Campanarios de España
La torre del Miguelete es el campanario de la catedral de Valencia. Se conoce como El Miguelete o Torre del Micalet en valenciano. La construcción de la torre se inicia en 1381 y finaliza en 1429. Por su complejidad y largos años de construcción, fue dirigida sucesivamente por varios maestros de obra; siendo el primero Andrés Juliá, desde 1381.2 Otros fueron José Franch (1396), Pedro Balaguer (1414, constructor de las Torres de Serranos); hasta Martín Llobet (1425), el último de los arquitectos que intervino en la construcción. Posteriormente se añadió la espadaña (1660-1736).
Descripción
El Micalet es una torre de estilo gótico valenciano,3 tiene 51 m de altura hasta la terraza, los mismos que mide su perímetro, y 63 m en total. Tiene forma de prisma octogonal y posee 207 escalones.
Durante muchos siglos fue llamado "Campanar Nuevo" o "Campanar de la Catedral", para diferenciarlo del "Campanar Viejo", una torre de planta cuadrada y factura románica, ubicada en la calle de la Barchilla, y de la que quedan escasos restos murarios.
Poco a poco fue transformándose su nombre en "Torre del Micalet", por la gran campana de las horas, que ha servido para denominar, por metonimia, al conjunto.
Originalmente era una torre exenta, unida a la Catedral a finales del siglo XV al prolongarse la nave central. Tiene acceso por una portada angular adornada con arquivoltas y un paso cubierto con curiosas voltas nervadas. La torre, de planta octogonal, mide 50,85 m, siendo su perímetro igual a su altura, sobriamente decorada en el exterior por los prismáticos contrafuertes de las aristas y las finas molduras que señalan los diferentes niveles de los pisos.
El primer cuerpo es macizo, dejando solo el hueco helicoidal de la escalera; el segundo cuerpo tiene un recinto abovedado, que es la antigua "Prisión" o Asilo de la Catedral con un solo ventanal exterior; el tercer cuerpo es la "Casa del Campanero", otro recinto abovedado parecido al anterior aunque más grande y con dos ventanales. El piso superior es la sala de campanas abierta por 8 ventanales, 7 de ellos ocupados por las campanas. El octavo corresponde a la escalera de caracol, que a partir de aquí se hace más angosta.
En 1425 ya estaba concluida la torre hasta la terraza, no prosperando el proyecto de aguja concebido por Antonio Dalmau, y que se conserva en el Museo Histórico Municipal de Valencia.
La campana de las horas colgaba de una estructura de madera, ubicada sobre pilares de piedra, similar a la existente en muchos otros campanarios de la Corona de Aragón. La espadaña actual es un aditamento construido entre 1660 y 1736. La terraza tenía una elegante crestería calada o "apitrador", que le servía de corona, y que fue arrasada en el siglo XVIII, siendo sustituida primero por una barandilla de madera y en el siglo XIX por una barandilla metálica hasta la restauración de 1983, realizada sin respetar los testigos arqueológicos conservados hasta aquel momento en la misma terraza, y que ahora se encuentran expuestos en la "Casa del Campanero".
El último campanero que vivió en la "Casa del Campanero" fue Mariano Folch, que estuvo a cargo de las campanas más de sesenta años y que falleció hacia 1905.
En 1940 se había alterado el conjunto original de once campanas (seis pequeñas y cinco grandes) con el añadido de Eloy, una campana procedente del campanar de Santa Catalina, que en aquel momento estuvo a punto de convertirse en un icono en medio de una prolongada Avenida de la Paz. La entrada de esta campana, muy sonora, modificó los toques y la sonoridad del conjunto.
Años 80
La sala de campanas no se modificó hasta la electrificación de las campanas, que supuso la desaparición de las puertas de madera, de los yugos sustituidos, de las matracas y de la gran viga de la cual colgaban las dos tiples o campanas menores. Si el toque tradicional de fiesta de las campanas de la Catedral consistía en el volteo de las cinco campanas mayores, utilizando las otras para los repiques, los toques de muerto y excepcionalmente para algún acontecimiento extraordinario, la electrificación, realizada por la empresa de los Hermanos Roses, de Adzaneta de Albaida, sin consideración de las características originales, consistió en la mecanización de seis campanas: dos tiples, una de las medianas, Bárbara, y las tres menores de las grandes (Vicente, Andrés y Jaime). El solemne volteo de las cinco campanas mayores de la Catedral se había convertido en un toque de parroquia cualquiera, con campanas pequeñas, medianas y grandes. La mecanización se realizó como un proceso irreversible, que tenía dos consecuencias perversas: por limitaciones de la tecnología del momento, ni los mecanismos reproducían la rica variedad de los toques locales, ni las instalaciones permitían el toque manual.
