domingo, 5 de marzo de 2017

Oraciones para rezar

Laudes segunda semana - Lunes

Laudes
Oración de la mañana
SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de mi Dios?
Salmo 41
Como busca la sierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de mi Dios?
Las lágrimas son mi pan de noche y día,
mientras todo el día me repiten "¿donde está tu Dios?"
Recuerdo otros tiempos, mi alma desfallece de tristeza:
como marchaba a la cabeza del grupo, hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilos y alabanzas, en el bullicio de la fiesta.
¿Porque te acongojas, alma mía, porque te me turbas?
Espera en Dios que volverás a alabarlo:
"salud de mi rostro, Dios mío".
Cuando mi alma se acongoja, te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón y el monte Menor.
Una sima grita a otra sima con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas me han arrollado.
De día el Señor me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza del Dios de mi vida.
Diré a Dios: Roca mía ¿por qué me olvidas?
¿por que voy andando sombrío, hostigado por mi enemigo?
se me rompen los huesos por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan "¿donde está tu Dios?"
¿Por que te acongojas, alma mía, por que te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
"salud de mi rostro Dios mío".
Ant. 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de mi Dios?
Ant. 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Cántico Sir. 36,1-7.13-16
Sálvanos, Dios del universo, infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que se sienta tu poder.
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.
Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena a Sión de tu majestad y al templo de tu gloria.
Ant. 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.
Ant. 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
Salmo 18
En cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo murmura.
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Ant. 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.
LECTURA BREVE( Jr. 15,16 )
Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, ¡ Señor, Dios de los ejércitos!
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos
CANTICO EVANGELICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Demos gracias a nuestro salvador que ha hecho un pueblo de reyes y sacerdotes, y digámosle:
Consérvanos, Señor, en tu servicio
- Señor Jesús, sacerdote eterno, que has querido que tu pueblo participara de tu sacerdocio haz que ofrezcamos siempre sacrificios espirituales, agradables al Padre
- Danos, Señor, la abundancia de los frutos del Espíritu Santo: comprensión, bondad, amabilidad
- Que la luz de la fe ilumine este nuevo día y que durante el mismo caminemos por la senda del amor
- Haz que busquemos siempre el bien de nuestros hermanos y les ayudemos a progresar en su salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios, digamos confiadamente al Padre: Padre Nuestro
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día: danos tu ayuda para que no caigamos hoy en el pecado, sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Vísperas
(Oración de la tarde)
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.
Salmo 44
Me brota del corazón un poema bello, recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia, el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente: es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono ¡oh Dios! Permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios,
té a ungido con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina enjoyada con oro de Ofir.
Ant. 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia.
Ant. 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza, póstrate ante él, que él es tu Señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos, los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima, vestida de perlas y brocados;
la llevan ante el rey, con séquitos de vírgenes, la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real
" A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes de toda la tierra,"
Quiero hacer memorable tu nombre por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán por los siglos de los siglos.
Ant. 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Ant. 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico Ef. 1,3-10
Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
que nos a bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor.
Él nos a destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya, a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos a concedido en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Ant. 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE( I° Ts 2,13 )
Nosotros continuamente damos gracias a Dios; por que habiendo recibido la palabra de Dios predicada por nosotros, la acogisteis, no como palabra humana, sino - como es en realidad-como palabra de Dios. Que ejerce su acción en vosotros, los creyentes.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Suba, Señor a ti mi oración.
CANTICO EVANGELICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
PRECES
Alabamos a Cristo, que ama a la Iglesia y le da aliento y calor, y roguémosle confiados diciendo:
Atiende, Señor, los deseos de tu pueblo
- Haz, Señor, que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
- Guarda con tu protección al Papa N. y a nuestro obispo N ayúdalos con el poder de tu brazo.
- Ten compasión de los que no encuentran trabajo y haz que consigan un empleo digno y estable.
- Señor, se refugio de los oprimidos y protégelos en todas sus necesidades.
