domingo, 26 de julio de 2015

Temas de historia

GRECIA Y PERSIA EN EL MUNDO ANTIGUO.  LAS GUERRAS MÉDICAS.

   I.1.- LOS PERSAS:
                        A) CARACTERÍSTICAS DE SU IMPERIO:
            El imperio persa (550-330 a.C.), como otros sistemas de dominio anteriores del Próximo Oriente, se basó en la ocupación permanente de los territorios conquistados y en la explotación de los mismos.  Pero los persas tendieron a organizar su proceso de expansión con poca reestructuración de la organización anterior de los grupos y territorios conquistados, es decir, detentaron un imperio de tipo "patrimonial".
            Frecuentemente la administración imperial persa utilizaba los cuadros organizativos existentes, subordinados al sátrapa y su personal en a las obligaciones a la monarquía, a saber:  en la percepción del tributo y en la movilización de las tropas.
            Las conexiones entre el centro del imperio (desde el Mar Caspio hasta el Golfo Pérsico:  Media, Susiana [Elam] y Persia) y la periferia (las diferentes satrapías, 3.000.000 de Km2. de enormes diferencias geográficas, culturales y étnicas) eran limitadas y casi en ningún caso intentaron reorganizar profundamente las organizaciones sociales y culturales existentes.
                        B) EXTENSIÓN DEL IMPERIO PERSA:  LOS PERSAS EN ANATOLIA:
            Los conflictos entre griegos y persas se abren realmente con la conquista de la capital lidia, Sades, por parte de Ciro, persa por parte de padre y medo por parte de madre, acontecimiento que es narrado por Hdt. I, 79-85 y se fecha en el 547 ó 546 a.C.
            La conquista persa de Asia Menor con el final de Lidia, señala una división entre el mundo griego continental y el área anatólica destinada a no saldarse hasta la conquista de Alejandro Magno.  Las relaciones de las ciudades griegas con Lidia habían sido sustancialmente buenas, bien por el peso relativamente leve de los tributos o por los intereses recíprocos entre las ciudades griegas de Asia Menor y el mundo lidio, famoso por sus riquezas y su comercio.  Dice Ciccotti que todo ello hizo "que las ciudades griegas se convirtieran más que en obstáculos en medios de comunicación y órganos comerciales de Lidia, cuyo rey con sus ingentes donativos al mayor santuario de Grecia y todavía más, por el homenaje que esto representaba, mostraba participar en una de las mayores expresiones de la vida moral helénica, la vida religiosa,...Lidia además de todas las posibles razones morales tenía, para mantenerse en buenas relaciones con las ciudades griegas, los intereses que puede tener un estado por mantener seguro por lo menos uno de sus límites, mientras puede estar amenazado en otro".
            Las fuentes antiguas, sobre todo Heródoto, recogen diversas historias sobre la reacción greco-oriental ante la amenaza que imponía el avance persa, tras la derrota lidia, hacia ciudades griegas del litoral y a las islas vecinas:  Quios, Lesbos y Rodas.  Veamos dichas reacciones:
- Envío de una embajada pidiendo ayuda militar a Esparta.  No fue escuchada.
- Diversas propuestas hechas a los jonios para que actuasen conjuntamente en esta situación de crisis.  Nos referimos a la Liga Jonia y a las propuestas hechas al Panjonio por Tales para reforzar el poder de la liga y por Bías de Priene proponiendo una acción común.  No encontraron eco.  Hdt. I,170-171.
            De manera que, según Heródoto, las ciudades se enfrentaron individualmente a las tropas persas: 
- Los habitantes de Focea y Teos, después de intentar resistir vanamente al enemigo, embarcaron en sus naves en busca de nuevos asentamientos:  Teos en Tracia y los focenses en Alalia, Córcega.
- Algunas ciudades fueron tomadas y sus territorios saqueados.  Hacia el 540 a.C. la mayor parte de las ciudades greco-orientales estaban bajo el dominio persa.
- La excepción puede haber sido Mileto por el pacto de xeniva que había tenido bajo el dominio lidio y que Ciro respetó.  Hdt. I, 141.
            Los persas organizaron dos nuevas satrapías con los territorios conquistados en Anatolia.  Sus capitales eran Sardes, de quien dependían las ciudades jonias y dorias de Asia Menor occidental, y Dascilio, sede de la satrapía frigia, que controlaba las ciudades eolias y las colonias jonias del norte.
            Desde el punto de vista persa, la segunda mitas del siglo VI siguió siendo una etapa de expansión.  Ciro había continuado sus conquistas hacia el este, anexionando al Imperio Babilonia en el 539.  Cambises, su hijo, conquistó Egipto en el 525.  Las conmociones que siguieron al asesinato de éste pararon temporalmente la expansión persa hasta que su sucesor, Darío, acometió la empresa de someter a los países situados al norte del Egeo, como Tracia y Macedonia.
            El imperio persa siguió una política de relativa interferencia mínima en los territorios conquistados (cf. supra), pero incluso en estos imperios de tipo "patrimonial" la conquista provoca cambios de largo alcance en las relaciones entre conquistadores y conquistados, sobre todo en lo que se refiere a la explotación económica de los pueblos sometidos.
                        A) LA ECONOMÍA:
            Los reyes persas optaron por circuitos económicos separados y relativamente cerrados, en lugar de favorecer nuevos mercados fruto de los contactos entre diferentes grupos de población.  Además un sistema centro/periferia, como el persa, donde la riqueza acumulada en el centro se basa en la producción de un área de mayor extensión, tienden a ser inestables ante la dificultad de control de las áreas periféricas.
            Algunos griegos de profesiones específicas:  médicos, arquitectos, escultores... trabajaron para los persas, de hecho hay una notable influencia griega en la arquitectura y escultura aqueménidas:  Hdt. III, 129-137.  Pero el Imperio Persa no podía ofrecer oportunidades de gran importancia económica a las ciudades griegas orientales, cuya expansión anterior había sido marítima.
                        B) LA POLÍTICA:
            La intervención persa en los asuntos internos de Asia Menor se relaciona con el apoyo a los tiranos que les podían resultar instrumentos útiles de control.  La tiranía se había desarrollado anteriormente en la región y, de hecho, el tirano más conocido de la 2ª mitad del siglo VI, Polícrates de Samos, parece haber alcanzado el poder sin la intervención persa, Hdt. III, 39 y Th. I, 13.  En todo caso, la tensión política causada por la conquista persa pudo provocar el mantenimiento de las condiciones propicias para los gobiernos tiránicos en la Grecia Oriental cuando la evolución política griega general llevaba a su desaparición.
                        C) EL EJÉRCITO:
            Otro aspecto en el que influyó el dominio persa fue en la inclusión de tropas griegas en los ejércitos persas.  Heródoto en su libro III nos habla de que los griegos, ya en la expedición de Darío a Tracia, protegieron su retirada y la de su ejército. Pero para los griegos luchar en los ejércitos persas era algo ya tradicional.  Durante los siglos VII-VI el servicio como mercenarios supuso una salida para centeneres de hombres descontentos con las condiciones económicas de las ciudades griegas:  mercenarios griegos lucharon a las órdenes de Psamético II como nos demuestran las inscripciones en dialecto jonio que aparecen en las estatuas de Ransés II en Abu Simbel (594-589 a.C.).  Desde finales del siglo VI hasta la conquista de Alejandro, las fuentes mencionan a jonios luchando con los persas, forzosamente, debido a las levas impuestas a las satrapías, o como mercenarios.

II.- LAS GUERRAS MÉDICAS:
            II.1.- LA REBELIÓN EN ASIA MENOR:
                        A) CAUSAS:
            Aunque hemos podido acercarnos a la situación de las ciudades asiáticas bajo el dominio persa (cf. supra I.2), único esbozo de las motivaciones de los jonios para sublevarse, me gustaría insistir en el aspecto económico.
            Bien, sobre los perjuicios económicos que la conquista pesa produjo a la Grecia asiática existen juicios enfrentados que no coinciden en la valoración de su importancia como causa de la rebelión del 499 a.C.
            Se ha insistido en que la conquista persa de la región de los estrechos de la Propóntide habría paralizado el comercio entre Jonia y el Ponto Euxino.  También se ha dicho que los reyes persas favorecieron los puestos fenicios en detrimento de los de Asia Menor y que la conquista de Egipto tuvo efectos negativos en las actividades jonias en Naucratis.  Sin embargo la falta de evidencia material conlleva la debilidad de eta hipótesis propuesta por Nenci en Bianchi-Bandinelli.
            A pesar de ello, dado que la falta de edificaciones públicas y reconstrucciones tras el colapso que nos ocupa parecen remontarnos, al menos parcialmente, a la decadencia que trajo consigo la etapa anterior, es decir, la primera fase del dominio persa, insistamos en la tesis de Nencien Biachi-Bandinelli, a saber:  él, más allá de las manoseadas ideas de las diásporas colectivas temerosas de la represaria persa, del tributo excesivo, los efectos negativos de los regímenes imperialistas impuestos por los persas... cree que la razón profunda de la crisis de la Grecia asiática que estallará en la revuelta jonia del 499, hay que buscarla en el hecho de que la economía de las ciudades de Asia, mediadoras bajo los lidios entre el reino lidio y Grecia continental y occidental, se ve implicada en el fin de la prosperidad de Lidia, sin encontrar, por otro lado, un recambio inmediato en el ámbito del imperio aqueménida.  Ellas se encuentran en la periferia de un mundo que no mira a occidente sini al interior, de ahí la necesidad de los griegos de Asia, con una tradición de relaciones económicas, de librarse de la opresión mediante la revuelta.
            La respuesta de Grecia continental a la llamada de Aristágoras (Esparta, encerrada en la economía peloponésica, defrauda a los griegos que la consideraban prostatésHelládos -protectora de Grecia-; Atenas, abierta al comercio con Jonia y beneficiaria de la prosperidad de Lidia -como bien sabían los Alcmeónidas- consideró oportuna la intervención ) y las disposiciones tomadas por los persas tras la revuelta (facilitaron la organización de la economía jonia y la imposición de tributos más ligeros, Hdt. VI, 42, 2), confirman que estos eran los móviles y razones profundas de la insurrección.
                        B) LOS HECHOS:
            El curso de los acontecimientos aportado por Heródoto en sus libros V y VI es el siguiente -tengamos en cuenta que como hombre del s. V que contempla las Guerras Médicas bajo la óptica del triunfo griego y las características  de la tradición oral presenta una serie de problemas-:
- Aristágoras, tirano de Mileto interinamente, en nombre de su suegro Histieo, retenido en la corete de Darío, lanzó el movimiento, renunció a su poder tiránico, proclamó la isonomía y apoyó este proceso en las restantes ciudades.
- Pide ayuda a Esparta y a Atenas (Will señala que esto es una probable actualización de Heródoto pues refleja la doble hegemonía que se repartió el mundo en el s.V).  Digamos pues que solicitó el apoyo de la Grecia continental.  Atenas aporta 20 naves a las que se unen 5 de Eretria debido, según Hdt. V, 97 y 99, a una antigua alianza con Mileto, el resto no mostró ningún sentimiento solidario.
- La ofensiva griega del 499 condujo a la toma e incendio de la ciudad de Sardes, aunque no de su ciudadela. Luego los griegos fueron vencidos cerca de Efeso, los atenienses volvieron a casa (¿por razones de política interior?) y los jonios, decididamente poco unidos, se atrincheraron en sus respectivas ciudades;  sin jefes ni organización no pudieron resistir la contraofensiva persa.