Afortunadamente las limitaciones presupuestarias permitieron solamente la mecanización de seis de las doce campanas existentes por aquel entonces. Por tanto permanecieron en su lugar otras seis con toda su instalación original. No obstante la inconveniencia del proceso quedó evidente cuando los futuros miembros del Gremio de Campaneros de Valencia recibieron el encargo de tocar en 1988 para la procesión del Corpus Christi:4 tres de las seis campanas con instalación original no podían voltear porque las nuevas instalaciones, que no habían contado con esta posibilidad, lo impedían: la palanca de Narciso tropezaba con la caja de contactores eléctricos; junto a Catalina había una viga de hierro, utilizada para subir y bajar herramientas; la nueva reja de hierro puesta en las ventanas en sustitución de las puertas de madera tropezaba con María, la campana mayor, de manera que cuando comenzó a oscilar se quedó detenida horizontalmente y fue preciso serrar un centímetro escaso de los herrajes para que la campana volviese a su lugar original.
Finalmente, Vicente tenía el yugo metálico partido por la mitad, y no podía voltear, ni mecánica ni manualmente.
Estado actual
El largo proceso continuado de restauración y mantenimiento de las campanas, de las instalaciones y del conjunto del Campanar llevado adelante primero por el Gremio de Campaneros Valencianos y ahora por sus sucesores los Campaneros de la Catedral de Valencia ha permitido que, mediante diversas fuentes de financiación (desde subvenciones directas de la Generalidad Valenciana o el Ayuntamiento de Valencia hasta una línea anual del Ayuntamiento, como contrapartida por el toque de las campanas para las fiestas de la ciudad) se hayan invertido más de 120 000 € en los trabajos.
Los seis yugos de hierro de las campanas mecanizadas fueron sustituidos por los correspondientes yugos de madera; se repusieron las ventanas de madera que hacen de caja acústica, así como las matracas; se ha puesto la tarima de tocar a otra altura más segura para los campaneros y que permite además ver mejor su trabajo; las salas han sido dotadas de nueva instalación eléctrica y de nuevas rejas que permiten contemplar el interior aunque estén cerradas.
También se han renovado por dos veces los mecanismos electrónicos para los toques diarios y automáticos, debido a la evolución rapidísima de la tecnología.
Las campanas
La Catedral de Valencia cuenta con tres conjuntos de campanas, diferenciados por su uso, y ubicados por tanto en lugares diferentes. El Campanar, y sobre todo el conjunto de campanas, se encuentran en estado inmediato de funcionamiento.
Sobre la cubierta del cimborrio, se encuentra la antigua campana de señales que está ahora en desuso.
En la espadaña del Campanar están las dos campanas del reloj: la de los cuartos, de 1736 y el Micalet, de 1539, una campana destinada exclusivamente a tocar las horas, y la mayor que se usó en toda la Corona de Aragón.
En la Sala de Campanas hay once, desde el primer momento de la construcción del edificio. En tiempos medievales hablaban de "els cinc senys i les sis morlanes"; en tiempos más recientes de "las cinco grandes y los seis tiples". Estas son las utilizadas para las diversas señales diarias, festivas, de muerto y extraordinarias. La más antigua es Catalina, de 1305, hasta el momento la más antigua en uso de toda la Corona de Aragón, mientras que la más nueva es Violante, de 1735. Los otros tiples son Úrsula, de 1438, Bárbara, de 1681, Pablo, de 1489 y Narciso de 1529. De las grandes, Vicente es de 1569, Andrés de 1604, Manuel de 1621, Jaime de 1429 y María de 1544.5
Se trata de uno de los conjuntos más numerosos de campanas góticas de toda España, con dos de mayúscula gótica (Catalina y Jaime) y seis de minúscula gótica, Úrsula, Pablo, Narciso, Vicente, Andrés y María, a las que se debe añadir el Miguelete.
Solo están automatizadas la de los cuartos y el Miguelete para el reloj; Bárbara, para los toques de coro diarios, así como Manuel para el toque de cerrar las murallas y María para las oraciones. La instalación de estas tres últimas no impide, de ningún modo, los toques manuales.
Toques tradicionales
El Campanar de la Catedral de Valencia ha tenido, desde sus orígenes, una relación escrita de los toques, que formaba parte de la "Consueta" o costumbres y usos litúrgicos de la Seo. La relación de toques es demasiado prolija, y debe consultarse la bibliografía. Como breve resumen, las campanas oscilaban y repicaban al menos desde la mitad del XV y que en el XVI se impuso el volteo, o toque circular de todas las campanas, ya que comenzó con María, la mayor de todas.6 Había diversos toques de coro, a lo largo de la jornada, de la semana y del año, y eran toques diferentes según las distintas "clases" (al menos una docena). También había repiques, toques de muerto (con una decena de combinaciones diferentes), y toques de fiesta, basados exclusivamente en el volteo de las cinco campanas mayores, ya que las otras "no dizen" en palabras del canónigo Herrera, autor de la famosa Consueta de 1705. Tampoco faltaban otros toques como los de tormentas, los de sacar almas del purgatorio o los de alarma, así como el del cierre de las murallas que iba a cargo de la Ciutat o Ayuntamiento de Valencia.
No obstante los toques, a lo largo de los siglos, fueron adaptándose a las necesidades tanto de la Catedral como de la Ciudad, evolucionando con ellas.
