlpito para que un monje realice lecturas piadosas mientras los demás comen en silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario