sábado, 25 de marzo de 2017

Arquitectura por siglos

Arquitectura del siglo XXI a. C.

El Templo funerario de Mentuhotep II se encuentra en la orilla occidental del Nilo, en Deir el-Bahari, al pie de su impresionante circo de escarpadas montañas y enfrente de la Tebas del Antiguo Egipto. Fue construido por Mentuhotep II, faraón de la Dinastía XI que reunificó Egipto y dio paso al nacimiento del Reino Medio.
Proveniente de Hermontis, ciudad consagrada al dios Montu y próxima a Tebas, y donde construyó un templo dedicado a la divinidad, pensó en realizar su propio templo funerario en un lugar más majestuoso, como una especie de complejo conmemorativo que no sólo recordara la conquista del Bajo Egipto y la reunificación de tierras, sino que lo mantuviera para toda la eternidad y estuviera dedicado a su divinización.
El complejo lo planteó, poniendo en lo alto una representación de la colina primordial como símbolo de la creación del mundo y el nacimiento diario del sol, en forma de pirámide truncada, elevada al cielo y con una orientación solar de este a oeste y adoptó la estructura de los templos del Reino Antiguo, en forma de templo del valle, calzada o rampa monumental y templo funerario. La diferencia es que la sepultura ya no será una pirámide sino todo un complejo funerario.
Este esquema funerario solar lo completó con el esquema osiríaco, al estar su tumba excavada en la roca, reino de los muertos en la tradición tebana y lugar de residencia de la diosa Hathor, que es la que recibe y protege a los difuntos.
La parte frontal del templo lo dedicó a los dioses Montu y Amón, con quien Mentuhotep II se identificó siguiendo la estela de los templos solares de la Dinastía V.

Características del templo

El antiguo templo del valle está hoy día recubierto de tierras cultivables y se puede observar parte de la calzada monumental de más de 950 m, flanqueada por estatuas de Amenhotep II representado como Osiris, que lo unía a la gran explanada del patio delante del templo funerario. Según Nicolás Grimal, "El fondo del patio estaba delimitado por un doble pórtico, en el centro del cual, una rampa flanqueada por 55 tamariscos y dos filas de cuatro sicómoros que resguardaban cada uno la estatua sedente del rey vestido para la Fiesta Sed, que daba acceso a la terraza". "El arquitecto real anticipó en milenios el concepto de arquitectura vegetal".
Fue allí donde se construyó por primera vez las diferentes partes de un templo en terrazas de distintas alturas, lo mismo que la columnata o pórtico situada al fondo del patio. Esta disposición inspiraría a Senemut para la construcción del Templo funerario de Hatshepsut, vecino a éste.
La parte trasera del patio y la terraza contienen columnas decoradas con bajorrelieves de procesiones, barcas, temas de caza y escenas mostrando los logros militares del faraón. Fueron encontradas aquí también las estatuas del faraón de la duodécima dinastía Sesostris III.
Se accedía a una gran sala hipóstila en cuyo centro, una base sostenía lo que hasta hace poco, muchos arqueólogos como Édouard Naville suponían que estaba una pirámide, pero que no es así sino que se trata de un túmulo primordial en forma de pirámide truncada. Esta terraza con columnas cubre unas construcciones anteriores de capillas sepulcrales de seis reinas sacerdotisas de Hathor.
Desde la terraza se accede a una columnata que introduce a otro patio peristilo y sala hipóstila decorada con escenas de ofrendas. Un pasaje subterráneo de 150m conduce a la tumba real y a las instalaciones de culto, en contacto con la roca. Es el inframundo para la mitología egipcia. La zona de culto asocia a Mentuhotep II con Amón-Ra, prefigurando las Moradas de los Millones de Años de las dinastías del Reino Nuevo.
En el patio hay una apertura llamada Bab el-Hosan (La Puerta del Jinete), llamada así porque el caballo de Howard Carter tropezó en una depresión en ese lugar, que hizo excavar y encontró un pasaje subterráneo que conduce a una tumba inacabada o cenotafio que albergaba un lienzo que envolvía la estatua sedente del rey vestido para la Fiesta Sed, un sarcófago anónimo y varias ofrendas. La estatua, de piedra arenisca, tiene pintada su cara en color negro como símbolo de regeneración y lleva la corona roja del Bajo Egipto. El acceso a esta cámara abovedada se encuentra actualmente tapado.
En el complejo existen también otras tumbas dedicadas a las esposas del rey. La de la esposa principal, Tem, madre de Mentuhotep III tiene una posición destacada, cerca de la del rey, y separada de las de las otras reinas, Aashyt, Sadeh, Kawit, Kemsit y Henhenet. El sarcófago de la reina Kawit, ahora en el Museo de El Cairo, es muy especial.
Mentuhotep II inició en el templo La Bella Fiesta del Valle, que sería una de las más populares e importantes fiestas en el Antiguo Egipto. Se celebraba anualmente en Tebas y la procesión llegaba hasta Deir el-Bahari.
Templo de Mentuhotep II.
Planta del Templo de Mentuhotep II en Deir el-Bahari, a la izquierda: 1 Bab el-Hosan; 2 Vestíbulo inferior; 3 Terraza con columnata; 4 Túmulo; 5 Sala hipóstila; 6 Santuario.
Reconstrucción del Templo de Mentouhotep II propuesta por Édouard Naville. Hoy se sabe que no pudo terminar en pirámide pues habría colapsado. En realidad sería una pirámide truncada.