- Te pedimos por el eterno descanso de los que durante su vida ejercieron el ministerio para el bien de tu Iglesia: que también te celebren eternamente en tu reino
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles a la recomendación del Señor nos atrevemos a decir: Padre Nuestro
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que has querido asistirnos en el trabajo que nosotros, tus siervos inútiles, hemos realizado hoy, te pedimos que, al término de este día, acojas benignamente nuestro trabajo vespertino de acción de gracias y recibas con bondad la alabanza que te dirigimos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSION
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.


Laudes segunda semana - Martes
Laudes
Oración de la mañana
SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Salmo 42
Hazme justicia, ¡oh Dios!,
defiende mi causa contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.
Tú eres mi Dios y protector, ¿Por qué me rechazas?
¿por que voy andando sombrío, hostigado por mi enemigo?
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen y me conduzcan
hasta tu monte Santo, hasta tu morada.
Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría;
que té de gracias al son de la cítara, Señor, Dios mío.
¿Por que te acongojas, alma mía, por que te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo,
"salud de mi rostro, Dios mío".
Ant. 1. Envíame, Señor, tu luz y tu verdad.
Ant. 2. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Cántico Is. 38,10-14. 17-20
Yo pensé: "En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años."
Yo pensé: "Ya no veré más al Señor en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres entre los habitantes del mundo.
Levantan y enrollan mi vida, como una tienda de pastores
devanaba yo mi vida y me cortan la trama."
Día y noche me estas acabando, sollozo hasta el amanecer.
Me quiebran los huesos como un león,
día y noche me estas acabando.
Estoy piando como una golondrina, gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo se consumen:
Señor, que me oprimen, sal fiador por mí.
Me has curado, me has hecho revivir,
la amargura se me volvió paz cuando tuviste mi alma ante la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis pecados.
El abismo no te da gracias, ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad los que bajan a la fosa.
Los vivos, los vivos son quienes de alaba: como yo ahora.
El Padre enseñan a sus hijos tu fidelidad.
Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas
todos nuestros días en la casa del Señor.
Ant. 2. Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.
Ant. 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
Salmo 64
¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión,
y a ti se te cumplen los votos, porque tu escuchas las suplicas.
A ti acude todo mortal a causa de sus culpas;
nuestros delitos nos abruman, pero tú los perdonas.
Dichoso el que tu eliges y aceptas para que viva en tus atrios:
que nos saciemos de los vienes de tu casa,
de los dones sagrados de tu templo.
Con portentos de justicia nos respondes, Dios, salvador nuestro;
tú, esperanza del confín de la tierra y del océano remoto;
tú, que afianzas los montes con tu fuerza, ceñido de poder;
tú, que reprimes el estruendo del mar,
el estruendo de las olas y el tumulto de los pueblos.
Los habitantes del extremo del orbe se sobrecogen ante tus signos,
y a las puertas de la aurora y del ocaso los llenas de jubilo.
Tú cuidas de la tierra, la riegas y la enriqueces sin medida;
la acequia de Dios va llena de agua preparas los trigales;
riega los surcos, iguala los terrones.
Tu llovizna los deja mullidos, bendices sus brotes;
coronas el año con tus vienes, las rodadas de tu carro rezuman abundancia; rezuman los pastos del páramo, y las colinas se orlan de alegría;
y las praderas se cubran de rebaños, que claman y cantan.
Ant. 3. ¡Oh Dios!, tu mereces un himno en Sión.
LECTURA BREVE
(I° TS. 5, 4 - 5)
No viváis, hermanos, en tinieblas para que el día del Señor no os sorprenda como ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche no de las tinieblas.
RESPONSORIO BREVE
V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
R. Espero en tu palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
CANTICO EVANGELICO
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
PRECES
Bendigamos a nuestro Salvador, que con su resurrección ha iluminado el mundo, y digámosle suplicantes:
Haz, Señor, que caminemos por tu senda.
- Señor Jesús, al consagrar nuestra oración matinal en memoria de tu santa resurrección, te pedimos que la esperanza de participar de tu gloria ilumine todo nuestro día.
