Conventos y monasterios de la provincia de Córdoba
El monasterio de Santa María de las Escalonias se encuentra ubicado en el término municipal de Hornachuelos (Córdoba), perteneciendo a la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia.
El monasterio fue fundado en terreno del antiguo Marquesado de las Escalonias. Éste vendió la hacienda en 1918 a la familia García-Verde y sus descendientes (la familia García Llorente), donaron al monasterio de La Oliva la casa solariega y algo de terreno, con el fin de que se hiciera la fundación de un monasterio cisterciense en el lugar.
El 8 de enero de 1986 llegaron el Abad de La Oliva, Dom Mariano Crespo, y los dos primeros monjes que se hicieron cargo de la donación y comenzaron la vida regular en régimen de Pre-fundación, con el P. Francisco Sánchez Alías como primer superior, celebrándose el día siguiente la primera eucaristía en el lugar. La fundación consolidada se produjo el 17 de mayo, día de la solemnidad de Santa María de las Escalonias, de 1994. Ese mismo año quedó abierto el noviciado.
El Real Monasterio de San Jerónimo de Valparaíso es un antiguo monasterio del municipio de Córdoba(España) que se encuentra enmarcado en Sierra Morena, cerca de Medina Azahara. Fundado a principios del siglo XV es considerada la primera obra del gótico cordobés, siendo monasterio hasta su exclaustración en 1835. En1980 fue declarado Bien de Interés Cultural.1
Según cuenta la tradición, fue construido con materiales de Medina Azahara, que en aquella época estaba completamente en ruinas. Cierto o no, lo cierto es que en uno de sus patios se conserva un cervatillo procedente de la ciudad palatina.
Historia
El monasterio fue fundado a principios del siglo XIV por el ermitaño portugués fray Vasco. Tras venir de Italiadonde acudió a perfeccionar su fe eremética, volvió a Córdoba decidido a crear la Orden de San Jerónimo de la cual no había por entonces representación en España.
Recabando apoyos para su obra, encontró la ayuda de Inés de Pontevedra y su marido Diego Fernández de Córdoba, el alcaide de los Donceles, los cuales donaron en el año 1394 los terrenos necesarios para que el hermano Vasco construyera su monasterio en las faldas de Sierra Morena en un paraje conocido como Valparaíso.
La obra del propio monasterio no comenzó hasta el año 1408 cuando el prelado Fernando González Deza y Biedma concede autorización para la misma ampliándola en1420 con doce cahíces de pan terciado cada año, trescientas arrobas de vino, mucho aceite, y las vertientes, o como ahora llamamos, Laderas de San Jerónimo.
El 30 de agosto de 1835 el monasterio es exclaustrado cuando cuenta con 14 ó 15 frailes, lo que le lleva a declararse en estado prácticamente de ruina al ser propiedad del Estado. Aunque el Ayuntamiento intenta instalar un hospital para dementes, en el año 1871 es vendido a manos privadas, quienes a su vez lo venden en el año 1911. Es en este año cuando es adquirido por los marqueses del Mérito quienes se hacen cargo de un inmueble quienes han venido llevando a cabo la restauración del mismo durante todo el pasado siglo. El 21 de noviembre de 1980 es declarado Bien de Interés Cultural.
El Convento de Santa Clara de Palma del Río o según su nombre completo Convento de Nuestra Señora de Santa Clara, está adscrito a la Provincia franciscana de los Ángeles, con sede en el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles situado cerca de la localidad de Hornachuelos, provincia de Córdoba, Andalucía, España.
Enclavado en pleno casco antiguo de la entonces villa de Palma del Río (Córdoba), junto a la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, el palacio de la familia Portocarrero, primero señores y después condes de Palma, el Convento de Santo Domingo y dentro de las murallas almohades de la ciudad.
Proceso fundacional
Su fundación fue compleja, abarcando varias fechas claves que van desde la bula fundacional (dada el 13 de marzo de 1498 por el Papa Alejandro VI), las primeras mandas pías para el convento (dadas en el testamento del I Conde de Palma en 1505), o el propio testamento del fundador Juan Manosalvas (en 1509).
Solo en 1510 se trajeron monjas al cenobio palmeño, provenientes del monasterio de Santa Clara de Andujar (Jaén); pero la constitución final de toda la estructura conventual durará varios siglos en clausurarse.
