Nada decidió el siglo V en Grecia; ni el triunfo final en la lucha entre Occidente y Oriente, o sea entre los helenos y los persas, ni la supremacía entre los estados griegos. Durante la siguiente centuria, en cambio, los reyes de Macedonia dominan a las ciudades de Grecia y las unen en una confederación (la de Corinto) contra el enemigo secular. El adalid de esta política se encarna en la trascendental figura histórica de Alejandro Magno, cuya empresa e imperio presentamos en el mapa.
Signos: 1) Territorio de Roma al finalizar el dominio etrusco; 2) Expansión romana a fines del siglo IV; 3) Territorio dominado por Roma después de las guerras Samnitas; 4) Ocupación de la Magna Grecia; 5) Límites del Imperio etrusco en su época de mayor apogeo; 6) Tendencia unificadora ejercida por Roma.
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La constitución del Estado romano y su expansión en Italia antes de proceder a la conquista del Mediterráneo, es uno de los hechos político-militares más interesantes de la Historia. Para comprenderlo, es preciso recordar que en el siglo VI los etruscoshabían intentado ya la unificación de la península, constituyendo un Imperio cuyos límites (signo 5) englobaban gran parte de la llanura del Po, hasta Adria, en su desembocadura, más Etruria, Roma y la Campania.
Este imperio fue el que dio coherencia a unos poblados establecidos a orillas del Tíber, constituyendo con ellos la ciudad de Roma. Al derrumbarse el poder etrusco, el territorio romano comprendía el bajo Tíber, según se determina con el signo 1. Durante el siglo V, Roma luchó desesperadamente por su existencia contra los pueblos vecinos o invasores, como los volscos, aequos, etruscos y galos. Habiendo salido victorioso de la dura prueba, a fines del siglo IV el poder de Roma abarcaba la Etruria meridional más la Campania, con las ciudades de Cumas y Nápoles (signo 2). Desde este momento, la política expansiva de la República tendió a unificar la península, según indican las flechas (signo 6). Después de las guerras Samnitas, en las que participaron también galos y etruscos, el territorio de Roma se extendió, por el Norte, hasta el río Arno y el Rubicón, y, por el Sur, hasta Italia meridional (signo 3). Por último, la Magna Grecia, con las ricas ciudades de Brindisi, Tarento, Heraclea, Thurioi, Crotona y Rhegio, también cayó en poder de las legiones romanas (signo 4).
La cuestión de la Italia peninsular, enfrentó a Roma con Cartago por la posesión de Sicilia, preparando el inmediato estallido de las guerras púnicas.
Signos: A. 1) Territorios del Imperio cartaginés; 2) Imperio etrusco; 3) Líneas comerciales púnicas. B. 1) Expansión del Imperio cartaginés; 2) Expansión romana en Italia; 3) Límites entre Roma y Cartago después de la primera guerra púnica; 4) Campañas de Aníbal; 5) Contraofensiva romana; 6) Batallas.
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El Mediterráneo Occidental se convirtió muy pronto en teatro de enconadas apetencias económicas y políticas. La expansión de Cartago fue predominante después de oponerse victoriosamente a la colonización griega. De este modo se alcanzó un equilibrio relativo entre Cartago y el Imperio etrusco (siglo VI. de J.C.), hecho que se refleja en la parte superior del mapa. Cartago domina en África Menor, las islas del Mediterráneo y sur de España (signo 1 y 3), y los etruscos detentan la hegemonía en Italia (signo 2).
Esta situación cambió más tarde. A comienzos del siglo III antes de Jesucristo, se enfrentaban en el Mediterráneo occidental dos grandes potencias: Roma y Cartago (parte inferior del mapa y signos correspondientes). Aquella había terminado la unificación de Italia peninsular (signo2). Ésta poseía extensos dominios en las zonas litorales de África y el remoto Occidente, así como bases muy firmes en Sicilia, Cerdeña, Córcega y las Baleares (signo 1). Los intereses de ambas Repúblicas eran contrapuestos, por lo que su rivalidad desató la guerra.
En la primera guerra púnica, el teatro de operaciones se situó en Sicilia, que fue muy disputada por ambos ejércitos. A pesar de la resistencia cartaginesa en Panormo y Lilibaeum, las derrotas sufridas por sus escuadras en Mylae y las islas Egates(consúltense las fechas en el mapa), obligaron a Cartago a pedir la paz, por la que en 241, abandonó Sicilia a Roma. pocos años después, ésta se apoderaba de Cerdeña y Córcega, llevando sus límites hasta la línea de trazos del signo 3.
La familia Bárcida preparó el desquite de su patria; extendió el dominio cartaginés en España, que hizo base de su política. Aníbal llevó a término los proyectos de su padre Amílcar, emprendiendo la famosa expedición contra Italia (segunda guerra púnica), que se señala con el signo 4 (batallas con el 6; fechas en cifras). A pesar de sus sorprendentes éxitos, no pudo lograr la caída de Roma. Por el contrario, los Escipiones, en una contraofensiva de gran estilo, llevaron sus armas a España. Uno de ellos, Escipión el Africano, con sus brillantes campañas (signo 5) consiguió expulsar de España a los cartagineses y derrotar a Aníbal en Naraggara (Zama), en África (201). De este modo triunfaron los romanos.
Signos: 1) Expansión del Imperio a la muerte de César y zona de influencia romana en Armenia y costas del Mar Negro; 2) Expansión territorial desde Augusto a Nerón y en época de Trajano; 3) Intento de penetración romana en Germania en tiempo de Augusto; 4) Límites del Imperio; 5) Límites de las provincias - Los signos - ó + que anteceden a las cifras indican si éstas corresponden a años anteriores o posteriores al comienzo de nuestra Era.
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La constitución territorial del Imperio de Roma, a partir de sus primeras conquistas en Occidente, halla una plasmación gráfica eficiente en este mapa. Para su recta comprensión, las cifras que llevan el signo -- se refieren a los años anteriores a nuestra Era, y las que llevan el signo +, a las posteriores.
Las regiones en verde nos indican la extensión real del Imperio de Roma a la muerte de César, quien incorporó a aquel las vastas provincias de la Galia, baluarte del Mediterráneo frente a los pueblos germánicos. El límite en verde (signo1) expresa la zona de influencia romana en Asia Menor, Armenia y el mar Negro en la misma época, así como en las regiones limítrofes como Mesopotamia, uno de los centros más notables del Imperio Parto.
El color encarnado (signo 2) corresponde a las conquistas de los emperadores de la dinastía Julio-Claudia, o sea Britania, la franja de terreno entre el Rin y el Danubio, las provincias al sur de este río, algunas regiones de Asia Menor, Egipto y la Mauritania, amén de la pacificación del norte de Hispania. El color siena del mismo signo se refiere a las anexiones y conquistas de los Flavios y Antoninos, en particular de Trajano (Dacia, al norte del Danubio, y de Mesopotamia). En este momento alcanza el Imperio Romano su mayor extensión.
El color sepia (signo 3) señala el intento romano de adelantar la frontera del Rin al Elba bajo Augusto. El signo 4 da la línea del límite del Imperio, y el 5, el de las provincias del mismo durante el Principado, las cuales estuvieron divididas en imperiales y senatoriales.
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