- Te ofrecemos, Señor, los deseos y proyectos de nuestra jornada:dígnate aceptarlos y bendecirlos como primicia de nuestro día.
- Concédenos crecer hoy en tu amor, a fin de que todo concurra para nuestro bien y el de nuestros hermanos.
- Haz, Señor, que el ejemplo de nuestra vida resplandezca como una luz ante los hombres, para que todos den gloria al Padre que está en los cielos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro...
ORACION
Señor Jesucristo, luz verdadera que alumbras a todo hombre y le muestras el camino de la salvación: concédenos la abundancia de tu gracia para que preparemos, delante de ti, sendas de justicia y de paz. Tú que vives y reinas.
CONCLUSION
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Vísperas
Oración de la tarde
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. No podéis servir a Dios y al dinero
Salmo 48 (I)
Oíd esto, todas las naciones, escuchadlo, habitantes del orbe:
plebeyos y nobles, ricos y pobres;
mi boca hablará sabiamente, y serán muy sensatas mis reflexiones;
prestaré oído al proverbio y propondré mi problema al son de la cítara.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,
cuando me cerquen y me acechen los malvados, que confían en su opulencia
y se jactan de sus inmensas riquezas,
si nadie puede salvarse ni dar a Dios un rescate?
Es tan caro el rescate de la vida,
que nunca les bastará para vivir perpetuamente sin bajar a la fosa.
Mira:los sabios mueren,
lo mismo que perecen los ignorantes y necios,
y legan sus riquezas a extraños.
El sepulcro es su morada perpetua y su casa de edad en edad,
aunque hayan dado nombre a países.
El hombre no perdura en la opulencia, sino que perece como los animales.
Ant. 1. No podéis servir a Dios y al dinero.
Ant. 2. "Atesorad tesoros en el cielo" dice el Señor.
(II)
Este es el camino de los confiados,
el destino de los hombres satisfechos:
son un rebaño para el abismo, la muerte es su pastor,
y bajan derechos a la tumba;
se desvanece su figura y el abismo es su casa.
Pero a mí, Dios me salva,
me saca de las garras del abismo y me lleva consigo.
No te preocupes si se enriquece un hombre y aumenta el fasto de su casa:
cuando muera, no se llevará nada, su fasto no bajará con él.
Aunque en vida se felicitaba: "Ponderan lo bien que los pasas",
irá a reunirse con sus antepasados, que no verán nunca la luz.
El hombre rico e inconsciente es como un animal que perece.
Ant. 2. "Atesorad tesoros en el cielo" dice el Señor.
Ant. 3. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
Cántico Ap. 4, 11; 5,9-10.12
Eres digno, Señor Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado de recibir el poder,
la riqueza y la sabiduría, la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Ant. 3. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
LECTURA BREVE
(Rm. 3. 23-25ª)
Todos pecaron y se hallan privado de la gloria de Dios; son justificados gratuitamente, mediante la gracia de Cristo, en virtud de la redención realizada en él, a quien Dios ha propuesto como instrumentos de propiciación.
RESPONSORIO BREVE
V. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
V. De alegría perpetua a tu derecha.
R. En tu presencia, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, Y al Espíritu Santo.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
CANTICO EVANGELICO
Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo.
PRECES
Alabemos a Cristo, pastor y obispo de nuestras vidas, que vela siempre con amor por su pueblo, y digámosle suplicantes:
Protege, Señor, a tu pueblo.
- Pastor eterno, protege a nuestro obispo N, y a todos los pastores de la Iglesia.
- Mirad con bondad a los que sufren persecución, y líbralos de todas sus angustias.
- Compadécete de los pobres y necesitados,y da pan a los hambrientos.
- Ilumina a los que tienen la misión de gobernar a los pueblos, y dales sabiduría y prudencia.
Se pueden añadir algunas intensiones libres,
No olvides, Señor, a los difuntos redimidos por tu sangre y admítelos en el festín de las bodas eternas. Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestros.