Esara o E-sara (en cuneiformeE2 SAR.A "Casa del Universo"), fue el templo dedicado a Inanna en Uruk por el rey sumerio Ur-Nammu.
En el poema épico Enuma Elish, se dice al final de la cuarta tablilla que E-sara fue fundada por Marduk, una casa que creó, similar al cielo, para que AnuBel y Ea habitaran en ella.







El muro del país, actualmente conocido como muralla de los martu o muro de los martu fue una fortificación construida en época de Shu-Sin, rey de Ur (siglo XXI a. C.). Su objetivo fue proteger Sumer y Acad de los pueblos turbulentos del noroeste y el oeste, llamados martu o amorreos. La muralla se construyó en el norte de Acad, cerca de Babilonia y sólo es comparable a su coetáneo muro del príncipe egipcio. Protegida por el muro, la llanura bajomesopotámica pudo disfrutar de un periodo de prosperidad bajo la III dinastía de Ur.1 2 3
A pesar de todo, a finales del siglo las murallas de algunas ciudades, como Nippur y Ur, tuvieron que ser reforzadas debido a la presión de las tribus semitas nómadas.4 El muro de los martu no servía como defensa a no ser que se dispusieran continuos efectivos militares,2 por lo que su éxito no fue duradero.5 No obstante, no todos los amorreos o martu eran belicosos. Otros se integraban en las sociedades urbanes de la Baja Mesopotamia. Debido a esto, algunos autores han señalado que la construcción del muro pudo deberse más a una percepción social urbana causante de la estigmatización de un grupo nómada considerado extranjero, que a necesidades militares.

Resultado de imagen de Muralla de los martu







El Zigurat de Ur (en sumerio é-temen-ní-gùr-ru) es un zigurat enclavado junto a las ruinas de la antigua ciudad sumeria de Ur, en el actual Irak. Fue levantado como lugar de culto del dios Nanna («luna», en sumerio), durante el período de El Obeid, y reconstruido en el siglo XXI a. C. por el rey Ur-Nammu. Fue destruido por los elamitas y posteriormente mandado reconstruir por el rey Nabucodonosor II de Babilonia.
Estaba rodeado por su propia muralla de 8 metros de altura y fue parcialmente restaurado a finales de los años 1970. Tiene planta rectangular de 61 × 45,7 m y 15 metros de altura (aunque seguramente tuvo bastantes más, perdidos por la erosión y otras causas). El interior está completamente formado por adobe. Las paredes del exterior están hechas de ladrillos cocidos y como mortero utiliza el betún asfáltico, estando cada pared orientada hacia un punto cardinal. El acceso a las plantas superiores se realizaba a través de tres escaleras exteriores que aún se conservan.
A pesar de sus 4000 años de antigüedad y del material empleado en su construcción, se encuentra en muy buen estado de conservación y parcialmente restaurado. La fachada del nivel más bajo y la escalera monumental fueron reconstruidas bajo las órdenes de Saddam Hussein.
Las ruinas se elevan 21 metros sobre el desierto sobre el que está edificado. Su planta es rectangular y llegó a tener siete grandes terrazas de las que sólo se conservan las tres primeras. En la terraza superior se encontraba el santuario de la diosa. El acceso al mismo se hacía mediante estrechas escalinatas adosadas a los muros.

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