- En el 494 Mileto fue tomada y saqueada y sus mujeres y niños llevados al este como esclavos;  la flota, concentrada en Lade, fue aplastada.  Hdt. VI, 20.
                        C) CONSECUENCIAS:
            En la Grecia asiática, pese a que al principio se impuso el temor a los vencedores, Darío puso pronto fin a esto al otorgar a las ciudades de Jonia tratados bastante generosos;  de hecho, en conjunto, la situación de Grecia Oriental no parece haber variado sustancialmente en la época inmediatamente posterior.  Se impuso, desde luego, tributo, pero hay que interpretar cuidadosamente la peliaguda afirmación herodotea de que se instituyeron "democracias" en las ciudades, Hdt., VI, 42-43,pues de nuevo nos encontramos con opiniones enfrentadas:
- Amouretti y Ruzé hablan del establecimiento de democracias sin más.
- Picazo lo interpreta como una ampliación de su política de no intervención en los asuntos internos de los territorios sometidos.
- Nenci interpreta que la deposición de las tiranías, al desarrollase incruentamente, supone no tanto un gesto de apertura a la democracia cuanto un rechazo al dominio persa.  Hdt., VI, 377 y ss.
            Por otro lado Darío, que había concluído la reconquista de las ciudades griegas con la expedición de Mardonio a Tracia, al cabo de la cual fueron ocupadas Tasos y sus minas continentales y explotado el litoral para construcciones navales, no estaba resuelto a que las cosas quedaran así.  La intervención de los atenienses había demostrado que su dominio sobre las ciudades griegas de Asia sólo estaría asegurado cuando hubiera sometido también a la Grecia europea.  Además, dice Heródoto, quería vengarse del incendio de Sardes.  Esto nos lleva al conflicto entre griegos y persas, es decir, a las Guerras Médicas.
            En Atenas, particularmente, el embarazo e incluso la vergüenza de los atenienses se expresó en la reacción de los espectadores de La Toma de Mileto  de Frínico en el 493, y, acaso, también en la elección del arcontado de Temístocles. Campeón de la democracia puesto que, al dar prioridad al desarrollo marítimo de Atenas y comenzar la construcción del puerto del Pireo, los thetesrepresentaron el papel principal en la marina quitándoles a los hoplitas su absoluta primacia en la defensa del país.  Pero la aristocracia se resistió, apoyándose en las clases hoplíticas rurales cuyo jefe fue por entonces Milcíades, que fue elegido estratego en el 490 ya que se confiaba en su conocimiento del ejército persa al haber sido "tirano" de Quersoneso hasta que.el dominio persa le hizo volver.
                        A) LOS PRECEDENTES:
            Ya hemos dicho que Darío no estaba dispuesto a dejar las cosas así.  Los años entre el fin de la revuelta jonia y el inicio de la primera expedición persa contra las ciudades de Atenas y Eretria (no inspiradoras pero sí aliadas, aunque indecisas, comprometidas) sirvieron para poner en orden las cosas y organizar una expedición punitiva contra Grecia.
            La Jonia, foco central de la revuelta, está sometida a los persas y la revuelta no es más que un recuerdo.  El aligeramiento del tributo, algunas reformas administrativas, la capacidad aqueménida de absorver en la dimensión del propio imperio diversas fuerzas y pueblos, se manifiestan también en esta ocasión hasta el punto de que personalidades jonias colaboran con el vencedor y la cultura griega de Asia penetra en el interior del Imperio Persa.  La fuerza de atracción de Persia va mucho más allá en estos años, Hdt. III, 129-138, los desterrados griegos muestran su fascinación por el mundo aqueménida.  De hecho, se ha observado que la Grecia de Asia llega a estar tan integrada de nuevo en el imperio persa que, después del 481, reclama de los aqueménidas contingentes militares para enviarlos contra la madre patria.
                        B) LAS EXPEDICIONES:
            - 1ª EXPEDICIÓN-MARDONIO-492:
            Unicamente dos años separan la primera expedición punitiva contra Grecia de la batalla de Lade y de la toma de Mileto.  A la concentración, a principios del 492, de la flota y de la armada persas en Cilicia, le sigue el inicio de la expedición por tierra y por mar.  La flota, al mando de Mardonio, somete Tasos y llega, a lo largo de la costa europea, hasta Acanto, cuando la armada terrestre, ya en el territorio de los brigios, sufre durante la noche graves pérdidas que debieron parecer tanto más graves si se tiene en cuenta el desastre naval de la flota, sorprendisa por una tempestad en el momento en que doblaba el Monte Atos.  Las pérdidas alcanzaron cerca de la mitad de la flota, Hdt. VI, 44, 3, hecho que obligó a Mardonio a ordenar la retirada pero no desalentó a Darío sino que lo empuja a una segunda expedición.
            - 2ª EXPEDICIÓN-DATIS Y ARTEFERNES-490:
            Fue preparada con más cuidado, haciéndola, esta vez, preceder de una auténtica y adecuada campaña diplomática basada en la demanda de un acto de sumisión formal, una petición que probablemente habría evitado la auténtica expedición, y sin imponer a los griegos tributos.  De hecho, no pocas ciudades griegas aceptaron las demandas persas, entre ellas una ciudad particularmente interesada en desarrollar su tráfico marítimo, Egina.
            Olvidada la experiencia negativa de la 1ª expedición, toda la armada, infantería y caballería es embarcada, a las órdenes del medo Datis y del sobrino de Darío, Artafernes, con rumbo hacia Eubea y el Atica.  La campaña se desarrolla para los persas bajo mejores auspicios.  Naxos es sometida, Delos también, pero es respetada.  Caristo, en Eubea, es tomada y destruida y también Eretria vista la inutilidad por parte de los atenienses de hacer combatir a favor de los eretrios a los 4.000 clerucos de Calcis, que de hecho se retiraron a Oropo.
