lunes, 30 de julio de 2018

Monumentos por países - Italia

esculturas

El rapto de Proserpina.
Un detalle del lado derecho de la escultura que muestra como los dedos de Plutón aprietan el cuerpo de Proserpina.
El rapto de Proserpina es una escultura realizada por Gian Lorenzo Berninientre los años 1621 y 1622 perteneciente, por lo tanto, al Barroco.1
Fue encargada por Scipione Borghese, que se la cedió al Cardenal Ludovico Ludovisi en 1622, quien la llevó a su villa. Permaneció allí hasta 1908, cuando el Estado italiano la adquirió y la devolvió a la Galleria Borghese.
Es una gran estatua de mármol, perteneciente a un grupo escultórico ejecutado por el artista. Representa a Proserpina (Perséfone en la mitología griega) siendo raptada por Plutón (Hades en la mitología griega), soberano de los infiernos.
La posición, un contraposto retorcido, es una reminiscencia del Manierismo, y permite una observación simultánea del rapto (según se mira desde la izquierda) con Plutón tratando de mantener a Proserpina sujeta; de la llegada al Hades (mirando de frente, parece llevar en brazos a su víctima); y de la petición de Proserpina a su madre de regresar durante seis meses a la Tierra (si contemplamos desde la derecha, con las lágrimas de la mujer, el viento sobre su pelo y el Can Cerbero ladrando).
Es notable la representación de los detalles: Proserpina empuja la cabeza de Plutón estirando su piel, y los dedos de este aprietan cruelmente la carne de Proserpina tratando de inmovilizarla.
























Verdad descubierta por el Tiempo
Paolo Monti - Servizio fotografico - BEIC 6356397.jpg
Foto por Paolo Monti
AutorGian Lorenzo Bernini
Creación1645-1652
UbicaciónGalería BorgheseRomaFlag of Italy.svg Italia
EstiloBarroco
MaterialMármol
Dimensiones280 cm de altura
La Verdad es una escultura realizada por Bernini en 1645. Su idea original, atestiguada por bocetos iniciales, era realizar una escultura con el tema La Verdad descubierta por el Tiempodonde este último, en forma de un torbellino, desnudaba violentamente a la primera. Finalmente, quedó la imagen de la Verdad desnudada con violencia pero no la representación del Tiempo. Además incluye una especie de sol que la Verdad sostiene entre sus manos y que simbolizaría la verdad que es descubierta.
La elaboración de esta estatua está ligada al período posterior al pontificado de Urbano VIII en que la corte pontificia pasó a ser contraria al legado de ese Papa y, por ende, a su protegido, Bernini. Así, tuvo que ver cómo era derribado el campanario que había mandado levantar para la Basílica de San Pedro, según se arguyó, por problemas de estabilidad.
Dado que este trabajo fue realizado por Bernini sin que alguien se lo hubiera pedido, lo dejó en la puerta de su casa y añadió una inscripción quejándose por las arbitrariedades de que se creía objeto. Menciona también esta obra en su testamento:
Y como que, de todas mis obras, he guardado cerca de mí la Verdad descubierta por el Tiempo, quiero que quede en la casa donde habite el primogénito de mi propiedad para que mis descendientes tengan de esta suerte un perpetuo recuerdo de mi persona y siempre presente el pensamiento de que la Verdad es la más bella virtud del mundo y que es preciso trabajar con ella porque termina siempre por ser descubierta por el Tiempo
Cirici Pellicer (1963:138)
Hasta 1924 se mantuvo con la familia Bernini, pero ese año fue trasladada a la Galería Borghese.









Cristo Velado (en italianoCristo Velato) es una escultura en mármol realizada por Giuseppe Sanmartino que se conserva en la capilla Sansevero de Nápoles, en Italia.
La escultura cuyas dimensiones son 50×80×180 cm, fue realizada en 1753, es considerada una de las obras maestras de la escultura mundial y ha tenido entre sus admiradores a Antonio Canova que, después de haber intentado comprarlo en vano, se declaró dispuesto a dar diez años de su vida con tal de ser capaz de realizar tamaña obra maestra.

Historia y descripción[editar]

El contrato para ejecutar el Cristo Velado se le confió primeramente al escultor Antonio Corradini. No obstante, este último murió poco tiempo después y solo tuvo tiempo para realizar un bozzetto en terracota conservado actualmente en el Museo Nacional de San Martino.
La tarea pasó entonces a Giuseppe Sanmartino, quien recibió el encargo de realizar «una estatua en mármol esculpido, de tamaño natural, que represente a nuestro Señor Jesucristo muerto, cubierto de un sudario transparente tallado en el mismo bloque que la estatua».2
Sanmartino trabaja entonces sobre un Cristo muerto, acostado y recubierto de un finísimo velo que se adhiere a la forma de su cuerpo. La maestría del escultor napolitano reside en ser capaz de transmitir los sufrimientos que Cristo había vivido durante los momentos previos a la crucifixión a través de la composición del velo, bajo el que se pueden ver marcas sobre la cara y el cuerpo, fruto del martirio padecido.
Al pie de la escultura, finalmente, el artista esculpe las herramientas del martirio, las llamadas Arma Christi: la corona de espinas, las pinzas y los clavos.2