Dice el cronista Fray Andrés de Guadalupe en su Historia de la Santa Provincia de los Ángeles, que este convento se fundó por el caballero veinticuatro de Córdoba, Juan Manosalvas, en unas casas que había comprado en la cercanía de la entonces iglesia de Santa María. Expone las causas de la empresa llevada a cabo por el regidor, expiar las culpas por el asesinato de su mujer a causa de los celos. Esta afirmación aunque no se tiene constancia de ella, es desestimada por la propia lógica historiográfica.
Conjunto arquitectónico-artístico
Según la bula de fundación del Convento de Santa Clara, éste debía de contar con iglesia, cementerio, campana, campanil, dormitorio, refectorio, huerto y otras estancias. En lo que al arte y la arquitectura se refieren, el conjunto del convento consta de varios cuerpos de edificación, articulados por varios patios. Uno de ellos, el principal, tiene un claustro de características mudéjares; los restantes responden a los caracteres propios de la arquitectura tradicional andaluza.
Se aprecian en el edificio dos momentos principales en la construcción de sus elementos más característicos: siglo XVI para el claustro y siglo XVIII para la iglesia y cuerpos de la parte norte. La construcción del conjunto se caracteriza a por la existencia de muros de tapial en los que se intercala fábrica de ladrillo en zócalos, recercado de huecos, esquinas y verdugadas horizontales que dividen los paños interiores. La parte correspondiente al siglo XVIII presenta iguales características, pero su factura es más sólida. La fachada oeste se sustenta sobre un resto de muralla de época árabe con tres contrafuertes, un trozo de muro de más reciente construcción y un cuerpo anexo del Convento que llega hasta la misma línea del muro.
El patio porticado del claustro, de planta cuadrangular, constituye el elemento arquitectónico de mayor valor artístico. Una particularidad del claustro es la no uniformidad de las cuatro fachadas interiores, ya que la situada al Norte, en planta baja presenta columnas pertenecientes al estilo barroco.
Las columnas de la planta baja arrancan de un zócalo corrido. Basas, fustes y capiteles de estas columnas son de ladrillo cerámico y constituyen una muestra importante del arte mudéjar. La base está formada por dos toros y una escocia circulares que descansan sobre un zócalo cuadrangular de caras lisas. El fuste está constituido por veinte tambores formados por dos ladrillos semicirculares. En la fachada norte las columnas son salomónicas y los capiteles simples.
El artesonado del coro es el de mejor factura y el mejor conservado. A la primera planta se accede por dos escaleras, una situada cerca de la nave del coro de la iglesia y otra en el centro del cuerpo antiguo. La primera de dos tramos rectos es la principal, la segunda más irregular y de carácter secundario.
Historia
El convento sufrió el azote de las desamortizaciones del siglo XIX, aunque pudo perdurar casi hasta nuestros días como tal. Durante la Guerra Civil Española fue saqueado y quemado, perdiendo parte del gran patrimonio que sus paredes custodiaban, como imágenes del famoso imaginero Martínez Montañés. Tras la guerra volvieron las monjas, restaurando en parte las estructuras conventuales, y allí permanecieron en su tarea contemplativa y de venta de dulces en el torno, hasta finales de los años 70, en que definitivamente las monjas abandonan el convento, pasando éste al grueso de los bienes municipales. En la actualidad, Santa Clara se ha perpetuado en el tiempo por medio del uso público. Está en pleno proceso de restauración y puesta en valor, como hotel, museo municipal, y salón de plenos del ayuntamiento.
En octubre de 2008 las Jornadas de Historia del Cardenal Portocarrero de Palma del Río, pusieron el acento en este convento y sus actas (en vías de publicación), conformarán un referente para su conocimiento y los futuros estudios históricos-artísticos en torno a él.
El convento de Nuestra Señora de la Concepción, de Pedroche (Córdoba, España), es un edificio conventual de arquitectura mudéjar del Quinientos. En el siglo XVIII se le agregó la espadaña, en 1942, tras la restauración surgida por los destrozos a causa de la guerra civil, un nuevo retablo mayor y, en 1956, el pozo de estilo neobarroco del claustro del aljibe.
