domingo, 3 de enero de 2016

Historia del arte

el arte del paleolítico americano

Poblamiento humano y fauna

Pese a que el fenómeno glaciar afectó al planeta en su conjunto, las glaciaciones americanas, en especial las que cubrieron la mayor parte del territorio de América del Norte, constituyeron una de las masas de hielo más grandes de la Tierra. Este factor condicionó el ritmo de poblamiento del Nuevo Mundo. En la actualidad, la teoría más aceptada afirma que la masa de población humana inmigrante en el continente americano penetró a intervalos de tiempo por lo que hoy es el estrecho de Bering y Alaska, trasladándose posteriormente, en oleadas, hacia el sur del continente. En el nordeste de Asia, hoy pueden señalarse hasta tres de los caminos libres de hielo que llevaban hasta el estrecho de Bering, que, en el Protopaleolítico, debía ser un ancho puente de tierra salpicado de lagos que llegarían a unirse a la llanura del río Yukón, en Alaska. Ése fue, sin duda, el camino seguido por manadas de animales y bandas de cazadores para penetrar en el territorio americano. Los animales de Norteamérica eran en parte asiáticos y en parte sudamericanos. El elefante o mamut, el alce, el bisonte, el reno, el castor y diversos félidos procedían de Asia. En cambio, el megaterio, el mylodón y el megalonix provenían de Sudamérica. Eran autóctonos el mastodonte y algunas especies de equus, platygonus y tapirus. Entre el 8000 y el 6000 a. C., la mayor parte de esta fauna desapareció del paisaje americano.
El Paleolítico americano, al igual que en el resto del mundo, puede dividirse en dos períodos: el Paleolítico Inferior y el Superior.
Ambas etapas constituyen, a su vez, dos tradiciones culturales que prolongan su vigencia hasta fechas muy recientes.
glaciaciones y el hombre
La glaciación que permitió poblar América

La industria lítica en el Paleolítico en América

Desde el punto de vista de la tecnología, el Paleolítico Inferior se caracterizó por la fabricación de instrumentos líricos por medio de la técnica de la percusión. Tales utensilios consistían en núcleos o piezas nodulares y lascas, no llegando a fabricarse instrumentos más elaborados, como las puntas de proyectil y los cuchillos y hojas de talla bifacial que caracterizaron la industria del periodo siguiente. El Paleolítico Superior de Norteamérica se inicia con la llamadaretirada de la glaciación de New Haven hacia el 15.000 a. C, lo que condujo a la apertura del pasillo situado entre los focos de glaciación de Keewatin y Piedmont. Por esta ruta entraron nuevos contingentes humanos, que trajeron de Asia industrias líticas desconocidas hasta entonces y formas de organización económica más desarrolladas. Los nuevos pobladores elaboraban instrumentos mucho más finos, como puntas de proyectil, que incrementaban la capacidad de caza, relegando a segundo término las técnicas de recolección. Estos cazadores del Paleolítico Superior de América del Norte, como había sucedido anteriormente con los cazadores-recolectores del Paleolítico Inferior, penetraron en México y América Central para expandirse, finalmente, por América del Sur. Los complejos Clovis y Folsorn, propios del Paleolítico Superior, alcanzaron el valle de México en el 8000 a. C. Otros complejos más meridionales. evolucionados a semejanza de los existentes en América del Norte, son los de El Jobo, en Venezuela; El Inga, en Ecuador: Lauricocha, en Perú, y Viscachani, en Bolivia. Los complejos Tóldense, Casapedrense y Ayampitense representan las formas más australes de esta tradición cultural.
La pintura rupestre constituye un valioso testimonio de esta evolución cultural. Sus principales focos se localizan en la Baja California, Brasil, los Andes Centrales y la austral Patagonia.
En 8000-7000 a. C, un conjunto de cambios climáticos determinó el retroceso definitivo de las grandes masas glaciares. Como consecuencia de este fenómeno, hacia el 6000 a. C. se agotó la megafauna y, por tanto, una de las fuentes de proteínas más importantes para la alimentación de los cazadores. El cultivo de vegetales suplió aquella pérdida. A su vez, el desarrollo de la agricultura generó fuertes cambios culturales.
folsom bisonte
Folsom de un bisonte