Leyenda del velo[editar]

El acabado magistral del velo ha dado origen a la leyenda de que la persona que encargó originalmente la escultura, el célebre científico, alquimista y príncipe Raimondo di Sangro, había enseñado a Giuseppe Sanmartino el método de calcificación que permite transformar la tela en mármol cristalino. Durante cerca de tres siglos, de hecho, numerosos visitantes de la capilla, impresionados por el magnífico velo esculpido, pensaban que este era el resultado de una petrificación alquímica efectuada por di Sangro, que la obra sería una estatua acostada bajo un verdadero velo que se habría transformado en mármol con el tiempo por un proceso alquímico.3
De hecho, un análisis minucioso no deja ninguna duda de que el trabajo se realizó totalmente en mármol, algo que resulta confirmado también por ciertas cartas de la época. La recepción del pago a Sanmartino el 16 de diciembre de 1752, firmada por el príncipe y conservada en el Archivo Histórico del Banco de Nápoles, estipula: «y pagaréis en mi nombre los cincuenta ducados citados anteriormente al Magnífico Giuseppe Sanmartino por la estatua de Nuestro Señor muerto, cubierto de un velo igualmente en mármol».3
El mismo di Sangro, en ciertas cartas, describe el velo como fabricado a partir del mismo bloque que la estatua.

Cristo velato.jpg








Fontana dell'Elefante (en españolFuente del Elefante) es una fuentemonumental realizada entre 1735 y 1737 por el arquitecto Giovanni Battista Vaccarini. Está situada en el centro de la Piazza del Duomo de CataniaItalia y su elemento principal es una estatua de basalto negro que representa un elefante, llamado comúnmente u Liotru y considerado el emblema de la ciudad siciliana.

Descripción[editar]

La Fontana dell'Elefante desde el sur.
La Fontana dell'Elefante fue realizada por Vaccarini en el ámbito de la reconstrucción de la ciudad tras el terremoto del 11 de enero de 1693. Se ha afirmado que el arquitecto palermitano se inspiró en el Obelisco de la Piazza della Minerva de Gian Lorenzo Bernini, pero en realidad la iconografía del elefante coronado por un obelisco con una esfera en la cima está documentada en la Hypnerotomachia Poliphili (Venecia, 1499) atribuida a Francesco Colonna.1
El basamento está formado por un pedestal de mármol blanco situado en el centro de un estanque, también de mármol, en el cual caen chorros de agua que salen del basamento. En el basamento, dos esculturas reproducen los dos ríos de Catania, el Simeto y el Amenano. Encima se encuentra la estatua del elefante, con su probóscide dirigida hacia la Catedral de Catania. Esta estatua de época incierta fue tallada originalmente a partir de un único bloque de piedra volcánica, pero tras el terremoto de 1693 se rompieron las patas posteriores, restauradas por el propio Vaccarini con miras a su colocación en la plaza. Durante la restauración, el arquitecto añadió los ojos blancos y los colmillos de piedra calcárea. A ambos lados del elefante cae una gualdrapa de mármol sobre la cual están tallados los escudos de santa Águeda, patrona de Catania.
En la espalda del animal se encuentra un obelisco egipcio,2​ de 3,66 metros de altura, de granito supuestamente de Asuán; no tiene jeroglíficos, pero está decorado con figuras de estilo egipcio que no constituyen una escritura jeroglífica propiamente dicha. De cronología incierta, quizá era una de las dos metas del antiguo circo romano de Catania, la otra, más fragmentada, se encuentra en el patio del Castillo Ursino. En la parte superior del obelisco se colocó un globo terráqueo, rodeado por una corona de hojas de palma (que representa el martirio) y un ramo de lirios (que representa la pureza), más arriba una tabla metálica sobre la cual está la inscripción dedicada a santa Águeda con el acrónimo MSSHDPL («Mente sana y sincera, por el honor de Dios y por la liberación de su patria»), y finalmente una cruz.3

Historia[editar]