Fundado en 1524 a petición de los vecinos, tiene su origen en un Beaterio de mujeres, donde se recogían para rezar a finales del siglo XV junto a la ermita de Santa María del Castillo. Beaterio que, en 1524, se fundó como convento, a petición del pueblo, por monjas de Santa Clara de la Columna de Belalcázar, tras la aceptación de la constitución y reglas de la orden, enviadas por el Convento de la Concepción de Toledo, siendo sufragados los gastos de construcción del nuevo edificio por los vecinos, especialmente por Simón Ruiz y Antón García. Esta vinculación y colaboración permanece a lo largo de su historia, viviendo la comunidad de donaciones particulares tras la Desamortización de Mendizábal en el XIX y sirviendo de refugio en los sucesos revolucionarios de la guerra civil.
El inmueble, por su ubicación en el núcleo histórico, junto a la Iglesia Parroquial y la Ermita de Santa María del Castillo, en cuyo entorno se ha desarrollado y ampliado la población, presenta unos importantes valores urbanísticos, dando lugar a la nomenclatura y creación de varias calles.
Descripción
El edificio, de acuerdo con las pautas usuales de las fundaciones tardomedievales, debió levantarse sin un proyecto previo, sino que se fueron construyendo a medida que aumentaban las necesidades de la comunidad. De las estancias originales, aunque actualmente están arruinadas y en desuso, se identifican, el compás, el refectorio, las cocinas, escalera principal, claustro del aljibe, corrales, huerta y cementerio.
El acceso principal del convento se realiza mediante portada que se abre directamente a la calle Francisco Botello y conecta con el compás. Está realizada con sillaresde granito y compuesta por un arco geminado invertido, con rosca moldurada y despiece de dovelas, se enmarca con alfiz y apoya sobre pilastras adosadas lisas. El compás es un espacio rectangular al que se abre, en el lado norte, una galería con seis arcos de medio punto sobre pilares de granito con capitel troncocónico. A esta galería se abren dos portadas, también de granito, la primera resuelta mediante un sencillo arco de medio punto y la segunda mediante un arco entre molduras enmarcado por alfíz de tradición mudéjar. Frente a este pórtico se encuentra la puerta de entrada al templo.
La Iglesia y el convento se comunican a través de una amplia estancia dividida longitudinalmente por una doble arcada de medio punto peraltada sobre columna de granito. Se continúa en forma de L hacia el ámbito contiguo, situado a un nivel inferior a través de tres escalones. Este espacio, se conoce con el nombre de «los corredores» y desemboca en la llamada «sala de la escalera», desde el que se accede al claustro del aljibe, refectorio, cocina, escalera y dependencias de planta alta. El arranque de la escalera se realiza a través de un arco escarzano construido con sillares de granito. La escalera es de dos tramos en escuadra, con meseta central y cubierta de techumbre de alfarjes, los peldaños son de granito de una sola pieza.
El refectorio es de planta rectangular, se encuentra acompasado por tres arcos carpaneles en diafragma de granito, según es común en muchas construcciones serranas. Conecta directamente con la zona de cocina, despensa, pozo, huerto y claustro del aljibe.
El claustro del Aljibe es un gran espacio irregular ajardinados con frutales (granados, limoneros, etc.), árboles y arbustos aromáticos, como jaras y laurel y plantas decorativas, como rosales, está acotado al SO por el cementerio, por dos pequeños corrales y por un cuerpo longitudinal de dos plantas con galería de arcos de arcos de medio punto rebajado con alfíz de tradición mudéjar, donde se ubicaban las antiguas celdas. En este claustro existe un brocal de pozo fechado en 1956 de estilo neobarroco.
Al Oeste se desarrolla el gran espacio antes destinado a la antigua huerta actualmente es un espacio segmentado en dos por un murete que le separa del edificio moderno de la clausura, construido en el siglo XX por la malas condiciones habitacionales del antiguo convento.
La Iglesia, situada transversalmente con respecto al exterior, es de las denominadas de cajón, de una sola nave con sencilla cubierta de armadura de par y nudillo, y presbiterio cubierto con cúpula sobre pechinas decoradas con pinturas alusivas a la Pasión de Cristo y a la Compasión de María. A los pies se encuentra el coro, dividido en coro bajo y alto. El coro bajo es de planta trapezoidal, cubierto con sencillo alfarje de madera reforzado en el centro por una columnita de hierro forjado, a través de él se accede a las dependencias conventuales. El coro alto, cuya cubierta es continuación de la de la nave, conecta directamente con el cuerpo de las antiguas celdas. La conexión con la calle se realiza mediante una portada abierta en el muro de la Epístola, compuesta por un sobrio vano adintelado de sillares de granito.
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