            Desembarcaron luego al norte de Maratón.  Las tropas atenienses reforzadas por Platea (los espartanos estaban celebrando las Karneia  y no podían enviar tropas inmediatamente) tomaron posición en la colina que dominaba la llanura pantanosa.  Milcíades, uno de los estrategos impuso su táctica:  sabiendo que los persas habían comenzado a embarcar sus caballos por la noche, adivinó su intención de desembarcar en un punto no defendido y desencadenó la ofensiva, que fue un éxito, Hdt. VI, 102-114.  A continuación, la rapidez de movimiento de las tropas atenienses disuadió a los persas de intentar un nuevo desembarco en otra parte.
                        C) EL SIGNIFICADO DE LA VICTORIA EN MARATÓN:
            La victoria ateniense en Maratón, desde el punto de vista persa, para el que no tenemos información escrita directa, seguramente no fue más que un desembarco fracasado en una expedición que había logrado gran parte de sus objetivos. Pero para los griegos, sobre todo para los atenienses, que alcanzaron el éxito sin la ayuda de otros, será siempre el acontecimiento más memorable.
            Maratón era una victoria nacional sobre un enemigo temible.  Como tal, era el orgullo de todo ateniense, más, siendo Milcíades un rico aristócrata, la batalla se celebraba con la satisfacción de algo propio en los círculos que sostenían sus puntos de vista.  En los años posteriores los atenienses que no compartían la idea de una democracia integral añoraban la batalla como una edad de oro.  Maratón era un mito nacional sin ser un mito democrático, era el triunfo de la vieja Atenas, de su infantería, todavía no el triunfo de su marina.
            El haber luchado en Maratón era la cumbre de la búsqueda del honor por un hombre.  Así los muertos fueron enterrados en un único túmulo, que aún se eleva en el campo de batalla, y el aniversario de la lucha se celebraba con un sacrificio de 300 cabras a Artemis.  En el 425 Aristófanes en Las Nubes  caracteriza a uno de sus audaces aldeanos no como uno de los combatientes, de manera genérica, en las Guerras Médicas sino como uno de los "de Maratón".
            II.3.- LA SEGUNDA GUERRA MÉDICA:
                        A) LOS PRELIMINARES:
            El decenio de los años ochenta es poco conocido en las fuentes escritas.  Del lado griego la mayor parte de la información hace referencia a Atenas y a su política interior durante estos años.  De Persia insisten en que reorganizó sus tropas y tras el segundo fracaso se convenció de que era necesaria una formación de tropas todavía más amplia para conseguir el éxito:  según los estudiosos modernos el ejército invasor del 480 debió ser numeroso y su objetivo probable era la conquista de la Grecia europea.
            - LOS GRIEGOS:
            Milcíades, fortalecido por su éxito, pretendió llevar la guerra al Mar Egeo, acordando una expedición para volver a tomar la isla de Paros.  La expedición fracasó y Milcíades fue ostratizado.  Al parecer el proceso fue llevado por Jantipo, un alcmeónida condenado unos años después seguramente por la acción de los cimónidas.  Esto nos indica que, pese a las reformas clisténicas, las grandes familias, si bien respetendo las reformas constitucionales, dominaban la política ateniense y se destrozaban con inútiles querellas,
            En los años 483-2 el arcontado cayó en manos de Temístocles (cf. II 1, C).  Este arcontado estuvo señalado por un hecho importante:  el descubrimiento de los ricos yacimientos argentíferos de Maronea, en Laurión.  Temístocles logró que triunfara su propuesta de dedicar lo obtenido en la explotación de las minas a la construcción de una flota, al parecer, sirviéndose del pretexto de que Egina, con quien Atenas estaba en guerra, devastaba con su flota las costas del Atica, Hdt.VII, 144.  Cabe la posibilidad de que, por la llegada a Grecia de informes sobre los preparativos persas, Temístocles previese que el porvenir de Atenas se jugaría en el mar.
            En el 481 los delegados de las ciudades griegas, alertados por la inminencia persa, se reunían en el Istmo de Corinto a fin de preparar la defensa común.  Esparta era a la sazón la primera potencia militar griega y, naturalmente, a ella le correspondió el mando.  El entendimiento entre las ciudades griegas supondrá el fin del conflicto de Atenas y Egina, entre otros;  la hegemonía espartana plantearía el problema de en qué punto debía realizarse el esfuerzo de detener al persa, Hdt.VII, 131-178.
            - LOS PERSAS:
            La tercera etapa del "avance continuo" persa hacia occidente fue la expedición organizada por Jerjes que estuvo precedida de una serie de cuidadosos preparativos a partir del 484.  En los años anteriores los persas se enfrentan con problemas en otras zonas periféricas del Imperio:  la revuelta egipcia, sofocada en el 484 por el nuevo rey, Jerjes  -Darío murió en el 485-, que seguramente por su política religiosa poco tolerante motivó el levantamiento de Babilonia en el 482 a.C.
            Hdt. VII, 20-25 y 33-36 narra los preparativos de la expedición persa que comprendieron:
- La excavación de un canal a través de la península de Acté (Calcídica) para evitar la repetición de la catástrofe naval del 492.
- La organización de depósitos de víveres y materiales en distintos puntos de las costas tracia y macedonia.
- La construcción de un doble puente flotante de barcos a través del Helesponto para facilitar el paso de las tropas.
                        B) LAS EXPEDICIONES:
            Jerjes se apresuró a pasar al ataque.  Había reunido un ejército y una flota considerables, cuya pintoresca descripción debemos a la pluma de Heródoto.  Estaba resuelto a atacar paralelamente por tierra y por mar y así lo hizo:
480:
----- Las tropas persas iniciaron la marcha a través de los territorios sometidos de la Tracia, mientras su flota seguía una ruta paralela hasta llegar a Acanto, desde donde se inició el peridplo de la Calcídica.