La electrificación supuso una rotura absoluta con la tradición, ya que solo volteaban algunas de las campanas que debían de hacerlo, habían desaparecido los toques de coro (sustituidos por volteos de campanas) y los de muerto habían quedado reducidos a la mínima expresión. El repique, el toque más creativo y antiguo de la Catedral, que sonaba no menos de doscientas veces al año, no solo se dejó de tocar sino que se olvidó de la memoria colectiva. También anularon las señales diarias tanto de oración como de cerrar murallas. Los nuevos toques solo anunciaban misas: se había perdido aquel sentido original de las campanas de no solo anunciar sino acompañar, con la más alta música comunitaria, los acontecimientos festivos, dolorosos o cotidianos de la vida ciudadana.
Toques actuales
En los primeros años de las actuaciones del Gremio de Campaneros Valencianos algunos de los toques eran todavía automáticos, ya que cuatro de las electrificadas conservaban los motores. No obstante, tras la gran restauración de 1992, solamente se dejó el motor de impulsos de volteo de Bárbara, la campana que avisa el coro diario. Igualmente se habían dotado mecanismos externos para tocar tirando del badajo a Manuel (toque diario de murallas) y María (toques de oraciones cuatro veces al día).
En consecuencia en la actualidad hay dos bloques diferenciados de toques: los automáticos y los manuales. Los automáticos se limitan a las señales de oración (tres badajazos de Maria para cada uno de los tres Ángelus y cinco badajazos para el toque de Ánimas), el toque de cierre de murallas de Manuel (durante media hora, primero cada dos minutos y luego acelerando hasta la máxima velocidad), y los tres volteos de coro de Bárbara a las 09:01, las 09:16 y las 09:26, sendos toques previos al Ángelus de medio día y de tarde de sábado y domingo y un último toque para la Sabatina, el sábado a las 19:45 horas.
Los toques manuales se interpretan por los Campaneros de la Catedral de Valencia, que son una evolución del Gremio de Campaneros Valencianos y que forman parte de aquella Federación de Grupos Campaneros. El Calendario Anual (que comienza con el Adviento) incluye todas las fiestas litúrgicas anuales, así como los domingos de Adviento y de Cuaresma, los toques de vísperas de las Solemnidades en las que se cantan en la Catedral, y las grandes celebraciones del templo. Toda esta relación está fijada en la Consueta Nova, aprobada por elde la Consueta de Herrera de 1705, a las necesidades actuales, tanto litúrgicas como de la vida ciudadana. Así, han desaparecido los toques de anuncio de fiesta de la víspera a medio día (excepto las fiestas de la Virgen de los Desamparados y el Corpus Christi) ya que los actuales campaneros, voluntarios, tienen obligaciones laborales o de estudios, y viven lejos del centro histórico (que por otra parte está cada vez más despoblado). Actualmente tiene más sentido tocar los días de fiesta a mediodía, con repique o con volteos según la festividad, para construir el tiempo festivo comunitario, cuando la gente pasea por el centro histórico. Quedan tres toques de alba: para la Virgen de los Desamparados, para el Corpus Christi y para la Virgen de Agosto, y el volteo general que en tiempos de Aguado y campaneros posteriores se prodigaba al menos para estas tres fiestas, queda ahora limitado al medio día del Corpus Christi, asumiendo la recomendación de Herrera que las campanas pequeñas, los tiples, "no dizen bien" con las otras, y quitan solemnidad, aumentando el caos sonoro.
Sobre todo se han recuperado y normalizado los repiques, de los cuales se interpretan unos 50 a lo largo del año por los diversos Campaneros, ya que se trata de que este conocimiento no se limite a una persona ni a una manera única de interpretar. Los toques de coro suenan en las diversas variaciones más solemnes: los coros "bisblas" (los antiguos "dobles de primera") en los que voltea alguna de las cuatro mayores según festividad, las "dominicas moradas", con variaciones para Adviento (toque de Aguado) o de Cuaresma (toque de Herrera), así como las "dominicas rosas", que son una interpretación del toque de "dominica blanca". Los toques de muerto quedan limitados a los relacionados con la Catedral y su Cabildo, así como con las autoridades, sobre todo religiosas.
De manera general las campanas se voltean con cuerdas (en algunas altas no se podría hacer de otra manera), recuperando así unas técnicas tradicionales tanto de parar como de voltear que los últimos campaneros antes de la electrificación habían simplificado, así como unos ritmos siempre cambiantes. El toque está facilitado por los rodamientos autocentrados de manera que la mayor parte de las campanas, excepto María, Catalina, Narciso o Pablo que aún conservan la instalación tradicional, que será mantenida mientras las campanas funcionen con seguridad y sin excesivo esfuerzo.
Finalmente, la matraca repuesta en 1996, suena desde el Jueves Santo, después del de Gloria, para los oficios del Viernes y del Sábado Santo y para avisar la misa de la Vigilia de Pascua.