Los murales de Cueva Pintada

Abrigo situado en la sierra de San Francisco, en la Baja California (Estados Unidos). Cueva Pintada representa uno de los testimonios más relevantes del arte rupestre americano. El conjunto incluye representaciones de extraños hombres pintados, medio cuerpo en rojo y la otra mitad en negro, que se superponen a cérvidos y aves, muy comunes en esa región norteamericana.
cueva pintada
Cueva Pintada

Un continente heterogéneo

Constituida por dos grandes masas de tierra, de forma relativamente triangular y unidas por un estrecho pasillo intermedio, América es, de hecho, un doble continente. Esta realidad condicionó el desplazamiento poblacional y la interrelación cultural entre las diversas áreas. Centenares de nichos ecológicos, una gran diversidad climática y las características topográficas -grandes sistemas orográficos en la vertiente del Pacífico y extensas llanuras por la vertiente atlántica- avalan la gran heterogeneidad cultural de la América precolombina que tras unos 40.000 años de historia, hoy se expresa a través de más de 2000 lenguas diferentes.

Cronología

Taima-taima 15.400 a. C. Venezuela. Útiles líticos de caza, huesos de megafauna y especies menores.
Tibito 15.600 a. C. Colombia. Útiles de piedra y restos óseos de mamuts, caballos y ciervos.
Jaguay 14.900 a. C. Perú. Herramientas de piedra rotas o inacabadas. Básicamente pescadores.
Piedra Museo y Los Toldos 17.000-14.900 a. C. Argentina. Útiles unifaciales y megafauna.
Lapa do Boquete 15.950-14.900 a. C. Brasil. Útiles de piedra, restos de frutos y peces.
Folsom-Clovis 15,000 a. C. EE.UU. Puntas de proyectil.
Pedra Pintada14.900 a C. Brasil. Útiles Micos y cerámicos, heces humanas y restos de frutos y caza.
En América, la pintura precolombina no se desarrolló tanto como la arquitectura y la escultura, pero existen numerosos vestigios arqueológicos de pintura mural, especialmente en México: en Teotihuacán las paredes de los edificios solían cubrirse con una capa de estuco pintada con escenas narrativas o diseños decorativos; en Bonampak y Chichén Itzá los mayas decoraban sus templos con frescos de estilo realista que narraban acontecimientos históricos; en Cacaxtla(Tlaxcala) se han descubierto recientemente pinturas murales con representaciones de dioses, sacerdotes y guerreros. También se han encontrado pinturas murales en Mesoamérica, generalmente con diseños geométricos, como en Tierradentro (Colombia), o de tema mitológico, como en Panamarca(Perú). También hay que remarcar la extraordinaria habilidad mostrada por numerosos pueblos (mayas, mixtecas y aztecas) en la escritura pictográfica, especialmente en códices ilustrados, que solían contar con figuras y símbolos de esmerado dibujo e intensidad cromática, narrando hechos históricos o mitológicos, como el Códice Nuttall de los mixtecas (British Museum, Londres). Otras muestras de pintura precolombina se hallan en la decoración cerámica, especialmente las vasijas mayas, las moches y de la cultura peruana de Nazca. Desde el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492 hasta la independencia de los diversos países americanos a lo largo del siglo XIX (los últimos Cuba  Puerto Rico en 1898) se dio el denominado arte colonial, que fue un fiel reflejo del arte efectuado en Europa. Las primeras muestras de pintura colonial fueron las de escenas religiosas elaboradas por maestros anónimos, como las imágenes de la Virgen con el Niño. La producción artística hecha en Nueva España por indígenas en el siglo XVI es denominada arte indocristiano. La pintura barroca recibió la influencia del tenebrismo sevillano, principalmente de Zurbarán, como se puede apreciar en la obra de los mexicanos José Juárez y Sebastián López de Arteaga, y del boliviano Melchor Pérez de Holguín. A finales del siglo XVI destacó la Escuela cuzqueña de pintura, representada principalmente por Luis de Riaño y Marcos Zapata. En el siglo XVIII la principal influencia sería la de Murillo, y en algún caso —como en Cristóbal de Villalpando— la de Valdés Leal. Destacan Gregorio Vázquez de Arce en Colombia y Juan Rodríguez Juárez y Miguel Cabrera en México.