----- Los griegos no defendieron el paso de Tempe y, como consecuencia, Grecia septentrional se sometió sin lucha a los persas.
----- Los griegos divergían sobre el lugar en que se emplazaría la siguiente línea defensiva:  Grecia central, sobre todo los atenienses, quería defender sus territorios ya que la amenaza era inminente;  Esparta, por no comprometer la estabilidad peloponésica intentaba mantener sus tropas al sur del Istmo de Corinto.  Finalmente se optó por un doble emplazamiento:  el terrestre en las Termópilas y el marítimo en Artemisio.  Este fue el desarrollo de los acontecimientos:
TERMÓPILAS:  según Heródoto es simultáneo a la batalla naval de Artemisio.  Después de varios intentos fallidos de romper la defensa griega, los persas fueron informados por un tránsfuga de la existencia de un sendero en la montaña que les conduciría a la retaguardia de los griegos.  Rodeados por el enemigo, el rey espartano Leónidas y sus soldados decidieron asumir hasta el final la defensa de las Termópilas, en compañía de los tespios y los tebanos.  El resto de las tropas volvieron al peloponeso.  Hdt. VII, 219-220.
El combate final de este puñado de hombres incrementó rápidamente la fama del valor de los espartanos que se convirtió en lema para los poetas:
De los que en las Termópilas cayeron
gloria es la fortuna
y noble es el destino
y es un altar la tumba.
Simónides de Ceos
ARTEMISIO:  Mientras tanto la batalla de artemisio estaba en una situación indecisa.  Cuando llegaron las noticias de la muerte de los defensores de las Termópilas y del avance del ejército persa hacia el sur, los barcos griegos partieron, atravesando el Euripo hacia las costas del Atica. Hdt. VIII, 16.
En el Decreto de Temístocles , descubierto en Trecén en 1959, se recoge que desde un principio Artemisio y Salamina formaban parte del plan defensivo griego y por ello la flota ateniense se dividió en dos partes iguales, una de las cuales permaneció en Salamina, mientras la otra desarrollaba la batalla de Artemisio.  Por tanto, este documento contradice la versión de Heródoto.
----- La ruta hacia Grecia central estaba abierta al ejército invasor y Jerjes no encontró resistencia en la Lócride, Fócide y Beocia, mientras los atenienses evacuaron la ciudad:  una pequeña guarnición quedó en la Acrópolis, pero el resto con sus bienes fue trasportada a Trecén, Egina y Salamina.
            Temístocles, el héroe ingenioso, como lo califica Murray, fue el responsable de estas medidas según Heródoto, también Plutarco en Vida de Temístocles , 9-10 insiste en la intervención de Temístocles en este hecho y nos indica el astuto recurso que utilizó:  interpretar a su manera, con la complicidad de los sacerdotes de Atenea ciertos prodigios, entre ellos, sobre todo el hecho de que la serpiente del Erecteo no saliera del recinto sagrado a recoger las ofrendas, lo que suponía una invitación de la diosa para que abandonasen la Acrópolis.
            Los persas tomaron la Acrópolis de Atenas e incendiaron sus edificios.  La reconstrucción de Atenas y la restauración de sus templos tras las destrucciones provocadas por los persas fue uno de los principales objetivos de la Atenas de Pericles.
----- Temístocles, temeroso de los efectos de estas devastaciones en la moral de la flota, forzó las operaciones.  Así, pese a que los peloponesios imponían la concentración de tropas en el Istmo y una labor meramente auxiliar por parte de la flota, a fines de septiembre del 480, se desencadenó la célebre batalla naval de Salamina, narrada por Esquilo en Los Persas por boca de un mensajero que informó a la reina-madre de lo sucedido.
            Hdt. VII, 139 recalca la importancia de la elección de Salamina para el combate naval definitivo entre los griegos y los persas:  "pues no alcanzo por cierto de qué hubieran podido servir las fortificaciones construídas sobre el Istmo si el rey persa hubiera logrado la superioridad sobre el mar".
LA BATALLA DE SALAMINA:  22 de septiembre del 480.  Tuvo lugar en el estrecho paso que separaba el promontorio ático de Egaleo de la isla de Salamina, en condiciones que impidieron a los persas explotar su superioridad numérica.  Una parte de la flota persa debió quedar destruída y el ejército invasor quedaba reducido a partir de ese momento a operaciones militares por tierra.  Los barcos persas que quedaban fueron enviados al Helesponto para proteger la línea de retirada de Jerjes y una parte del ejército de tierra.
Los Persas  presentan a un Jerjes que, lleno de temor, emprende una huída vergonzosa hasta Susa, pero quizás la rápida retirada de una parte de las tropas se debiera a la necesidad de controlar las reacciones que pudiese provocar la victoria griega en Jonia.
----- El resto del ejército persa, al mando de Mardonio, invernó en Tesalia desde donde se enviaron embajadas para negociar la paz con los atenienses, Hdt. VIII, 141-143.  El esfuerzo fue inútil.  Hasta tal punto había calado en la mentalidad griega del siglo V la interpretación de las Guerras Médicas como la supervivencia delHellenikón  (Hdt. VII, 144, 2), entendido como unidad de sangre, de lengua, de ritos y costumbres, frente a lo extranjero, es decir, como la defensa de la libertad y civilización griega de la esclavitud y barbarie que suponen los persas;  que ésta es la respuesta que Hdt. VIII, 144 pone en boca de los atenienses:  "ni encierra tanto oro en todas sus minas el globo entero de la tierra, ni cuenta entre todas sus regiones alguna ni tan bella, no tan feraz, ni tan preciosa, a trueque de cuyo tesoro y de cuya provincia, quisiéramos los atenienses pasarnos al medo con la infame condición de la esclavitud de Grecia...".