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, Señor del día y de la noche, humildemente te pedimos que la luz de Cristo, verdadero sol de justicia, ilumine siempre nuestras vidas para que así merezcamos gozar un día de aquella luz en la que tú habitas eternamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSION
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Laudes segunda semana - Miércoles
Laudes
Oración de la mañana
SALUDO INICIAL
V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Salmo 76
Alzo mi voz a Dios gritando, alzo mi voz a Dios para que me oiga.
En mi angustia te busco, Señor mío;
de noche extiendo las manos sin descanso, y mi alma rehusa el consuelo.
Cuando me acuerdo de Dios, gimo, y meditando me siento desfallecer.
Sujetas los párpados de mis ojos, y la agitación no me deja hablar.
Repaso los días antiguos, recuerdo los años antiguos;
de noche lo pienso en mis adentros, y meditándolo me pregunto:
¿Es que el Señor nos rechaza para siempre y ya no volverá a favorecernos?
¿Se ha agotado ya su misericordia, se ha terminado para siempre su promesa?¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad, o la cólera cierra sus entrañas?
Y me digo: ¡Qué pena la mía!
¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!
Recuerdo las proezas del Señor; sí recuerdo tus antiguos portentos,
medito todas tus obras y considero tus hazañas.
Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?.
Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos;
con tu brazo rescataste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José.
Te vio el mar, ¡oh Dios!, te vio el mar y tembló, las olas se estremecieron.
Las nubes descargaban sus aguas, retumbaban los nubarrones,
tus saetas zigzagueaban.
Rodaba el fragor de tu trueno, los relámpagos deslumbraban el orbe, la tierra retembló estremecida.
Tú te abriste camino por las aguas, un vado por las aguas caudalosas,
y no quedaba rastro de tus huellas:
mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón.
Ant. 1. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Ant. 2. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.
Cántico I° Sam. 2,1-10
Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor, no hay roca como nuestro Dios.
No multipliquéis discursos altivos, no echéis por la boca arrogancias,
porque el Señor es un Dios que sabe; él es quién pesa las acciones.
Se rompen los arcos de los valientes, mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras que la madre de muchos se marchita.
El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece.
Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria;
pues del Señor son los pilares de la tierra, y sobre ellos afirmó el orbe.
El guarda los pasos de sus amigos, mientras los malvados perecen en las tinieblas, porque el hombre no triunfa por su fuerza.
El Señor desbarata a sus contrarios, el altísimo truena desde el cielo,
el Señor juzga hasta el confín de la tierra.
Él da fuerza a su Rey, exalta el poder de su Ungido.
Ant. 2. Mi corazón se regocija por el Señor, que humilla y enaltece.
Ant. 3. El Señor reina, la tierra goza.
Salmo 96
El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables.
Tinieblas y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono.
Delante de él avanza fuego abrazando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe, y, viéndolos, la tierra se estremece.
Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria.
Los que adoran estatuas se sonrojan, los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses.
Lo oye Sión, y se alegra,
se regocijan las ciudades de Judá por tus sentencias, Señor;
porque tú eres, Señor, altísimo sobre todos los dioses.
El Señor ama al que aborrece el mal, protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.
Amanece la luz para el justo, y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos con el Señor, celebrad su santo nombre.
Ant. 3. El Señor reina, la tierra goza.
LECTURA BREVE(Rm. 8,35.37)
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿La aflicción? ¿ La angustia? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado.
RESPONSORIO BREVE
V. Bendigo al Señor en todo momento.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
V. Su alabanza está siempre en mi boca.
R. En todo momento.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Bendigo al Señor en todo momento.
CANTICO EVANGELICO
Ant. Sirvamos al Señor con santidad todos nuestros días.
PRECES
Oremos a nuestro Señor Jesucristo, que prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y digámosle confiados:
Escúchanos, Señor.
- Quédate con nosotros, Señor, durante este día: que la luz de tu gracia no conozca nunca el anochecer de nuestras vidas,
- Que el trabajo de este día sea como una oblación sin defectos, y que sea agradable a tus ojos.