La inscripción en la cima del obelisco.
La estatua del elefante.
Según el geógrafo Al-Idrisi, la estatua del elefante de basalto fue realizada durante la dominación cartaginesa o bizantina. En la época en la que visitó Catania (siglo XII), el elefante se encontraba ya en el interior de las murallas de la ciudad.4​ Habría sido llevado allí por los benedictinos del monasterio de santa Águeda, quienes lo habrían colocado bajo un arco llamado di Liodoro. En 1239 la estatua del elefante fue escogida como símbolo de Catania. Algunos sostienen que el traslado dentro de las murallas ocurrió en esta ocasión.
Por su parte, el obelisco probablemente fue trasladado a Catania durante las cruzadas, proveniente de Asuán, y colocado en el Circo Máximo, según la hipótesis de Ignazio Paternò Castello.
En 1508 fue trasladado al lado oeste (o norte) del ayuntamiento y a su lado se colocó la inscripción «Ferdinandus. Hispaniae utriusque. Siciliae. Rege - Elephans erectus fuit a Cesare Jojenio - Justitiario - MDVII». En esta colocación fue dañado gravemente durante el terremoto de 1693; el derrumbe de los edificios que lo rodeaban provocó la rotura de la probóscide y de las patas, que fueron reconstruidas por Vaccarini en 1735 por petición de Filippo d'Orville.
Hasta 1737 Vaccarini trabajó para construir la fuente, que fue completada posteriormente con el obelisco egipcio y la inscripción de santa Águeda. En 1757 fue remodelada por primera vez, para añadir un estanque. En 1826 la fuente fue rodeada por una barandilla de hierro, dentro de la cual se realizó un pequeño jardín. Poco después de la unificación italiana, se tomó la decisión de trasladar la fuente de la Piazza del Duomo a la Piazza Palestro: sin embargo, el 30 de mayo de 1862, Bonaventura Gravina organizó una revuelta popular que bloqueó el traslado.
Han sido dos las restauraciones realizadas en el curso del siglo XX: en 1905 se realizó un segundo estanque y en 19985​ se eliminó la barandilla y el jardín, por lo cual actualmente es posible sentarse en algunos escalones a los pies del basamento.

El Liotru[editar]

Nombre[editar]

El Liotru (llamado también, con menos frecuencia, Diotru) debe su apelativo a la deformación del nombre Eliodoro. Este era un noble de Catania que había intentado sin éxito ser obispo de la diócesis. Caído en desgracia, se hizo apóstata y fue considerado «discípulo de los judíos, nigromante y forjador de ídolos».6​ Se enfrentó al obispo León II el Taumaturgo, quien lo condenó a ser quemado vivo en el Forum Achelles. Este personaje está relacionado con el elefante porque según una leyenda él fue su escultor y además lo montaba a menudo para desplazarse de Catania a Constantinopla.7​ También según la leyenda, el obispo León habría hecho trasladar la estatua fuera de las murallas para hacerla olvidar, pero el pueblo le habría rendido igualmente honores divinos.
La fuente.

Origen[editar]

No hay datos ciertos sobre cuándo y quién realizó la estatua del elefante. Con el paso de los siglos, varios estudiosos han intentado dar una respuesta a esta pregunta, en algunos casos basándose también en el mito. Entre estos se recuerda a Pietro Carrera, quien en 1639 escribió que el liotru recordaba una victoria en una guerra entre los cataneses y los libios.8​ La historia, que el pintor Giuseppe Sciuti inmortalizó en el gran telón histórico del Teatro Massimo Bellini, es sin embargo totalmente inventada.
Más verosímiles fueron las teorías concebidas por Ignazio Paternò Castello,9​ Santi Consoli10​ y Matteo Gaudioso.11​ El primero sostenía que el elefante provenía de un circo (posteriormente se comprobó que en realidad era el obelisco el que estuvo en un antiguo circo), los dos últimos que era el recuerdo de una religión de la que actualmente se han perdido completamente los rastros.
Actualmente se acepta la interpretación dada por el geógrafo Al-Idrisidurante su viaje a Sicilia en el siglo XII. Él informó de que los cataneses consideraban al elefante una estatua mágica que protegía la ciudad de las erupciones del Etna.12​ También según el geógrafo árabe, la estatua fue construida durante la dominación cartaginesa.

Relación del elefante con la ciudad[editar]

La relación entre Catania y el liotru es muy antigua. Una antigua leyenda narra de un elefante que habría cazado animales feroces durante la fundación de Kατάvη.13​ Bajo la dominación árabe, la ciudad era conocida con el nombre de Balad-el-fil o Medinat-el-fil, es decir, «ciudad del elefante».
El Liotru no se convirtió en símbolo oficial de la ciudad hasta 1239: hasta entonces, el emblema de la ciudad era la efigie de San Jorge. Los cataneses decidieron cambiarlo tras una serie de revueltas para poder pasar de simple dominio de un obispo-conde a ciudad demanial. Tras el fracaso de los motines de 11951207 y 1221, se consiguió con la concesión oficial firmada por Federico II. El primer uso «oficial» del nuevo símbolo se produjo en una reunión del Parlamento en Foggia en el año 1240.
Posteriormente, el paquidermo fue incluido en el escudo de la ciudad, el de la provincia y el de la universidad y actualmente es la mascota de los principales equipos deportivos de la ciudad, entre los cuales el Calcio Catania y el Amatori Catania.

No hay comentarios:

Publicar un comentario