Visitas
La popular torre de El Miguelete es accesible todos los días del año mediante la adquisición de una entrada. Después de las actuaciones del Gremio de Campaneros Valencianos primero y de los Campaneros de la Catedral de Valencia después, los visitantes pueden ver las tres salas del campanario a través de rejas, y subir finalmente a la terraza.
Todas las mañanas así como los días de toques, la sala de campanas está abierta al público, bajo la vigilancia de los Campaneros de la Catedral de Valencia.
La gestión de la torre, excepto las visitas a la sala de campanas se realiza por personal dependiente del Cabildo de la Catedral.
Giralda es el nombre que recibe el campanario de la Catedral de Santa María de la Sede de la ciudad de Sevilla, en Andalucía (España). Los dos tercios inferiores de la torre corresponden al alminar de la antigua mezquita de la ciudad, de finales del siglo XII, en la época almohade, mientras que el tercio superior es una construcción sobrepuesta en época cristiana para albergar las campanas. En su cúspide se halla una bola llamada tinaja sobre la cual se alza el Giraldillo.
La Giralda mide 97,5 metros de altura y 101 incluido el Giraldillo, que mide 3,5 metros.1 Fue durante siglos la torre más alta de España, así como una de las construcciones más elevadas y famosas de toda Europa (por comparación; la Torre de Pisa mide 55,8 m y el Big Ben 96,3 m). El 29 de diciembre de 1928 fue declarada Patrimonio Nacional y en 1987 integró la lista del Patrimonio de la Humanidad.2 Su arquitectura única y original de formas cuadrangulares exactas, adornada de torrecillas y pináculos, ha servido de inspiración a multitud de torres posteriores en Estados Unidos, Rusia, Polonia y otros países del mundo.
Historia
Período almohade
Durante el periodo de dominación almohade, la ciudad de Sevilla se convirtió en la capital de al-Ándalus, lo que trajo a la ciudad una actualización de sus infraestructuras procediéndose a la construcción de algunas grandes edificaciones.3 En este ámbito se comenzó el levantamiento de una nueva mezquita mayor en el solar que actualmente ocupa la catedral, de la que dependía el alminar. La construcción de esta nueva mezquita mayor, que reemplazaba a la existente en la plaza del Salvador, se inició el año 1172 y en 1182 se pronunció el primer jutba (sermón de viernes) en la mezquita. Tenía orientación de norte a sur y su puerta principal correspondía a la actual puerta del Perdón que da entrada al patio de los Naranjos, que formaba parte del recinto de la misma. El alzado exterior de la mezquita tenía influencias de la mezquita de Córdoba, mientras que la estructura de su planta procedía del modelo de las mezquitas marroquíes de Marrakech y de Tinmal.
En 1183, al-Andalus sufría una presión agresiva de las fuerzas castellanas y portuguesas, que hostigaban el campo sevillano. En respuesta, en diciembre de ese año el califa Abu Yaqub Yusuf puso en marcha un gran ejército en dirección a la península. Cruzó el estrecho de Gibraltar y entró en la ciudad de Sevilla el 25 de mayo de 1184. Con ocasión de su estancia en Sevilla, el 26 de mayo de 1184 ordenó al gobernador de la ciudad la construcción del alminar de la mezquita.4 Salió el califa el 7 de junio, hacia Badajoz, para luego dirigirse al oeste para sitiar la población de Santarém a la que llegó el 27 de junio. Esta ciudad estaba defendida por Alfonso I de Portugal. El asedio duró hasta julio de 1184 y el 29 de julio al-Mumin Abu Yucub resultó muerto en combate.5 6
El nuevo califa, Abu Yacub Al-Mansur (conocido entre sus súbditos como Muminin), hijo y sucesor de Yusuf, que fue proclamado en el alcázar de Sevilla el 10 de agosto de 11847 decidió la continuación del proyecto. Originalmente, el alminar estaría unido a las murallas de la alcazaba de la ciudad.8 Las obras de construcción se iniciaron en otoño dirigidas por el alarife Ahmed ben Baso.8 En la excavación para la cimentación encontró un manantial que fue cegado con piedras y cal, creando una superficie plana sobre la que situar los cimientos.9
La construcción de la Giralda arranca de un zócalo de sillería que tiene enterrados 3,30 metros y cuya base es muy poco más amplia que la propia torre, y que constituye casi la única cimentación del edificio. Desde ahí otros tres metros de sillería emergen de la acera, con una serie de aras y pedestales de mármol de época romana de mármol en las esquinas, que marcan la separación entre los cimientos y este zócalo. La cimentación descansa a su vez sobre una gruesa capa de argamasa y ésta sobre una simple mejora del terreno, en el que quedaron incluidos los restos de anteriores construcciones musulmanas de la zona.10