- Que en todas nuestras palabras y acciones seamos hoy luz del mundo y sal de la tierra para cuantos nos traten.
- Que la gracia del Espíritu Santo habite en nuestros corazones y resplandezcan nuestras obras para que así permanezcamos en tu amor y en tu alabanza.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Terminemos nuestra oración diciendo juntos las palabras del Señor y pidiendo al Padre que nos libres de todo mal: Padre nuestro...
ORACION
Envía, Señor, a nuestros corazones la abundancia de tu luz, para que, avanzando siempre por el camino de tus mandatos, nos veamos libre de todo error. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

Vísperas
Oración de la tarde
SALUDO INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
  • HIMNO
  • SALMODIA
Ant. 1. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro salvador.
Salmo 61
Solo en Dios descansa mi alma, por que de él viene mi salvación;
solo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré.
¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos para derribarlo como una pared que cede o a una tapia ruinosa?
Solo piensan en derribarme de mi altura, y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen, con el corazón maldicen.
Descansa solo en Dios, alma mía, porque él es mi esperanza;
solo él es mi roca y mi salvación, mi alcázar: no vacilaré.
De Dios viene mi salvación y mi gloria, él es mi roca firme, Dios es mi refugio,
pueblo suyo, confiad en él, desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Los hombres no son más que un soplo, los nobles son apariencias:
todos juntos en la balanza subirían más leves que un soplo.
No confiéis en la opresión, no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas, no les deis el corazón.
Dios a dicho una cosa, y dos cosas que he escuchado:
"que Dios tiene el poder y el Señor tiene la gracia;
que tu pagas a cada uno según sus obras."
Ant. 1. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro salvador.
Ant. 2. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.
Salmo 66
El Señor tenga piedad y nos bendiga ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios! Que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud, y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios! Que te alaben los pueblos que todos los pueblos te alaben
La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.
Ant. 2. Que Dios ilumine su rostro sobre nosotros y nos bendiga.
Ant. 3. Todo fue creado por él y para él.
Cántico Col. 1,12-20
Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles, tronos, dominaciones,
principados, y potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza y el cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Por que en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y Por él quiso reconciliar todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz con todos los seres,
así del cielo como de la tierra.
Ant. 3. Todo fue creado por él y para él.
LECTURA BREVE
(I° Pe. 5,5-7)
Sed humildes unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, poro da su gracia a los humildes. Inclinaos bajo la poderosa mano de Dios, para que a su tiempo os eleve. Descargad en él todas vuestras preocupaciones, porque él se interesa por vosotros.
RESPONSORIO BREVE
V. Guárdanos, Señor, como las niñas de tus ojos.
R. Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
V. A las sombras de tus alas escóndenos.
R. Como a las niñas de tus ojos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Guardanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
CANTICO EVANGELICO
Ant. Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes.
PRECES
Aclamemos, hermanos, a Dios, nuestro salvador, que se complace en enriquecernos con sus dones, y digámosle con fe:
Muéstranos, Señor, tu amor y danos tu paz
- Dios eterno, mil años en presencia son como un ayer que pasó; ayúdanos a recordar siempre que nuestra vida es como una hierva que se renueva por la mañana y se seca por la tarde.
- Alimenta a tu pueblo con el maná para que no perezca de hambre, y dale el agua viva para que nunca más tenga sed.
- Que tus fieles busquen y saboreen los bienes de arriba y te glorifiquen también con su descanso.
- Concede, Señor, buen tiempo a las cosechas, para que la tierra de frutos abundantes.
- Líbranos, Señor de todo peligro, y bendice nuestros hogares (nuestra comunidad).
- Que los difuntos puedan contemplar tu faz, y que nosotros tengamos un día parte en tu felicidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres,
Confiemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre, terminando nuestra oración con las palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, tu nombre es santo y tu misericordia llega a tus fieles de generación en generación; atiende, pues, las súplicas de tu pueblo y has que pueda cantar eternamente tus alabanzas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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