Reyes escitas
Farasmanes (Pharasmanes, en antiguo griego: Φαραδμάνης) fue un rey escita de la tribu de los corasmos. Se presentó a Alejandro Magno en Zariaspa en el 328 a. C. con ofertas de amistad que fueron recibidas y aceptadas por el rey macedonio, con lo cual se estableció un alianza entre ambos monarcas. Prometió su ayuda en la conquista de las tribus escitas entre el mar Caspio y el mar Negro(o Ponto Euxino) cuando Alejandro decidiera hacerlo, lo cual nunca llegó a ocurrir.
Idantirso (Idanthyrsus, en griego antiguo: Ἰδάνθυρσος) fue rey de los escitas, hijo de Sauli (Saulius), hermano de Anarcarsis, al que mató.
Cuando Darío I invadió territorio de los escitas el 508 a. C., estos dirigidos por Idantirso se retiraron sin luchar.
Darío les envió un mensaje: «O combatir o someterse». Idantirso contestó que la huida ante los persas no era por temor, sino porque los escitas no querían la guerra sino que buscaban la vida en la que estaban acostumbrados y que no tenían ningún motivo para luchar ya que no tenían ni ciudades ni tierras que pudieran ser saqueadas, y que lo único que encontrarían los persas serían las tumbas de los antepasados.
Idantirso (Idanthyrsus, en antiguo griego: Ἰδάνθυρσος) fue un rey escita. Estrabón habla de este rey y dijo que al frente de los escitas asoló Asia Menor, llegando hasta Egipto; y puede ser que corresponda a la expedición mencionada por Heródoto, el cual dice que un rey escita llamado Madies (Madyas) gobernó sobre Asia Menor durante 28 años hasta que fue expulsado por el rey Ciáxares de Media en el año 607 a. C. Estrabón menciona al rey Madies como soberano de los cimerios. Juniano Justino también menciona una expedición escita que llegó hasta la frontera de Egipto, pero de manera imprecisa.
Tomiris (siglo VI a. C.), reina de los masagetas, pueblo escita formado por una confederación de tribus de Asia Central, al este del mar Caspio, en partes de lo que hoy forman los estados de Turkmenistán, Afganistán, oeste de Uzbekistan, y sur de Kazakstán.1 2 3 4
Según el historiador griego Heródoto, el rey persa Ciro el Grande quiso casarse con ella, pero al ser rechazado decidió invadir su país. Después de una primera batalla, el ejército de los masagetas se emborrachó una noche y los persas aprovecharon para apresar al hijo de la reina Espargapises y gran número de tropas. Para vengar esta afrenta y el suicidio de Espargapises, Tomiris derrotó al rey de los persas y como Ciro muriera en el combate, hizo llenar de sangre un odre y, sumergiendo en su interior la cabeza del rey, exclamó: «¡Ahora, según te amenacé, te hartaré de sangre!»5 6 (Hdt 1.214),7 episodio célebre que sirvió de tema a Rubens en un cuadro que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Boston.
Al parecer, fundó en la costa de Rumanía una ciudad que llevaba su nombre, Tomis o Tomi, la actual Constanza, donde estuvo exiliado el poetaOvidio. El nombre de Tomiris pasó en la literatura clásica a simbolizar un arquetipo de mujer guerrera junto a otras figuras históricas: Zenobia,Hipsicratea y Camila. Una comedia histórica del Siglo de Oro está consagrada a su figura: «El triunfo de Tomiris».