Las piedras que se emplearon tayud al adi fueron extraídas del muro del palacio del Alcázar de Ibn Abbad. Los muros de este palacio tenían características defensivas. Las piedras fueron bajadas sin necesidad de escaleras, ya que a estos muros se ascendía por una cuesta apta para caballos.8
En el año 584 de la hégira (entre el 2 de marzo de 1188 y el 18 de febrero de 1189) se paralizaron las obras cuando fue destituido Ibn Said, que era el almojarife encargado del registro de los gastos. Ibn Said fue sustituido por Abu Bakr.11 En esta reanudación entró a trabajar en las obras de la mezquita el alarife Alí al-Gumari (Alí de Gomara), que decidió continuar las obras del alminar con ladrillo a partir del zócalo de piedra.8 Las obras en la mezquita fueron detenidas de forma intermitente debido a los constantes viajes que el alarife hacía a Marrakech.8
El 19 de junio de 1195 el emir Abu Yacub Al-Mansur derrotó a Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Alarcos. Al regresar ordenó la realización de unas grandes esferas de bronce dorado para ser colocadas en la parte superior del alminar. Fueron colocadas el 10 de marzo de 1198 en presencia del emir.12 Estas estaban sobre una columna grande de hierro que se cimentaba en la parte superior del alminar.8 Estas cuatro bolas o manzanas doradas ensartadas en un vástago vertical reciben el nombre de yâmûr en la cultura árabe y se ha utilizado, aunque no siempre, para coronar mezquitas.13 El transcurso de las obras se conoce con detalle gracias a las crónicas de Ibn Sahib al-Salá.4
El esquema deriva del modelo de la mezquita de Córdoba. El primer cuerpo tenía 50,51 m de alto y una planta cuadrada de 13,61 m de ancho. El segundo cuerpo medía 14,39 m de alto y su planta era cuadrada de 6,83 m de ancho. Sobre el segundo cuerpo había una cúpula y sobre esta el yâmûr.14
Véase también: Imperio almohade
Período cristiano
En 1248 se produjo la Reconquista de Sevilla por Fernando III el Santo y la mezquita fue consagrada como templo cristiano. Algo habitual cuando se conquistaban municipios musulmanes era añadir campanas a los alminares, así como retirar el yâmûr para colocar una cruz y, bajo ella, una veleta, aunque este yâmûr no se retiró.15
No obstante, el 24 de agosto de 1356 se produjo un terremoto que trajo consigo el derrumbamiento de las cuatro bolas.16 No existe demasiada información sobre el aspecto de la torre entre este acontecimiento y el siglo XV.15 Al parecer, esta estructura fue sustituida por una espadaña con una campana y, en algún momento posterior, la torre se coronó con una cruz.17
El 6 de junio de 1556 falleció el Maestro Mayor de la catedral, Martín Gaiza, y el cabildo convocó un concurso para escoger a su sustituto. En 1557 se presentaron los maestros mayores de las principales capitales andaluzas: Hernán Ruiz, Andrés de Vandelvira, Francisco del Castillo, Juan de Orea, Luis Machuca y Pedro de Campo. También se presentó Miguel Gainza, que había sido aparejador en la catedral desde 1542. El 14 de diciembre fue escogido Hernán Ruiz. Al parecer, llegó de Córdoba con un proyecto definitivo de cómo debería renovarse la torre y contaba incluso con una maqueta de escala 1:50.18 Las obras empezaron en abril, ya que constan los pagos que se fueron realizando a lo largo de los meses de ladrillo y yeso.18 Las obras fueron especialmente lento los primeros años, aunque hubo más adelantos a partir de 1562.18 En 1565 las obras de edificación ya estaban acabadas.19 El 13 de agosto de 1568 se colocó la escultura de la parte superior.20
En su diseño, Hernán Ruiz añadió un completo cuerpo de campanas y, por encargo del cabildo, el nuevo cuerpo tenía un "remate en forma de estatua que representa la Fe". La estatua fue instalada en 1568. La palabra giralda proviene de girar y significa "veleta de torre que tiene figura humana o de animal".21
El Giraldillo es una estatua que hace las funciones de veleta. Fue la escultura en bronce más grande del Renacimiento europeo. Aunque el nombre original de la escultura en 1568 fue Triunfo de la Fe victoriosa, o sencillamente Fe, y unos años después (posiblemente a finales de siglo) pasó a ser denominada Giralda (literalmente, "que gira"). Este nombre quedó en testimonios escritos como El viaje entretenido (1603) de Agustín de Rojas Villandrando o en El Quijote (1605) de Miguel de Cervantes, que residió en la ciudad desde 1588. Al final ese nombre se aplicó a la Torre de la Giralda y la escultura pasó a denominarse Giraldillo.