479:
----- En la primavera los persas avanzaron hacia el sur y los atenienses evacuaron su ciudad de nuevo para refugiarse en Salamina, Hdt. IX, 3.
----- Se llevó a cabo la concentración de las tropas griegas pese a las acostumbradas dilaciones espartanas.  El enfrentamiento tuvo lugar en Platea, Beocia.
LA BATALLA DE PLATEA:  A lo largo de la falda norte del Citerón se desplegaron los griegos mandados por el espartano Pausanias;  frente a ellos, los soldados de Mardonio, persas y aliados griegos, más numerosos y con una notable caballería, si bien con infantería de peor calidad.  Tres semanas de agotadores combates y de lucha en torno a los lugares con agua de la comarca de Platea condujeron, finalmente, a la retirada de los persas, tras la muerte, en pleno combate, de Mardonio.  Hdt. IX, 63-64.  Los restos del ejército persa, tras la derrota, se retiraron hacia el norte sin ser perseguidos.
----- Las precauciones inmediatas de los griegos, tras las ceremonias religiosas en honor de los muertos y de acción de gracias a los dioses, se consentraron en el castigo de los griegos culpables de "medismo", concretamente de los jefes tebanos promotores del acuerdo con Persia, Hdt. IX, 86-88.
LA BATALLA DE MICALE:  mientras se desarrollaba la campaña de Beocia, dio comienzo la liberación de las ciudades grecoorientales por la intervención de la flota griega en una base naval persa situada en Micale, frente a Samos, Hdt. IX, 90.
----- La victoria de Micale desembocó en un tema de enorme importancia en la política griega del siglo V:  el futuro de los griegos asiáticos todavía dominados por los persas:
- Esparta sugirió que abandonasen sus ciudades y se instalasen en los territorios de los griegos continentales culpables de medismo.
- Atenas, aunque, de momento, sólo admitió en la Liga Helénica a las grandes islas adyacentes a la costa de Asia Menor, proporcionó apoyo a esos griegos orientales que rehusaban a abandonar sus tierras.
                        C) LOS ÚLTIMOS ENFRENTAMIENTOS:
            La guerra entablada por los persas se había acabado;  los griegos van a pasar a la ofensiva en el Egeo.
            Como hemos dicho Esparta se encierra en la política peloponésica, pero no así Atenas, que bajo la cobertura de impedir cualquier retorno ofensivo de los bárbaros por un lado, y de "liberar" a las ciudades griegas por otro sigue en activo:
----- En el 478, los atenienses, bajo el mando de Jantipo (ostratizado y aceptado de nuevo en Atenas por la amnistía del 480), se apoderaron de Sesto.
----- Al renunciar Esparta a participar en la guerra de Asia, se constituye bajo la dirección de Atenas La Liga de Delos:  en principio, una alianza militar que reunía a las ciudades jónicas en torno al santuario de Delos, donde sería depositado el tesoro federal, tesoro destinado a cubrir las necesidades de la liga y alimentado mediante el tributo de los miembros que no participaran directamente en la defensa mancomunada.  Arístides (aristócrata ostratizado y aceptado de nuevo lo mismo que Jantipo) fijó en el 478 el primer tributo y no tardó en cosechar grandes éxitos militares sobre el persa:
BIZANCIO-EIÓN:  La primera intervención de la liga fue contra el espartano Pausanias, que llevaba un doble juego con Persia y estaba en conflicto con su propio juego.  Conducidos por Cimón (hijo de Milcíades, vencedor en Maratón), los aliados lo expulsaron de Bizancio, punto estratégico porque abrigaba los abastecimientos alimenticios procedentes del Mar Negro.  El objetivo inicial era eliminar a los persas de Europa.
El jefe persa resistió hasta el final en Eión.  Pero al quedarse sin víveres acabó con la vida de sus esposas, hijos, concubinas y esclavos y arrojó sus cuerpos a una pira fúnebre lanzándose después él a las llamas, habiendo, además, arrojado el oro y la plata al Estrimón.  Con la toma de Eión se consiguió un puerto bien fortificado con tierras interiore de sembrados y bosques, era una importante plaza fuerte de Tracia.
EURIMEDÓN:  después de una expedición de Cimón contra Esciros, guarida de los piratas dolafios, en el476-475 tuvo lugar el éxito más importante de Arístides.
Diez años después de su retirada de Europa, 470-469, Jerjes se sintió con fuerzas para levantar un nuevo ejército y una nueva armada, pero Cimón quería sorprenderlo en las costas sur de Asia Menor, por donde los barcos fenicios de los persas solían bordear al navegar hacia el oeste.
Cimón liberó Caria del dominio persa y convenció o coaccionó a las comunidades de Licia a entrar en la liga. Los griegos respondieron enviando en el 468 una flota a Panfilia.  La flota se guareció en el río Eurimedón. Cimón persiguió a los persas, los atacó y destruyó 200 naves fenicias.  Al derrotar, poco después, a los refuerzos que habían zarpado de Chipre, una victoria colocó la costa sur de Asia Menor bajo la esfera de influencia ateniense y añadió nuevos miembros a la liga.
            El espíritu, que en estas campañas inspiraba a los atenienses y a sus aliados, era muy semejante al que lo hacía en las primitivas Guerras Médicas, de las que eran una secuela natural.  Todos los combatientes sabían que, lo mismo que en Maratón, perdiendo la vida por la patria, alcanzaban la gloria.  De hecho, en Atenas se erigieron piedras conmemorativas, en honor de los caídos en Bizancio y Eión, coronadas con el busto de Hermes;  en el barrio de los alfareros una lápida común presenta una inscripción con lo acaecido en el río Eurimedón.
            En su mayoría, los aliados se sienten a gusto con esta vigorosa política que ha derrotado a los persas, cumpliendo así con su cometido.

