jueves, 16 de marzo de 2017

CUADROS POR AUTOR

Cuadros de Johannes Vermeer

Cristo en casa de Marta y María es una pintura terminada en 1655 por el pintor neerlandés Johannes Vermeer. Se encuentra ubicada en la Galería Nacional de Escocia en Edimburgo.

La obra toma como base el relato bíblico recogido en el Evangelio de Lucas,2 en el que Jesús, invitado a comer en casa de sus amigos Lázaro y sus hermanas, Marta y María, aprovecha para enseñar a esta última. Marta, ocupada con los preparativos de la comida pide a Jesús que reprenda a su hermana pero Jesús señala que María en realidad ha escogido la mejor porción de la visita. El tema fue representado en múltiples ocasiones durante los siglos XVI y XVII. De hecho, la obra está compuesta sobre la base de otra del pintor flamenco Erasmus Quellinus II.3
Los personajes están presentados en una composición piramidal, más propia del Renacimiento que de la época de Vermeer.4
Como parte de la pintura de historia, el género de temática bíblica estaba considerado el más distinguido según los tratados sobre pintura contemporáneos de Vermeer. El pintor quiso demostrar con este cuadro que su ingreso en el gremio de San Lucas estaba justificado por su habilidad.








Diana y sus compañeras (también Diana y las ninfas,1 en neerlandésDiana en haar nimfen) es una obra pictórica del año 1656 cuya autoría se atribuye en la actualidad al pintor de los Países Bajos Jan Vermeer.2 Es una obra cuya temática está basada en la historia mitológica de la diosa romana Diana , Artemisa para los griegos, según la narra Ovidio en su obra Las metamorfosis. Sus imperfecciones (en la representación de las figuras y posturas) condujeron a atribuir equivocadamente la obra al pintor Nicolaes Maes hasta 1876, año en que la obra fue adquirida por la Mauritshuis.

Artemisa/Diana, diosa griega/romana de la caza y prototipo de la castidad, descansa sobre una piedra mientras las ninfas a su alrededor cuidan de la diosa. La de negro tal vez sea Calisto, quien se palpa el vientre por su embarazo, lo que ocasionaría la ira de la diosa pues sus servidoras debían permanecer vírgenes.3 Esta es una representación muy puritana de Diana en comparación a las habituales, que mostraban a la diosa semidesnuda o con ropajes cortos.4 Con un gran componente religioso, Vermeer compara tipológicamente a Diana con Cristo.
La diosa tiene como atributo una media luna, equiparándose así a Selene, la titan de la Luna Y a Artemisa, con quien se comparaba en la antigua mitología.










La alcahueta, también En casa de la alcahueta (en neerlandés De koppelaarster) es una obra pictórica del pintor holandés Jan Vermeer del año 1656.

Contexto

Con esta obra Vermeer aborda la pintura de género, particularmente la denominada de burdel (Bordeeltje), una ya desarrollada por otros autores como el caravaggista Dirck van Baburen (con una obra del mismo nombre)1 y que pertenecía a la suegra de Vermeer, lo que influyó en su obra, pues es representado en otro cuadro suyo (Mujer sentada tocando la espineta, 1673). Este subgénero era muy apreciado en la sociedad holandesa de la época, pues servía de contraposición ante la creciente moral puritana de sus días.
En general, los Bordeeltjes derivan de una parábola bíblica, la del hijo pródigo que malgasta su fortuna en una vida licenciosa (Lucas 15:11-32). Como ocurre con muchos de estos cuadros, no son simplemente una representación ingenua de la realidad, sino la apelación a las normas y los valores modélicos promovidos en la sociedad contemporánea del pintor.2

Descripción

Una mujer joven de rojizas mejillas, tal vez por causa del vino,borracha, abre su mano derecha para recibir las monedas que el hombre del sombrero de plumas se dispone a entregarle por sus servicios. El trabajo de encaje de bolillos sobre el tapiz que cubre la mesa hace suponer que la escena es casera, posiblemente una relación extramarital propiciada por la alcahueta vestida de negro que supervisa la acción.
En su obra Vermeer. La obra completa, Norbert Schneider indica que la figura masculina de negro junto a la alcahueta es «probablemente el único autorretrato de Vermeer».

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