En 1993 el papa Juan Pablo II dirigió el Ángelus desde el primer balcón de la Giralda, dando a la plaza Virgen de los Reyes, en el marco su segunda visita a Sevilla.22
Precedentes estilísticos
La construcción de la Giralda se basó en el alminar de la mezquita Kutubia de Marrakech (Marruecos), también construido en el siglo XII, considerado con sus setenta y nueve metros de altura, una obra maestra del arte hispano-magrebí, consta de una estructura muy similar a la torre sevillana, sigue la forma más típica de los alminares de la escuela hispanomarroquí, con un cuerpo principal de forma ortoédrica sobre el que se sitúa otro mucho más reducido, a modo de remate. Otra gran muestra de arquitectura muy similar la constituye, la gran Torre Hasan de Rabat, considerada, hermana, de la Giralda y cuyo proyecto de construcción preveía un altura de sesenta metros, pero las obras se interrumpieron cuando llegaba a los 44 metros. En ambos precedentes se encuentran los elementos decorativos de los almohades, reproducidos en la Giralda, con arcos ciegos, lacerías y relieves que se inspiran en los que realizaban los selyúcidas en esa misma época en la región de Asia Menor.23
Descripción de la torre
La torre, debido a su compleja historia, está constituida por varios cuerpos perfectamente imbricados, mostrando un ejemplo perfecto de la riqueza del crisol de culturas existente en la ciudad. Para la construcción del cuerpo musulmán, tal y como se puede apreciar en su base, se emplearon los restos de algunos edificios y sillerías de la Hispalis romana, pudiéndose encontrar en ellos varios epígrafes en latín.
El cuerpo principal es de planta cuadrada, en el que la cara oeste mira al patio de los Naranjos, la este a la plaza de la Virgen de los Reyes, la norte a la calle Placentines y la sur a la plaza del Triunfo. En el remate superior de depurado estilo renacentista llevado a cabo por Hernán Ruiz II, entre 1566 y 1568 se distinguen las siguientes partes:1
- En primer lugar se encuentra el cuerpo de campanas, levantado entre 1560 y 1562, que está rematado con la llamada terraza de las azucenas, por las cuatro jarras de azucenas colocadas originalmente en 1751 y rehechas en bronce por el orfebre Fernando Marmolejo Camargo durante la restauración de 1981.
- Por encima se encuentra el cuerpo del reloj, cuyo diseño original fue encargado a fray José Cordero en 1765.
- Cuerpo de las estrellas o del pozo, en cuyo friso figura una inscripción bíblica que recorre las cuatro caras de la torre y dice "TURRIS FORTISSIMA NOMEN DNI PROVERB. 18", colgando en su interior la campana más antigua de la torre, la de San Miguel de las Victorias, que da las horas del reloj.
- Cuerpo de las carambolas o redondo, el primero de carácter circular, y llamado así por los remates pétreos en forma esférica.
- El penacho, que acaba en una cúpula
- Esfera de bronce sobre la que se asienta la escultura de la veleta, es conocida con el nombre de la tinaja, tiene 1,45 metros de diámetro.
- La veleta que representa la victoria de la Fe cristiana, conocida como Giraldillo, fue realizada entre 1566 y 1568, terminándose de colocar el 13 de agosto de este año. La estatua fue fundida en bronce por Bartolomé Morel, según modelo realizado con toda probabilidad por Juan Bautista Vázquez el Viejo
Dimensiones
El primitivo alminar mide 50,85 m de altura y presenta una planta cuadrada de 13,5 m de lado. El cuerpo de campanas, sobre la misma planta que el alminar, llega hasta los 60,45 m de altura. Sobre él, se sitúa la terraza de las azucenas, que llega hasta los 65,30 m, donde comienza el cuerpo del reloj, de planta cuadrada y 6,8 m de lado, que se eleva hasta los 74,40 m. Encima suya, el cuerpo de las caramolas, de 4,5 m de diámetro en planta, llega hasta los 81,00 m, y remata la torre el penacho, que llega hasta los 87,00 m. Contando con la estatua del Giraldillo, la altura total es de 94,69 m sobre el nivel del suelo.1
La figura del Giraldillo mide 3,5 metros de altura, siete y medio contando el pedestal, y pesa 1300 kg. El lábaro que señala la dirección del viento pesa 180 kg, y la palma, de dos metros, 91 kg. La torre de la Giralda tiene 34 rampas1 lo suficientemente anchas como para permitir que el encargado de convocar a la población a la oración pudiera subir por ellas montado a caballo y un tramo final de 17 escalones para acceder al nivel de campanas que es la zona visitable de la misma. Una copia de la escultura del Giraldillo se conserva a la entrada de la puerta de San Cristóbal o del Príncipe, en la catedral.