III.- CONSECUENCIA DE LAS GUERRAS MÉDICAS:
            III.1.- PRELIMINARES:
            Ante el interrogante de hasta qué punto las Guerras Médicas y sus consecuencias transformaron el proceso de desarrollo de las ciudades griegas conviene que tengamos en cuenta que:
            A) Nos enfrentamos al peligro de llegar a generalizaciones excesivas partiendo del caso concreto de Atenas, por ejemplo:  se habla de la libertad de los combatientes griegos frente al sometimiento de los persas, sin embargo en Platea había 35.000 hilotas espartanos (Hdt. IX, 28), es decir, la misma cantidad que de hoplitas libres.
            B) Muchos historiadores hablan de las Guerras Médicas como la transición a una nueva etapa de gran esplendor, la clásica.  Sin embargo, como señala Snodgrass, las características principales de la Grecia clásica representan la continuidad de procesos anteriores que se habían iniciado a finales de la Edad Oscura o durante la Epoca Arcaica, así:  la pólis, como forma de organización política y social del mundo griego, alcanzó su madirez en el período clásico, pero su aparición se inició en la última fase de la Edad Oscura y los elementos estructurales que la caracterizan:  libertad, autonomía, autarquía, etc., son fruto de una larga evolución.
            C) No sólo las fuentes antiguas, sino que también muchos estudiosos modernos hablan del panhelenismo como consecuencia directa de las Guerras Médicas, es decir, la valoración del Hellenikón frente a lo extranjero (Hdt. VIII, 144). Pero pese a que, sin duda, la literatura y el arte del siglo V enfatizaron frecuentemente la diferencia entre la civilización griega y la barbarie del exterior, muchos griegos desde el comienzo del arcaísmo entraron en contacto con el mundo exterior y muy posiblemente las ideas panhelénicas más antiguas se originaron en las áreas coloniales, donde los griegos entraron en contacto directo y continuo con otros pueblos frente al poco tiempo que, debido a la escasa duración de las campañas, los griegos (excepto los orientales) estuvieron en contacto con los persas.
                        A) ATENAS:
            Salió del conflicto con un enorme refuerzo debido a:
- su contribución a la defensa del Hellenikón al apoyar a los rebeldes jonios.
- su contribución esencial, en el seno de la confederación defensiva griega liderada por Esparta, sobre todo al optar por hacer frente a Jerjes por mar, pese a que Esparta prefería una lucha terrestre.
- su contribución, consecuentemente, al mayor éxito:  Salamina.  Pese a que Platea se celebra como la batalla de la liberación por lo que se instituyeron los Eleuthéria.
            Además de este prestigio le comportó profundos cambios en política interior:  el peso de las masas populares y el triunfo de la marina señalaba la victoria de la línea de Clístenes y preparaba aquélla que sería la política ateniense hasta la Guerra del Peloponeso, a saber:  la ciudad que había hecho frente al enemigo apoyándose en un nuevo elemento, la flota, debía interpretar la política de un modo también nuevo, es decir, debía lanzar las bases de una confederación que por primera vez en la historia griega se definía como ofensiva con vistas a la liberación de las ciudades asiáticas y la continuación de un conflicto que ningún tratado había concluído.
            Pero es también toda la vida económica y social ateniense la que sale renovada:
- Se reemprende la explotación de Laurión.
- Se renueva la ciudad conectándola con el Pireo.
- Se emprende una política de aprovisionamiento de grano.  El comercio de grano potencia la exportación de plata o productos artesanales.
- Se abandona progresivamente el campo, pues Atenas, ciudad artesanal y con un puerto muy activo, se convierte en fuente de energía.  Se transforma en una ciudad de artesanos y comerciantes.
- Se modifica, en consecuencia, la población ateniense:  los metecos son cada vez más numerosos y más importantes al unirse al progreso económico de Atenas.
                        B) ESPARTA:
            Salió de la 1ª Guerra Médica sin pena ni gloria, de la 2ª todavía indemne respecto a Atenas, pero con una gloria ciertamente inferior a la ateniense.
            Por otro lado, pese a que tanto Platea como las Termópilas eran inolvidables, una vez más, la evolución de su situación interna fue determinante para la elección de su política externa:  la Esparta del 479, según Diodoro XI, 50, teme salir del Peloponeso condicionada por el peligro argivo y por su estructura económica y social.
            La suerte de Atenas tras las Guerras Médicas se construyó, en gran parte, gracias a la reluctancia espartana a cambiar de política, lo que ni la gran personalidad de Pausanias logró hacer.
                        C) LAS OTRAS CIUDADES:
            No pudieron elegir libremente sino en la medida en que la inmediata formación de la Liga Delio-Ática rompía la solidaridad creada en torno al Istmo y abría en Grecia dos formaciones destinadas a enfrentarse hasta el fin de la Guerra del Peloponeso.
            Económicamente, a pesar de que después del 480 se advierte en toda Grecia y no sólo en el Atica un resurgimiento de las actividades sea a nivel de producción sea a nivel de acuñación e intercambios, se ha observado que los intercambios nunca fueron interrumpidos completamente, ni durante las Guerras Médicas.  Es decir que confirmamos la idea expuesta en los preliminares de la continuidad de procesos anteriores a las Guerras Médicas.
            Las ciudades asiáticas, aunque se adhirieron paulatinamente a la Liga Delio-Ática, sobre todo tras la batalla del Eurimedón, no vieron nunca más renacer aquella situación privilegiada de la que habían gozado bajo la dominación lidia y permanecieron relegados en los límites de un área con la que no estuvieron en condiciones de hacer de mediadoras de su economía en el marco del mercado común ateniense, un mercado que permitió la recuperación, principalmente, a las ciudades con recursos naturales.