Los indios Hopi afirman que sus antepasados fueron visitados por seres procedentes de las estrellas que se desplazaban en escudos volantes o pájaros tronantes y dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, así como de construir túneles e instalaciones subterráneas. Estos salvadores eran los “katchinas”, que significa “sabios, ilustres y respetados”. Para los Hopi losKatchinas no son dioses, son seres visibles, de apariencia humana, con conocimientos y potencial superiores a los del ser humano. Las ceremonias religiosas más notables son los misterios ‘kachina’ de la fertilidad (el kachina es el espíritu de un antepasado, que generalmente representa un clan, simbolizado en las ceremonias por un danzante enmascarado y maquillado), y los rituales del solsticio de verano y de invierno con la adoración al Sol y al fuego. La famosa danza de la serpiente, en realidad una danza de invocación a la lluvia, es considerada una de las más espectaculares. Se ejecuta con carácter bianual hacia el día 20 de agosto y atrae a miles de visitantes. De acuerdo con la tradición hopi, la historia de la humanidad está dividida en períodos que ellos denominan “mundos”, los cuales están separados entre sí por terribles catástrofes naturales: el primer mundo sucumbió por el fuego, el segundo por el hielo y el tercero por el agua. Nuestro actual mundo, que es el cuarto según sus profecías, está tocando a su fin, y dará paso a un nuevo mundo en un futuro no muy lejano. En total, la humanidad deberá recorrer siete periodos.
Los Hopi tienen lápidas de piedra.En ellas hay inscripciones alusivas a todo cuanto ocurrirá después de la próxima depuración. Esas lápidas anunciaron a los Hopi que primero llegarían gentes acompañadas de extraños animales tirando de cajas (vagonetas) y que más tarde las cajas se moverían por sí solas (trenes y automóviles). Les dijeron también que se extendería un hilo plateado a través de la tierra. Leyeron también que verían telas de araña en el cielo a través de los cuales la gente podría hablar (líneas telefónicas), y que llegaría el momento en que el águila caminaría sobre la luna. Cuando el astronauta americano Neil Amstrong bajó de su nave espacial al suelo lunar y dijo: “El águila ha tomado tierra”, se cumplió la profecía Hopi. Averiguaron así mismo que llegaría la hora en que dos potencias sacudirían la Tierra por dos veces. El símbolo de una de ellas sería el Sol naciente (Japón), y el de la otra sería el signo de las cuatro direcciones (Alemania). En los dibujos rupestres de Oraibi, la colonia más antigua de los hopi en Arizona, se ve una mujer sentada en un escudo abombado hacia arriba, y debajo una flecha con plumas que significa “velocidad”. Al llegar al nuevo continente, los indios se multiplicaron, formaron tribus y se separaron en clanes. Algunos emigraron hacia el norte, entre ellos los antepasados de los hopi, quienes recibieron este nombre al llegar a Oraibi y ser aceptados allí. A su vez los hopi formaron nuevas tribus que se establecieron en la alta montaña y la selva virgen, de forma semejante a los aztecas e incas. La tradición hopi habla de la ciudad Palátquapi (tierra roja) que sus antepasados erigieron en Centroamérica y que figura como centro de las ciencias.Palátquapi tiene un edificio de tres plantas que servía para la enseñanza. Se llega a él por una escalinata en la que cada peldaño equivale a un grado más alto del saber. En la planta baja se aprende la historia de su pueblo, en la primera Historia Natural, incluida la composición de las materias (química) y el respeto a la naturaleza, reverenciada en las ceremonias hopi junto con el poder del ser deifico.

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