Las jarras de azucenas
Las obras de Hernán Ruiz finalizaron en 1565 tras siete años de trabajos. Los tres años sucesivos se emplearon en labores ornamentales. El 28 de febrero de 1568 el fundidor Bartolomé Morel se comprometió a realizar estas jarras, de hierro y bronce, diseñadas por Hernán Ruiz.24Hernán Ruiz inspiró su diseño en un aparato llamado eloípilas, usado para estudiar los vientos, que es mencionado en el Libro I, Capítulo VI de Los diez libros de Arquitectura del arquitecto romano Marco Vitruvio.25
La intención original de estas jarras era introducir unas luminarias, es decir, unas mechas que se encendieran en los días señalados del año, ya fuere por motivos religiosos, victorias militares o entronaciones. Bartolomé Morel tardó tres meses en hacerlas, y en junio acudió Antón Pérez para dorarlas, aplicándoles además barniz y aceite de linaza.24 En 1751 fue cuando se introdujeron las azucenas en las jarras.25 El autor de estas azuceras fue Basilio Cortés, que además doró las azucenas y la bola sobre la que se asienta el Giraldillo, llamada entonces "la tinaja".25 Las azucenas han sido símbolo de la Pureza, al menos, desde el siglo XV.25
Campanas
La Giralda cuenta con un total de 24 campanas, de las que 18 son de volteo y 6 de badajo. Se trata, pues, de la catedral de España con un mayor número de campanas, sin tener en cuenta los carillones.26 Las campanas, que se encontraban en un estado de conservación pobre, fueron restauradas en 1998, acometiéndose diversas actuaciones: se fundieron seis nuevas, se soldaron diez y se reafinaron cuatro, entre otras actuaciones de mejora.26 A continuación se lista la totalidad de las campanas que se encuentran en la catedral de Santa María de la Sede de Sevilla (el número muestra la ubicación según esta imagen [1]):
Localización | Campana | Fundidor (Origen) | Año | Ø (cm) | Peso (kg) |
---|---|---|---|---|---|
Espadaña puerta del perdón | Campana pequeña (1) | c. 1775 | 100 | 579 | |
Espadaña puerta del perdón | Campana grande (2) | 1778 | 101 | 597 | |
Sala alta de campanas - centro | Campana de las horas del reloj (A) | Domínguez, Alfonso | 1400 | 156 | 1439 |
Sala de campanas | Santa Cecilia (14), de volteo | Rosas, Hijo De Manuel (Torredonjimeno) | 1992 | 62 | 138 |
Sala de campanas | Santa Justa (20), de volteo | Japón, Francisco (Sevilla) | 1851 | 63 | 145 |
Sala de campanas | Santa Rufina (22), de volteo | Solano, Matías | 1714 | 74 | 235 |
Sala de campanas | Santa Lucía (2), de volteo | Eijsbouts (Asten) | 1998 | 78 | 298 |
Sala de campanas | San José (4), de volteo | Eijsbouts (Asten) | 1998 | 83 | 319 |
Sala de campanas | San Sebastián (17), de volteo | Japón, Francisco (Sevilla) | 1851 | 87 | 381 |
Sala de campanas | Santa Florentina (16), de volteo | Riva, José De La | 1763 | 88 | 395 |
Sala de campanas | Santa Bárbara (10), de volteo | Eijsbouts (Asten) | 1998 | 88 | 340 |
Sala de campanas | Santa Inés (8), de volteo | Eijsbouts (Asten) | 1998 | 89 | 320 |
Sala de campanas | San Laureano (5), de volteo | Murua (Vitoria) | 1962 | 94 | 481 |
Sala de campanas | San Isidoro (11), de volteo | Ditrich, Zacarias (Sevilla) | 1788 | 107 | 709 |
Sala de campanas | San Hermenegildo (23), de volteo | Fernández, Francisco | 1814 | 108 | 729 |
Sala de campanas | San Juan Evangelista (7), de volteo | Ditrich, Zacarias (Sevilla) | 1793 | 110 | 771 |
Sala de campanas | San Pablo (13), de volteo | Eijsbouts (Asten) | 1998 | 111 | 753 |
Sala de campanas | San Pedro (6), de volteo | Guerrero, Miguel | 1773 | 115 | 881 |
Sala de campanas | San Fernando (19), de volteo | Riva, José De La | 1763 | 118 | 951 |
Sala de campanas | Santa Cruz (15), de los cuartos, de golpe | Fernandes, Francisco | 1500 | 118 | 951 |
Sala de campanas | San Juan Bautista (1), de volteo | Villanueva Linares, Alfredo (Villanueva De La Serena) | 1908 | 122 | 1051 |
Sala de campanas | Santiago (21), de golpe | Aubri, Juan | 1438 | 132 | 1332 |
Sala de campanas | Santa Catalina (3), de golpe | 1599 | 133 | 1362 | |
Sala de campanas | San Cristóbal (18), de volteo | Eijsbouts (Asten) | 1998 | 139 | 1600 |
Sala de campanas | Omnium Sanctorum (9), de golpe | Riva, José De La | 1764 | 142 | 1658 |
Sala de campanas | San Miguel (12), de golpe | Rodríguez, Manuel Luis | 1792 | 183 | 3548 |
Sala de campanas | Santa María, la Mayor, la Gorda (24), de golpe | Balabarca, Juan De (Valdecilla) | 1588 | 210 | 5362 |
Sala de la torre | Campana del altar mayor (0) | Cabrera, Cristóbal | 1509 | 35 | 25 |
Sala de la torre | Santa Lucía | Márquez, Antonio (Sevilla) | 1914 | 78 | 275 |
Usos de la torre en el pasado
Desde su construcción la Giralda ha sido utilizado para bastantes usos que se exponen a continuación:
- Elemento de llamada religiosa. La utilización como elemento de aviso o llamada religiosa ha sido la primordial desde su construcción, primero para los musulmanes a través del almuédano que invitaba a la oración varias veces al día y después para los cristianos, con la utilización de las campanas.