            Concluyendo, las Guerras Médicas, desde la perspectiva persa, debieron considerarse como un fracaso de su política expansiva en los territorios periféricos, de tipo semejante al que se dio en otras zonas del imperio.  Para los griegos, buena parte de los cuales se habían sometido a los persas sin luchas, la invasión persa y posterior derrota persa constituyó un éxito con resonancias importantes en la esfera ideológica, pero escasas, como acontecimientos puntuales, en las esferas económica, social y política, excepción hecha de Atenas.  Hemos constatado esta última afirmación, ciñámonos ahora a la que atañe al terreno ideológico.
                        A) RELIGIÓN:
            Nos encontramos con dioses colaboradores en la victoria:  Pan, Iaco, Bóreas participan directamente en los esfuerzos bélicos como recuerda Hdt. VI, 105; VII, 189;  VIII, 65.  La conexión entre algunos cultos religiosos y las Guerras Médicas fue importante en los siglos V-IV:  en la celebración de los Misterios de Eleusis se excluía a todos los bárbaros, Isóc. IV, 157, a causa de los sacrilegios cometidos por Jerjes y Mardonio.
            Es también significativa la decadencia de Delfos hasta el punto de que Heródoto, educado tradicionalmente y por tanto vinculado a causas típicamente délficas como:  húbris -soberbia- y phthónos tón theón -miedo a las divinidades-, no vacila en denunciar las posturas ambiguas, como la de la batalla de Salamina, Hdt. VII, 139, 6.
            Es Atenea la divinidad vencedora, así Arístides le erige el Templo de Arenea Area en Platea como consagración de la victoria.
            Atenas supo explotar la decadencia de Delfos, pues a Atenas y sus aliados les corresponde crear ex novo , frente al soberano persa, la más sentida y panhelénica de las anfictionías, reemplazando al santuarios de Delfos en una función que Atenas hará suya y transferirá muy pronto a su liga.
                        B) ARTE:
            El triunfo sobre Persia determinó un nuevo clima cultural en Grecia que se advierte incluso en las manifestaciones artísticas figurativas:  el tema del guerrero persa se adopta en la cerámica griega, pero es sobre todo el tipo del bárbaro vencido lo que inspira la escultura griega.
            Un relato de Licurgo muestra la atención que dedicaba el público ateniense, formado aún por protagonistas de aquellas batallas, a todo lo que tenía que ver con ellas:  las quejas de los atenienses a Micón por haber presentado a los persas más grandes que a los atenienses.
            El interés por temas relacionados con las Guerras Médicas perduraba incluso en el 425 pues los frescos del templo de Atenea Niké escogen el tema de la batalla de Platea.
                        C) TRADICIÓN ÉTICA Y CULTURAL:
            Las Guerras Médicas fueron para los griegos una gran ocasión de replantearse toda una tradición ética y cultural, puesta a prueba por el mismo conflicto:  el contacto con un ejército compuesto por gentes que representaban a toda Asia bajo el dominio aqueménida, les da a conocer costumbres, técnicas de combate, rituales y usanzas sobre las que Heródoto traza un cuadro de gran colorido;  además amplian su horizonte geográfico.
            En resumen, el contacto con los persas no sólo supuso un contraste entre lo griego y lo no-griego, sino también entre dos horizontes culturales diferentes.
                        D) LITERATURA:
S. V:
            La actitud de los que han considerado las Guerras Médicas como el triunfo de la libertad sobre el despotismo, de Europa sobre Asia, se inició con Los Persas  de Esquilo, 472 a.C., y ha continuado hasta nuestros días en la obra de muchos historiadores deseosos de exaltar el gran triunfo de la cuna de la civilización occidental, por ejemplo nuestro Nenci.
            A lo largo de todo este siglo el recuerdo de las Guerras Médicas permanece muy vivo y la política ateniense, hasta que no tuvo como objetivo Esparta, contribuyó a alimentar esta recuerdo:  honores a los caídos, dedicatorias, celebraciones de aniversarios de batallas...
            Tampoco faltaron reflexiones críticas:  Heródoto y Tucídides.
S. IV:
            La suerte de las Guerras Médicas de vio favorecida por la decadencia de Atenas y la búsqueda del prestigio pasado capaz de devolver la esperanza en el resurgimiento de la ciudad.
            De hecho, en el Epitafio  de Lisias por los caídos en la Guerra de Corinto, las Guerras Médicas adquirieron tonos cada vez más épicos:  la expedición persa se convierte en una expedición contra Europa y Atenas es el objetivo principal de los persas, no por participar en la revuelta jonia, sino ante la certeza de que, vencida Atenas, cualquier otra ciudad griega caería.
            Gran resonancia continuaron teniendo las Guerras Médicas en Isócretes, en el Panegírico  y en el Panatenaico  , para él los griegos no adularon al bárbaro porque ayudara a esta o a aquella ciudad a dominar a los griegos, sino que todas juntas combatieron.
            No menos interesante para la suerte de las Guerras Médicas en el pensamiento griego de los siglos siguientes y su interpretación son las páginas de Platón en Gorgias, Menón, Menexeno y, sobre todo, Las Leyes :  confirma el aspecto primitivo de las expediciones persas a Grecia, en especial la de Darío.
            En la segunda mitad del siglo IV el interés por las Guerras Médicas se reanudará al relacionarlo con la expedición de Alejandro a Asia que toda la tradición historiográfica presentó como la continuación de las Guerras Médicas y la venganza de la agresión persa a Grecia en el 480 a.C..
            Desde el punto de vista historiográfico lo más interesante sin duda es que Grecia, unida (si prescindimos de neutrales y medizantes) durante el conflicto que nos ocupa, saldrá de él más dividido que nunca en dos grandes bloques que insisten en las diferencias entre Esparta y Atenas.  Este hecho desembocará, con un intervalo de cincuenta años, en la Guerra del Peloponeso.

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