- Vivienda. Las cámaras del interior sirvieron en su momento como vivienda para el alcaide de la torre y los campaneros. En una de estas habitaciones nació la monja Bárbara de Santo Domingo, conocida como Hija de la Giralda, que se hizo célebre por sus visiones místicas.27
- Granero. Según queda recogida en acta del Cabildo catedralicio de 29 de octubre de 1567, por la que se adjudica el grano almacenado dentro de la torre.
- Rogativas. La giralda fue utilizada en 1626 como elemento de estación a lo más alto de la torre, para rogar el cese de las lluvias que duraban ya cuarenta días.
- Veleta. A partir de 1356, cuando cayeron los elementos decorativos que entonces existían por efecto de un terremoto, se sustituyeron por un campanario rematado por una veleta.
- Reloj. En 1400 se instaló un reloj en la torre; actualmente en desuso se conserva su maquinaria en el interior de la torre.
- Atalaya. En diversos momentos fue utilizada como atalaya de vigía para la defensa de la ciudad.
- Pararrayos. Los primeros pararrayos se colocaron a partir de 1884, en que una chispa eléctrica destrozó los antepechos de los balcones.
- Luminaria. La Giralda se utilizaba como elemento de iluminación de la ciudad para la celebración de determinados acontecimientos tanto de carácter religioso, elección de un papa, canonización de un santo o la entrada de un nuevo arzobispo en la ciudad; en otras ocasiones eran celebraciones de carácter civil, como matrimonio de un rey, o nacimiento de un príncipe; y también en algunos casos por haber conseguido alguna victoria militar. Para el alumbrado se utilizaban las jarras existentes en la terraza de la azucenas. Hernán Ruiz II en su añadido, dispuso la colación de 144 puntos de luces para ello.
Vistas de la Giralda
Réplicas
Véase también: Giralda de Nueva York
La torre de la iglesia de San Pedro de Carmona es muy similar a la Giralda. En las localidades de Arbós28 (Tarragona) y Badajoz (Extremadura) existen réplicas de la torre sevillana.
En EE.UU., el antiguo Madison Square Garden de Nueva York contaba con una réplica "americanizada" de la Giralda incluso más alta que la original. Se planeó como remate de esa torre una estatua de Diana de 5,5 metros que fue destruida por un incendio cuando se exponía en la Exposición de Chicago de 1893 y finalmente fue rematada por una diosa Diana de 4 metros de alto que hoy se conserva en el Museo de Bellas Artes de Filadelfia. En 1925 la Giralda neoyorquina fue derruida por el impago de unas hipotecas. El edificio no solo copiaba la Giralda, sino que incorporaba elementos diversos de la arquitectura sevillana y fue uno de los primeros rascacielos de aquella ciudad, pues su tamaño (134 m) superaba en 30 m al original. La combinación de renacimiento y arte almohade sigue ejerciendo su fascinación en los siglos XX y XXI. La ciudad de Kansas se halla hermanada con la de Sevilla y exhibe una réplica a menor escala. La correspondencia en Sevilla es la "estatua del indio" en la avenida Kansas City.29
La Giralda sirvió de modelo para la Torre de la Universidad de Puerto Rico en el recinto de Río Piedras de la capital, San Juan de Puerto Rico.30
También en el Caribe, existe una réplica del Giraldillo, la Giraldilla, en el Castillo de la Real Fuerza de La Habana, en Cuba, que a su vez ha inspirado el logo de la marca de ron Havana Club.31
Además de las réplicas nombradas, existen copias más o menos modificadas de la torre en numerosos edificios repartidos por todo el mundo.32 29 Desde su construcción, es modelo estructural de gran parte de los campanarios en iglesias andaluzas, españolas y americanas, siendo la Giraldilla de Carmona la torre similar más próxima.
En la cultura popular
La Giralda es usada como un símbolo de la ciudad a la hora de nombrar a multitud de negocios. Incluso da nombre a un camping situado en la localidad onubense de Isla Cristina.
Desde que se colocaron las jarras de azucenas en el siglo XVIII, este símbolo ha sido usado en algunas estancias de la catedral, en iglesias de la archidiócesis, en otros edificios diocesanos y en algunos edificios civiles, como es el caso de las portadas más recientes de la Fábrica de Tabacos.25
La torre es mencionada en la obra El viaje entretenido (1603) de Agustín de Rojas Villandrando y en El Quijote (1605) de Miguel de Cervantes, que residió en la ciudad durante algunas temporadas. Le han escrito poemas los conocidos escritores Juan Ramón Jiménez,33 los hermanos Álvarez Quintero y María de los Reyes Fuentes.34
En 2013 apareció en el popular videojuego SimCity.35 Suele aparecer en las películas que están ambientadas en Sevilla, entre las que se incluyen las producciones de Hollywood Knight and Day (2010) y Assassin’s Creed (2016).36
La Giralda inspiró, en el año 2007, la portada de la Feria de Abril. El diseño fue obra de Ricardo Hernández González.
No hay comentarios:
Publicar un comentario